EL IMPERIO CONTRAATACA
Ahora conocida coloquialmente como Star Wars Episodio V: El Imperio contraataca;
pero que en su estreno se llamó Star
Wars: The Empire Strikes Back
Irvin
Kershner, 1980
Al igual que con la cinta
anterior, existen múltiples versiones de El Imperio contraataca.
Detallo las diferencias entre unas y otras en el cuadro anexo. Empero, es
curioso notar que durante el estreno en cines, ya había dos versiones
diferentes de la película: La versión estándar en 35mm y una especie de edición
de lujo en 70mm. Las diferencias entre ambas versiones estriban mayormente en
la edición, el montaje y las transiciones entre escenas, así como en algunos
diálogos, la mayoría de los cuales fueron incorporados a las ediciones de la
película para formatos caseros.
Del mismo modo, la mayoría de las
diferencias entre ediciones subsecuentes tienen que ver con la adición,
remoción y sustitución de parlamentos o efectos de sonido.
Para
el verano de 1977, cuando la euforia por LaGuerra de las Galaxias (Lucas, 1977) repuntaba, era ya prácticamente un
hecho que una segunda parte venía en camino. Muchas incógnitas habían quedado
pendientes en la primera parte: ¿Qué había pasado con Darth Vader? ¿Han Solo
regresaría a pagar su deuda con Jabba? Pero sobre todo, y más importante ¿Con
quién se iba a quedar la princesa Leia, con Han o con Luke? Y ya que esta última cuestión se respondía
en el póster, ¿qué otras sorpresas nos depararía Star Wars 2?
Esta cinta es mi favorita de la saga
original, creo que en verdad es una excepción a la regla de que “Segundas
partes nunca fueron buenas”. El guión retoma pocos elementos del borrador
original escrito por Lucas años atrás y, viéndolo bien, en la parte anecdótica
se desplaza poco. El verdadero fuerte de esta película es el desarrollo de los
personajes. Incluso su director, Irvin Kershner, declara que prefirió que la
narración fuera un tanto anticlimática desde el punto de vista dramático para
que pudiera ser más poderosa emotivamente.
Después de la destrucción de la Estrella de
la Muerte, la Alianza Rebelde es perseguida por el Imperio Galáctico y debe
trasladar su base secreta al lejano e inhóspito planeta helado Hoth. Sin
embargo, la Flota Imperial logra encontrar a los rebeldes y, tras una de las
batallas más memorables en la historia del cine, éstos deben huir nuevamente.
Darth Vader (Dave Prowse, voz de James Earl
Jones), Señor del Sith y Comandante de la Flota Imperial, está obsesionado con encontrar
al joven Luke Skywalker (Mark Hamill, repitiendo papel muy a su pesar) para
convertirlo a su causa y se valdrá de todos los medios imaginables para
capturarlo. Skywalker, tras una visión de su desaparecido mentor, Obi-Wan
Kenobi (Sir Alec Guinness) viaja al planeta Dagobah para ser entrenado por Yoda
(voz de Frank Oz) y convertirse en un Jedi.
Mientras tanto, tras su salida de Hoth a
bordo del Halcón Milenario, Han Solo (Harrison Ford), Chewbacca (Peter Mayhew,
aunque es fácil olvidar que lleva un actor dentro), la princesa Leia (Carrie
Fisher), y el doride C-3PO (Anthony Daniels) escapan a duras penas de la Flota
Imperial gracias a mucha maña y logran refugiarse en el planeta Bespin,
gobernado por el amigo de Solo, Lando Calrissian (Billy Dee Williams).
Pero, ¿será más fuerte la amistad entre
Solo y Calrissian que la amenaza del Imperio que se cierne sobre ellos? Y
¿Cumplirá Darth Vader su objetivo de convertir a Luke al Lado Oscuro de la
Fuerza?
