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domingo, 24 de agosto de 2014

EL VENGADOR TÓXICO. A 30 años del fenómeno original.


EL VENGADOR TÓXICO
The Toxic Avenger

Michael Herz y Lloyd Kaufman, 1984

Éste es otro de esos casos de películas que hacen mucho con muy poco. Claro, hay que entender los tiempos que corrían. Para mediados de los ochenta, con la popularización de las videocaseteras había nacido un nuevo mercado. Muchas compañías productoras, como Empire Entertainment (posteriormente Full Moon Entertainment), New Line Cinema (hoy subsidiaria de Warner Bros.) y Troma Entertainment comenzaron a producir películas de bajo presupuesto que llenaran ese nicho.
    Los beneficios de este nuevo modo de producción eran sorprendentes. Al no tener las presiones de las grandes distribuidoras, los productores y directores tenían una libertad creativa prácticamente absoluta. Mientras que New Line se enriqueció con la saga de Freddy Kuegger, cuyas películas generalmente gozaban de una mínima exposición en cines para después salir en vídeo, Empire y Troma se enfocaron en producir sus propias películas directo para el mercado del entretenimiento en casa.


    Así pues no había límites: Películas con contenido sexual (y desviado, por cierto) explícito como Del más allá (Gordon, 1986), o violencia y sangre al por mayor como El juguetero del Diablo (Schmoeller, 1989), o con planteamiento y títulos tan absurdos como Los surfistas nazis deben morir (George, 1987) o Terror en el centro comercial (T. del A., Chopping Mall, Wynorski, 1986)  empezaron a construir el catálogo de sendos videoclubes alrededor del mundo. ¿Alguien puede negar que esto sea cine de autor? En esos tiempos de bonanza es cuando nace El vengador tóxico.
    En la película se narra la historia de Melvin Junko (Mark Torgl), un pobre nerdo perdedor que trabaja como conserje en el club deportivo de la ficticia ciudad de Tromaville, tiradero de desperdicios tóxicos de la Ciudad de Nueva York. Melvin es víctima del bullying de varios jóvenes físicoculturistas del club quienes son tan malvados que, por diversión, salen por las noches a atropellar gente en su auto deportivo... Pero tienen que regresar temprano para levantarse a tiempo de ir a la iglesia. El acoso llega a tal punto que Melvin se ve obligado a saltar por una ventana y caer en un camión que transporta desechos tóxicos.
    El material radioactivo causa una mutación en Melvin que lo transforma en un gigante deforme con fuerza y agilidad sobrehumanas, piel tóxica y un tutú rosa permanentemente adherido a su cintura. Además, el ahora llamado Toxie (Mitch Cohen) siente una irresistible compulsión por asesinar gente malvada en ataques que incluyen golpes, lanzamientos, miembros arrancados y el sello de Toxie: mechudos sucios encajados en la cara de sus enemigos.


    La sed de justicia de Toxie lo llevará a limpiar a Tromaville del crimen, lo que no será del agrado de las corruptas autoridades de la ciudad.
    Sí, es una película de humor ramplón y políticamente incorrecto —chistes sobre nazis, homosexuales, discapacitados, ancianos, negros, enanos, escenas de niños masacrados, mascotas baleadas y otro montón de temas que en la actualidad casi son ilegales—, llena de gore y desnudos injustificados, efectos especiales de a dólar la docena y que exuda su bajo presupuesto por cada poro —aunque producciones posteriores de Troma fueron mucho más baratas, ésta por lo menos se estrenó en algunas salas de cine—. Y también es divertidísima… Además, el maquillaje no es tan malo.
    Cualquiera que quisiera tomarse en serio una película con esta premisa y este título, merece la decepción subsecuente. Sólo hace falta ver el póster.
    Si algo disfruto enormemente de las películas de género de bajo presupuesto —de algunas, aclaro— es su honestidad. El producir algo que por todos lados diga “No tenemos dinero, pero nos quisimos divertir haciendo esto”. Y esta cinta es el perfecto ejemplo.


    Las actuaciones son caricaturescas y grandilocuentes, y las escenas de peleas son divertidamente violentas, incluyendo la controvertida escena de la cabeza triturada con máquinas de gimnasio —que fue retirada del corte original de la cinta—. Y la escena de la pelea en el restaurante mexicano, cuando Toxie le arranca un brazo a uno de los asaltantes y lo agarra a “brazazos”, es de antología.
    A pesar de que casi parece que a estos actores los dirigió Tex Avery, uno no puede evitar sentir empatía con Toxie cuando es cazado como un animal por la Guardia Nacional y debe huir de la ciudad para refugiarse en el campo en compañía de su sensual y moderadamente estúpida novia invidente, Sarah (Andree Maranda).
    Y aun con lo ramplón del  humor en esta peli y de que muchos de sus gags son clichés casi tan viejos como el cine, resultan por demás efectivos; como las escenas en las que aparece Toxie haciendo demostraciones de su gran fuerza y son musicalizadas con Una noche en el monte pelado de Mussorgsky o aquéllas en las que después de masacrar a los malosos, Toxie habla con mucha propiedad y corrección.


