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domingo, 31 de mayo de 2015

MAD MAX: FURIA EN EL CAMINO. Rápido y Furiosa.



MAD MAX: FURIA EN EL CAMINO
Mad Max: Fury Road

George Miller, 2015.

Los caminos son trampas mortales por las que circulan restos de vehículos modificados para el ataque conducidos por mutantes deformes, las vías son asoladas por pandillas de bandoleros y piratas, la ley no es ni un recuerdo ya, y el combustible es un bien que se paga con la vida… No, no hablo de la Ciudad de México[1]; sino del futuro postapocalíptico en el que se desarrolla la más reciente entrega de la saga del Guerrero de la Carretera, Mad Max;, en esta ocasión interpretado por Tom Hardy, a quien quizá recuerden como Bane en Batman: El Caballero de la Noche asciende (Nolan, 2012)… o no, porque lleva tres cuartas partes de la cara cubiertas durante toda la película; quizá por eso en esta cinta también pasa gran parte de su tiempo en pantalla con un bozal.
    Nunca fui fanático de las películas de Mad Max, pero me gustan y recuerdo que las vi mucho cuando era niño porque las pasaban mucho en televisión.



    En esta ocasión, Max Rockatansky es capturado y despojado de sus pertenencias (e incluso su sangre) por un clan de guerreros que viven subyugando esclavos en una Ciudadela en medio del desierto. Cada determinado tiempo, el malvado líder Inmortan Joe (Hugh Keays-Byrne) envía a salvajes conductores de camiones de guerra llamados “imperatores” a recolectar suministros de los poblados aliados. Pero esta vez, la imperator conocida como Furiosa (hábilmente interpretada por Charlize Theron) traiciona a Inmortan robándole a su harem para liberar a sus esposas y llevarlas a la Tierra Verde. En medio de la persecución para atrapar a Furiosa, Max se ve obligado a unir fuerzas con ella para sobrevivir… Esperen, esperen… ¿Qué no es ésta prácticamente la misma trama de Mad Max III: Más allá de la Cúpula del Trueno (Miller, 1985) en la que Mad Max (en aquel entonces Mel Gibson) es desojado de sus pertenencias y, siguiendo el rastro de los ladrones, llega a la ciudad de Bartertown, gobernada por Aunt Entity (interpretada por… ¡¿Tina Turner?! Quien, como no podía ser de otro modo, canta el tema de la película We Don’t Need Antoher Hero), quien lo obliga a pelear en el coliseo conocido como la Cúpula del Trueno, para después exiliarlo al desierto donde un grupo de niños lo adoptarán como su líder para que los lleve a una tierra prometida que… ¿Saben qué? Mejor hablaré de esto al final.



    Volviendo a la película de la que estábamos hablando originalmente, Furia en el camino, la verdad es que se trata de una película muy disfrutable. Lo primero que uno nota cuando la ve, y con lo que continúa maravillándose a lo largo de sus dos horas de duración, es sin duda la fotografía. Es simplemente exquisita. George Miller, quien ha dirigido todas las películas de Mad Max ‒y produjo las dos de Babe, el puerquito valiente; pero ésas no impresionan tanto‒, y su fotógrafo John Seale, quien hizo la fotografía de películas como Gorilas en la niebla (Apted, 1988) o El paciente inglés (Minghella, 1996), se dan vuelo con amplias tomas de establecimiento en las que casi casi se puede sentir la textura de la arena, celajes ricos y llenos de color y una atención minuciosa en mostrar los detalles de los personajes, desde el cuerpo deforme y lleno de llagas de Inmortan Joe hasta los esbeltos y atractivos cuerpos de sus esposas; pasando por la intrincada estructura del camión de guerra y las escarificaciones de los seguidores de Inmortan.
    Más aún, si algo se gradece sobremanera es que se redujo al mínimo la utilización de efectos digitales. Prácticamente todas las tomas que sea hicieron fueron en escenarios reales, utilizando el CGI solamente para intensificar los colores o resaltar relieves.   
    Del mismo modo, siendo Miller un verdadero obseso de los efectos prácticos, la gran mayoría de los efectos especiales son físicos: las explosiones son reales, los autos chocando son reales, muchos de los stunts son completamente reales… ¡La condenada guitarra-lanzallamas del bardo que seguía a Inmortan Joe era real! Y me refiero a que George Miller comisionó a Gibson para que construyera una guitarra eléctrica-lanzallamas completamente funcional (de hecho, todo el camión con tambores y altoparlantes funcionaba en verdad)[2] con un peso de alrededor de 60kg y operada por el artista australiano Iota, quien controlaba las flamas con la barra de trémolo[3].