Como lo había comentado antes, en la época
en que comenzó la preproducción de esta cinta las secuelas eran consideradas
meros residuos del éxito de la película original. Incluso sagas exitosas como El planeta de los simios habían
destinado cada vez menos presupuesto a sus entregas subsecuentes o, en otros
casos, como el de El bueno, el malo y el
feo (1966), el público apenas si se enteraba de que la película formaba
parte de una saga —esta película es la última parte en la llamada Trilogía del
Dólar, de Segio Leone— o, en muchos casos más, el público ni siquiera se enteró
de que la película tuvo secuelas como pasó con La maldición de la mosca (Sharp, 1965)—que la verdad es bastante
mejor que la segunda parte, El regreso de
la mosca (Bernds, 1959)—. Quizá una de las pocas excepciones a esta regla
sea la saga de Sinbad, aunque tiene la particularidad de que las películas no
son secuelas directas una de la otra y pueden disfrutarse como entradas
independientes sin problema alguno.
Si ya en la primera parte Lucas tentó su
suerte con un proyecto en el que nadie creía, con esta segunda pretendía
repetir la locura al producir una secuela que sería más grande que la original.
Tan sólo el presupuesto de efectos especiales para esta cinta fue más que el presupuesto
de toda la película anterior.
La película se filmó en 64 platós de los
estudios Elstree en Inglaterra, además de en exteriores en un glaciar Noruego
—durante la peor tormenta de nieve registrada en más de cincuenta años, con
temperaturas de -30°C y 5m de nieve, por cierto—, y contó con un equipo de 90
artistas de efectos especiales trabajando por 14 meses y 8 editores de sonido
trabajando durante 6 meses para completar más de 600 tomas de efectos
especiales.
Para esta película, el animador de stop
motion Phil Tippett incluso ideó una nueva técnica de animación a la que llamó
Go-Motion. Esta técnica consistía en no sólo mover las articulaciones de las
figuras de stop motion un cuadro a la vez, sino también desplazarlas
milimétricamente mientras eran fotografiadas. Esto creaba los borrones que se
verían si se fotografiara un animal en movimiento, dándole mucha mayor fluidez al
movimiento del Tauntaun.
Las enormes dimensiones de este proyecto
por poco evitan que se complete. La producción se retrasó notablemente y se
salió de presupuesto, por lo que el costo final, incluyendo los intereses que
Lucas tuvo que pagarle al banco, ascendió a alrededor de 33 millones de
dólares. Esto sin contar los más de 100mil dólares en multas que debió pagar a
los sindicatos por usar trabajadores no sindicalizados y que, ultimadamente,
causaron que renunciara a ser miembro del Director’s Guild of America. y
Y, a pesar de todo, Lucas no sólo recuperó
su inversión, sino que la multiplicó. Las ganancias estratosféricas de la
película le permitieron al californiano comprar los terrenos del llamado
Skywalker Ranch, cerca de San Francisco, California. En ellos, Lucas asentaría
viñedos, empresa que comparte con Francis Ford Coppola, y las instalaciones de
Lucasfilm Ltd., su compañía productora; THX Ltd., su empresa de sistemas y
certificación audiovisuales; Skywalker Sound, su empresa de mezcla, edición y
efectos de sonido; LucasArts, su compañía dedicada al software de
entretenimiento y, quizá la más famosa de todas, Industrial Light & Magic,
su compañía de efectos especiales de vanguardia. Por no mencionar que además
hubo reparto de utilidades para todos los que trabajaron en esta película.
Asimismo, el director californiano continuó
basándose en las teorías de Joseph Campbell sobre el Viaje del Héroe. Según el
antropólogo, todos los héroes llegan a un momento en su viaje que denomina el
Descenso a la Panza de la Ballena. En esta etapa del Viaje el héroe se enfrenta
a la Oscuridad, particularmente aquélla que lleva dentro de sí mismo, ya sea en
la forma de un monstruo colosal (Perseo contra Medusa, Beowulf contra el
dragón, Rama contra Ravana) o en la forma de un alter ego que sea su opuesto en
todo, pero lo mismo en esencia, una especie de versión oscura del héroe mismo
(Arturo contra Mordred, Atreyu contra Bastian ¡y hasta Link contra Shadow
Link!).
