ALIEN
VS DEPREDADOR
Alien
vs Predator
Paul W. S. Anderson, 2004
Existen
tres versiones de esta película: El corte original para cines (101 minutos), la
Edición extendida (103 minutos) y la Edición sin censura (109 minutos). Además
de las escenas reinsertadas y el inicio alternativo, las diferencias se
explicarán más delante.
Los crossovers en el cine no
son cosa nueva, como tampoco lo son las decepciones que nos brindan. Frankenstein y el Hombre lobo (Neill,
1943), King Kong vs Godzilla (Honda,
1962), o Freddy vs Jason (Yu, 2003) no
han sido más que una larga serie de eventos muy anticipados y que resultan
harto decepcionantes... con decir que de esta triada que recién mencioné, la
película que sale mejor librada es Freddy
vs Jason. Pa’l caso, creo que la más ingeniosa de estas contiendas de
universos compartidos ha resultado ser Tres hombres poderosos (Uçak, 1973), título original del crossover bastardo de
manufactura turca que en el resto del mundo es conocido como Santo y Capitán América contra Spider-Man.
A mediados de los ochenta se fundó en
EE.UU. una editorial independiente de cómics llamada Dark Horse Comics. Esta
editorial sabía que para posicionarse en el competido mercado de la narrativa
gráfica, antes de lanzar propuestas arriesgadas y novedosas, debía llenar sus
alcancías con cómics meramente comerciales. De tal suerte, Dark Horse consiguió
la licencia para publicar cómics basados en la exitosísima película de la
Twentieth Century Fox, Aliens: El regreso
(Cameron, 1986).
Aunque los cómics eran en blanco y negro
para abaratar costos de producción, el arte era de primera calidad y las
historias eran profundas e interesantes. Esto le abrió las puertas a Dark Horse
para adquirir otras licencias como Depredador, Terminator, RoboCop y Star Wars
(estas dos últimas las tenía Marvel anteriormente).
Sin embargo, para finales de la década, las
ventas de estos cómics habían bajado, por lo que Dark Horse se vio en la necesidad
de convocar a una junta emergente que generara ideas para nuevos títulos. En
medio de la lluvia de ideas, Chris Warner, uno de los artistas y editores de
Dark Horse en tono de broma gritó “¿Por qué no hacemos Alien contra
Depredador?” Todos los miembros de la junta soltaron una sonora carcajada, que
se fue acallando poco a poco mientras caían en cuenta de las ricas
posibilidades de esta idea.
La serie original de cómics de Aliens vs Predator se publicó en cuatro
ediciones en 1990 y retoma elementos de las dos primeras películas de Alien, así como de la primera de
Depredador mezclándolos con un toque de western.
En este cómic se narra la historia de una
colonia terraformadora, propiedad de la compañía Chigusa, instalada en el
desértico planeta Ryushi. Lo que Chigusa y la dirigente de la operación local,
la guapa e inteligente Machiko Noguchi, no sabían era que Ryushi
tradicionalmente estaba en la lista de cotos de caza de un clan de
depredadores, cuyo viaje actual ha sufrido numerosos imprevistos: Uno de los
jóvenes del clan se ha rebelado contra el líder conocido como Cuerno Roto,
quien termina desaparecido en Ryushi; y por otro lado, sin que los depredadores
se den cuenta, el alien reina que tienen cautivo para que produzca xenomorfos
que sirvan como presas de sus cacerías ha desovado un huevo de reina, que cae
en Ryushi.
Así pues el clan de Cuerno Roto, siguiendo
a su nuevo líder, rompe su código de honor y comienza a cazar tanto a
xenomorfos como a humanos, sin advertir que la colonia terraformadora se ha
convertido en el nido de un nuevo alien reina y su colmena. Así pues, Machiko
deberá aliarse con el exiliado Cuerno Roto para salvar a la gente de la colonia
y restablecer el orden en el clan de depredadores.