    En general toda esta película tiene un tono socarrón que la hacen parecer un chiste de morros de secundaria... Pero uno bueno, uno de ésos que se quedan con uno y que al recordarlos a los treinta años aún hacen reír.
    La película rápidamente se convirtió en una de ésas que llaman “de culto” y se granjeó un buen número de seguidores. Su legado incluye tres secuelas: El vengador tóxico Parte II (Herz y Kaufman, 1989), en la que Toxie viaja a Japón; El vengador tóxico Parte III: La última tentación de Toxie (Herz y Kaufman, 1989), con un mínimo porcentaje de material nuevo y armada con escenas no utilizadas de las primeras dos partes y Ciudadano Toxie: El vengador tóxico IV (Kaufman, 2000), en la que Toxie se enfrenta a su döppleganger conocido como The Noxious Offender. Además, se rumora sobre un próximo refrito de alto presupuesto protagonizado por Arnold Schwarzenegger —C’mon, people!— que es ya casi un hecho.
    El personaje también llegó a la TV con la serie de dibujos animados The Toxic Crusaders (1991-1993) y su serie de figuras de acción alusiva, así como un videojuego para Nintendo, uno para SuperNintendo, otro para GameBoy y uno más para Sega Genesis (inmundos los cuatro). Por qué la gente de mercadotecnia insiste en producir artículos para niños basados en películas para adultos sigue siendo un misterio para mí.    


    ¡Ah, sí! A lo anterior súmesele que en 2008 se estrenó la obra de teatro musical basada en El vengador tóxico que terminó su temporada en 2013 después de una gira por varias ciudades de EE.UU.

PARA LA TRIVIA: Durante la filmación de una de las escenas en los callejones, un indigente se robó una pistola de utilería e intentó asaltar a los miembros de la producción con ella.
PARA LA TRIVIA GEEK: A mediados de los noventa New Line Cinema estaba en pláticas con Troma Entertainment para producir una película de Live Action basada en la serie Toxic Crusaders; sin embargo, por franca negligencia de parte de New Line, el proyecto nunca se concretó.


martes, 19 de agosto de 2014

MIS 11 LUGARES COMUNES FAVORITOS EN LAS PELÍCULAS. O "¡Ah, no mames! ¿A poco?"

LOS ONCE MITOS MÁS POPULARES DEL CINE

Señores, durante muchos años hemos sido engañados. La industria cinematográfica nos ha estado viendo la cara desde hace décadas. Y no, no me refiero a las estrellitas que no pueden articular dos palabras y aun así se hacen llamar actores, sino a los “clichés sospechosos”.
    Me refiero a todas esas situaciones que se han vuelto lugares comunes en las películas que uno da por sentado cuando está viendo la pantalla, pero que si se pone a pensarlo un poco, resultan por completo inverosímiles.
    Ya sea en aras del dramatismo, la narrativa o porque sencillamente los guionistas también dieron por hecho estas escenas, lo cierto es que merecen un homenaje… o algo así. Así pues, aquí expongo mis once favoritas (bueno, la última es un cachirul):

1.            BALAZOS EXPLOSIVOS.
Es cierto que escenas como la emboscada a “Sonny” Corleone (James Caan) en El padrino (Coppola, 1972) o el asesinato de Alex Murphy (Peter Weller) en RoboCop, el defensor del futuro (Verhoeven, 1987) no serían nada sin los “balazos explosivos”; pero es que esto es sencillamente irreal.
    Dado que la sangre dentro del cuerpo no se encuentra a presión, cuando alguien recibe un impacto de bala no salen salpicaduras carmesíes de su cuerpo; sino que queda la herida abierta y poco a poco de ella comienza a manar la sangre.


2.            RELOJ EN LAS BOMBAS DE TIEMPO.
¿Esto tiene alguna lógica? Nuevamente, sirve para agregar “emoción” a las escenas; pero es irreal.
    Quiero decir que si yo fuera terrorista o algo así y plantara una bomba en algún lugar, lo que menos querría si alguien la encontrara sería que supiera cuánto tiempo le falta para explotar.


3.            INGLÉS PARA TODOS
Estas escenas son de las nacidas para perder. En muchas películas, toda la gente alrededor del mundo, desde los czares rusos hasta los aborígenes de Papúa y Nueva Guinea, y desde los terroristas ucranianos hasta los beduinos más alejados de la civilización, todos saben hablar inglés. Lo que es más, cuando se trata de villanos, con frecuencia tienen incluso un descarado acento británico.
    Es cierto que el poner a los personajes de otras latitudes hablando en sus propios idiomas y con subtítulos es también un cliché; pero por favor, ¿de verdad los terroristas ucranianos hablan en inglés entre ellos? Eso sí, en todo el mundo no parece haber una sola persona que hable bien español...


4.            ESTACIONAMIENTO PERFECTO
Éste es uno de mis favoritos. ¿Han notado que en las películas cuando los personajes tienen que transportarse a algún sitio en automóvil, siempre encuentran lugar de estacionamiento justo en la puerta del sitio al que van? ¡Por favor! A mí me ha pasado que he tardado más tiempo dando vueltas buscando dónde estacionarme que el tiempo que me tomó trasladarme al lugar.