    Los pocos efectos digitales que se usan en pantalla son muy bien utilizados. Amé la escena de la tormenta de arena. Recuerdo haber pensado: ¡Wow! ¡Es como si alguien tomara Dunas (Lynch, 1984) y la hiciera bien!... Por cierto, el clímax de Mad Max III… se desarrolla en una tormenta de arena, sólo que ésa fue real.
    Y, finalmente, Furiosa. Por supuesto que tenía que hablar de Furiosa. Sin duda, ha sido uno de los elementos más sobresalientes de esta película… y quizá, me atrevo a decirlo, uno de los más sobrevaluados. No me malinterpreten, es un gran personaje (sobre todo por su habilidad para lograr un maquillaje con acabado de aerografía utilizando solamente sus dedos y grasa automotriz). Se ve muy ruda rapada (Theron se afeitó la cabeza de verdad) y con su brazo mecánico, además de ser el personaje más inteligente de toda la cinta, creo. Lo que me pareció un poco ingenuo fue el público que alaba a Furiosa como un “personaje femenino fuerte”, una “heroína de acción” que no por serlo, y sin ser vista como objeto sexual, pierde su femineidad… ¡Como si nunca hubiera existido una Ellen Ripley!
    Y justo con este punto quiero entrar a hablar de lo que no me gustó de la peli.
    Por principio de cuentas está el elemento de la completa falta de originalidad. Rara vez le reprocho esto a una película; es más, ni siquiera creo que sea relevante en una cinta si es copia de otra o no, mientras sea interesante y esté bien lograda; pero… piratearse otra película de la misma saga y, lo que es más, la inmediatamente anterior. Ya sé que eso fue hace treinta años, ¡pero hay Netflix, caramba! Y lo que es peor, este argumento ya se lo habían pirateado hace veinte años para ese monumento al fracaso taquillero llamado Mundo acuático (Reynolds, 1995).



    Y ahora que lo pienso… La trama de Mad Max III es sospechosamente parecida a la de Mad Max II: El guerrero de la carretera (Miller, 1981), en la que Max Rockatansky encuentra una refinería de petróleo habitada por un clan de supervivientes que son sometidos por una banda de motociclistas y éstos lo contratan para que los escolte mientras transportan su combustible a un lugar seguro.
    De hecho… haciendo memoria, la primera Mad Max, en la que el policía renegado Max Rockatansky (Mel Gibson) recorre la carretera para vengar el asesinato de su familia y su compañero a manos de una banda de motociclistas en un futuro post-apocalíptico, es en realidad un pastiche que mezcla Vengador anónimo (Winner, 1974) ‒en la que el arquitecto Paul Kersey (nuestro querido Charles Bronson) se convierte en un vigilante que asesina delincuentes por las noches para vengar el asesinato de su familia a manos de una pandilla‒ y Carrera mortal 2000 (Bartel, 1975) ‒en esta cinta ambientada en un futuro distópico se lleva a cabo una carrera de autos a través de EE.UU. en la que los competidores ganan acumulando puntos que obtienen atropellando gente‒. Comienzo a sentirme timado por toda la saga de Mad Max… 
    Ahora, volvamos a Furia en el camino, pues quiero hablar de un punto que en un primer visionado podría pasar inadvertido: ¿No les parece que hace falta Mad Max en su película de Mad Max? Quiero decir, ¿notaron que con o sin Max la película sería exactamente la misma? Sí, sí, ya sé que le dona sangre a Furiosa en una resolución por completo inverosímil ‒si nunca suturaron o cauterizaron la herida de Furiosa, la sangre igual seguiría saliéndose, ¿no? Por mucha que le donaran‒; pero desde el principio uno sabe cómo va a resultar todo. SPOILER Yo hubiera preferido que el personaje muriera, hubiese sido mucho más heroico que salvarlo de una forma por entero complaciente TERMINA SPOILER. Digo, finalmente se trata de la historia de Furiosa y las esposas de Inmortan, no de la de Max ‒que quedó resuelta en la primera peli‒, quien apenas si tiene una docena de parlamentos en toda la película.



ESTE TEXTO CONTIENE SPOILERS
De hecho, me dio la impresión de que toda la película es completamente innecesaria y lo explico a continuación:
    ¿Para qué Max y Furiosa se embarcan en una travesía en la que muere tanta gente, tantos vehículos son destruidos y Furiosa termina con “aeroventilas” en los costados si de todos modos iban a regresar a la Ciudadela? Por cierto que en Mad Max III, los niños también acompañan a Max de regreso a Bartertown una vez que creen haber encontrado Tomorrow Morrow Land.
    Y las ancianas motociclistas… ¿Se dieron cuenta de que estaban mejor antes de encontrar a Furiosa? Digo, ¿notaron que se sacrificaron por absolutamente nada?
    También recuerdo que desde niño cuando pasaban estas películas me preguntaba: Si la gasolina es tan costosa ¿Por qué la usan para todo? Digo, hasta la tercera parte es que a alguien se le ocurre usar camellos, pero si el mundo es un desierto y necesitan transportarse a alta velocidad yo pensaría primero en un velero terrestre que en cualquier otra cosa.
    Y finalmente, ¿alguien notó que Furiosa no liberó a los esclavos de la Ciudadela cuando tomó control de ella? Al parecer lo único que hizo por ellos fue darles un montón de agua… Lo que ya hacía regularmente Inmortan Joe, de todos modos. Más que una liberación, parece que sólo hubo un cambio de administración; será por eso que hubo gente que entendió esta película como un panfleto “feminista”.
TERMINAN SPOLIERS


 A final de cuentas, ésta no es la propaganda feminista y anti-islámica que me habían contado. Es una excelente película de acción sin demasiado contenido ni demasiada originalidad, y en esto es consecuente con las entregas anteriores de la saga. Y tampoco es que necesite contenido o discurso alguno, se trata un melodrama lleno de acción que no deja al espectador descansar ni un momento, filmado al estilo de la vieja escuela, con imágenes poderosas, algunos gags bastante eficientes y que, sobre todo, cumple con su objetivo: entretener y emocionar al público, tanto como para mantenernos interesados durante dos horas… Y eso no algo de lo que puedan jactarse la mayoría de las películas actualmente.