Este enfrentamiento, que suele ir
acompañado de un descenso a algún tipo de inframundo —Luke se enfrenta a Vader
en los niveles inferiores de la Ciudad en las nubes—, destruye al héroe de una
u otra forma; pero mediante esta destrucción lo lleva a madurar y a
fortalecerse para enfrentar a su enemigo con renovada sabiduría. Desde un
inicio, Lucas decidió separar la película en dos líneas argumentales: la de Han
y la de Luke por lo que, de hecho, cada uno vive su propio Viaje del Héroe;
aunque ambos son derrotados al final de esta cinta.
La idea de que el pasaje del umbral mágico es un tránsito hacia una esfera
de renacimiento está simbolizada mundialmente en la imagen de la panza de la
ballena. El héroe, en vez de conquistar o conciliar el poder del umbral, es
tragado por lo desconocido y aparecerá como muerto.
[...]
Este motivo popular pone
énfasis en la lección de que el pasaje del umbral es una forma de
auto-aniquilación.
Pero no sólo eran los personajes de ficción
quienes atravesaron tiempos oscuros. Parecía que los actores que los
interpretaban también estaban siendo puestos a prueba: Harrison Ford estaba
decidido a abandonar la saga, Carrie Fisher tenía problemas con su trastorno
bipolar y para el momento de filmar esta cinta ya consumía cocaína, y Mark
Hamill sufrió un accidente automovilístico que le desfiguró el rostro. Según dice una oscura leyenda
de Hollywood, Hamill habría provocado el accidente deliberadamente para
librarse del estigma de ser Luke Skywalker, papel en el que había sido
encasillado y que le impedía conseguir trabajo.
Para poder tener un control creativo
absoluto sobre su película, George Lucas decidió producir esta cinta él mismo.
El director californiano tomó todas las ganancias que había obtenido con la
primera película y pidió un préstamo al Bank of America Entertainment para
cubrir el presupuesto de 25 millones de dólares estimado para la película. Para
poder enfocarse en la producción, Lucas decidió no dirigir El Imperio contraataca y contratar un director.
Le ofreció dicha tarea al director Irvin
Kershner, quien había sido su profesor en la USC y quien había dirigido muchos
dramas para TV y cine; pero jamás una película de fantasía y alto presupuesto
como la que pretendía hacer Lucas. De hecho, cuando Lucas invitó a Kershner a
almorzar en el comedor de Universal Studios (Sí, ése mismo donde James Whale
conoció a Boris Karloff mientras buscaba un actor que interpretara a la
Creatura de Frankenstein) para ofrecerle el puesto, la reacción instintiva de
Kershner fue rechazarlo, pues sabía que no podría hacer algo tan espectacular
como la primera parte y que toda la gente lo compararía. Después de ser
persuadido enérgicamente por su agente, telefoneó a Lucas para decirle que
aceptaba.
Y francamente, creo que el cambio de
director le vino bien a la saga. La formación de Kershner en artes como la
Música y la Fotografía, y su carrera como cineasta independiente lo dotaron de
la sensibilidad necesaria para dirigir una obra tan sutil y poderosa como ésta.
El mismo director narra que la mayor dificultad que encontró al dirigir esta
cinta fue la sutileza: Quería que hubiera comedia, pero no chistes y quería que
hubiera romance, pero sin llegar a lo cursi —¿Han notado que los besos
entre Han y Leia son más bien parcos, aunque no por ello menos intensos?—.
Y hablando de eso, ¿sabían que uno de los
diálogos más icónicos de la Trilogía fue improvisado? En el libreto estaba
escrito que cuando Han Solo es congelado en carbonita y la princesa Leia le
dice “¡Te amo!”, él respondería “Te amo”; pero Harrison Ford nunca se sintió
cómodo con la línea, pues sentía que rompía con la lógica del personaje. La
escena se filmó infinidad de veces sin que el diálogo sonara convincente, hasta
que Kershner le dijo a Ford que simplemente improvisara y ahí fue cuando al
actor se le ocurrió contestar “Lo sé” a la línea de la princesa Leia.
Por cierto, a quien no se le haya puesto la
piel chinita mientras veía por primera vez la escena en la que Han Solo es
congelado en carbonita mientras la música de fondo, que empieza siendo el Tema
de amor se convierte in crescendo en
la Marcha Imperial, no tiene corazón.
