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lunes, 28 de diciembre de 2015

NINJA AMERICANO. Desde hace 30 años, los ninjas me dan risa.

NINJA AMERICANO
American Ninja

Sam Firstenberg, 1985

¡Ah, los ochenta! Esa década en la que la especulación financiera infló la economía de muchos países, aunque en este caso específico nos interesa la de Japón. La oleada de productos nipones que invadieron el mercado estadounidense a mediados de la década desató una especie de enamoramiento con la cultura del país del Sol Naciente que se vio enormemente reflejada en el entretenimiento. Así fue que tuvimos Karate Kid (Avildsen, 1984), Tortugasninja, una especie de culto al Nintendo y chistes sobre automóviles. Y, por supuesto, Ninja americano.


    La historia va así: Joe (Michael Dudikoff), un marine con un oscuro pasado, es el chico nuevo en una base militar en las Filipinas. Cuando un convoy de la base, en el que viaja Patricia (Judie Aronson, a quien quizá recuerden por su escena topless en Viernes 13: El capítulo final [Zito, 1984]), la hija del Cnel. Hickok (Guich Koock), es atracado por una banda de ninjas, Joe sale al rescate exhibiendo conocimientos de artes marciales que son inexplicables aun para él mismo. Por desgracia, las autoridades de la base culpan a Joe por las bajas durante el enfrentamiento. Ahora, la investigación de Joe y sus amigos para limpiar su nombre desenmascarará una operación internacional de tráfico de armas que llega hasta altos mandos del Ejército, y revelará la verdad sobre el origen de Joe y su profundo conocimiento del ninjitsu.
    Al igual que grandes clásicos del cine de acción de bajo presupuesta de la época, como las secuelas de El vengador anónimo, Fuerza Delta (Golan, 1986) ‒que lanzaran al estrellato a Chuck Norris‒ y el remake de Las minas del rey Salomón (Thompson, 1985), Ninja americano fue producida por la compañía Golan-Globus (The Cannon Group, antes de ser vendida a israelíes) quienes diseñaron un eficiente modo de producción basado en el autofinanciamiento y lograron una gran difusión gracias al mercado de video.


    Y ya hablando de la película como tal es estúpida. No encuentro otra palabra para describirla. Las situaciones son absurdas, la trama es completamente inverosímil y las actuaciones le dan a uno ganas de darle una patada a la tele. Y quizá por eso resulta tan divertida.


   En general, las películas de artes marciales tienen fama de estar mal actuadas; sin embargo, Ninja americano quizá recibiría un premio especial. De verdad, por momentos se vuelve hilarante. Y no sólo es el hecho de que Dudikoff, detrás de esa apariencia de chico, malo tenga voz de niña; sino la aparente incapacidad de Aronson para articular dos malditas palabras... con razón la recuerdo por su escena de Viernes 13...
     Bueno, pero las malas actuaciones no importan tanto, pues lo que queríamos ver con esta peli eran coreografías espectaculares de artes marciales... qué lástima que no hay ninguna. La mayoría de las coreografías son bastante malas y, aparte, están mal filmadas. Quiero decir, de todos los emplazamientos posibles ¿por qué tenían que escoger el ángulo en el que se ve que no se están golpeando de verdad?


    Está bien, está bien. No todo está perdido mientras haya buenos stunts, ¿no? Digo, es lo que salvó a la inmunda película de El fantasma (Wincer, 1996)... ¿No? Pues sí... Hay uno a dos stunts bien hechos en la película; pero cuando Joe salta en su motocicleta por una rampa se ve que en realidad es un doble con una peluca como de MiAlegría.


    La leyenda en torno a los ninjas les atribuía poderes mágicos y capacidades sobrenaturales, mismas que pueden apreciarse de manera literal en esta película. Así pues, el sensei de Joe, Shinyuki (John Fujioka), domina la habilidad de volverse invisible frente a sus enemigos simplemente con el poder de su pensamiento.
    Y algún otro poder mágico deben tener todas las personas de esta película, porque aunque hay enormes cantidades de violencia, balazos, espadas y casi todo tipo de armas imaginables, no se derrama una sola gota de sangre.