... Y si sólo Furiosa sabía la combinación para encender el camión ¿Cómo fue que Nux (Nicholas Hoult) pudo echarlo a andar en medio de la noche?

PARA LA TRIVIA: Hugh Keays-Byrne, quien interpreta a Inmortan Joe interpretó también a Toecutter, el líder de la banda de motociclistas que asesinan a la familia de Max en la primera película de la serie.





[1] La idea original de esta analogía es de mi novia Karla Esquivel, yo sólo parafraseo.
[2] Información obtenida de http://www.popularmechanics.com/culture/movies/a15599/mad-max-fury-road-guitar-flame-thrower/
[3] Información obtenida de www.imdb.com


domingo, 24 de mayo de 2015

SED. Los vampiros que vinieron de Corea.



SED
Conocida mundialmente por su título en inglés, Thirst, pero que en su natal Corea del Sur se llamó Bakjwi (que significa “murciélago”).

Chan-Woon Park, 2009.

¿Se acuerdan cuando los vampiros daban miedo? ¿Recuerdan que en alguna época los vampiros eran seres temibles, depredadores acechando el sueño de los vivos para robarles la vida y condenar sus almas? Bueno, pues si lo recuerdan y ésos son los vampiros que les gustan, ésos que son en realidad una plaga que podría acabar con nuestra especie  y no aquéllos que por alguna inexplicable razón decidieron vivir eternamente para ir a la prepa por siempre jamás, esta película es para ustedes.
    Sang-hyeon (Kang-ho Song) es un sacerdote católico que voluntariamente se ofrece a ir a un hospital-misión en África para participar en las pruebas de una vacuna experimental creada para acabar con un mortífero virus parecido a la viruela. Sang-hyeon es inoculado con el virus; pero el tratamiento no es exitoso y muere… por unos minutos porque una transfusión de sangre administrada poco antes de su deceso le devuelve la vida. La comunidad cree que se trata de un milagro; pero el sacerdote, tras mudarse a la casa donde su oligofrénico mejor amigo de la infancia vive con su madre abusiva, Lady Ra (Hae-Suk Kim) y su hermana adoptiva/esposa Tae-ju (Ok-bin Kim), descubre que la sangre que lo salvó era la de un vampiro, por lo que lo invadirá una insaciable sed de sangre a la que después se sumará la muy correspondida lujuria por Tae-Ju.


    Lo que es muy interesante del vampiro en esta película es que incluso se aleja del vampiro gótico planteado por John William Polidori en el Romanticismo. La creatura en la que se convierte Sang-Hyeon no es un aristócrata guapo y encantador que vive en eterna melancolía y seduce jovencitas. En esta película el no-muerto es una criatura enferma, que no reflexiona y filosofa sobre su condición, sino que la padece y, por la mala, llega a la comprensión de que es una amenaza para aquéllos que lo rodean. Éste es ese vampiro que depreda a quienes lo quisieron en vida y lo hace de muchas formas diferentes.
    En esta película, Chan-Woon Park logra una atmósfera claustrofóbica a través de claroscuros, planos cerrados y tomas preciosistas. Esta atmósfera refleja perfectamente lo que el director quiere decirnos: los personajes de esta peli son prisioneros. Viven en un modesto departamento en la planta superior de una tienda, las puertas y las ventanas están abiertas todo el tiempo; pero los personajes no pueden salir: Sang-hyeon de su maldición, Tae-ju de su esposo violento e idiota —aunque tiene la costumbre de salirse a caminar por las noches, apenas para tomar aire fresco, fingiéndose sonámbula—; éste, a su vez, lo es de su madre castrante y ella, posteriormente en la película, de su propio cuerpo al quedar en estado catatónico.


    La película, a través de los encuentros sexuales entre el sacerdote y su amante, toma tintes eróticos que al final resultan ser perturbadores.
    Ahora bien, también puede advertirse un juego de crescendo/diminuendo en la pareja de amantes que resulta muy interesante y que mantiene la tensión durante toda la película. Y es que, una vez que se ha transformado, Sang-hyeon se vuelve más humano: experimenta los placeres carnales y está más en contacto con sus emociones; además, conforme la película va avanzando, empieza a tomar conciencia de la amenaza que representa y de su responsabilidad para con su discípula.
        En contrapunto, Tae ju enloquece con el poder que le da la maldición de sangre y, tras vivir toda su vida subyugada por su hermanastro y posterior esposo, y su madre adoptiva y posterior suegra, decide que debe cobrárselas con la gente que la rodea. No importa si son personas inocentes, familiares o amigos, su sed de sangre la lleva al borde de la locura.
    A final de cuentas, ésta es una historia de amor; pero enmarcada dentro de una tragedia. Como una especie de Romeo y Julieta, donde los amantes son consumidos por aquello en lo que se han convertido; por la culpa, el temor de ser descubiertos, la lujuria y la locura… Sí, es un Romeo y Julieta con todas las de la ley, jaja. Pero hay vampiros y mucha sangre.


