LOS ENGENDROS
Critters
Stephen Herek, 1986
Debo haber tenido seis
años y hacíamos un viaje en autobús. Seguro fue un viaje largo, porque lo
hicimos de noche y nos pasaron tres películas. No tengo idea de cuáles hayan
sido las otras dos, pero la que sí recuerdo muy bien fue la última, que en todo
el autobús sólo yo terminé de ver: una peliculita muy divertida que mezclaba en
partes iguales Ciencia Ficción, comedia y horror que se me quedó súper grabada
en la memoria. Después supe que esa película se llamaba Critters y la volvía a ver cada que la pasaban en la televisión,
que era con frecuencia, e incluso la renté varias veces de mi videoclub
favorito, y cuando viajé por primera vez a Nueva York, me la compré en DVD.
Ahora que la volví a ver, la disfruté tanto como siempre. Sé que no es buena,
pero me gusta mucho.
La peli narra la historia de la familia
Brown, quienes viven tranquilamente en su granja de Kansas llevando la vida de
cualquier familia rural estadounidense de ésas que dejaron de existir con el
siglo XX. Bradley (Scott Grimes), el hijo menor, tiene una gran imaginación y
un gran talento para fabricar petardos y, aunque a su padre no le gusta, se
junta con el ebrio del pueblo, Charlie McFadden (Don Opper). Una noche en la
que todo parece normal, una nave alienígena en la que las voraces criaturas
conocidas como Crites se fugaron de la prisión espacial de máxima seguridad
aterriza en las tierras de los Brown. Los Crites no pierden ni un segundo y
comienzan a hacer de las suyas, destruyendo y matando con sus dientes de
tiburón, los dardos venenosos que disparan de su espinazo, y sus habilidades de
rodar para desplazarse y crecer más y más mientras tengan una fuente de
alimento. Todo parece perdido para los Brown hasta que un par de cazadores de
recompensas extraterrestres aparecen en el pueblo para destruir a los Crites.
Sin embargo, los cazarrecompensas no están interesados en nada más que
exterminar a las viles criaturas y destruirán todo lo que se interponga en su
camino para lograrlo.
Bien. Con ese argumento, podrán ustedes
darse cuenta de que esta película no es ninguna joya del Séptimo Arte, pero es
divertida. Creo que la mejor forma de describirla sería como una versión ácida
de Gremlins (Dante, 1984). Ya saben,
unas criaturas malditas causando alboroto en situaciones tan cómicas como
macabras. Por lo menos en ésta no es Navidad, sino un fin de semana común y
corriente.
Las criaturas titulares se ven bastante
bien... digo, para el bajo presupuesto y si a nadie le molesta que sean
evidentes puppets de látex con pelo de yak. Pero el diseño está padre, esos
malévolos ojos rojos brillantes se ven geniales y la verdad es que tienen
carisma. Además de que hablan, pero por suerte podemos entender su idioma
gracias a la magia de los subtítulos.
Los Crites fueron diseñados, construidos y
animados por el reconocido estudio de efectos especiales de bajo presupuesto
Chiodo Brothers Productions, Inc. De los hermanos Stephen, Charles y Edward
Chiodo, a quienes quizá recuerden por su genial película Payasos asesinos del espacio exterior (Chiodo, 1988). Quizá sus
nombres no sean tan conocidos como los de Stan Winston o Rick Baker, pero los
Chiodo han trabajado en numerosas producciones haciendo pequeñas secuencias de
efectos especiales, sobre todo cuando éstos requieren de la técnica Stop-Motion. También han participado en
varios episodios de Los Thunderman (2013-
) y Los Simpson (1989- ) con esta
técnica de animación (las parodias de David
y Goliath, y Wallace y Gromit,
por ejemplo).
El casting es bueno y en general la
película está bien actuada, quiero decir, a todos los que están en pantalla uno
les cree sus personajes y, claro, ayuda el hecho de que la mayoría sean actores
poco conocidos. Atención a un jovencísimo Billy Zane ‒claro que recuerdan a
Billy Zane... ¿No? Ese muchacho de barba partida y ojos azules siempre
delineados que hacía el papel de Kit Walker en El Fantasma (Wincer, 1996)‒ haciendo el papel de Steve, el novio de
la hija mayor, April (Nadine Van der Velde), que sufre un infausto sino en el
granero familiar a manos de los Crites.