    Uno de los villanos (porque el principal es uno de esos yuppies que tan populares fueron como villanos en los 80), conocido sólo como el Ninja de la Estrella Negra (Tadashi Yamashita), sólo tiene la habilidad de agarrar flechas al vuelo; pero lo compensa escondiéndose viles artilugios letales debajo de la manga. Literalmente. Las armas que esta sabandija tiene listas para usar a traición son un lanzador de dardos, una rudimentaria pistola, un lanzallamas y por supuesto, mi favorito, un rayo láser (tomemos un minuto para recordar esa escena de Monsters Inc. [Docter et al, 2001] Y reír).


    ¿Y qué le hace falta a una película mala para ser aún mejor? ¡Explosiones, claro! Porque cuando la habilidad narrativa de un realizador falla, las explosiones la componen dando ese nivel de acción y dramatismo que tan miserablemente fracasó en conseguir... aunque en esta cinta sólo hay dos y una es la conclusión de una de las peores escenas de choques de autos que he visto.
    ¿Y alguien notó que la escena después de que Joe rescata a Patricia es un plagio descarado de Dos bribones tras la esmeralda perdida (Zameckis, 1984)?


    Por supuesto, esta película no es para tomarse en serio y quien quiera hacerlo recibirá su merecido, eso se los aseguro. Más bien es de esas cintas que uno pone como ruido de fondo para no sentirse solo o de ésas que uno ve cuando quiere apagar el cerebro un ratito. Mi recomendación al respecto es que se armen de cerveza y una bolsa de frituras, se dejen llevar y se preparen para partirse de risa.


    Quizá más importante que la película sea su legado. Así de mala como la describo, generó cuatro secuelas: Ninja americano 2: La confrontación (Firstenberg, 1987), Ninja americano 3: Cacería sangrienta (Sundstrom, 1989), Ninja americano 4 (Sundstrom, 1990), Ninja americano 5 (Bralver, 1993) y una más actualmente en producción: American Ninja Apprentice; así como un spin off: Samurai americano (Firstenberg, 1992). Y por supuesto, mi favorita, nuestra bastardización nacional El ninja mexicano (Fragoso Montoya, 1991), con las actuaciones de la rubia de categoría Felicia Mercado y nuestro querido vampiro nacional Germán Robles. 
    Además, no es difícil rastrear hasta Ninja americano y sus contemporáneas la fuente de la que bebieron cantidad de videojuegos como Street Fighter (Campcom, 1987) y Street Fighter II: The World Warrior (Capcom, 1991), The Ninja Warriors (Taito, 1987), Ninja Gaiden (Tecmo, 1988) y Mortal Kombat (Midway, 1992), por mencionar sólo algunos.

PARA LA TRIVIA: Originalmente, Chuck Norris interpretaría el papel de Joe; pero fue cambiado por Dudikoff de última hora. Dudikoff no sabía absolutamente nada de artes marciales hasta que inició el rodaje.


   

  

miércoles, 23 de diciembre de 2015

STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA. "It's a trap!"


STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA
Star Wars: The Force Awakens

J.J. Abrams, 2015

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana... en la que pasaron tres generaciones y a nadie se le ocurrió inventar los barandales… Es un tiempo de incertidumbre en la galaxia y entre la fanaticada. George Lucas ha vendido Lucasfilm Ltd. A The Walt Disney Corporation y la Casa del Ratón, temerosa de que los actores de la Trilogía Original murieran de viejos, apresuró la producción de un nuevo episodio de la saga, mismo que continuaría con la historia a partir de donde se quedó después de El regreso delJedi (Marquand, 1983). o algo así.


    Treinta años han pasado desde la caída del Imperio Galáctico. Luke Skywalker (Mark Hamill) ha desaparecido sin dejar rastro tras su fracaso por entrenar una nueva generación de jedis. Sin su apoyo, un grupo militarizado conocido como la Primera Orden, surgido de los residuos del Imperio, ha cobrado fuerza y busca apoderarse de la galaxia, lo que ha ocasionado el surgimiento de una guerrilla conocida como la Resistencia. El mejor piloto de la Resistencia, Poe Dameron (Oscar Isaac), se encuentra en una misión secreta asignada por la generala Leia Organa (Carrie Fisher) para recuperar un mapa que podría indicar la localización de Skywalker.
    Sin embargo, Dameron es interceptado por las tropas comandadas por el caudillo de la Primera Orden, un wannabe de Lord del Sith llamado Kylo Ren (Adam Driver), y se ve obligado a ocultar el mapa en un droide BB-8 que queda vagando por el desierto en el planeta Jakku (que es increíblemente parecido a Tatooine). BB-8 cae en manos de una chatarrera llamada Rey, quien parece ser, de manera innata, sensible a la Fuerza (Daisy Ridley).