    Además, las actuaciones son muy buenas y me gusta el tratamiento que hacen de los vampiros. No hay colmillos como de navaja automática, no hay mandíbulas elongadas ni garras cadavéricas. Sólo personas comunes y corrientes… que corren por los tejados y son capaces de empujar un cuerpo más de doce metros en el aire. Además, la parsimonia con la que lo hacen les da un toque aún más aterrador.
    Otro punto sobresaliente de la película es su fotografía. Además de los claroscuros que ya mencioné, el fotógrafo y el iluminador juegan mucho con las saturaciones de color, y en una misma toma mezclan áreas de negros o blancos casi totales con zonas de intensos colores rosas, azules o amarillos, por mencionar algunos. Y cuando los vampiros pintan la casa de blanco y asesinan a sus víctimas salpicando sangre por todos lados, las imágenes se vuelven sumamente dramáticas y bellas.


    Así pues, ésta es una película muy recomendable de fantasía oscura. Elementos de suspenso, terror y  horror matizan una obra que con su ritmo lento y tranquilo y con casi dos horas de duración, podrá no ser del agrado de muchos; pero quien le tenga la paciencia suficiente se verá recompensado. Se trata de un análisis casi poético de la condición humana vista desde la perspectiva de quienes la han perdido.


lunes, 18 de mayo de 2015

LOS VENGADORES: LA ERA DE ULTRÓN. O "The Avengers vs Frankenstein"



LOS VENGADORES: LA ERA DE ULTRÓN
Avengers: Age of Ultron


Joss Whedon, 2015.


La primera película de las (ahora así llamados) “Ávenllers” fue todo un logro de las películas de superhéroes al lograr conjuntar con éxito las líneas argumentales y a casi todos los actores originales de diferentes franquicias exitosas de cómics —Edward Norton huyó y tuvo que ser reemplazado por Mark Ruffalo como el Dr. Bruce Banner/Hulk—, cada una de ellas un estelar por derecho propio, en un solo producto con alto valor como entretenimiento. Bien escrita, bien actuada y  bien producida. Por supuesto, una secuela estaba garantizada, pero ¿estaría la continuación a la altura de la original?
    La historia comienza con los Vengadores asediando un castillo europeo para recuperar el cetro de Loki de las manos de agentes de HYDRA, quienes ahora además cuentan con la ayuda de dos poderosos aliados, los gemelos Wanda (Elizabeth Olsen) y Pietro (Aaron Taylor-Johnson) Maximoff —en los cómics, hijos del mutante Magneto, en esta película y Capitán América y el Soldado del Invierno (Hnos. Russo, 2014)   de origen desconocido porque Disney aún no asegura los derechos de X-Men… de hecho, en la peli nunca se refieren a los gemelos como “mutantes”, sino como “humanos mejorados”—. Total que los Ávenllers recuperan el dichoso cetro y, sin avisar a sus compañeros, Tony Stark (Robert Downey Jr. En el papel que lo volvió a lanzar al estrellato) y Banner se ponen a estudiarlo, descubriendo un gran poder en su interior; pero al mismo tiempo liberando una especie de malware alienígena conocido como Ultrón (voz del gran James Spader) que infecta la internet para después buscar construirse un cuerpo para conseguir su objetivo final: la evolución de la raza humana… aunque esto implique su aniquilación.


    Y apenas acabando de escribir el segundo párrafo, ya detecté plagios (referencias les llaman los laxos) al libro Yo, robot de Isaac Asimov (1950), al anime Ghost in The Shell (Oshii, 1995) y a Terminator (Cameron, 1984). Y así es toda la película. Es de ésas que cuando uno las ve, siente que fueron armadas con pedazos de otras películas; además de la obvia referencia a Pinocho (Ferguson et al. 1940) con la canción que canta Ultrón. El SPOILER romance entre Black Widow (interpretada por tercera ocasión por Scarlett “por-mi-voz-se-oye-que-me-fumo-varias-cajetillas-al-día” Johansson) y Hulk no sólo es clichesoso y predecible, TERMINA SPOILER sino que tiene muchos visos a King Kong (Cooper y Shoedsack, 1933). Y, finalmente, todo el argumento en su conjunto, en el que los Ávenllers son desprestigiados ante el público y deben huir para refugiarse en la granjita de la familia de Hawkeye (Jeremy Renner)… ¿No es exactamente el mismo argumento de Capitán América y el Soldado del Invierno?
    Como sea, siempre me pareció que el mayor acierto de la primera película de Los vengadores (Whedon, 2012) era el maravilloso equilibrio que lograba su guión. Ninguno de los superhéroes recibía mayor atención que otro, las historias individuales de cada uno eran interesantes y lograban acoplarse muy bien con el conflicto de la historia central.
    Bien, pues todo eso desaparece en esta segunda parte. La aparición de Quicksilver y Scarlet Witch se siente un tanto apresurada y, al no poder mencionar su relación con Magneto, la verdad es que su background se siente superficial. Del mismo modo, creo que el argumento se centra demasiado en Tony Stark —siguiendo la línea argumental lógica, uno pensaría que están preparando la historia para Captain America: Civil War— y Hulk. Es más: reto a alguien a que me diga qué escena de Thor recuerda de esta película además de la de la borrachera y el Mjolnir.