Esta serie de cómics fue un éxito absoluto
que generó secuelas y series subsiguientes, además de que la historia fue
adaptada a otros medios, como novelas y, quizá el que ayudó a difundir la
franquicia en mayor medida, los videojuegos. Ante tal éxito, para 1994 la
Twentieth Century Fox anunció oficialmente que produciría una película basada
en los cómics lo que, por supuesto, generó una oleada de expectativa entre los
fans que llegaron incluso a esparcir el rumor de que existía un ánime basado en
la franquicia.
Sea como fuere, los años pasaron y pasaron,
y la idea de la película de Alien vs Depredador
pareció quedarse en el tintero. No fue sino hasta diez años después cuando el
director, escritor y productor Paul W.S. Anderson retomó el proyecto que alguna
vez llamara la atención de Robert Rodriguez y lo materilizó.
Y ojalá se hubiera quedado en el tintero.
La película resultante fue una cinta de
acción que sirve como precuela a Alien:El octavo pasajero (Scott, 1979) y como secuela a Depredador 2 (Hopkins, 1990). Y es interesante que ambas
franquicias luego produjeron películas que sacarían a Alien Vs Depredador de su cronología. En el caso de depredador,
sería Depredadores (Antal, 2010) y en
el de Alien, Prometeo (Scott, 2012).
La cinta de Anderson narra la historia de
la Corporación Weyland (forma primigenia de la Corporación Weyland-Yutani de la
saga de Alien), dirigida por Charles Bishop Weyland (Lance Henriksen, en su
tercera interpretación del personaje, aunque en Aliens se trataba de un androide y en Alien 3 [Fincher, 1993] de un clon… dependiendo de la edición que
uno viera), que organiza una expedición a la Antártida luego de recibir
imágenes satelitales que informan sobre la presencia de una gran fuente de
energía artificial debajo de un campamento ballenero abandonado. La expedición,
liderada por la espeleóloga —¿Se han dado
cuenta de lo comunes que son los espeleólogos en las películas? En mi vida he
conocido uno o a alguien que conozca a uno— Alexa Woods (Sanaa Lathan) descubre
que bajo la capa de hielo de la Antártida hay una pirámide ancestral que fue
utilizada por los depredadores para sus cacerías rituales de xenomorfos.
Así pues, la expedición queda atrapada en
medio de la cacería. Los cazadores, a su vez, se convierten en presas cuando
los xenomorfos se salen de control. Alexa formará una alianza con el líder de
los depredadores —conocido para todo fin práctico como Scar Predator, debido a
la escorificación que lleva en la frente— para salir con vida de la pirámide,
cuya estructura se reconfigura constantemente, y evitar que los xenomorfos
lleguen a la superficie terrestre.
Como bien puede advertirse, muchos
elementos del cómic original fueron retomados para la cinta; pero son aquéllos
en los que se distanció de la obra de Dark Horse en los que acabó por perder.
Por principio de cuentas está el asunto de que
esta historia tome lugar en la Tierra. Digo, sí está chida la propuesta de los
depredadores como alienígenas ancestrales, que por cierto ya se había tratado
en los cómics también, pero… ¿Los aliens? Quiero decir, ¿qué no Ellen Ripley y
sus amigos se pasaron cuatro malditas películas tratando de evitar que los
xenomorfos llegaran a la Tierra, pues con sólo uno que plantara sus patas en
ella aniquilaría toda la civilización? ¿Y ahora me salen con su mamada de que
los aliens siempre estuvieron aquí? ¡Por favor!
Por otro lado, está el hecho de que la
historia suceda en el presente. Aunque sí hay algunos elementos de Ciencia
Ficción y montones de tomas de planos holográficos como las que siempre le han
encantado a Anderson, la verdad es que el hecho de que esta historia ocurra en
el 2004 le quita mucho de su encanto a los aliens.
Además, dicho sea de paso, los xenomorfos
pierden algo en esta cinta. De algún modo, parecen haber perdido parte de su
“fineza”. Por alguna razón, no sé si se deba al diseño —que es básicamente el
mismo de Alien: La resurrección
(Jeunuet, 1997), pero en negro y con patas plantígradas— o al guión
—ciertamente no a la actuación, pues los xenomorfos son interpretados por Tom
Woodruff Jr. Quien viene metiéndose en la botarga de alien desde 1986—o a la
digitalización de muchas de sus escenas, pero los aliens de esta película
simplemente no funcionan, se ven como lagartijas. Y ni qué decir del alien
reina, quien termina pareciéndose más al T-Rex de Parque Jurásico (Spielberg, 1993) que a sus encarnaciones previas.