    Ahora Rey y el stormtrooper renegado Finn (John Boyega) hacen suya la misión de llevar al droide al cuartel general de la Resistencia, encontrando en el camino a los legendarios Han Solo (Harrison Ford) y Chewbacca (Peter Mayhew). Mientras tanto, la Primera Orden pone en funcionamiento el arma máxima: La estación de batalla Starkiller, que abarca todo un planeta, y que roba la energía de las estrellas y la canaliza en un rayo destructivo de capacidad inimaginable, capaz de aniquilar sistemas planetarios enteros.


    Así como lo leen. El argumento de El despertar de la Fuerza es un plagio descarado del argumento de La guerra de las galaxias (Lucas, 1977). Incluso por ahí leí que, con esta película, J.J. Abrams había inventado la secuela/reboot/remake ‒no estoy completamente de cauerdo, estoy casi seguro de que debió haber algunos otros antes‒.  Y eso que ya ni narré la parte en la que Rey es capturada por Ren y es llevada prisionera al interior de Starkiller, lo que desencadena un rescate por parte de Solo y Finn, y un ataque al planeta liderado por Dameron. De verdad, es la misma maldita película.
    En general, pude notar dos cosas de esta cinta: La primera es que estaban tan preocupados pro mandar a la goma la Trilogía de Precuelas que cayeron en el absurdo de parecer que estaban jugando al Día Opuesto de Bob Esponja. Me refiero a que hay muchos elementos en pantalla cuya única justificación parece ser “llevarle la contraria a las precuelas”. Y aunque sí pueden considerarse como un fracaso ‒quizá con excepción de Episodio III (Lucas, 2005) que no está tan mal‒, la verdad es que plantearon un par de elementos valiosos que merecían ser rescatados.


    Digo, el resultado final es bueno. La gran mayoría de las criaturas que se ven en la película son animatrónicos y el uso de escenarios digitales fue reducido al mínimo. Así pues, la película tiene un look diferente y se ve menos artificial que sus contrapartes de la década pasada. Aunque pudieron esforzarse más con los personajes. Lo digo particularmente por Maz (voz de Lupita Nyong’o, la segunda mexicana en Star Wars, cuyo personaje es más o menos la misma idea que Dexter Jetser en EpisodioII), que es enteramente digital y sí contrasta con otras criaturas.


    Del mismo modo, mandaron a volar casi por completo los escenarios digitales y casi todas las escenas de esta película fueron grabadas en sets o en locaciones reales, muchas de ellas bastante impresionantes. La utilización de locaciones reales realmente realza la película. Felicidades a los que hayan hecho el scouting.
    En segundo término está lo que en verdad odié de esta película: Se regodea en la autocomplacencia y el onanismo. Nadie en esta cinta quiso salirse de su zona de confort: El argumento, pirateado de la primera película; nuestros personajes favoritos están de regreso, a pesar de que ninguno de ellos haga falta realmente (hagan la prueba, la historia se puede contar perfectamente sin Han, Leia, Chewie, 3PO, R2 ni Luke); un villano light que no se robaría la película ni aunque su vida dependiera de ello; la música, variaciones de los temas clásicos de la saga; la historia prácticamente no ha avanzado en 30 años y por aquí y por allá hay referencias a la Trilogía Original, porque si todo lo demás falla, siempre se puede apelar a la nostalgia.


    El problema de plagar tu película de referentes y de cosas prestadas de oras películas es que te niegas la posibilidad de sorprender al público —porque sus giros de tuerca son predecibles y están medios piteros, la verdad—. Por lo menos en la Trilogía de Precuelas se atrevieron a tomar riesgos... en la mayoría de las cosas nuevas que intentaron, fracasaron miserablemente, pero al menos se atrevieron a probar.


