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martes, 21 de julio de 2015

LOS MONSTRUOS DE LA UNIVERSAL IV: EL HOMBRE INVISIBLE


EL HOMBRE INVISIBLE
The Invisible Man aunque en el poster se anunciaba como H.G. Wells' The Invisible Man

James Whale, 1933


Para 1933 Universal Pictures ya se había establecido como la Casa de los Monstruos. Si bien había producido comedias negras, películas de suspenso o de terror de otro tipo, lo que la compañía de Carl Laemmle encontraba verdaderamente redituable eran las películas de monstruos.
    Debido al increíble éxito de Frankenstein (1931), el estudio comenzó a presionar a su director, el británico James Whale, para que dirigiera una segunda parte. También debido a dicho éxito, Whale había conseguido una libertad creativa casi absoluta para dirigir, escribir o incluso producir básicamente lo que le diera la gana. Y Whale no quería hacer una secuela de Frankenstein.
    Es importante notar que fue casi hasta la década de los 80, en mayor medida por la “secuelitis” desencadenada por las sagas de películas slasher como Halloween (Carpenter, 1979) o Pesadilla en la calledel infierno (Craven 1984), que las secuelas de películas exitosas empezaron a ser consideradas importantes. Antes de eso, una segunda parte era meramente un producto residual, generalmente maquilado torpemente y con prisas para aprovechar la fama de la que todavía gozara la primera parte. Y Whale no estaba en absoluto interesado en hacer eso.


    En cambio, comenzó a trabajar en la adaptación de una novela de H.G. Wells cuyos derechos Carl Laemmle había adquirido años antes: El hombre invisible. Whale se esforzaba por mostrar un gran interés y entusiasmo en este proyecto para desviar la atención de los ejecutivos de Universal de sus planes de una continuación de Frankenstein.
    De hecho, en 1932 RKO había producido una adaptación de otra novela de Wells: La isla del Dr. Moreau, cuya versión en la pantalla de plata se tituló La isla de las almas perdidas (Kenton). El polímata británico quedó muy a disgusto con esta versión fílmica pues se sintió traicionado al ver que su sátira social había sido convertida en una burda película de terror… Con un elenco multiestelar que incluyó a Bela Lugosi y una superproducción con filmación en estudio y exteriores (que era muy caro en aquel entonces); pero burda a los ojos del autor, razón por la cual decidió venderle los derechos de El hombre invisible a Universal y no a RKO.
    Sin embargo, la novela de Wells sobre un científico que inventa un suero con el que puede volverse invisible resultó muy difícil de adaptar... Y eso que la Universal no estaba particularmente interesada en seguir al pie de la letra el texto de Wells. Prácticamente todos los guionistas de planta del estudio habían escrito su versión sin que a Laemmle o a Whale les convenciera alguna de ellas.


    De tal suerte, Whale llamó al dramaturgo británico R.C. Sheriff, con quien había formado una sólida mancuerna en teatro en la década de los 20, para que escribiera el guión. Si bien Sheriff tomó como base el relato de H.G. Wells, incorporó también muchos elementos de una novela de misterio poco conocida llamada El asesino invisible, escrita por Philip Wylie, y cuyos derechos Universal había comprado también.
    Cuando el dramaturgo llegó a EE.UU. para trabajar en el guión de la película, pidió a Universal que le proporcionaran una copia de la novela de H.G. Wells. Increíblemente, el estudio no tenía ninguna, por lo que Sheriff tuvo que procurársela de una librería de viejo. Lo que Universal sí le proporcionó fueron los catorce tratamientos anteriores del guión, llamándole la atención uno que estaba ambientado en la Rusia zarista y otro, ambientado en Marte. El guión de Shieriff es el más apegado al texto original de Wells. 
    Así pues, Sheriff dejó fuera la sutileza, la sátira social y política, y el discurso revolucionario presentes en la novela de Wells (como en la mayoría de sus obras) y los sustituyó con un ambiente más propio del film noir. Asimismo, el carácter del hombre invisible pasó de ser el de un marginado social idealista y revolucionario, que fue el que le dio Wells, al de un megalómano homicida ebrio de poder, más propio del personaje de la novela de Wylie. Scheriff además añadió al personaje de Flora Cranley (Gloria Stuart, quien seguramente será mucho más recordada por su interpretación de la anciana Rose en Titanic [Cameron, 1997]), la prometida del hombre invisible.

