DOCTOR
STRANGE: HECHICERO SUPREMO
Doctor
Strange
Scott Derrickson, 2016
Tres
veces maulló el gato atigrado, tres veces y una más rugió el puerco espín, la
harpía ha gritado “¡Ya es hora! ¡Ya es hora!” En torno al caldero dad vueltas y vueltas, y en él arrojad víscera
infecta. Que hiervan primero los diálogos de Dr. House (2004-2012) que cría y suda veneno por treinta y un días
yaciendo dormido debajo de rocas: que sea cocido en la mágica olla… Dobla, dobla la zozobra; arde, fuego; hierve,
olla. Rodaja de Matrix
(Hnos. Wachowski, 1999) que vive en la ciénaga, aquí, en el puchero, que hierva
y se cueza, con dedo de rana y los efectos especiales de El origen (Nolan, 2010), y lengua de víbora y diente de lución, lana
de murciélago y actores buenos en papeles malos, pata de lagarto y ala de
mochuelo.
Y, básicamente, ésa es la receta para crear
el menjunje que es esta película... Antes de que lo mencionen, sí sé que un
hechicero es diferente de una bruja, es pura guasa cortesía de Willy Shakes.
Esta cinta cuenta la historia de Stephen
Strange (Benedict Cumberbatch, a quien por supuesto recordamos como Sherlock
Holmes en la serie británica Sherlock
(2010), un exitoso médico neurocirujano, quien sufre un terrible accidente
automovilístico que le deja las manos destrozadas. Después de un largo y poco
fructífero periodo de recuperación, Strange se encuentra devastado física,
espiritual y económicamente. Por ello, decide emprender un viaje al misterioso
monasterio de Kamar-Taj, en el Tíbet, en el cual aprenderá artes ocultas del
espíritu con suma rapidez. Tanta, que al Ancestral (la andrógima Tilda Swinton),
líder del monasterio, temerá que el Doctor siga los pasos de Kaecilius (Mads
Mikkelsen, ese actor danés del labio extraño que interpretara a Hannibal Lecter
en la infausta serie de TV Hannibal
[2013-2015]), un brillante discípulo renegado que ha formado su propio culto. A
su vez, Kaecilius pretende destruir los santuarios de los Hechiceros Supremos
alrededor del planeta para obtener la inmortalidad a cambio de entregar nuestro
mundo al Señor del Mundo Oscuro. ¿Podrá el doctor Strange detenerlo o el
Ancestral tendrá razón en sus predicciones?
Debo decir que esta película no está nada
mal... Tampoco está bien. Digo, para ser muy honesto, me pareció completamente
anodina. Me refiero a que la trama es la misma que la de cualquier película de
superhéroes estándar y nadie se quebró la cabeza para escribir el argumento,
que por momentos me parece prácticamente idéntico al de Ant-Man: El hombre hormiga (Reed, 2015). Incluso el tono es
similar, aunque menos cómico… o será que Cumberbatch tiene menos gracia. No,
no, el tipo está increíble como Holmes, debe ser que la fórmula ya se siente
gastada.
La película está bien actuada. Nada para
morirse, digo, pero los actores son creíbles en sus personajes. Y, en la
tradición inaugurada por James Bond y perpetuada por prácticamente cada
película se superhéroes que se ha hecho, en los papeles secundarios o “de
soporte” ‒que por eso se llaman así, porque sirven de soporte a la actuación
del protagónico... aunque Cumberbatch no lo necesita‒ tenemos a actores ya
consagrados. Como el Ancestral, un personaje que parece haber descubierto el
equilibrio entre las fuerzas de la Luz y la Oscuridad y que apunta para algo
interesante que no vemos en esta película, Tilda Swinton y, como el villano,
que de repente tampoco parece tan malo, Mikelsen. Las actuaciones de ambos son
cumplidoras y nada más, y más bien el que sobresale en su rol es Cumberbatch,
lo que me parece muy bien.
Eso sí, el maquillaje de Kaecilius está
increíble, lástima del diseño en general del personaje que no me parece
particularmente afortunado... de hecho, tanto el Ancestral como Kaecilius se
ven algo chafas. El Acestral de plano parece un cosplayer de Aang. ¿Y qué onda con sus libros antiguos? ¡Se ve que son de utilería, no pesan nada!