    De entrada, el panorama es bastante desalentador: Han pasado tres décadas después de la caída del Imperio... ¡y todo sigue igual! Yo esperaba ver a Leia en algún alto cargo diplomático, a Han quizá como un empresario o no sé, o a Luke como el líder espiritual de la Nueva República; pero no. Todos siguen haciendo exactamente lo mismo que cuando los dejamos y ni siquiera parecen haber crecido o evolucionado intelectual o emocionalmente. Y Luke ni siquiera anda por ahí, se fue a esconder en una línea argumental que es casi un plagio del primer arco narrativo de los cómics de Thundercats de Image[1]. Así da la impresión de que las grandes hazañas y los sacrificios de los personajes en la Trilogía Original fueron en vano.
    Tampoco me encantó la música. Además de un par de variaciones sobre temas clásicos de la Trilogía Original, no encontré ningún elemento que me indicara que ésta era una partitura de John Williams. Al diablo mandó las composiciones operísticas y wagnerianas que se basaban en la utilización de leit motivs y que tanta personalidad le dieron a las películas originales. Quizá le parecieron anticuadas o yo qué sé, pero recuerdo que en la Trilogía Original si bien no compuso un tema para cada personaje, sí se tomó la molestia de por lo menos hacer un tema musical para cada película (Duel of the Fates para Episodio I, Across the Stars para Episodio II y Battle of the Heroes para el III).


     Y, ¿qué onda con Kylo Ren? ¿Será atrevido de mi parte llamarlo el peor villano de la saga? Es decir, Jango Fett es pésimo, pero al menos tiene escenas padres. Darth Maul ni siquiera habla, pero tiene uno de los mejores diseños y el arma más padre de toda la saga... ¿Pero y Kylo Ren? Es débil, no sólo como Sith sino como personaje, no está muy bien actuado que digamos y la verdad es que toda la fuerza o presencia que pudo haber tenido la pierde cuando nos es revelada su identidad... Lo que sucede como a la media hora de película. De ahí en adelante sólo es ver cómo el muchacho hace sus berrinches y cómo la intervención que quisieron hacer sus padres fracasa.


    ¡Caray! Era un personaje que daba para tanto... incluso mantener el misterio de su identidad hubiese sido una jugada válida y un pretexto para meter otra escena referencial a El Imperio contraataca (Kershner, 1980) cuando Ren habla con Han Solo ‒sí, hubiera estado medio mamón, pero habría funcionado‒. Pero no, señores. Abrams, bien plantado en su zona segura, no se atreve a mantener el enigma por demasiado tiempo, quizá porque sabe que eso fue lo que vinimos a ver y que las nuevas generaciones, hacia quienes va más enfocada esta peli, son muy desesperadas y no soportarían ir atando cabos hasta el final de la cinta para adivinar quién es.
    Finalmente, el lightsaber de Ren está padre. Es un poco más burdo que los lightsabers que hemos visto en otras películas de la saga, pero esto simplemente nos indica que las habilidades de Ren aún no están pulidas del todo y eso me pareció un buen detalle. Aunque también creo que se pudo explotar más.


    Por cierto que el líder supremo Snoke (Andy Serkis porque, coño, el tipo es un gran actor de criaturas y hay que tenerlo en una peli de Star Wars haciendo… algo) también me pareció un villano bastante decepcionante. Y en general todo el rollo de la Primera Orden. Vuelvo a lo mismo ¿Por qué pudo formarse un grupo así debajo de las narices de la República? Digo… se ve que mantenerlo sale caro. Creo que la historia del advenimiento de la Primera Orden hubiera sido un argumento muy interesante.


    Lo que sí me encantó fue la actuación de Ridley. En general, todos actúan bastante bien; pero es Rdley quien se roba el show. Además, su personaje es entrañable y la chica lo interpreta bien. Nuevamente, quizá habría sido mejor ver un poco más de desarrollo en cuanto al uso de la Fuerza; pero en general creo que está bien.
    Me hubiera gustado que no todo le saliera perfectamente bien a la primera y que necesitara adiestramiento para hacer... todas las maravillas que hace y para las que parece tener un talento innato ‒hasta Luke era medio güey al prinicpio‒. Supongo que será tarea de los Episodio VIII y IX justificar sus habilidades y, sobre todo y espero que de verdad lo sepan hacer, poner en crisis al personaje, como le pasó a Luke en El Imperio contraataca.


    Esta película es como muchas personas: Pierde un poco su identidad al tratar de complacer a todos. Aunque, por otro lado, debo reconocer que en ese aspecto es sobresaliente: Logra entretener y hasta cautivar al público, la trama no es demasiado complicada para que sirva como película introductoria a nuevos públicos; pero aun así complace a los fans de la Trilogía Original no sólo retomando elementos de ella, sino prácticamente borrando de la existencia la Trilogía de Precuelas. Y también hay mucho material que puede ser consumido por neófitos y villamelones. Además, hay una tarea sumamente importante con la que la cinta cumple cabalmente: Sí me dejó con ganas de más y esperando con ansias el Episdoio VIII.