5.            SECADO EXTRA-RÁPIDO
¿Se han fijado lo rápido que se secan la ropa y el cabello en las películas? Cuando los personajes se sumergen y salen del agua empapados, a veces si el director es muy observador, continúan mojados en la siguiente toma; pero difícilmente continuarán así durante el resto de la secuencia. Todos sabemos que en la vida real la ropa tarda más en secarse.
    Por si esto fuera poco, he visto películas en las que los actores están empapados y en torno a ellos puede verse un halo de vapor ¡Porque a las princesitas las mojaron con agua calientita para que no se resfriaran!


 6.            AUTOMÓVILES ANTIBALAS
Éste es un clásico. Cuando comienza la balacera en las películas de acción, los participantes de inmediato se ocultan detrás del primer automóvil que encuentran estacionado y, lo que es más, abren las portezuelas y las utilizan como escudos. Esto es una vil mentira, señores, la lámina de un coche no es lo suficientemente gruesa como para detener balas e incluso las de menor calibre pueden traspasar un auto de lado a lado. Por favor, no lo intente en casa.

 7.            PELEAS SIN MORETONES
Sí, a veces a los peleadores en pantalla les revientan el hocico en medio de un borbotón de sangre. Sí, también a veces terminan con los ojos morados y la nariz hinchada. Y sí, con frecuencia los peleadores terminan bañados en sudor. Pero ¿se han fijado en que casi nunca les salen moretones o se les enrojece la piel?
    Me refiero a que estos tipos detienen golpes bien machines con sus brazos desnudos, o incluso reciben los más duros pierrotazos en el cuerpo y no se les rompe un solo vaso capilar. ¿De qué están hechos, pues?


8.            ALCANTARILLAS RESIDENCIALES
Contrario a la creencia popular, mayormente difundida por las Tortugas Ninja, la gran mayoría de las alcantarillas son inhabitables.
    Están llenas de aguas negras que podrían provocar terribles infecciones con sólo mojarse en ellas, son húmedas y oscuras, y están llenas de cucarachas y ratas. Incluso, debido a la descomposición de la materia orgánica que ahí se aloja (excremento, pues), grandes porciones de una alcantarilla están llenas de gases tóxicos y altamente inflamables.
    ¿De verdad alguien puede vivir ahí?


9.            MECANOGRAFÍA PERFECTA
Este mito es de mis favoritos, porque por lo general pasa desapercibido. Todo mundo chasquea los labios con incredulidad cuando el personaje de una película es, sin preparación alguna que resulte evidente, un experto en armas, computación, interpretación de jeroglíficos o aviación; pero poca gente reacciona cuando en pantalla vemos que la persona que tiene que teclear algo en alguna computadora o máquina de escribir lo hace perfectamente. Escribe todo de un jalón, al primer intento y sin dedazos... ¿De verdad?


10.         GUERRA DE LAS GALAXIAS ¡A TODO VOLUMEN!
“En el espacio, nadie te escuchará gritar” ¡Por supuesto que no! Ni explotar, ni disparar rayos láser de colores, ni surcar los cielos a bordo de una nave espacial ni nada; porque el espacio es un completo vacío y el sonido no se transmite en el vacío.
    Sé que el filmar batallas espaciales con efectos de sonido fastuosos es una peccata minuta en aras del dramatismo, pero siempre me ha parecido chistoso imaginar cómo se verían Star Wars (Lucas, 1977) o Invasión (Verhoeven, 1997) con escenas en el espacio completamente silenciosas.
    Ah, por cierto, puesto que en el espacio tampoco hay presión atmosférica, es imposible que haya explosiones.


11.       PELÍCULAS DE LA EDAD MEDIA... PRÁCTICAMENTE TODAS.
Al parecer, por muy bien hecha que esté la recreación histórica, no hay una sola cinta ambientada en el Medioevo que esté exenta de por lo menos uno de los siguientes mitos:
-          GENTE ADULTA: Es curioso ver tan pocos adolescentes en las películas que suceden en la Edad Media, pues durante la mayor parte de esta etapa la esperanza de vida promedio apenas si alcanzaba los treinta años.
-          ROPA PARDA: ¿Por qué en estas películas la gente viste harapos de color parduzco? Quizá no tenían mucha ropa y la usaban hasta que se acababa, pero de que existían los tintes textiles, existían. Si nosotros encontramos ropa de esa época de colores pardos es porque se ha decolorado con el paso del tiempo.
-          ARMADURAS FUERA DE MODA. De algo que es importante tomar en cuenta, es del hecho de que la así llamada Edad Media duró mil años. Entre el inicio y el final de esta etapa de la Historia pasó casi el triple de tiempo que entre el fin del Medioevo y la actualidad. Hubo cientos de modas y adelantos tecnológicos, por lo que una armadura del siglo V es completamente distinta a una del siglo XV, aunque los vestuaristas se empeñen en mezclarlas impunemente.
-          HIGIENE. Es de todos sabido que las condiciones de higiene durante el Medioevo dejaban mucho qué desear. Aun así, los personajes medievales de las películas suelen aparecer perfectamente aseados y peinados, por no mencionar que tienen dentaduras completas y resplandecientes.
-          DIETA COSMOPOLITA: Si bien los alimentos disponibles en la Edad Media en Europa no eran tan variados como en la actualidad, tampoco estaban tan limitados. Alimentos como el tocino, las coles, el jabalí o el faisán eran bastante corrientes. Empero, nuestros queridos productores se han empeñado en mostrar en las películas ambientadas en el Medioevo alimentos que serían imposibles de conseguir en Europa antes de la llegada de Colón a América, tales como pavos, papas, jitomates o sandías.