    Así, la película cojea del mismo lado que su predecesora: Recurre a muchos clichés, es predecible y quizá dura demasiado. Añádase a esos defectos la ya mencionada sensación de que esta cinta es una “Creatura de Frankenstein” armada con piezas de otras películas. El timing de los chistes sigue siendo bueno; pero la verdad es que se extraña la química que los actores tenían en pantalla en la primera parte.
    Algo que también me parece un tanto molesto y que aparece en prácticamente todas las películas de acción de esta década y parte de la pasada es el “realismo” que los realizadores tratan de darle a su show con la “cámara en mano”. Es como si sintieran que a su película le hace falta acción, entonces para que parezca que están pasando muchas cosas muy emocionantes la cámara se bambolea todo el tiempo. ¿Por qué hacen eso? Con tanto temblor a veces ni se pueden apreciar los efectos especiales fastuosos o las complejas coreografías que los actores ejecutan en pantalla. He de concederles, eso sí, que este efecto de “no estamos seguros qué estamos filmando pero los de Mercadotecnia nos dijeron que necesitaba acción” va disminuyendo conforme avanza la película.
    Ahora, ¿cuáles son los puntos buenos? Bien, pues la película tiene muy buen ritmo. Con una duración cercana a las dos horas y veinte minutos, la verdad es que en ningún momento se vuelve aburrida. Incluso en las escenas que son más explicativas siempre hay algo interesante sucediendo en pantalla. Si algo sabe hacer muy bien el monopolio Disney/Pixar/Marvel/Lucasfilm son productos de alto contenido de entretenimiento y esta película seguramente lo es.
    Otro elemento que me ha gustado siempre de las películas de Marvel es que ponen mucho esmero en el diseño de los personajes. Por lo general, han logrado un equilibrio entre los vistosos trajes de lycra de colores de los cómics y las versiones mayormente de neopreno, caucho y fibra de vidrio que se usan en las versiones cinematográficas —Dios te bendiga, Batman de Tim Burton (1989), Dios te bendiga—.


    Lo anterior queda más que claro en el personaje de Vision (Paul Bettany). Quiero decir, un tipo de piel magenta vestido con un unitardo verde y capa dorada, y con una vistosa gema en la frente es más lo que uno esperaría ver en una fiesta de Drag Queens que en una película de superhéroes. Y sin embargo aquí está, en carne y hueso y se ve genial. ¡El diseño funciona!
    El único vestuario que siento que sí quedó un poco a deber fue el de Black Widow, que más bien parece sacado de Tron: El legado (Kosinski, 2010)… Y uno entiende que los Maximoff no iban a llegar ya vestidos con sus súper trajes como en los cómics; pero hubiera sido padre verlos con atuendos un poco más personalizados. Y a Scarlett Witch con esa suerte de diadema que siempre le ponen en los cómics.
    Las actuaciones de todos son cumplidoras, no hay nada sobresaliente o siquiera brillante; sino ejecuciones correctas por parte de todos. Como lo dije arriba, un poco de la chispa de ver a estos héroes reunidos se ha perdido en esta secuela.
    Con todo, la verdad es que es una película entretenida. Tiene mucha acción y mucha simulación de acción, los efectos especiales inundan la pantalla y hay un par de chistes buenos. Aunque la peli es larga no se siente y, a pesar de ser predecible y estar llena de clichés, lo mantiene a uno pegado a la butaca.


    Y aunque la peli me agradó, no puedo dejar fuera un par de comentarios finales, la verdad:
    Primero: Si un tren ya se salió de las vías, ¿de verdad puede recorrer tanta distancia? ¿No la fricción haría que se volcase primero?
    Segundo: Inducido por Scarlett Witch, Black Widow tiene un flashback muy denso sobre su entrenamiento durante la pubertad. Es raro ver a otra actriz interpretando a Natasha Romanoff de catorce años cuando uno sí se acuerda cómo se veía la Johansson a los catorce años.
    Tercero: Sí, las películas están padres; probablemente las de Disney/Pixar/Marvel/Lucasfilm sean las mejores películas de superhéroes que hemos tenido en años y, por supuesto, el hecho de ver a varios de ellos reunidos en un solo equipo es una idea deliciosa, por no mencionar la verdadera hazaña de planeación y producción que significan estas películas. Pero siempre me ha parecido que los Ávenllers es un equipo medio chafón… Quiero decir, la razón por la que surgió el cómic de The Avengers fue, en gran parte, porque estaban bajando las ventas de las líneas individuales de los personajes. Y ya después, todo mundo que se salía de otros equipos de superhéroes iba a parar a The Avengers. El Dr. Henry McCoy/ Bestia y Wolverine después de que cada uno abandonara los X-Men, Ben Grimm/ La Mole cuando dejó los Cuatro fantásticos y Peter Parker/ Spider-Man en un momento de debilidad son sólo algunos de los héroes que han conformado sus filas… ¡Hombre, Avengers es el Velvet Revolver del Universo Marvel!



PARA LA TRIVIA: En los cómics, Ant-Man (el Hombre Hormiga) es uno de los miembros fundadores de The Avengers. Con la película de live-action basada en este superhéroe a la vuelta de la esquina, no sería raro que próximamente formara parte de la alineación de los Ávenllers en su versión fílmica.