    Por cierto… ¿Fui el único al que le molestó que no le quitaran el casco a la capitana Phasma (Gwendoline Christie)? ¿Fui el único que le mentó la madre a Maz cuando se niega a explicar cómo recuperó el lightsaber de Luke ‒digo, porque lo perdió cuando le mocharon la mano en Bespin‒? En general, aunque me gustó bastante El despertar de la Fuerza, la sentí un tanto superficial. En el sentido de que tuvieron muchos elementos que pudieron explotar mucho más.
    A final de cuentas, me gustó bastante y salí contento del cine... Pero no puedo quitarme la molesta sensación de que me están vendiendo una versión edulcorada de algo que ya vi.


    Así pues, el Starwarsómetro del Cinéfilo Incurable, que por supuesto está basado únicamente en la apreciación y gusto personal que he venido argumentando en críticas anteriores, y en el que 1 es lo más alto y 8 lo más bajo (sólo estoy tomando en cuenta las películas de Star Wars), queda así:

8.- Clone Wars (Filoni, 2008)
7.- Episodio I (Lucas, 1999)
6.- Episodio II (Lucas, 2002)
5.- El despertar de la Fuerza (Abrams, 2015)
4.- Episodio III (Lucas, 2005)
3.- El regreso del Jedi (Marquand, 1983)
2.- La guerra de las galaxias (Lucas, 1977)
1.- El Imperio contraataca (Kershner, 1980)

PARA LA TRIVIA: En cierto momento, tanto Mihcael Fassbender como Hugo Weaving fueron considerados para el rol de Kylo Ren.
   
     




[1] Al final de la serie de dibujos animados, una vez que los Thundercats han vencido a Mumm-Ra, Leon-O inicia un viaje místico al interior del Libro de Thundera para entrenarse como Señor de los Thundercats. En los cómics regresa años más tarde, ve que Nueva Thundera ha caído en manos de los mutantes, quienes han esclavizado a sus compañeros, incapaces de resistirse sin su guía.


lunes, 14 de diciembre de 2015

STAR WARS EPISODIO III. La Trilogía de Precuelas llega a su conclusión.


STAR WARS EPISODIO III
Star Wars Episode III: Revenge of the Sith

George Lucas, 2005

Y así, toda una era llega a su fin. Y no me refiero sólo al gobierno del Senado Galáctico, sino a la Trilogía de Precuelas de Star Wars. En aquel lejano 2005, los cinéfilos nos sentíamos satisfechos y en cierto modo completos, y algunos ingenuos hasta creyeron que no volverían a ver una película de Star Wars en la pantalla grande, creencia que se incrementó cuando George Lucas públicamente declaró que no filmaría los episodios VII, VIII y IX porque “ya estaría demasiado viejo para entonces y no sería divertido”. Hay que reconocer que el hombre cumplió con su palabra.


    En esta última película de la Trilogía, que según el canon original sucede tres años después de Episodio II, se narra la historia de cómo la Antigua República se encuentra devastada por la guerra promovida por el conde Dooku (de nuevo el inmortal Christopher Lee) y el general droide —bueno, en realidad es un cyborg— Grievous (voz de Matthew Wood). El supremo canciller Palpatine (Ian McDiarmid) ha retenido el poder por demasiado tiempo, lo que comienza a causar descontento entre el Consejo Jedi. El joven jedi Anakin Skywalker está a punto de convertirse en padre; pero terribles visiones del futuro lo sumen en la desesperación y la incertidumbre, lo que lo lleva a acercarse al misterioso Lord del Sith Darth Sidious, cuyas enseñanzas del Lado Oscuro podrían salvar la vida de Padme (regresa la Portman), la esposa secreta de Anakin. Sin embargo, seguir las enseñanzas de Sidious significaría traicionar a la Orden Jedi y destruir todo por lo que Anakin y los jedi han luchado.
    Siempre que veo esta película me da la misma impresión: En mi mente veo a George Lucas como un estudiante irresponsable que se pone a estudiar tratando de aprender todos los contenidos del semestre la noche anterior al examen. Es como que de repente dice: “¡Madres! ¡Llevamos dos películas haciéndonos tontos, tenemos un montón de cosas que explicar y sólo nos queda una película de dos horas y cuarto! Porque así es como se siente Episodio III”.