El diseño que sí sufrió un cambio radical
fue el de los depredadores. Si ustedes recuerdan, estos cazadores
interplanetarios tienen unas mandíbulas como de jaiba enmarcando una pequeña
boca que más bien parece una vulva con cinco colmillos, dos arriba y tres
abajo. Pues bien, como en esta peli los depredadores iban a ser “los buenos”,
el equipo de diseño buscó darles una apariencia más humana, por lo que les
pusieron cuatro colmillos en el maxilar superior y ojos marrones, en contraste
con los amarillos que habían tenido siempre.
Y
hablando de las cosas que faltaron en esta cinta ¿Se acuerdan de que las
películas de Depredador eran extremadamente sangrientas? Las de Alien no tanto,
pero ahí se iban —¿Recuerdan la escena de Alien
3 en la que a un tipo lo despedaza un ventilador gigante?— ¿Y Alien vs Depredador? ¡Nada ¡Cero! ¡No
hay una maldita gota de sangre en toda la película! ¿O qué? ¿Porque están en la
Antártida la sangre no fluye o cómo? Ni siquiera hay sangre en la escena en la
que emerge un chestburster.
Aunque no sé qué sea peor. Si la deliberada
falta de escenas sangrientas a lo largo de la película para que ésta alcanzara
la clasificación PG13 (para mayores de 13 años) o que en la Edición sin censura
le hayan agregado sangre digital a las escenas. ¡Terminaron viéndose peor!
En la Edición extendida de la cinta se le
agregó un inicio alternativo y un par de escenas fueron extendidas. El inicio
original de la cinta estaba más padre porque hacía una referencia a Aliens: El regreso; pero en el
alternativo vemos una escena ubicada en 1904, cuando el campamento ballenero
estaba operando y fue el terreno de batalla de las dos especies
extraterrestres.
Sin embargo, en la Edición sin censura, no
sólo se le agregó la sangre digital a las escenas violentas, sino que todas las
escenas que Anderson y su editor sacaron del corte original fueron reinsertadas
en la película. La mayoría de ellas habían quedado fuera porque tenían un tono
más bien cómico, o porque de plano no funcionaban. Por ejemplo la escena en la
que el Scar Predator le juega una broma a Alexa o aquélla otra en la que se
explica que la cacería se salió de control porque estos depredadores no eran
cazadores experimentados, sino adolescentes que cumplían con un rito de
iniciación.
Escenas más, escenas menos y con o sin
sangre digital, esta película me pareció un fracaso desde la primera vez que la
vi. Es entretenida, eso sí; pero no mucho más. Recuerdo que en alguna revista
de cine decían que era sólo para los muy fans, lo que me hizo preguntarme ¿Por
qué la opinión general es que cuando uno es fan de algo debe ser un idiota que
consuma por una compulsión digna de Pac-Man todo lo relacionado con ese algo?
¿Qué no deberíamos ser los fans quienes fuéramos más exigentes con estos
productos?
A final de cuentas, me sentí muy
decepcionado de que me tuvieran esperando diez años por esta tontería. Que con
todo, es infinitamente superior a su secuela...
PARA
LA TRIVIA: En etapas iniciales de producción se planeaba que el
actor Peter weller (Alex Murphy en RoboCop,el defensor del futuro [Verhoeven, 1988]) hiciera un cameo como John
Yutani, el co-fundador de la compañía Weyland-Yutani. Weller salió del
proyecto, por lo que el papel fue ofrecido a Gary Busey, quien participó como
el científico que desea atrapar al depredador en Depredador 2 (Hopkins, 1990). Finalmente, el personaje de John
Yutani fue sacado por completo de la película.
Asimismo, como una especie de apuesta,
Arnold Schwarzenegger se ofreció a hacer un cameo como su personaje de Depredador, el mayor Dutch Schaeffer, si perdía las elecciones de California.