PARA LA TRIVIA MUY GEEK: Sostengo mi afirmación de que The Avengers es un equipo de rechazados a la luz de recientes eventos, pues en los cómics quien está a punto de entrar a formar parte del equipo es Angela. Este personaje fue creado en 1993 por Neil Gaiman (quien lo creó como escritor invitado) y Todd McFarlane (quien lo diseñó como artista titular) y apareció por primera vez en Spawn #9 (publicado por Image Comics, compañía fundada por renegados de Marvel) y se trataba de una sexy ángel cazadora de demonios que estaba obsesionada con hacer del actual Hellspawn, Al Simmons, un trofeo.
    Después de su primera aparición, el personaje se convirtió en uno de los más populares del universo de Spawn, por lo que McFarlane, creador del cómic, siguió usándolo indiscriminadamente sin el consentimiento de Gaiman. Esto, por supuesto, le acarreó una demanda de parte del británico. La corte falló en favor del autor de Sandman y resolvió que McFarlane debía pagarle regalías por cada aparición del personaje después del número 100 de Spawn. McFarlane, en un movimiento ruin, mató al personaje justo en el número 100.
    En 2013 Gaiman, ya con los derechos del personaje, regresó a Marvel Comics e insertó a Angela en los eventos de la saga Age of Ultron (2013, saga en la que está basada esta segunda peli de los Ávenllers). Posteriormente, en la saga Original Sin (2014), se revela que Angela es en realidad la hermana perdida de Thor (no mamen). Actualmente, Marvel publica la serie mensual Angela: Asgard's Assassin, dedicada enteramente al personaje, donde el argumento parece en caminarse a que se unirá a The Avengers.
    Y yo, como fan de hueso colorado de Spawn, tengo un sentimiento muy raro al respecto.  

A PARTIR DE AQUÍ EL TEXTO CONTIENE SPOILERS
Ahora bien, me parece que la falta de química entre los personajes se construyó a propósito para justificar argumentalmente el cambio de alineación de la agrupación. Aunque la verdad la partida de Hawkeye se siente forzada. En resumidas cuentas, el equipo queda así:
Salen: Clint Barton/ Hawkeye (Jeremy Renner), Tony Stark/ Iron Man (Robert Downey, Jr.), Bruce Banner/ Hulk (Mark Ruffalo), Thor (Chris Hemsworth).
Se quedan: Steve Rogers/Capitán América (Chris Evans), Natasha Romanoff/Black Widow (Scarlett Johansson).
Entran: Vision (Paul Bettany), Wanda Maximoff/Scarlett Witch (Elizabeth Olsen), Sam Wilson/Falcon (Anthony Mackie), James Rhodes/War Machine (Don Cheadle, en el que me parece uno de los peores castings de la historia).
    Asimismo, como ya se ha vuelto una especie de trademark de las películas de Marvel, en el epílogo de la cinta se muestra una escena que la enlaza con futuras entregas. En este caso, después de los créditos podemos ver a Thanos (Josh Brolin) armarse con el Guantelete Infinito. 

jueves, 7 de mayo de 2015

POR FAVOR, QUITEN ESO ¡QUITEN ESO! Las 10 peores películas que he visto. Segunda parte.

LAS 10 PEORES PELÍCULAS QUE HE VISTO II: LA VENGANZA


Después de una larga convalecencia de la primera parte de mi lista de las peores películas que he visto, aquí está la segunda. Presento otras cinco películas que La muerte de Freddy (Talalay, 1991) parezca Bergman.





6.- Mortal Kombat: La aniquilación
Mortal Kombat Annihilation, John R. Leonetti, 1997.

De acuerdo, de acuerdo; nadie dice que la primera película de Mortal Kombat (Anderson, 1995) sea una joya de la cinematografía; pero es entretenida, el soundtrack es pegajoso y, en aquel entonces, fue la mejor película de videojuegos jamás producida… Cabe señalar que en esa época sólo existían Doble dragón (James Yukich, bajo el seudónimo “James Nickson”, 1994), Super Mario Bros. (Jankel y Morton, 1993) y StreetFighter: La batalla final (de Souza, 1994)—.
    El final de aquella película quedaba abierto para la secuela, quiero decir, todo mundo sabía que habría una Mortal Kombat 2 y, dos años después, la película se materializó. Y ojalá no lo hubiera hecho.

    ¿Qué carajos es esto? Quiero decir, de verdad ¿Qué carajos es esto? Pocas veces me he encontrado con una película en la que de verdad no haya nada, pero de verdad, nada rescatable. Incluso desde el inicio se nota que el presupuesto debe haber sido apenas una fracción del de la película anterior.
    ¿O por qué la mitad del elenco es diferente? De verdad, casi todos los actores son distintos a los de la primera película. Me pregunto si estaban cobrando demasiado para los productores tacaños que parecen haber orquestado todo este numerito.