    Principalmente me llama la atención el personaje del general Grievous. Por muchas razones. Se supone que Grievous, cuyo diseño original corrió a cargo del artista Warren Fu, fue creado para el Episodio III por George Lucas; pero su primera aparición se dio en la serie de cortometrajes animados Guerras Clónicas, para ir calentando el ambiente antes del estreno de la cinta. Así pues, el inicio de Episodio III se entiende más como un cierre a la serie animada… y si uno no la ha visto, sí le da la sensación de que se perdió de algo antes de la película.
    Grievous funciona como una especie de antecedente de Darth Vader: al igual que Vader, es un cyborg[1] con problemas de asma que se embarca en una cruzada para cazar a los jedi, conservando sus lightsabers como trofeos. Ahora bien, en este último visionado que hice de Episodio III me surgió la duda: Grievous es un antecedente de Darth Vader… ¿O es su sustituto? En mi crítica del Episodio II, mencioné que las precuelas desaprovecharon por completo los dos poderosos ejes argumentales que pudieron usar: las Guerras Clónicas y la Cacería de los Jedi.; ahora me dio la impresión de que Lucas llegó a un punto en el que aún le quedaban demasiados jedi vivos, por eso utilizó el recurso de la Orden 66 y, claro, lo más lógico era que tuviera un personaje que se dedicara a cazar jedis, sólo que, por desgracia, Darth Vader aún no existía. Por eso tuvo que crear a Grievous.


    En resumen: creo que se perdió tanto tiempo narrando las comiquísimas aventuras de Jar Jar Binks (Ahmed Best) y el romance estudiantil/chafón de Anakin y Padme en los Episodios I y II, que la historia en Episodio III se comprime al punto de necesitar un personaje que, según su propio planteamiento, ni siquiera existe aún.
     Por supuesto, el plato fuerte de esta película es el origen de Darth Vader, el cual, por cierto, permaneció prácticamente igual a como lo narra el espíritu de Obi-Wan Kenobi en la novelización de Elregreso del Jedi:

    … Cuando vi lo que había llegado a ser, intenté disuadirlo, atraerlo de nuevo a la luz. Luchamos... y tu padre cayó en un crisol de fundición. Cuando tu padre salió arrastrándose de ese terrible estanque, el cambio en él había sido impreso con fuego para siempre. Se convirtió en Darth Vader, sin el más leve asomo de Anakin Skywalker. Irremediablemente maligno. Surcado por cicatrices y mantenido con vida sólo por su maquinaria y su propia y negra voluntad…[2]

       Y en ese sentido, la película cumple. La esperada pelea entre Obi-Wan y Anakin es espectacular, y la subsecuente derrota y destrucción de Anakin están de antología. Lo único que no me encanta es el epílogo. Francamente creo que la película dura más de lo que debería; por mí, pudieron haber metido los créditos finales justo cuando terminan de ponerle la máscara a Vader. Así se habrían evitado el legendariamente ridículo grito de “¡No!”, además de que ésta sería la única película de la saga en terminar con un primer plano.


    La que sí me pareció un tanto ociosa fue la pelea entre Yoda y Darth Sidious en el Senado Galáctico. Tampoco creo que aporte nada a la historia y para lo único que sirve es para ver lo poco que se parece el Emperador del Episodio III al de El regreso del Jedi (Marquand, 1983), a pesar de haber sido interpretados por el mismo actor.
    Al respecto de la transformación de Palpatine en pantalla, también quisiera hacer notar que me pareció decepcionante. Quiero decir, en el aspecto de que fue inmediata. Uno entendía que la apariencia de Palpatine en El regreso del Jedi se debía a que sí era muy viejo, pero además había sido consumido por el Lado Oscuro a lo largo de los años. Nuevamente, como perdieron tiempo con otras cosas en los episodios anteriores, tuvieron que acelerar la degradación del personaje... Y ahora que me fijo, ¿por qué Palpatine ruge?


    A pesar de la duración de la cinta, creo que el montaje y la edición son más que eficientes. Aun cuando es la película más larga de la Trilogía de Precuelas, es la que mejor fluye. Esto sin duda se debe a la edición, pero también, seguramente tiene que ver con que es la única en la que de verdad pasan cosas interesantes.
    Del mismo modo, parece que Lucas y su equipo por fin se pusieron a hacer la tarea, porque de las tres precuelas ésta es la única que más o menos se acerca al tono de las películas originales. Y eso sí, es la más oscura después de El Imperio contraataca (Kershner, 1980).