 Por supuesto que éstos no son todos los lugares comunes que aparecen en las películas y que resultan inverosímiles cuando uno los piensa en detalle; pero sí son mis favoritos. Así que ya lo saben: la próxima vez que vean una película y aparezca alguna de estas escenas, desconfíen de quienes la escribieron…


viernes, 15 de agosto de 2014

LAS TORTUGAS NINJA... ¿O son los hijos bastardos de Hulk?


TORTUGAS NINJA
Teenage Mutant Ninja Turtles

Jonathan Liebesman, 2014

La primera vez que vi el tráiler de esta película, allá por Abril, lo primero que me saltó a la vista fue la nariz de las Tortugas Ninja. ¿Las Tortugas? ¿Con nariz? La verdad, me pareció en ese entonces que se veían bastante mal. Lo segundo que me brincó fue que se confirmaba lo que durante mucho tiempo fue sólo un rumor: Megan Fox interpretaría el papel de April O’Neil (la reportera, no la pornstar). A pesar de todo, me lancé a ver la nueva aventura de mis quelonios consentidos en la pantalla y he aquí lo que opino.
    La historia es básicamente la misma de siempre: Quince años atrás, cuatro tortugas y una rata fueron expuestas a un fluido mutágeno que les dio habilidades e inteligencia humanas... además de que a Michaelangelo (ahora llamado Mikey, interpretado por Noel Fisher) como que lo volvió negro y a Donatello (Jeremy Howard) lo convirtió en Simón de Alvin y las ardillas. Sea como fuere, durante quince años los hermanos mantuvieron su existencia en secreto, luchando contra el crimen desde las sombras; pero ahora la amenaza de la organización criminal conocida como el Clan del Pie y su líder, The Shredder (Tohoru Masamune), de atacar la Ciudad de Nueva York con armas químicas los obliga a salir a la luz.


    La trama retoma algunos elementos del reboot de los cómics publicado desde hace un par de años por IDW Publishing, en el que las Tortugas y April se conocían desde antes de la mutación. Además se le atribuye, al igual que en las últimas series animadas, un origen extraterrestre al mutágeno. Me pregunto si en alguna película de la franquicia aparecerán por fin los Kraang.
    En realidad no es una mala película. La historia se sostiene bastante bien y el guión es ingenioso, con bastantes agujeros eso sí, pero con un par de chistes muy bien acomodados. Incluso la aparición de Megan “Noactúonimadresperocómojadeo” Fox es bastante decente y tiene cierta química con el mayormente comediante Will Arnett, quien en esta película interpreta a Vernon Fenwick ¡Sí! ¡Vernon Fenwick! ¿Se acuerdan de ese reportero engreído y narizón que aparecía en la serie de dibujos animados de las Tortugas Ninja en los 80? Bueno, ése es Vernon Fenwick.


    Ése fue un aspecto que me agradó bastante de esta cinta: está llena de guiños a los fans. Escenas como la de la pizza cortada con katanas o el rescate de April O’Neil en la estación del Metro hacen referencia directa a la primera película o, como en el caso de la escena en que las Tortugas tararean el Ninja Rap, a la segunda —es más bonito llamarlas referencias u homenajes que llamarlas plagios—. La historia sobre Hamato Yoshi y Oruki Saki queda en el olvido, pero por lo menos la camioneta de las Tortugas es muy parecida en su diseño a la que aparecía en los dibujos animados y el claxon toca el jingle de esa misma serie (“Heores in a Half Shell”).
    Las secuencias de acción están bien logradas e incluso llegan a ser emocionantes. Eso sí, espérense escenas larguísimas a toda velocidad —finalmente esta peli la produjo Michael Bay— en las que todo da vueltas, vuelan cositas por todos lados y en realidad no está pasando nada ¿Cuánto tiempo duran deslizándose por la nieve? ¡Parece como si la mitad de la película se tratara de eso!
    Y aunque la cinta está filmada de origen en 3D y puede disfrutarse en este formato, la verdad es que no le hace falta en absoluto. Supongo que la idea de la Tercera Dimensión era que las escenas de acción lucieran más, pero la verdad es que no es indispensable. Aunque la escena que sí se roba la película cuando se ve en 3D es la de la pizza de los 99 quesos, salí del cine con ganas de una rebanada.