El
Imperio contraataca fue la primera película de la saga en la que sonaría el
que, a mi gusto, es el mejor tema musical compuesto por John Williams después
del de Tiburón (Spielberg, 1975): La
Marcha Imperial. Lucas pidió a Williams que creara un tema para Darth Vader y
el músico de inmediato supo que debía ser algo grandilocuente, repetitivo, con
un tono marcadamente marcial en el que predominaran los metales. Después de ésta, no
habría película de Star Wars en la
que no se escuchara este tema.
Por otro lado, ésta sería también la
primera aparición de otro elemento que no volvería a desaparecer de la saga: el
maestro jedi Yoda. Originalmente, Lucas no tenía planes de que Obi-Wan Kenobi
muriera en la primera cinta; pero, ya sea por decisión del director o por
petición del actor que no confiaba en el proyecto, nunca se ha sabido con
certeza, tuvo que eliminar al personaje. De tal suerte, Lucas tuvo que idear un
nuevo sabio para que entrenara a Luke Skywalker.
La primera consigna que tuvo el director
californiano al respecto fue que no quería que el personaje pareciera una calca
de Obi-Wan
(como Brent en Bajo el planeta de los
simios [Post, 1970]), por lo que ideó algo completamente diferente.
Nuevamente, se basó en las epopeyas antiguas para plantear un personaje cuya
enorme sabiduría contrastaría con su aspecto diminuto e insignificante.
Y precisamente, una de las principales
dificultades en la creación de Yoda fue la de su apariencia física. Kershner y
Lucas sabían perfectamente que si este personaje fundamental que parloteaba
durante veinte minutos en pantalla no funcionaba, la película se vendría abajo.Una
de las primeras decisiones que se tomaron sobre el personaje fue que Yoda
hablaría con una sintaxis invertida. De este modo, los espectadores tendrían
que poner atención en todo lo que estaba diciendo.
Por desgracia, eso era lo único que
funcionaba con Yoda. Tanto el artista de efectos especiales —quien
posteriormente se convertiría en un director inepto— Joe Johnston como el
ilustrador Ralph McQuarrie habían diseñado diferentes aspectos para el
personaje y un puppet basado en ellos fue construido por el artista de efectos
especiales Stuart Freeborn; pero Kershner no estaba satisfecho con el
resultado, pues sentía que le faltaba vida al personaje.
Freeborn le pidió al director que le diera
una semana para reesculpir la cara de Yoda y Kershner así lo hizo. Cuando el
artista presentó su trabajo admitió que se inspiró en el rostro de Albert
Einstein para plasmar las arrugas en la cara del Maestro Jedi, pero el director
y los demás presentes notaron que el rostro del puppet en realidad era un
autorretrato de Freeborn.
Finalmente, Yoda fue todo un logro del
puppeteering manipulado por cuatro titiriteros liderados por el veterano del Show de los Muppets, Frank Oz, quien
también le prestaba su voz al sabio jedi. El resultado era tan convincente que
frecuentemente Kershner le daba indicaciones a Yoda, en vez de a los
titiriteros que lo manipulaban, quienes se encontraban a metro y medio debajo
del piso del set que recreaba Dagobah, el planeta hogar del maestro jedi.
Y, por supuesto, está la revelación de
Darth Vader; el secreto mejor guardado por la producción y que terminaría
convirtiéndose en una de las escenas más icónicas —y parodiadas— en la historia
del cine. Originalmente, sólo Lucas, Kershner y el productor Gary Kurtz sabían
lo que Vader le decía a Luke realmente durante su enfrentamiento e incluso una
página falsa fue insertada en el guión, pues Lucas quiso mantener el más
riguroso hermetismo al respecto de la escena climática de la película.
Ni siquiera el elenco sabía de qué se
trataba. A Mark Hamill, el director le reveló la verdadera línea de Darth Vader
minutos antes de comenzar a filmar la escena. Dave Prowse, quien interpretaba a
Darth Vader y se empeñaba en decir sus diálogos a pesar de que poco se le
escuchaba a través del casco, leyó la línea falsa en la que Vader le decía a Luke
“Obi-Wan mató a tu padre”; y James Earl Jones, quien hacía la voz de Vader,
cuando leyó el parlamento por primera vez creyó que el Señor del Sith mentía...