   
    En su versión final, la película narra la historia del Dr. Jack Griffin (el gran Claude Rains) quien ha desaparecido del laboratorio de su futuro suegro, el Dr. Cranley (Henry Travers) tras realizar una serie de misteriosos experimentos. Griffin se esconde en una posada de la campiña inglesa para tratar de crear un antídoto para su invento: un suero que ha vuelto su cuerpo completamente invisible. Sin embargo, conforme el tiempo pasa, los ingredientes del suero comienzan a deteriorar la mente de Griffin, quien enloquece de poder y pretende utilizar su habilidad única para dominar al mundo. Para tal propósito, Griffin comienza una serie de asesinatos buscando la complicidad de su renuente colega y rival sentimental, el Dr. Arthur Kemp (William Harrigan), quien está más interesado en robarle a su prometida y en salvar su propio pellejo que en ayudarlo en su campaña de dominio mundial. Los crímenes de Griffin ponen a Inglaterra en alerta, pero ¿podrá la policía con la ayuda de Flora detener al hombre invisible antes de que sea demasiado tarde?
    La primera opción para interpretar al hombre invisible fue Boris Karloff; pero el actor no quiso al personaje pues prácticamente no aparece en pantalla. De todos modos, Whale quería a alguien con una voz que sonara más intelectual y sofisticada que la de Karloff, por lo que su siguiente opción fue Colin Clive, quien interpretó a Henry Frankenstein en Frankenstein. Clive rechazó el papel pues quería regresar a Inglaterra para pasar tiempo con su familia.
    Para el papel de Griffin, Whale necesitaba a un actor muy especial; pues prácticamente no aparecería en pantalla durante toda la película. La responsabilidad recaería en un actor de los teatros británicos que estaba haciendo sus pininos para entrar a la industria americana del cine, hasta el momento sin éxito.


    Las pruebas de cámara de Rains habían sido más bien fallidas porque era un actor en exceso melodramático, de gestos grandilocunetes y exagerados, y una voz afectada y “teatral”. Según la leyenda, Whale se encontraba revisando pruebas de cámara cuando escuchó la voz de Rains en una audición que se proyectaba en  un cuarto cercano. De inmediato el director supo que ésa era la voz que necesitaba para su Hombre invisible. Cuando se lo comentó a la gente del estudio, ellos le preguntaron si estaba seguro de eso porque ese actor era muy malo, a lo que Whale sólo contestó: “No me importa cómo se vea, lo que necesito es su voz”.
     Empero, la verdadera estrella de esta película serían los efectos especiales. Prácticamente cada truco imaginable fue utilizado para dar vida al hombre invisible. Desde fotomontajes y muy rudimentarias técnicas de impresión óptica (la impresora óptica como tal se inventó hasta los 60) hasta camisas mecánicas y estructuras de alambre que daban la impresión de que la ropa era sostenida por un cuerpo al que no podíamos ver.


    Y por cierto, parece que todos los actores de Universal debían sufrir por sus personajes: Bela Lugosi sufrió una terrible historia de drogadicción y deterioro mental —años después de su icónica aparición en Drácula (Browning, 1931), pero relacionada con ella en mayor o menos medida— y Boris Karloff sufrió problemas de espalda por el resto de su vida debido a su caracterización como la Creatura de Frankenstein (Whale, 1931) y en La momia (Freund, 1932) debió ser vendado durante ocho horas sin poder moverse ni ir al baño. Como para seguir la tradición, Claude Rains debió soportar las largas sesiones en las que moldes de su rostro fueron tomados con vendas de yeso. Al igual que Whale, Rains había luchado en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial y se había vuelto claustrofóbico desde entonces, por lo que la experiencia de tener el rostro cubierto con pesadas vendas impregnadas de yeso frío y mojado le resultó en extremo angustiante.
    El hombre invisible significó el debut cinematográfico de Claude Rains en EE.UU. y en el cine sonoro. El actor seguiría colaborando en las cintas de monstruos de la Universal; pero ascendería al Olimpo Cinematográfico gracias a su papel del capitán Louis Renault  en el gran clásico Casablanca (Curtiz, 1942).
    Por otro lado, muchos críticos ven en El hombre invisible una reinterpretación de Frankenstein por parte de Whale. Ambos son historias caucionales sobre un científico que transgrede el conocimeinto prohibido y que es destruido por su obra. Del mismo modo, ambas películas tratan el tema de la responsabilidad que tiene un creador para con su obra: Mientras Frankenstein busca destruir a su Creatura sin importarle que se trate de un ser humano con sentimientos y emociones, Griffin piensa en utilizar su fórmula para obtener poder y riqueza, ya sea a través del terrorismo o al comercializarla como un arma. También en ambas películas el protagonista tiene un colega interesado románticamente en su prometida.


    Quizá El hombre invisible no goce de la misma popularidad que otros monstruos de la Universal; pero no me cabe duda de que, junto con la base planteada por Frederic March con su interpretación del Dr. Jekyll para la versión de 1932 —y en menor medida, la del legendario John Barrymore en el mismo personaje para la versión de 1920—, creó el arquetipo del científico loco que ha perdurado en el cine hasta nuestros días.