    El verdadero punto malo de la película es el diseño. El diseño de todo en esta cinta es espantoso… Bueno, el de Splinter (Danny Woodburn) está simpaticón, pero lo echan a perder poniéndole voz de veinteañero. Pero en el caso de las Tortugas, que parecen sufrir de una muy seria adicción a los esteroides, ¿por qué son jorobadas? ¿Por qué visten harapos? ¿Por qué tienen nariz? ¿Por qué parecen los hijos bastardos de Hulk? A final de cuentas, nuestras otrora atléticas Tortugas Ninja terminan pareciendo cavernícolas ¿Cuándo se volvieron trogloditas?... Ah, esperen, fue en 1993-1994 con la serie de juguetes Cave Turtles… Pero eso no importa, el punto es que en esta película no me gustó nada el aspecto de los quelonios.
    Y por el otro lado tenemos a Shredder, cuyo traje ha sido pimpeado al punto de que termina pareciendo una camioneta o, sospechosamente, se parece a la figura de acción del personaje en la serie de juguetes Cyber Samurai (1994). Con sus aumentadores de fuerza y kunais magnéticos, pueden olvidarse del ninja psicópata de los cómics o el villano más atolondrado que malvado de la serie ochentera... o incluso del magnate megalómano de la serie de dibujos animados de mediados de la década pasada, este Shredder es más fuerte, más malo, más letal y parece una SUV de señora. Por cierto ¿por qué su voz es más atemorizante cuando no trae puesta la máscara que cuando sí?


    Y al respecto de esto, otra cosa que no me gustó fue el concepto de los gadgets. Aunque fue muchas veces explotado en la serie de figuras de acción —Mhhh… y Michael Bay lleva casi una década enriqueciéndose con una serie de películas basada en figuras de acción, comienzo a detectar un patrón aquí—, el que las armas de las Tortugas o del mismo Shredder estén llenas de gadgets le quita un poco de encanto al asunto. ¿Realmente Shredder necesita kunais magnéticos, o Donatello un bo telescópico o esos gogles que parece haberle robado a Los Cazafantasmas (Reitman, 1984)? ¿No es suficiente con que sean Ninja Tortugas Adolescentes Mutantes?
    Completando el cuadro está el que los soldados de El Pie hayan sido sustituidos de su elegante uniforme ninja al de terroristas genéricos, la intrascendente primera aparición de Karai (Minae Noji) en una cinta de Live Action y la dirección anodina de Liebesman, director títere de Michael Bay. Cuando necesitan a alguien que tenga buena técnica para dirigir pero no tengo el más mínimo atisbo de visión artística o sello autoral, llaman a Liebesman; por eso su filmografía incluye maquilas tan variopintas como Masacre de Texas: El inicio (2006) y Furia de titanes 2 (2012).


    En conclusión, se trata de una película divertida y con mucha acción. Aunque la verdad es que tantas imágenes por computadora y escenas trepidantes no pueden ocultar el hecho de que no aporta nada al Universo Tortuguiano. Eso sí, es mejor que Tortugas Ninja III... Pero es que nada es peor que Tortugas Ninja III (Gillard, 1993). Nada.

PARA LA TRIVIA: Muchos cambios se hicieron desde el guión original hasta la versión final de la película, la mayoría de ellos basados en la retroalimentación de los fans. Por principio de cuentas, en los primeros borradores se establecía que las Tortugas eran extraterrestres, pero la idea fue desechada después de provocar gran rechazo. Del mismo modo, hasta el corte final de la cinta, Michaelangelo usaba una gruesa cadena dorada en el cuello, pero fue reemplazada digitalmente después de que Michael Bay fuera acusado de perpetuar un estereotipo racista. Finalmente, Bebop y Rocksteady aparecían en los primeros borradores del guión (lo que significaría su debut en la pantalla grande); sin embargo, la producción decidió dejarlos fuera de esta cinta para incluirlos en la secuela.       

jueves, 7 de agosto de 2014

EL PLANETA DE LOS SIMIOS: CONFRONTACIÓN. ¡Ahora sí se armaron los changadazos!


EL PLANETA DE LOS SIMIOS: CONFRONTACIÓN
Dawn of the Planet of the Apes

Matt Reeves, 2014

La saga de El planeta de los simios continúa con esta secuela directa de El planeta de los simios: (R)Evolución (Wyatt, 2014) que, de hecho, comienza justo donde ésta terminó. Y aunque continúa con el planteamiento de su antecesora de mezclar eficientemente el melodrama de aventuras y acción con la Ciencia Ficción dura, esta cinta, que en un principio se pensó dirigiría Guillermo del Toro, adopta un tono mucho más inclinado hacia la tragedia shakespeariana.
    Diez años han pasado desde los eventos ocurridos en (R)Evolución y la raza humana parece haberse extinguido por la epidemia de la Gripe Simia desencadenada por el virus ALZ-112. Caesar (de nuevo interpretado por Andy Serkis) gobierna una próspera comunidad de simios súper inteligentes cuya organización es muy parecida a la de las primeras sociedades humanas.
    Justo cuando los simios creían que los humanos eran cosa del pasado, los sobrevivientes de la epidemia prosperan en las ruinas de la ciudad de San Francisco. Ahora lo único que necesitan para seguir reconstruyendo su hogar es luz eléctrica, que bien podrían obtener si restauraran una presa cercana. ¿El problema? Que los simios han construido sus asentamientos justo encima de la represa. Todo podría solucionarse por la vía pacífica, excepto porque el mejor amigo de Caesar, Koba (Básicamente la versión bonobo de Ricardo III, interpretada por Toby Kebbell) no confía en los humanos... y con razón.


