LOS
HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES
Män som hatar kvinnor
Niels Arden Oplev, 2009
La crítica se refirió a la
trilogía de novelas detectivescas del sueco Stieg Larsson como “una especie de
Harry Potter para adultos”… sea lo que sea que eso implique. El caso es que los
condenados libritos (que son nomás mamotretos de 800 páginas cada uno) sí son
endemoniadamente adictivos, y se convirtieron en un fenómeno literario a nivel
mundial a finales de la década pasada. A la fecha se han adaptado a los medios
más diversos: Está la trilogía de películas suecas, la primera entrega de los
remakes estadounidenses, las novelas gráficas, una serie de televisión sueca y
no estoy muy seguro, pero casi puedo apostar que en Europa hay juegos de rol
sobre el tema.
Pero ¿podrán las versiones fílmicas igualar
el éxito de sus contrapartes impresas?
Mikael Blomkvist (Michael Nyqvist) es el
exitoso periodistas estrella de la revista independiente Millenium, una publicación dedicada al análisis económico y
político. Después de un fuerte escándalo que llevará a Blomkvist a los
juzgados, éste es contratado por el multimillonario empresario Henrik Vanger
(Sven-Bertil Taube) para una investigación particular: Harriet (Ewa Fröling),
su sobrina, desapareció sin dejar rastro 40 años atrás. Las pesquisas
policiales fueron un callejón sin salida y todos los miembros de la extensa
familia Vanger, todos ellos socios de la millonaria empresa, tenían sus motivos
para desaparecer a Harriet. En el transcurso de tan peculiar asignación,
Blomkvist recibirá la insospechada ayuda de Lisbeth salander (Noomi Rapace en
el papel que la lanzó a la fama), una hacker antisocial con un pasado
tormentoso, quien lo ayudará a desvelar los misterios que rodean la
desaparición de la chica y podrían desentrañar un terrible secreto familiar.
Sólo por no dejar, iniciaré esta crítica
con la misma pendejada que dicen los que leyeron un libro, se volvieron fans y
luego vieron la película “basada en”: Yo me lo imaginé muy diferente. Ya. Lo
dije… y he de decir también que nunca he ido a Suecia y, aparte de saber que en
Estocolmo hay un museo dedicado a ABBA, soy bastante ignorante acerca de su
cultura.
Aclarado lo anterior, entraré en materia. Esta
película es una adaptación casi literal de la novela de Larsson, y por eso es
que funciona tan bien. Se trata de un thriller tipo Whodunit a lo Agatha Christie, pero lleno de giros de tuerca y de
subtramas interesantes. Encuentra sus principales influencias en películas como
Seven: Los siete pecados capitales
(Fincher, 1995) y Resurrección
(Mulcahy, 1999); así que por el lado de la historia podemos decir que la peli
se encuentra cubierta.
Continuando con mi tozudez de “en mi cabeza
se veía mejor” confesaré que en una primera instancia no me gustó nada el
casting. No lograba ver a los actores como sus personajes, principalmente en
los casos de Nyqvist y Taube, la única que me parecía convincente en su papel
fue la Rapace.
Pero
los actores se encargaron de taparme la boca.
Las actuaciones son tan buenas que conforme
fue avanzando la película, me ganaron; y dejé de comparando a los personajes en
pantalla con los que mi imaginación
había creado primeramente. Ésos se fueron a tomar un receso. Lo que es más,
lograron que me interesara sobremanera en la película, a pesar de que ya
conocía la trama y la resolución del misterio de antemano.
La producción no es nada fuera de lo
ordinario y casi no hay efectos especiales. En realidad tiene pinta de haber
sido una película bastante económica, y es que como lo dije arriba, su fuerte
es la historia. El guión es bastante adecuado y condensa los acontecimientos de
la película de forma eficiente y bien dirigida, eso sí, sacrificando algunas de
las subtramas.
A este respecto también añadiré que la
película, por obvias razones, sólo se enfoca en desarrollar el carácter de los
personajes centrales; y los personajes secundarios quedan bastante relegados.
Algunos que en la novela son importantes, como Dragan Armanskij o Holger
Palmgren, ni siquiera son nombrados en pantalla. También otros personajes que
Larsson escribió como más complejos o con una colección bastante variopinta de virtudes y defectos, como Henrik Vanger o su
sobrina Christina, se sienten un poco acartonados. Como compensación, los personajes centrales
sí están muy bien delineados.
Esta cinta cae además en la tentación de
muchas pelis que buscan adaptar una obra del medio impreso al cinematográfico:
se vuelve demasiado narrativa por momentos; y es que, honestamente, las
imágenes sucediéndose unas a otras a través de fadings mientras una voz en off nos
va narrando lo que sucedió siempre me ha parecido una resolución muy pobre para
una secuencia. En especial cuando se trata de adaptar una obra que ya es
narrativa desde su origen. A pesar de esto, el ritmo de la cinta es bastante
bueno y casi ni se sienten las dos horas y media que dura.
Se trata de una buena película, no
excelente, pero sí un thriller bastante efectivo que logra mantenerlo a uno al
borde del asiento. Su único gran defecto es precisamente su mayor virtud: Al
ser una adaptación tan literal de una novela, difícilmente sobrepasa el nivel
de ilustración del texto y, de hecho, ambas versiones podrían excluirse mutuamente.
Si uno ya leyó la novela, puede obviar la película y viceversa.
PARA
LA TRIVIA: El periodista y escritor de ficción Stieg Larsson,
creador de la trilogía Millenium, nunca llegó a disfrutar de las
multimillonarias ganancias de sus libros. Larsson comía tres veces al día en
McDonald’s, padecía insomnio, bebía compulsivamente café y fumaba tres
cajetillas de cigarros diariamente. Como resultado, el infortunado autor
falleció víctima de un poco sorpresivo (admitámoslo) infarto que lo atacó
mientras subía las escaleras de su oficina, ubicada en un séptimo piso, pues el
elevador se encontraba descompuesto. Justo regresaba de entregar a su editor el
manuscrito del último libro de la trilogía.