    Los efectos especiales son hilarantes, las actuaciones terribles, las coreografías malas y los vestuarios… ¡He visto mejores cosplayers en el Comic Rock Show! Por no decir que esta película cuenta con la que probablemente sea la aglería de monstruos más ridícula de la década de los 90: Motaro, un tipo dientón con peluca; Baraka, cuya máscara parece ser cortesía del botadero de descuentos de Wal-Mart (de hecho, se puede ver la cara del actor a través de los dientes de la máscara…) y Sheeva, quien nos recuerda a la selenita de Conquistador de la Luna (González, 1960) con Antonio Espino “Clavillazo”… pero en cutre.
    ¿Y cómo olvidar la pelea final entre Liu Kang y Shao Kahn? Probablemente sean las dos peores creaturas CGI jamás mostradas en pantalla, peores aún que el Reptile de la primera peli, peores que el hombre lobo de Un hombre lobo americano en París, peores aún que el Mamut asesino de… El mamut asesino (Cox, 2006) ¡Hombre! Si hubieran hecho un copy-paste del dragón en el que se transformaba Liu Kang en MKII nadie habría protestado.
    ¡Ah! Y no olvidemos que en esta película se encuentra el que es considerado el peor diálogo en la historia de los guiones cinematográficos:

KITANA:- ¡Madre! ¡Estás viva!
SINDEL:- Qué lástima que … ¡morirás!


7.- Killjoy, payaso diabólico
Killjoy, Craig Ross, 2000.

Full Moon Entertainment, antes conocido como Empire Entertainment, la casa productora de películas de bajo presupuesto exclusivas para video que nos trajo clásicos como Herbert West, Reanimador (Gordon, 1985), El juguetero del diablo (Schmoeller, 1989) y Mi mamá es un lobo (Fischa, 1989) —no, de verdad son clásicos… en su género— decayó mucho a principios de la década pasada, particularmente por la desaparición del mercado de video renta. Y así como mermó la cantidad de su producción, lo hizo la —de por sí cuestionable— calidad de la misma.
    Una de las últimas películas de Full Moon que tuvieron éxito, aunque sigo sin entender por qué, fue Killjoy, payaso diabólico. Esta cinta, grabada directamente en video digital, es una especie de mezcla de entre Pesadilla en la calle del Infierno (Craven, 1984) y Pumpkinhead (Winston, 1988), sin llegar, en momento alguno, a la genialidad de ninguna de ambas. ¡Ah! Por supuesto, tiene un payaso diabólico como Eso (Varios, 1990)... pero en chafa.

    La historia se trata de Michael (Kareem J. Grimes), un prepo tímido víctima del bullying de sus compañeros que, al coquetearle a la novia de un narcomenudista local recibe una paliza. Para vengarse, Michael invoca a Killjoy (Ángel Vargas), un demonio de la venganza con apariencia de payaso; pero sin resultados. Al día siguiente, Jamal (Lee Marks), el mafioso local y sus amigos matan a Michael como una broma pesada que salió mal. Tras su muerte, Killjoy llega al mundo para vengarlo, cazando a los pandilleros que lo asesinaron y transportándolos a una dimensión alterna que… ¡Coño! No sé qué quisieron representar, pero se ve que es un estudio de grabación como de 4X4.

    Full Moon tuvo algunas películas geniales a pesar de su falta de presupuesto. Títulos como Subespecies (Nicolau, 1991) y Prehisteria (Band y Band, 1992) me vienen a la mente. Pero Killjoy no tiene nada que ver con ellos y no es ni la sombra de lo que esta compañía produjo en sus mejores años.

    Quizá la película no sería tan molesta si al actor que interpreta a Killjoy no se le dificultara articular cada maldita palabra que dice por culpa del prostético que le pusieron para simular colmillos…




8.- Alicia en el País del Ácido
Alice in Acidland, John Donne, 1969.

¿Una película independiente de los sesenta que tiene toda la pinta de ser una cinta de explotación sobre una chica que usa drogas y participa en orgías? ¡Claro que quiero verla!

    Entonces, la joven e inocente estudiante universitaria Alice (Sheri Jackson) y su amiga Kathy (Janice Kelly) son invitadas por su profesora, Freida (Julia Blackburn), a una fiesta en una piscina. Esto, por supuesto, es sólo un plan de Freida para seducir a la pobre Alice quien, en la fiesta, bebe y se droga para después unirse a una banda de hippies que gustan de practicar orgías con la pequeña Alice.

    Para ser el argumento de una película de explotación no suena nada mal, ¿cierto? Es decir, por lo menos habrá desnudos ¿no? Bueno, bueno, pero habrá psicodelia, ¿no? Bueno, sí un poco, pero sólo en la música que más de la mitad de la película es en blanco y negro y… ¿Por qué rayos sigo viendo esta madre? Creo que desperdiciaría menos mi vida si me diera al LSD que si sigo viendo esta película.

    Y bueno, al final ésta no es una película tanto de explotación, sino una fábula moralina y súper aburrida de por qué no debe uno usar drogas o tener relaciones homosexuales o... ¡Caramba! Salir de su casa, creo.
    Deberían hacer películas que advirtieran a la gente de películas como ésta.


9.- Alucinaciones de un demente
Delírios de um Anormal, José Mojica Marins, 1978.

Ya he hablado en este espacio del legendario/infame director brasileño José Mojica Marins y su ópera prima A medianoche me llevaré tu alma (1964). ¿Pues qué creen? Que ese bodrio del cual el propio productor admite que “Cuando leí el guión por primera vez creí que se trataba de la broma de un retrasado mental”[1] generó suficientes ganancias como para filmar una secuela… Y no sólo eso, sino toda una retahíla de películas de explotación dirigidas y muchas veces estelarizadas por el propio Mojica Marins  ̶ he de admitirlo, de esa montaña de basura Finis hominis (1971) no es tan mala ̶ .