    Me gusta hacia dónde están llevando esta franquicia. Finalmente, se trata de una saga que ha sabido evolucionar con el tiempo y cuya columna vertebral ha sido el saber reflejar los miedos de su época. Mientras que la peli original versaba sobre la guerra nuclear, la segunda parte de la pentalogía hablaba más sobre la segregación racial y la discriminación. El remake de Burton... bueno, creo que ése no hablaba de nada, por eso fracasó; pero la cinta anterior exponía cuestiones bioéticas y esta última, habla sobre un miedo muy patente en nuestros días: el colapso de la civilización y el regreso a las sociedades antiguas.
    Así pues, la película va transcurriendo desde un planteamiento de personajes que si bien es sencillo, es más que suficiente; pasando la compleja relación entre simios y humanos, hasta llegar a una confrontación de proporciones épicas que cimbrará los cimientos de la civilización en ciernes.


    En realidad se trata de una película bastante buena. Entretenida, emocionante y que logra conmover en ciertos momentos y es que ¿cómo podría fallar Shakespeare? Pues si El rey león (Allers y Minkoff, 1994) es una adaptación de Hamlet, pero con animales de África, El planeta de los simios: Confrontación es sospechosamente parecida a Julio César... ¡Hasta el líder simio se llama Caesar —y el líder humano (Jason Clarke), Malcolm; pero ésa es otra obra—! El resultado final es muy efectivo, pero eso no borra el hecho de que no haya nada nuevo bajo el sol.
    Las actuaciones son bastante decentes, aunque es muy notoria la decisión de los productores de castear actores no tan conocidos para no robarle foco a las interpretaciones de los simios. A excepción del camaleónico Gary Oldman, quien aunque parece seguir en su papel del comisionado Gordon en las trilogía de Batman de Chris Nolan, está ahí para que su nombre venda la película.


    Y al respecto de las actuaciones, tengo que hablar de las estrellas del show: los simios. Puedo decir que hace tiempo ya que no veía una película que me dejara preguntándome “¿cómo hicieron eso?”, pero ésta lo logró. Y es que por primera vez, creo que en toda la historia de la franquicia, los simios que aparecen en pantalla se ven absolutamente reales… excepto porque tienen características humanizadas, por supuesto.
    Francamente, me cuesta trabajo creer que la gente de la compañía neozelandesa Weta Workshop (Trilogía de El Señor de los Anillos [Jackson, 2001-2003]), los actuales líderes en efectos especiales, hayan logrado que por primera vez en pantalla no se vean actores interpretando simios, sino simios actuando, solamente a través de la animación digital.
    He estado buscando videos de “Detrás de cámaras”, pero en ninguna fuente he encontrado mención alguna a efectos de maquillaje o a la utilización de animatrónicos para esta cinta; a pesar de ello, estoy casi seguro que los usaron para un par de tomas. Y si no fue así, me callo el hocico y retiro lo que dije sobre el maquillaje de la versión de Tim Burton (aunque no por ello está exento de su encanto).


    Aunque la película fue filmada en 3D de origen y en los cines pudo disfrutarse en dicho formato tanto como en 4DX —que a mi opinión es más una atracción de Disneyworld que ir a ver una peli—, la verdad siento que no le hizo falta. La película se sostiene por sí misma y, además de la escena de Koba cabalgando en medio de un mar de fuego que sí lo deja a uno sin aliento, no recuerdo de otras secuencias que explotaran realmente la Tercera Dimensión.
    La música compuesta por Micahel Giacchino es también un gran logro. La partitura tiene el tono y el estilo necesarios para resaltar las emociones generadas en pantalla y por momentos me recordó, en su sonido tribal, a lo logrado por John Williams para El mundo perdido: Jurassic Park (Spielberg, 1997).
    En general creo que es una película muy recomendable que si bien no es tan densa en el rubro del guión como la anterior, si la supera, y con creces, en el apartado de efectos especiales. Sin duda, una fina adición a la franquicia de El planeta de los simios que creo que está incluso por encima de la calidad de algunas películas de la saga original.


    Donde sí hubo fallo, aunque repito, no es culpa de la película en sí, sino de la distribuidora en México, fue en el título tan feo que tiene. ¿Qué de malo había en dejarle El amanecer del planeta de los simios? Finalmente, el título hace referencia al primer episodio de la obra maestra de Stanley Kubrick, 2001: Una odisea del espacio (1968), titulado El amanecer del hombre.

PARA LA TRIVIA: El personaje de Caesar es llamado así en honor al personaje interpretado por Roddy McDowall en las últimas películas de la saga original; mientras que su hijo, “Ojos azules” (Nick Thurston) lleva ese nombre pues era el apodo que la Dra. Zira (Kim Hunter) le pone a George Taylor (Charlton Heston) cuando lo está estudiando, en la primera película de El planeta de los simios (Schaffner, 1968). Finalmente, el orangután que se vuelve consejero de Caesar en la película anterior y en ésta, Maurice (Karin Konoval), fue nombrado así en honor a Maurice Evans, el actor que interpretó al orangután Dr. Zaius en la película original.