Aunque... pensándolo bien... sí hay que ser
un gran actor para hacer sonar creíbles y con naturalidad los largos
parlamentos explicativos sobre las teorías del New Age, que en realidad son
bastante superficiales y que son lo básico que uno podría aprender leyendo a
Eliphas Levi... o poniéndole atención a las letras de las canciones de Enigma.
Al final del día, estos diálogos se sienten rebuscados y poco coherentes, y si
se vuelven soportables en pantalla es por las habilidades histriónicas de los
actores que los hacen medio funcionar. Así que me corrijo, la peli está bien
actuada.
La producción en general está bien y las
secuencias filmadas en locación en el verdadero Katmandú se agradecen. Los
vestuarios sí quedan un poco a deber y más los efectos especiales. Los efectos
visuales se ven bien en las secuencias de peleas, la creación del Mundo Astral
me pareció ingeniosa y la escena del viaje astral es digna de un video de Jefferson
Airplane; pero algunas de las secuencias con escenarios virtuales,
principalmente las del Mundo Oscuro, son francamente terribles.
Y mi comentario del primer párrafo se
refiere al principal defecto de esta película: Mientras uno la ve, no puede dejar
de pensar en otro montón de películas de las que toma elementos. Las secuencias
en las que los discípulos de Kaecilius manipulan la realidad son muy parecidas
a esas famosas escenas de El origen
en las que el plano onírico se desmoronaba, las batallas que parecen desafiar
la gravedad recuerdan mucho a Matrix
y Matrix recargado (Hnos. Wachowski,
2003)... excepto las de los “cosplayers”, que ésas me recuerdan a Animatrix (Varios, 2003) y un par más a
pinturas de M.C. Escher. Y las escenas que pretenden ser intensas
emocionalmente están prácticamente calcadas de episodios de Dr. Gregory House: Diagnóstico médico
(que es como se llama la serie oficialmente en México… ¡Puaj!), hasta los
diálogos son casi los mismos.
Así pues, Doctor Strange es una película mediana por donde se la vea. No es
mala en absoluto; pero tampoco es algo imprescindible. Básicamente, uno puede
no verla y no pasa nada, no se pierde de gran cosa... ¡Hombre! Hasta el ya
tradicional Epílogo Marvel es poco interesante. Cumple con el objetivo de
entretener y hasta se ríe uno de repente, pero ahí no hay nada más.
PARA LA TRIVIA: Stan Lee y Steve Ditko, co-creadores del doctor
Strange, basaron su apariencia, como resulta evidente, en el actor Vincent
Price, particularmente en su interpretación del hechicero Erasmus Craven en la
clásica película El cuervo (Corman,
1963). De hecho, el segundo nombre del Dr. Strange es “Vincent”.
Guión
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0
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Dirección
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1
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Actuación
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2
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Fotografía
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1
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Música
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1
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TOTAL
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5
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Para mi siento que las películas de super héroes ya dieron lo que tenían que dar y ya están cerrando su ciclo, tengo la idea que después de las películas de Avengers Infinity War ya no habrá más que darle la despedida al Universo Cinematográfico Marvel, las han explotado tanto que ya dejaron de ser novedosas, fíjate en esta, sigue exactamente la misma fórmula planteada por Iron Man: una persona común y corriente con problemas psicológicos sufre una experiencia traumática que lo hace tocar fondo, entonces tiene una revelación y/o epifanía con ayuda de alguien que le hace replantear su vida así que renace como un nuevo super héroe con habilidades asombrosas que utilizará para el bien de la humanidad En teoría se oye muy bien, pero repetido mil veces ya cae un poco en la náusea ¿No crees?
ResponderBorrarCoincido. El cine de superhéroes ya está sobresaturado y mi pronóstico es que no sobrevivirá a la década. En Dr. Strange hasta la secuencia del Mundo Astral es exactamente igual a la secuencia de Ant-Man en la que se encoge al nivel subatómico.
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