Sí, todos eran benditos desconocidos, excepto
dos: Uno de los atractivos para comercializar la película es la aparición, en
el papel del sheriff Harv, de M. Emmet Walsh, cuya carrera es larguísima y
nutrida, tanto en cine como en TV, pero lo recordamos mayormente por su rol de
Bryant en Blade Runner (Scott, 1982);
convirtiéndose así en ese actor de amplia trayectoria que ya está más o menos
acabado y que aparece en películas chafonas como para certificar que sí son
películas de verdad.
Y por el otro lado, está Dee Wallace, quien
saltara a la fama como la reportera Karen White en la seminal película de
hombres-lobo El aullido (Dante, 1981);
pero que terminara convirtiéndose en el arquetipo de la mamá gringa
clasemediera de los 80 gracias a su participación en películas como E.T. El extraterrestre (Spierlberg,
1982) y Cujo (Teague, 1983), además
de un montón de películas para televisión en las que la hacía de mamá.
La producción está bastante bien y se ve
que aprovecharon los 2 millones de dólares que costó la película. Se ve como si
tuviera un presupuesto más grande ¡Y me encantan los vestuarios de los
cazadores de recompensas! Es tan… Glam ‒perdón, no pude evitar pensar en Jem‒ sobre todo porque el
cazarrecompensas Ug (Terrence Mann) toma la apariencia de la ficticia estrella
de rock Johnny Steele en una escena de transformación verdaderamente de
antología, en la que se lucen los recursos creativos más que los económicos.
Por cierto que es el propio Mann quien
interpreta la pegajosa canción Power of
the Night, tema musical de la cinta.
Como buena película nerda, Critters tiene un cierto número de
referencias a otras cintas del género. Por principio de cuentas, la campaña
publicitaria de “la casa que construyó Freddy”, New Line Cinema ‒cuando aún
eran una casa productora independiente y su logotipo al inicio de las películas
parecía como de juego de SuperNintendo‒, anunciaba a los Critters como los
“primos” de los Gremlins. En la escena en la que los Crites destrozan la
habitación de Bradley, además del peluche de E.T. al que le arrancan la cabeza
a mordidas, en una de las paredes hay un poster de la película La galaxia prohibida (Holzman, 1982),
una divertida bastardización de Alien, el octavo pasajero (Scott, 1979), producida por Roger Corman en Alemania; el
logo del equipo de bolos bordado en la camisa de Jay Brown (Billy Green Bush)
es una parodia del logo de Los Cazafantasmas (Reitman, 1984). Y, finalmente, la escena del Critter que
sale del excusado es un guiño a otra copia de Gremlins: Ghoulies (Bercovici, 1984), producida por la legendaria Empire
Entertainment. Y el hecho de que el gato de Bradley se llame Chewie siempre me
hace pensar en Star Wars (Lucas,
1977).
En los apartados técnicos, puedo elogiar la
edición. Me parece que el corte y montaje de la película está bien logrado y la
dota de una narrativa dinámica que tiene un gran ritmo. Asimismo, la
iluminación es súper característica de las películas de los 80, con sus noches
de tonos azules saturados.
Así pues “la película de las bolitas ésas
que se comen todo”, que es como la llama mi papá, no es ninguna obra de arte;
pero sí que es divertida y por eso le guardo cariño. Al menos, fue lo
suficientemente popular como para generar tres secuelas: Critters 2: el plato fuerte (Garris, 1988), en la que Bradley
regresa a su pueblo natal en el peor de los momentos; Critters 3 (Peterson, 1991), en la que los Crites invaden un
edificio de apartamentos en la ciudad de Los Ángeles y actúa un incipiente
Leonardo DiCaprio; y la inmunda Critters
4 (Harvey, 1992) que, de hecho, fue filmada simultáneamente con la tercera, en la que Charlie y los Critters son
congelados para despertar en el año 2045 a bordo de una estación espacial, y
cuyo único punto rescatable es la participación de Brad Douriff.
¡Y qué suerte que los mercenarios de una
galaxia distante hablen inglés!
¡Ah! Por cierto: el argumento de Critters es casi casi un plagio del
argumento de otra película de ínfimo presupuesto, la súper sangrienta Engendro diabólico (McKeown, 1983).
PARA
LA TRIVIA: Corey Burton era el actor que hacía las voces de los
Critters y dijo haber inventado su idioma mezclando francés con japonés.
Guión
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0
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Dirección
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1
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Actuación
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2
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Fotografía
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1
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Música
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1
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TOTAL
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5
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