    

lunes, 4 de agosto de 2014

LA SAGA DE "EL PLANETA DE LOS SIMIOS". Tercera parte.


EL PLANETA DE LOS SIMIOS
Planet of the Apes
 Tim Burton,  2001.

Fue alrededor de 1999 cuando comenzó a circular el rumor de que se estaba cocinando un remake de El planeta de los simios (Schaffner, 1968). Desde ese momento, esto sonaba a mala idea; pero nos tranquilizamos cuando se anunció que Tim Burton la dirigiría y él entiende muy bien el funcionamiento de la cultura estadounidense de los 60 porque se quedó atrapado en ella —no es de gratis que haya hecho las películas de Batman (1989), Marcianos al ataque (1966) y la lamentable Sombras tenebrosas (2012)—, cuando era un niño inadaptado viviendo en los suburbios de California. Pero ¡Oh, cuán equivocados estábamos!
    En el año 2029, una estación espacial de la NASA se encuentra realizando vuelos de prueba al espacio profundo tripulados por simios. El capitán Leo Davidson (el otrora rapero Mark Wahlberg) se opone fervientemente, pues considera que los pilotos humanos serían más adecuados para la tarea. De repente, la estación espacial debe ser evacuada y Davidson escapa en una nave salvavidas para estrellarse en un planeta desconocido. En dicho planeta, la especie dominante es una de simios inteligentes que han construido toda una compleja civilización y los humanos son meros esclavos. Leo es acogido por la Dra. Ari (la excéntrica Helena Bonham Carter, esposa del director) como objeto de estudio; pero es acosado por su prometido, el general Thade (el usualmente genial Tim Roth) quien lo usa como pretexto para emprender una expedición para exterminar a los humanos refugiados en los páramos que rodean Ciudad Simia.


    Por donde se le vea, esta película es un desastre que se ganó el repudio del público, los fans y la crítica por igual. Es sabido que Burton ha logrado hacer de sus deficiencias narrativas un estilo; pero en este caso simplemente no funciona. Por si esto fuera poco, el tratamiento es demasiado superficial y el planteamiento resulta absurdo, además de que su pretexto para que exista un planeta de los simios es en exceso rebuscado. Y la cereza en el pastel: Un final que, francamente, es una mentada de madre —y que si uno lo piensa con detenimiento, según las reglas que la misma película propone es imposible— no sólo a la inteligencia del público, sino a la película clásica.
    A pesar de todo, y ya que esta cinta ha sido vapuleada por todos desde hace casi quince años, resaltaré los que creo son sus tres aciertos: En primer lugar, salta a la vista el maquillaje y la particular historia sobre su creación. Al preparar este remake, la Twentieth Century Fox desafió a los dos más importantes estudios de efectos especiales de Hollywood a que compitieran por el contrato. De un lado se encontraba el estudio del maestro —y uno de mis ídolos personales— Stan Winston, cuyos créditos incluían los dinosaurios de Parque Jurásico (Spielberg, 1993), los xenomorfos de Aliens: El regreso (Cameron, 1986) y los maquillajes de Terminator 2: El juicio final (Cameron, 1992) y Entrevista con el vampiro (Jordan, 1994)[1] ; y en el otro, Rick Baker, creador de los efectos de maquillaje de Un hombre lobo americano en Londres (Landis, 1981), el remake con Eddie Murphy de la clásica El profesor chiflado (1996) y Hombres de negro (Sonnenfeld, 1997). Finalmente, resultó vencedor este último, con las caracterizaciones de simios más impresionantes que se habían visto hasta el momento.


    En segundo lugar, tenemos el diseño de arte. Sí, es cierto que la gran mayoría de las escenas en Ciudad Simia se ven horribles y se nota a leguas que fueron filmadas en un estudio; pero creo que todo lo demás se salva. Particularmente, me gustan las armaduras de la milicia simia, diseñadas por la diseñadora de vestuario de cabecera de Burton, Colleeen Atwood, porque tienen el toque justo de excentricidad que las hace similares a lo que usaron algunas civilizaciones antiguas, pero lo suficientemente extrañas para que parezcan diseñadas por simios y, al mismo tiempo, funcionales.
    Finalmente, la música compuesta por Danny Elfman —compositor de cabecera del cineasta californiano— es de lo mejor de su repertorio. Quizá no posea un leit motiv pegajoso como otras de sus obras, tales como el tema de la peli de Batman o el tema de Los Simpson (1989- ); pero de que contiene los elementos característicos de Elfman, los contiene. Además, siento que en esta partitura se arriesgó más probando cosas diferentes a lo que suele hacer siempre.


    En conclusión, la verdad es que los aspectos buenos de la cinta no logran aminorar la sensación de malestar general provocada después de verla. Ni siquiera los cameos de Charlton Heston y Linda Harrison logran rescatar a este barco que parece haberse hundido antes de zarpar. Quizá vale la pena ver la secuencia de la batalla final entre simios y humanos, pero no mucho más.