Después de todo, es lo que uno esperaría de un señor del Sith, ¿no?
Hace tiempo tuve una novia que nunca había
visto estas películas y fue en extremo interesante ver su reacción cuando Luke
descubre el destino de su padre por boca (¿o bocina?) de Vader. En verdad, no
tenía ni idea y verla enterarse no tuvo precio. Por cierto que ella también
creyó que Vader mentía y se empeñó en que inmediatamente después viéramos El regreso del Jedi (Marquand, 1983) para
salir de dudas.
En términos narrativos, la cinta funciona a
la inversa de la primera película, lo cual es simplemente brillante. Mientras La Guerra de las Galaxias iniciaba con una
historia más bien íntima sobre una pareja de robots y terminaba con una batalla
a gran escala, El Imperio contraataca
inicia con una batalla de grandes dimensiones —incluso el tamaño de los
caminadores imperiales AT-AT es colosal— y termina con un enfrentamiento cara a
cara entre dos personas.
Del mismo modo, la película encuentra las
ventajas que tienen los héroes y se las arrebata, dejándolos indefensos a
merced de su destino: Luke ha perdido a Obi-Wan, el cinismo de Han Solo es
domado por Leia, R2-D2 y C-3PO se separan y hasta el hiperpropulsor que le
permite al Halcón Milenario viajar a la velocidad de la luz permanece
descompuesto durante toda la cinta.
Y, para hacer la cosa más interesante,
Lucas decidió que se agregara el diálogo entre el espíritu de Obi-Wan y Yoda en
el que el difunto Jedi le dice a su maestro que Luke es su última esperanza y
éste le contesta que no, que hay otra. En ese momento el productor no sabía a
quién se refería exactamente, pero lo hizo para que el público sintiera que
Luke no era indispensable y que podría morir al enfrentarse a Darth Vader.
Para este momento, Harrison Ford no estaba
seguro de querer continuar apareciendo en la saga, por lo que le pidió a Lucas
que matara a su personaje al final de El
Imperio..., a lo que el productor se negó. Después de negociarlo por un
tiempo, Lucas accedió a que el personaje de Ford desapareciera al final de la
cinta —congelado en carbonita y entregado al cazarrecompensas favorito de la fanaticada,
Boba Fett (Jeremy Bulloch, voz de Jason Wingreen)— para poder “revivirlo”
después en caso de que el actor reconsiderara su salida de la serie.
Al final de esta cinta, Luke ha perdido una
mano y está psíquicamente devastado, la princesa Leia está emocionalmente
deshecha por haber perdido al hombre que ama, y Han Solo está atrapado en un
sueño eterno y su destino se encuentra en manos del hombre que lo traicionó.
¿Se dan cuenta de que esta vez los buenos pierden?
Sombras del Imperio
Aunque
a partir de la compra de Lucasfilm por parte de Disney este “episodio
intermedio” ya no forma parte del “canon” me pareció adecuado incluir un breve
comentario sobre él debido a su importancia en el resurgimiento de la saga.
A mediados de los 90 el proyecto de la
trilogía de precuelas había estado rondando por la cabeza de George Lucas por
demasiado tiempo. La venta de la trilogía original en LaserDisc dio muy buenos
resultados (aun cuando el formato fue un fracaso) y dio paso a la producción de
una serie de tarjetas coleccionables por parte de Topps y a la continuación de
la serie de figuras de acción The Power of the Force en 1995.
Viendo el éxito que tenían estos productos
aun sin que hubiera una nueva película de Star
Wars, Lucasfilm ideó un proyecto multimedia cuya consigna era ver en
cuántas formas diferentes podía explotarse un producto sin que estuviera basado
en una película o serie de TV. Desde esta óptica, Sombras del Imperio es algo “abstracto”, pues ninguno de los
productos relacionados con la marca está basado en algún otro: todos parten de
manera simultánea de la misma premisa y fueron lanzados al mercado a finales de
1996.