PARA LA TRIVIA: Ésta no fue la primera cinta en la que apareció Claude Rains, pero sí fue la que lo lanzó a la fama. En 1920 Rains participó con el personaje de Clarkis en la película silente británica Build Thy House (Goodwins). 


Fuente
SKAL, David J. Now You See Me, Universal Home Video, 2000.


miércoles, 15 de julio de 2015

SUMARIOS 2012-2015

He aquí el archivo de las críticas que he escrito agrupadas por año.

SUMARIO 2012

SUMARIO 2013

SUMARIO 2014

SUMARIO 2015

domingo, 12 de julio de 2015

TERMINATOR: GÉNESIS. "Hasta la vista, Baby!... Oh, espera, regresaste..."



TERMINATOR: GÉNESIS
Terminator: Genisys


Alan Taylor, 2015

“I´ll be back” dijo el cyborg exterminador modelo T-800 interpretado por Arnold Schwarzanegger en la película original de El exterminador, dirigida por James Cameron en 1984 ¡Y vaya si lo cumplió! A más de treinta años del estreno de la película original, sigue la mata dando.
    Lo bueno de tener una franquicia de películas cuyas tramas giran en torno al viaje en el tiempo y la manipulación de eventos en el pasado para evitar eventos futuros es que si le das al traste en algún punto, siempre puedes volver al inicio y empezar otra vez... Lo cual vuelve un poco ocioso el que James Cameron haya declarado que los eventos que se narran en Terminator 3: La revolución de las máquinas (Mostow, 2003) y en la serie de T.V. Las crónicas de Sarah Connor (2008-2009) nunca sucedieron y quedan fuera de la cronología oficial de la serie.


    De todos modos, en la humilde opinión de su servidor, las únicas películas de la serie que realmente deberían ser “inamovibles” son las primeras dos. Ya después de ellas, todo me ha parecido como spin-offs más que secuelas de verdad y después de la tercera parte, ya no espero demasiado de ellas… Hasta creo que el stunt show del parque de diversiones de Universal Studios en Orlando está más padre.
    En esta entrega de la saga por fin vemos la última batalla de la Resistencia liderada por John Connor (Jason Clarke, a quien quizá recuerden por su papel de Malcolm en El planeta de los simios: Confrontación [Reeves, 2014]) en contra de la computadora central de Skynet, cuando ésta decide enviar al primer exterminador (Arnold Schwarzenegger CGI) a 1984 para eliminar a Sarah Connor (Emilia Clarke); por lo que John envía a su mejor amigo y mano derecha, Kyle Reese (Jai Courtney) al pasado para protegerla.


    Sin embargo, cuando Reese llega a 1984 se encuentra con una línea temporal completamente distinta a la que había anticipado, en la que Sarah Connor no es tan fea como recordábamos y es protegida por el T-800 original reprogramado (Schwarzenegger sin CGI), quien la defenderá del T-800 enviado originalmente a matarla y del T-1000 (Byung-hun Lee) que busca matarla a ella y a Reese. Descubre también que Sarah y “Pops” (que es como ha bautizado cariñosamente a su T-800) han construido una máquina del tiempo para viajar a 1997 y destruir los cuarteles de la compañía CyberDyne y así evitar el ataque nuclear de Skynet —que, de hecho, es lo que sucede en la segunda película—; pero, gracias a un recuerdo implantado por él mismo en su yo del pasado, Reese convence a Sarah de viajar al 2017 para destruir CyberDyne y evitar que Genisys, el sistema operativo de moda que permite una interconexión total y que en realidad es un caballo de Troya de Skynet, se active a nivel global. Para lograrlo, deberán enfrentarse antes al exterminador más poderoso y más avanzado creado por Skynet: John Connor.
    Sí, es una historia rebuscada... ¿Pero acaso no lo son todas las de la saga? Bueno, quizá no. El argumento de la tercera parte era más bien ramplón y la cuarta parte sí era tal cual un spin-off en el que los viajes en el tiempo y las líneas temporales alternativas poco tenían que ver. Y en Las crónicas de Sarah Connor… Es chistoso, porque Cameron ya negó que los eventos de esta serie formaran parte del canon de la saga, pero su principal propósito fue sacar los eventos de la tercera película del canon de la saga.
    Tal vez James Cameron debería construir una máquina del tiempo y viajar a 2003 para evitar que Terminator 3 sea producida. O incluso, para estar seguro, podría viajar a 1961 para matar a los padres del director Jonathan Mostow y evitar que nazca… ¡Ah, tantas posibilidades!