PARA LA TRIVIA: En el guión original, el personaje del general Thade estaba pensado para ser un gigantesco gorila albino; sin embargo, Tim Burton pidió que se convirtiera al personaje en un chimpancé pues era menos atemorizante y él le tiene miedo a los monos.



EL PLANETA DE LOS SIMIOS: (R)EVOLUCIÓN
Rise of the Planet of the Apes
Rupert Wyatt, 2011

Y después de la metida de pata de Burton tuvieron que pasar diez años para que la nueva entrega de esta franquicia llegara, esta vez en forma de un reboot bastante ingenioso. Tanto que incluso he pensado que en realidad esta película se sostiene por sí misma y no necesitaría llevar la marca de El planeta de los simios… Y de hecho, esto se debe a que fue concebida de esa manera. El guión original escrito en 2006 por Rick Jaffa y Amanda Silver se titulaba Genesis, y contaba la historia de un chimpancé alterado genéticamente que se volvía contra sus amos humanos; fue hasta después que la Fox decidió convertirla en una peli de El planeta de los simios.
    En esta cinta, se cuenta la historia de Caesar (interpretado por Andy Serkis, quien alcanzara la inmortalidad cinematográfica por su papel de Gollum/Smeagol en la Trilogía de El Señor de los Anillos [Jackson, 2001-2003]), un chimpancé nacido de una hembra con la que la compañía Gen Sys probó una droga experimental, inoculada a través de un virus sintético, que permitía a las neuronas crear nuevas conexiones. Esta droga parece ser una milagrosa cura contra el Mal de Alzheimer, pero en Caesar desarrolla además súper inteligencia. Cuando Will Rodman (el carismático aunque no tan dotado James Franco), el científico que adoptó a Caesar en secreto como su propio hijo, es obligado a llevarlo a un refugio para simios maltratados, el chimpancé creará un ejército de simios súper inteligentes a través de la droga ALZ-112 que se rebelará contra la raza humana.


    El resultado de esta cinta, convertida en el reboot, de la franquicia, es bastante decente. Me gusta mucho que, al contrario de cintas como TRON (Lisberger, 1982) o El viaje fantástico (Fleischer, 1966), que fracasaron por ser vendidas como películas de Acción/Aventuras cuando se trataba de densas obras de Ciencia Ficción dura, El planeta de los simios: (R) Evolución sale muy bien librada al mezclar elementos de un melodrama de aventuras típico con elementos de Ciencia Ficción muy bien documentados.
    Otra de las cosas que me encantan de esta cinta es que está plagada de referencias que funcionan a muy distintos niveles. No solamente la cinta tira muchos ganchos a los conocedores de la saga, y particularmente de la película original, de El planeta de los simios; sino que además hace referencia a Charlton Heston e incluso a la parodia que hacen en Los Simpson con el musical de teatro Paren el planeta de los simios, me quiero bajar —la escena en la que Charles Rodman (el magistral John Lithgow) recupera su habilidad para tocar el piano—.


    Así pues, es una película bastante buena y que parecería mejor si no se le comparara inmediatamente con la cinta original. Sólo me quedó a deber en dos aspectos: El primero no tiene que ver con la peli en sí, pues se trata de la traducción del título. Creo que El planeta de los simios: (R)Evolución es innecesariamente (R)Ebuscado; en otros países hispanoparlantes simplemente la llamaron El origen del planeta de  los simios.
    La otra cosa que no me gustó, y sé que mucha gente estará en desacuerdo, fueron los efectos especiales. Sí, la actuación de Serkis es muy buena. Sí, la tecnología ha avanzado muchísimo desde que se inventó la espuma de látex. Pero la verdad es que en muchas escenas de la película los simios digitales se siguen viendo falsos... al igual que los de los setenta, pero de formas diferentes. A este respecto, estoy convencido de que los mejores simios de esta franquicia fueron los creados por Baker… ¿O no?

    
 PARA LA TRIVIA: En la edición para cine, después de los créditos finales aparecía un epílogo en el que se mostraba al bonobo de nombre Koba recogiendo una escopeta de la policía de San Francisco y aprendiendo a dispararla. Tan sólo esta secuencia de apenas segundos de duración, serviría de planteamiento para la secuela. Esta escena, por cierto, sólo se pudo ver en cines y no fue incluida en las versiones en DVD y Blu-Ray de la cinta.




[1] Poca gente lo nota, pero los efectos de balazos en el exterminador de metal líquido (Robert Patrick), así como muchas de sus escenas de transformación, se hicieron con efectos de maquillaje y no con animación digital. Del mismo modo, la escena de la muerte de Lestat (Tom Cruise) no utilizó un solo efecto visual, sino que se hizo completamente en vivo frente a cámara combinando efectos de maquillaje y un animatrónico cuya acción era “envejecer” en el set.
Cf. DUNCAN, Jody, The Winston Effect: The Art and History of Stan Winston Studio, Titan Books, Londres, 2006, Pp.134-142 y 190-192.