TERROR EN EL CENTRO COMERCIAL (T. del A.)
Que es como me gustó llamarle a la película que en nuestro
país no tiene título oficial, pero en España se tituló Robots asesinos y que, desde su re-estreno, se llama
oficialmente Chopping Mall.
Jim Wynorski, 1986
Existen dos versiones de esta cinta. La versión original
que se estrenó en cine y se distribuyó en video con una duración de 77 minutos,
y la versión para TV con 95 minutos de duración. La diferencia son escenas
extendidas ‒que le dan al traste al ritmo de la cinta‒ de los personajes de
Ferdy y Alison conversando y mirando televisión, y tomas aéreas de
establecimiento al exterior del centro comercial. La versión para TV nunca fue
lanzada a la venta en formato casero.
¡Ah, las películas de
videoclub tienen ese je ne sais quoi que
me fascina! Sus portadas sugerentes pintadas con aerógrafo, sus títulos
extraños prometiendo un nivel dudoso de calidad; sus creativos, aunque poco
logrados monstruos, sus malas actuaciones y sus muy agradecidos desnudos gratuitos.
Digo, porque claro que había muchas películas de gran presupuesto en los
videoclubes; pero había muchas más que o se filmaban específicamente para ese
“selecto” mercado o que se hacían famosas de renta en renta. Éste último es el
caso de Terror en el centro comercial.
Esta peli, producida por la compañía
independiente Concorde, propiedad el Zar de la Serie B, Roger Corman, cuenta la
historia del centro comercial Park Plaza Mall. El nuevo sistema de seguridad
del Park Plaza consiste en una flotilla de robots provistos de armamento de
alta tecnología que neutralizará a cualquier posible asaltante. La noche en que
son puestos en funcionamiento los robots, un grupo de empleados decide quedarse
después de la hora de cierre para armar una alocada fiesta. Por desgracia, un
rayo alcanza la computadora central que controla los robots, convirtiéndolos en
máquinas asesinas que identifican como amenaza a cualquiera que se les ponga
enfrente.
No hace falta mucho seso para darse cuenta
de la evidente influencia de la obra maestra de James Cameron, El exterminador (1984), en esta cinta.
Incluso la Final Girl, Alison (Kelli Maroney), tiene cierto parecido con Linda
Hamilton y está vestida de manera similar a como lo hacía el personaje de Sarah
Connor. Y quizá los Killbots no tengan el carisma de Arnold Schwarzenegger,
pero su diseño está padre y se ve muy de los 80. Me recuerdan a Número 5, el
robot de la película Corto circuito
(Badham, 1986), pero malvados… y en bajo presupuesto. Y ambas películas se estrenaron
el mismo año... interesante.
La película originalmente se llamó Killbots, pero le cambiaron el título
por el juego de palabras Chopping Mall
después de re-estrenarla debido a una pésima recepción en taquilla. De hecho,
en varias escenas, los personajes se refieren a los guardias de seguridad
robóticos con el término “Killbots”. Éstos fueron construidos y operados por
Robert Short, artista de efectos especiales que colaboró también en películas
como Viaje a las estrellas (Wise,
1979) y E.T. el extraterrestre
(Spielberg, 1982).
Los efectos especiales son muy buenos en
algunas escenas, como en la que le vuelan la cabeza a una chica con un disparo
de plasma; en otras son terribles, como la muerte del personaje de Barbara
Crampton dizque incinerado... ¡y se nota a leguas que es un doble!; o la muerte
del personaje de Dick Miller, el actor fetiche de Roger Corman a quien seguro
recuerdadn como el Sr. Futterman en Gremlins
(Dante, 1984), que es verdaderamente hilarante.
Y, hablando de Roger Corman, esta película
no tiene el mayor empacho en ser auto-referencial. En el restaurante de
hamburguesas en el que trabajan dos de los personajes, las paredes están
tapizadas con películas de Concorde, New Concorde y New World, compañías del
mencionado Corman ¿Vieron el poster de La
galaxia del terror (Clark, 1981)? Por si fuera poco, en una escena podemos
observar que los personajes ven por televisión otra película de Corman: El ataque de los cangrejos gigantes
(Corman, 1957). En otra escena, una de las víctimas de los Killbots trata de
detener a su agresor gritándole “¡Klaatu barada nicto!”, una obvia referencia a
El día en que paralizaron la Tierra
(Wise, 1951)... en la que Corman no tuvo nada que ver, pero como chiste local
está bueno.
Como puede advertirse pues, esta película
no se toma a sí misma demasiado en serio y creo que tampoco deberíamos hacerlo
nosotros. Digo, aunque uno de verdad lo intentara, es difícil tomarse en serio
una película en la que los robots disparan plasma acompañado por el cómico
efecto de sonido que se usara para los rayos de las naves invasoras en La guerra de los mundos (Haskin, 1953).
El efecto es tan hilarante que Tim Burton lo utilizó para las armas marcianas
en su comedia Marcianos al ataque
(1996).
Además, la cinta tiene elementos
abiertamente cómicos. Como el intro, que describe la frenética vida de la clase
media estadounidense de los 1980 en un centro comercial y que me pareció de
antología. Seamos justos, a pesar de su guión chafa, la película tiene un
cierto subtexto. Bueno, básicamente se piratea la crítica social de El amanecer de los muertos (Romero,
1979), sobre el consumismo y que no necesitas nada más si estás en un centro
comercial; pero aun así es efectiva... y un poco más light. Digo, creo que la
edad de oro de los centros comerciales puede ubicarse desde finales de los 70
hasta finales de los 90, por lo que la crítica parece acertada.
La mayor parte de la película fue filmada
en locación en el centro comercial Sherman Oaks Galleria, en el centro de Los
Ángeles. Algunas otras escenas fueron filmadas en estudio.
Si el guión es malito, las actuaciones no
son mucho mejores; pero al menos se dejan ver... o dan risa. Incluso la hermosa
Barbara Crampton está mejor en otras películas malitas como Herbert West, Re-Animador (Gordon, 1985)
o, la que a mi gusto fue la mejor actuación de su vida, El perfil del Diablo (AKA Re-Sonator,
Gordon, 1986)). ¡Ah! ¿Qué sería de las películas de videoclub sin las
escenas topless de Barbara Crampton?
Lo que sí es muy bueno es el soundtrack.
Compuesto por Chuck Ciriano en un estilo SynthPop que suena tan a película de
serie B de los 80, con ciertos guiños al tema de El exterminador. Increíblemente, este soundtrack en su forma de álbum
apenas fue lanzado a la venta como un LP en años recientes.
Así pues, si uno no está en ánimos de ver
una película densa; sino entretenida, Terror
en el centro comercial es una gran opción. Es divertida, entretenida,
alocada y algo ramplona; pero lo bueno de no prometer mucho es que no
decepciona a nadie. Además, por si uno empezara a aburrirse, hay un par de
desnudos casi interesantes. No es ninguna joya del Séptimo Arte, pero sin duda
es una cura infalible contra el aburrimiento; en especial si uno no es tan
quisquilloso como para que le moleste que en la escena de la tienda de mascotas,
a pesar de escucharse una barahúnda de animales, las jaulas están vacías.
PARA LA TRIVIA: Los Killbots fueron construidos en su mayoría con piezas reutilizadas de sillas de ruedas y bandas transportadoras. Debido a las restricciones de presupuesto, pocos efectos visuales fueron usados para los robots; casi todas las acciones que realizan fueron ejecutadas en vivo frente a cámara.
Guión
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0
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Dirección
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1
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Actuación
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0
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Fotografía
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1
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Música
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2
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TOTAL
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4
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