El argumento básico planteado para este
concepto abarca un periodo de alrededor de seis meses, se sitúa entre El Imperio contraataca y El regreso del Jedi, y va más o menos
así: Debido a su incapacidad para dar el golpe decisivo que termine con la
Rebelión y capturar a Luke Skywalker, Darth Vader pierde el favor del
Emperador. Esto es visto como una oportunidad por el capo de la mafia de
Coruscant,
el ruin príncipe Xizor, para acercarse al Emperador y usurpar el lugar de Vader
como su mano derecha.
Por su parte, la princesa Leia contrata a
un carismático cazarrecompensas amigo de Han Solo, Dash Rendar, para que se
infiltre en los bajos mundos del Imperio y rastree a Boba Fett para recuperar el bloque
de carbonita en el que se encuentra preso Han.
La infiltración no sólo revela el paradero
de Solo, sino que lleva a los rebeldes a descubrir los planos de una segunda
Estrella de la Muerte y a formar una peligrosa alianza con el príncipe Xizor,
de quien no se sabe si actúa como amigo de la Alianza, como agente doble del
Imperio o si planea traicionar a ambos bandos para satisfacer su propia sed de poder.
Así pues, el merchandising resultante
incluye una novela por Steve Perry; una miniserie de cómics escritos por John
Wagner, ilustrados por Kilian Plunkett y publicados por Dark Horse; el que es
probablemente el artículo por el que la mayoría de la gente conoció Sombras del Imperio, el genial
videojuego para Nintendo 64 posteriormente adaptado a PC; una serie de tarjetas
coleccionables de Topps basadas en la novela, los cómics y el videojuego; una
serie de figuras de acción de Kenner y una línea de juguetes de Galoob
(Micro-Machines); un tráiler cinematográfico ficticio que fue transmitido por
televisión apenas un par de veces antes de ser retirado por Lucasfilm y un
soundtrack que incluía la música compuesta por Joel McNeely para el videojuego.
El éxito de Sombras del Imperio no sólo sirvió para desbrozar el camino antes
del lanzamiento de la Trilogía de la
Guerra de las Galaxias-Edición Especial (1997); sino que produjo la
miniserie de comics Sombras del Imperio:
Evolución, una secuela de la historia original cuyo argumento sucede más o
menos de manera simultánea con los eventos de El regreso del Jedi y que narra la historia de Guri, la bella
androide replicante asistente personal de Xizor y su lucha por sobrevivir y
recuperar su identidad una vez que éste ha desaparecido.
Había planes para una precuela que
aparecería en forma de novela; pero fue cancelada debido a que la licencia para
las novelas de Star Wars pasó de
manos de editorial Del Rey a Bantham Books.
Y
ahora, ha llegado el momento que todos esperaban. Aquél por el que han estado
leyendo este artículo hasta el final: He aquí la tabla comparativa entre las
distintas ediciones de El Imperio
contraataca:
EDICIÓN
|
FORMATO
|
ESCENAS
|
1980
|
Cine
|
Escena
original de la caverna del wampa. El mosntruo apenas si se muestran planos
detalle de diversas partes del cuerpo del wampa.
|
Comunicación
original entre Dartha Vader y el Emperador. Éste tiene piel verdosa, ojos
saltones de color azul intenso y es interpretado por el actor Clive Revill.
|
Escena
original del Slave 1 siguiendo al Halcón Milenario entre la basura del Star
Destroyer.
|
Aterrizaje
original del Halcón Milenario en la Ciudad de las Nubes.
|
Paneles
originales en las paredes de la Ciudad de las Nubes. Son de color blanco o
tienen vitrales opacos.
|
Cuando
Chewbacca recupera las piezas de C-3PO el interior del crisol brilla con un
resplandor violáceo.
|
Secuencia
original del exterior de la habitación de Han y Leia con un cloud car volando
hacia la cámara.
|
Secuencia
original de Lando dando la orden de evacuar la ciudad.
|
1997
|
Cine/VHS
|
Tomas
adicionales del wampa fueron filmadas y reinsertadas en la cinta. Se le puede
ver devorando al tauntaun y su rugido es ligeramente distinto.