    Aunque no por eso está exenta de cada mamada... como... ¿Qué onda con Kashyyk y los wookies? Está más metido a la fuerza que Jango Fett en el Episodio II y peor lograda, porque en este caso ni siquiera contribuye a la historia, de verdad, hagan el intento: Saquen las secuencias de Kashyyk y la película sigue siendo la misma. Ni siquiera hace falta explicar por qué Yoda no fue muerto en el ataque al Templo Jedi —digo, uno entiende que Yoda es demasiado chingón como para morir a manos de los clone troopers—. Por no mencionar que la navecita del Maestro Jedi se parece muy sospechosamente a la nave de E.T. El extraterrestre (Spielberg, 1982) y, sobre todo... ¿Están tratando de decirme que Chewbacca (Peter Mayhew) conoció a Yoda mucho antes que Luke? ¿Y no le dijo nada? ¿Aun cuando lo vio esforzarse en su entrenamiento para ser jedi? ¡No mamen!
    ¿Y qué tal su explicación tardía, forzada y no solicitada sobre por qué los jedis de la Trilogía Original se desvanecían y los de la Trilogía de Precuelas sí dejan sus cadáveres ahí tirados? En el corte original de la película había una secuencia donde Qui-Gon lo explicaba a fondo; pero la dejaron fuera desde la primera edición.


    Y R2-D2 (Kenny Baker) sigue teniendo retrocohetes. ¿O es que debo suponer que cuando le borran la memoria a los droides se le olvida que los tiene? No, pero esperen, sólo borraron la memoria de 3PO (Anthony Daniels), la de R2 se mantuvo intacta... Además, en la Trilogía Original, R2 podía comunicarse con Luke a través de la interfaz de la computadora del X-Wing. ¿Y no pudo decirle nada sobre Vader? ¿O sobre Obi-Wan? O sobre... ¡Cualquier cosa!
    Hablando de droides ¿se fijaron que en los trece años que pasaron entre Episodio I y III la tecnología de la Federación de Comercio apenas si se desarrolló? O sea, empezaron siendo unos buenazos que tenían naves caza autómatas y, más de una década después, siguen teniendo el mismo modelo de naves caza autómatas, sólo que pintado de otro color y con un lanzamisiles integrado…


    ¿Y qué onda con la muerte de Mace Windu? Desde antes de que saliera la película supuse que Anakin sería el encargado de darle muerte. Digo, finalmente, fue Windu más que cualquier otro quien se oponía a que Anakin fuera entrenado como jedi… curiosamente, ni siquiera Yoda puso tantos peros hasta este episodio. Y a final de cuentas no lo mata —no directamente, quiero decir— y el pobre Windu perece en circunstancias que harían sonrojar al Equipo Rocket.
    Las actuaciones siguen siendo malas. Afortunadamente, Christensen como que se metió a clases o algo, porque la verdad es que sí mejora un poco en esta película; pero Portman está perdida. Completamente. Sin ánimo de exagerar puedo decir que la de esta cinta es la peor actuación que le he visto en la vida. Incluso en esa película en la que la abandonan en el Wal-Mart se ve mejor... ¡Hasta en la soporífera Thor (Brannagh, 2011) actúa mejor! Y si la lamentación de Anakin en el Episodio II estaba de risa loca, sin duda se echa un Tète-a-tète con el “Anakin, you’re breaking my heart!” de Padme en esta cinta. Mmhhh... quizá no es tanto que Christensen haya mejorado, es sólo que Portman se ve peor.


    Así pues, de todos, de absolutamente todos los que aparecen en esta película, al único que le creo que se convertirá en el personaje que vimos en la Trilogía Original es a Ewan McGregor como Obi-Wan Kenobi. Y eso excluye a Vader, Yoda, Chewbacca, C-3PO, R2-D2 y a Palpatine, con todo y que casi todos ellos son interpretados por los actores originales y que las transformaciones de Vader y Palpatine incluso suceden en pantalla.
    Oh, bueno y el (en este momento apenas) gobernador Tarkin (Wayne Pygram) también es bastante convincente. Quizá porque se le ve de lejos y no se escucha ninguno de sus parlamentos.