    En el caso de Alucinaciones de un demente, Mojica Marins usa el pretexto de un tal Dr. Hamilton (Jorge Peres), psiquiatra, quien se ha obsesionado con las películas de horror del director brasileño y cree que lo que sucede en ellas es real; debido a esto comienza a sufrir terribles alucinaciones. Hamilton se acerca a Mojica Marins (interpretándose a sí mismo) en busca de ayuda.

    Y digo que esto es puro pretexto y no argumento porque alrededor de tres cuartas partes de la película es material reutilizado de anteriores películas de Mojica Marins. Esta cinta toma extensas secuencias de Esta noche poseeré tu cuerpo (1967), la secuela de A medianoche me llevaré tu alma que originalmente fue prohibida en Brasil, El despertar de la bestia (1970, también conocida como Ritual sádico) y Exorcismo negro (1974).
    A final de cuentas, la película no tiene pies ni cabeza (realmente parecen alucinaciones de un demente… ¡Oh, ya entendí!) y si uno ha visto anteriormente las películas de Mojica Marins que se reciclan en esta cinta, entonces tampoco tiene nada nuevo qué ofrecer.


    Como todas las películas del director brasileiro, ésta luce su falta de presupuesto, además de que la parte original (y las demás también, la verdad) está mal actuada, peor escrita, en algunas tomas la cámara ni siquiera está afocada, y editada de tal forma que parece que, en efecto, fue hecha por un demente.




10.- El último guerrero estelar (no la pude terminar, juro que lo intenté)
The Last Starfighter, Nick Castle, 1985.

No es un secreto para nadie que el cine de bajo presupuesto de los 80 se vio invadido, a la par de las slasher flicks, por dos especies de películas que trataban de aprovecharse de la fama de otras películas exitosas.
    Así pues, tenemos dos vertientes: Los pastiches de Alien: el octavo pasajero (Scott, 1979) y los de La guerra de las galaxias (Lucas, 1977). Sobre las copias de Alien ya he escrito un artículo y he de decir que hay varias que sí son aptas para el consumo humano.
    Del lado de las copias de la obra de Lucas, la cosa está un poco más dispareja. Mientras hay algunas tan bien llevadas que hasta se vuelven entrañables, como Krull, la fortaleza negra (Yates, 1983), hay otras que francamente le dan ganas a uno de sacarse los ojos, como Galáctica (Colla, 1978).


    En la segunda categoría podemos encontrar esta película que narra la historia de Alex Rogan (Lance Guest), un adolescente (ya se ve treintón, pero qué le vamos a hacer) experto en maquinitas que vive en una casa rodante con su madre. Cierta noche, tras ser rechazado por la universidad en la que había solicitado una beca, Alex es reclutado por un misterioso e increíblemente odioso hombre llamado Centauri (Robert Preston) quien se supone que trabaja para la compañía que creó el videojuego Starfighter.
    Lo que Alex no sabe y, de hecho, tarda más tiempo de lo que sería normal para darse cuenta, es que en realidad está siendo reclutado por una flota extraterrestre para convertirse en piloto de una nave en la guerra contra otra raza de extraterrestres malvados.
    Así pues, el guión de la película le da demasiadas vueltas al asunto, enfocándose más en la desidia de Alex que en las batallas espaciales. Lo que más pronto que tarde termina siendo aburrimiento garantizado y hasta da gusto cuando SPOILER AUNQUE ESPERO QUE NUNCA LA VEAN masacran a la flota entera que busca la ayuda de Alex y un cazarrecompensas interplanetario lo caza en la Tierra TERMINA SPOILER, DE NADA, LES AHORRÉ UNA HORA Y CUARENTA DE ABURRIMIENTO, porque por fin el muchacho encuentra sus testículos y sale de su pasmo.


    Los efectos especiales ni están tirados en la calle como los de Flash Gordon (Hodges, 1980) ni son soberbios como los de El Imperio contraataca (Kershner, 1980). Dejémoslo en que son bastante estándar para la época aunque, eso sí, utiliza algunas imágenes por computadora muy innovadoras… por desgracia, el CGI se encontraba en aquel entonces en una etapa tan rudimentaria que estas terminan siendo las escenas más falsas de la película. Es como “sé que sus intenciones fueron buenas, pero la tecnología aún no estaba ahí”.
    Pero además de todo lo anterior, la principal falla de esta cinta, después de su guión soporífero, se encuentra en la caracterización. A unos diseños de personajes y vestuario lamentables hay que agregarles un pésimo maquillaje y unas actuaciones de pena ajena. No es difícil entender por qué Alex no logra identificarse con ellos.


    Vaya, en general toda esta película transmite el sentimiento que sus imágenes por computadora: Se ve que tenían buenas intenciones, se ve que le echaron muchas ganas, se ve que tenían un presupuesto decente; pero simplemente nadaron en la dirección equivocada. 
    El fracaso de esta película en taquilla hizo que la línea de 12 figuras de acción que Galoob planeaba sacar como merchandising fuera cancelada.




[1] Iruam, Arildo en Barcinksi, Andre e Ivan Finnotti, Maldito: O Estranho Mundo de José Mojica Marins, Praticamente Filmes, Brasil, 2001.