|
“
|
Se
agregó una toma digital del Slave 1 siguiendo al Halcón. En ella se le puede
ver con mayor detalle.
|
Se
agregaron tomas digitales del Halcón aterrizando en la Ciudad de la Nubes y
algunos edificios del fondo fueron cambiados.
|
Los
paneles fueron sustituidos por ventanales que permiten ver al exterior de la
ciudad.
|
“
|
El
cloud car que vuela hacia la cámara fue eliminado y los edificios en el fondo
fueron modificados. La forma del edificio en el que está la habitación fue
cambiada.
|
Lando
repite la palabra “¡Atención!” en vez de decirla una sola vez y tomas nuevas
de los habitantes de la ciudad escuchándolo fueron insertadas.
|
2004
|
DVD
|
“
|
El
Emperador original fue reemplazado por nuevas tomas del actor Ian McDiarmid,
quien lo interpretó en el Episodio VI. Su aspecto está más acorde con el de
dicha película y algunos parlamentos fueron cambiados para mejorar la
continuidad con la trilogía de precuelas.
|
“
|
“
|
“
|
“
|
Se
eliminó el cloud car y se añadió una plataforma de abastecimiento en la parte
inferior izquierda de la toma. La secuencia fue extendida para seguir el
vuelo de un cloud car hasta llegar a la habitación.
|
Se
insertó una toma más de los habitantes, pero en el interior de la ciudad.
|
2011
|
Blu-Ray
|
“
|
“
|
“
|
“
|
“
|
El
resplandor del crisol, fue cambiado por uno anaranjado y se le añadieron chispas
y humo.
|
“
|
“
|
EDICIÓN
|
FORMATO
|
ESCENAS
|
1980
|
Cine
|
En
la escena original, Lando, Leia, Chewie y R2 corren por un pasillo cerrado
para llegar a la plataforma donde está atracado el Slave 1.
|
Escena
original de Luke cayendo de la plataforma tras su enfrentamiento con Vader.
|
Secuencia
original de Darth Vader saliendo de la Ciudad de las Nubes.
|
Escena
original de Lando subiendo por la escotilla del Halcón Milenario para
rescatar a Luke. Al abrirse la escotilla sólo se ve luz blanca.
|
No
hay escena de Vader llegando al Executor.
|
Las
insignias en y cilindros en la casaca del almirante Piett están invertidos de
su orden correcto.
|
Secuendia
original de créditos finales.
|
1997
|
Cine/VHS
|
El
pasillo es sustituido por una terraza abierta.
|
Un
efecto de sonido de grito fue añadido para acompañar la caída de Luke.
|
El
parlamento de Vader es cambiado y se agrega una toma digital de él y su
séquito caminando por la plataforma donde está atracada una nave tipo
Tyridium.
|
Una
escotilla original fue añadida a la toma para sustituir a la luz blanca.
|
Se
agregó toda una secuencia de la Tyridium de Vader atracando en el Super Star
Destroyer Executor y de él desembarcando en el hangar.
|
“
|
Secuencia
de créditos de la Edición Especial. La fecha de copyright cambia y se repite
música para acomodarla a los créditos.
|
2004
|
DVD
|
“
|
Se
eliminó el efecto de sonido dejando la escena como era originalmente.
|
“
|
“
|
“
|
La
toma se corrigió digitalmente para poner los cilindros del lado derecho de la
casaca y las insignias del lado izquierdo (como deben ir).
|
“
|
2011
|
Blu-Ray
|
|
“
|
“
|
“
|
“
|
“
|
“
|
Al
igual que en la cinta anterior, hay algunos cambios en los diálogos, y en
general la calidad de imagen y los efectos visuales fueron pulidos. Asimismo,
se han ido mejorando o cambiando algunos efectos de sonido y se ha corregido el
color de toda la película para que sea más vívido y las imágenes tengan mayor
contraste. Algunas transiciones musicales también fueron modificadas y la voz
de Boba Fett fue cambiada por la de Temuera Robinson, quien interpretó a Jango
Fett en el Episodio II. Ésta fue la
cinta que menos modificaciones sufrió en las ediciones subsecuentes a su
estreno.