    Al respecto de esa escena: sólo logra reforzar lo que ya había mencionado sobre por qué no me encanta El regreso del jedi. Se supone que Episodio III sucede casi veinte años antes que La guerra de lasgalaxias (Lucas, 1977), ¿no? Y ya aparece por lo menos la estructura de lo que será la Estrella de la Muerte; es decir, que se tardaron más de veinte años en su construcción ¿y me salen con la mamada de que en el Episodio VI construyeron otra, que además es diez veces más grande que la primera?
    Y en esta película no hay trajecitos sexys de Padme, pero lo compensan con las escenas de Ayla Secura (Amy Allen, quien de hecho no es actriz, sino asistente de producción en Industrial Light and Magic).


    En general, el guión es mejor que en las entregas anteriores. Tiene mayor cohesión y se atreve a explorar un poco de la psicología de los personajes. Digo, a pesar de sus deficientes actuaciones, podemos ver el conflicto de Anakin y la decepción de la política que siente Padme, y me hubiera encantado que la relación entre Obi-Wan y su discípulo se hubiera planteado mejor en las cintas anteriores para que en ésta de verdad le doliera a uno que se resquebrajara.
    En parte, la mejoría en el guión se debe a que el guionista Tom Stoppard, responsable por los guiones de películas como Brasil (Gilliam, 1984), El Imperio del Sol (Spielberg, 1987) y Shakespeare enamorado (Madden, 1988), le dio “una pulidita” al guión original que había escrito Lucas.


     A pesar de todo, me gusta esta película. Ésta sí. Creo que es realmente superior a los episodios anteriores y sí le anda llegando al nivel de El regreso del jedi... aunque no salen Jabba y su corte de muppets, y eso le quita puntos. Ésta es la precuela que los fans esperábamos, y que nos merecíamos, desde 1999. ¿Era tan difícil hacer esto desde el principio?
    Una vez que he concluido mi visionado de la Trilogía de Precuelas, puedo decir que hay algo que me incomoda, pero no lo había notado hasta ahora. El hecho de que todo se explique y de que resulte que todos los personajes están relacionados y todo mundo conocía a todo mundo me deja con la desagradable sensación de que la galaxia es mucho más pequeña y mucho menos vasta de lo que habían planteado las películas originales.


    No puedo terminar este artículo sin decir que hay algo que siempre me ha llamado la atención de la saga. Si era tan tremendamente importante que Darth Vader no descubriera que tenía un hijo, es decir, el futuro de la galaxia dependía de ello, ¿por qué a nadie se le ocurrió cambiarle el apellido a Luke SKYWALKER?


 PARA LA TRIVIA: Para concluir este artículo, les dejo algunos datos de trivia interesantes sobre esta cinta y un par del resto de la saga, así nos entretenemos mientras esperamos El despertar de la Fuerza.
·         Episodio III es la única película de la saga en la que aparece un signo de exclamación en el intro.
·         El Imperio contraataca es la única película de la saga en la que no aparece el planeta Tatooine. Irónicamente, es la primera en la que se menciona su nombre.
·         Episodio III es la única película con un cameo de George Lucas (aparecen él y sus hijas a la entrada de la ópera).
·         En cada una de las películas de la saga, por lo menos una vez, suena el efecto de sonido conocido como Wilhelm Scream.
·         En Episodio III se insertaron escenas reales de la erupción del Monte Etna, que ocurrió en las mismas fechas que la filmación, para ambientar el planeta Mustafar.
·         La tos del general Grievous es la tos real de George Lucas, quien se enfermó de bronquitis durante la filmación.
·         Originalmente, Gary Oldman interpretaría la voz de Grievous; pero se vio forzado a abandonar el proyecto debido al veto que los sindicatos de actores le impusieron a George Lucas desde la década de los 80.
·         La frase más repetida en toda la saga es “I have a bad feeling about this” (“Tengo un mal presentimiento sobre esto”), que básicamente terminó convirtiéndose en un chiste local.




[1] Originalmente se suponía que le habían implantado prótesis biónicas para curar las heridas sufridas en batalla. En la espantosa serie de animación CGI The Clone Wars, la historia cambia y ahora se plantea que Grievous, por su propia voluntad, sacrifica su cuerpo orgánico para obtener las habilidades que le permitan combatir a los jedi.
[2] KAHN, James, El retorno del Jedi, Best Sellers 52, Origen/Planeta, México, 1985. P.66.