    Como sea, se agradece que esta cinta intente regresar a la premisa original de la primera película y agregar nuevos elementos a la mitología, por no mencionar que actualiza el concepto de una manera que se siente bastante natural y orgánica. La película sigue explotando nuestro miedo a ser rebasados por la tecnología, pero lo presenta ahora en forma de software malicioso y nanotecnología.
    Y todas las “trademarks” de la franquicia están de vuelta: Escenas de balazos llenas de acción, elementos de Ciencia Ficción —mejor aprovechados en esta entrega que en las últimas dos, en mi opinión—, diálogos ingeniosos con gags autorreferenciales y larguísimas persecuciones de vehículos. Y, por supuesto, Arnold Schwarzenegger por primera vez enfrentándose a sí mismo en una escena bastante interesante lograda gracias a la magia del CGI al superponer la cara del austriaco en el cuerpo del fisicoculturista Brett Azar—aunque en muchas otras escenas se nota que el T-800 “joven” es un doble—.
    Están además los elementos del T-800 tratando de adaptarse a la sociedad humana que estaban presentes desde la primera cinta y que ya después se tomaron a guasa... como en esta película, de hecho.


    Al inicio la película parece un poco ociosa, pues da la impresión de que uno sólo está viendo recreaciones de escenas de la primera película, y unas cuantas de la segunda, pero interpretadas por otros actores. Sin embargo, esto sólo dura durante el primer acto de la peli…  Y la razón de ello es bastante curiosa, pero la comentaré en los datos de trivia.
    Me gustó cómo manejaron al personaje de John Connor. Siempre me pareció que Terminator 3 habría sido mil veces más interesante si la Terminatrix hubiera tomado la apariencia de Sarah Connor. Bien, pues en esta entrega los escritores pensaron algo similar convirtiendo al John Connor que regresa al pasado en un terminator construido con tecnología de punta y que ya no es tanto un cyborg, vamos, no es ni máquina ni humano, sino un organismo completamente diferente —¿Recuerdan que una idea similar a ésta ya había aparecido en Aliens vs Depredador vs Terminator?—, prácticamente indestructible y, por si fuera poco, megalómano.
    Y también agradecí la inclusión de J.K Simmons (J.J Jameson en la primera trilogía de Spider-Man [Raimi 2002-2007]) en el papel del detective O’Brien, un policía con problemas de alcoholismo y vis comica que ha estado investigando los viajes en el tiempo desde su fortuito encuentro con Kyle Reese en 1984, cuando aún era un patrullero. Y es que este hombre suele tener personajes entrañables siempre. Un poco como Stanley Tucci: siempre hacen papeles secundarios que parecen no ser tan importantes, pero que extrañarías si no estuvieran ahí... Digo, ¿qué sería de Juno sin su papá?


    Por último debo decir que fue plausible la justificación que dieron para tener a un Arnold de la tercera edad en pantalla. De cualquier modo, los realizadores supieron aprovechar al ex Mr. Universo sabiendo que si bien es un elemento fundamental de la franquicia, dejo de ser su atractivo principal hace tiempo.   
    Y aunque puedo decir que es una película decente, que no me pareció particularmente buena ni mala, sino sólo entretenida, me causa conflicto en algunas partes.
    Por principio de cuentas está el casting. Aunque en general me parece bastante adecuado y las caracterizaciones de todos son buenas, me desconcierta que se hayan molestado en conseguir a una actriz que se pareciera tanto a Linda Hamilton —pero en bonita— sólo para castear a un actor que nada tiene que ver con Michael Biehn para el papel de Reese. Jason Clarke tampoco tiene mucho que ver con el primer John Connor, Michael Edwards, pero ¿quién lo recuerda?


    En segunda instancia, está el conflicto que he tenido desde siempre con la franquicia de Terminator. No me malinterpreten, las primeras dos son de mis películas favoritas de toda la vida; pero siempre me he preguntado ¿Las máquinas construirían obreros? Digo, los exterminadores tienen la función específica de infiltrarse entre los humanos y por ello es indispensable que sean antropomorfos, pero ¿Por qué una máquina construiría máquinas para que operasen otras máquinas? En los primeros años de la guerra se entiende, pues tendrían que utilizar máquinas creadas por y para humanos, pero después ¿Por qué construir un robot que maneje una ametralladora en vez de construir un robot-ametralladora? ¿Por qué poner a los exterminadores a conducir un camión en vez de construir un camión que Skynet pueda guiar a distancia? Digo, están los Hunter-killers y esas madres que parecen cangrejos… y nada más. ¿Por qué la máquina del tiempo tendría una interfaz que le permitiera a los humanos interactuar con ella[1]?
    Y finalmente está el “desvelar” el misterio. Si bien me pareció agradable cómo se manejó todo el asunto de la máquina del tiempo y el viaje en el mismo, me pone un poco en conflicto el que se muestre en pantalla. Digo, en las primeras películas ése era el gran misterio y de pronto ¡Pum! Ahí está el generador de campo intrínseco, es más, Sarah Connor y el T-800 pudieron construir uno prácticamente con piezas de plomería, como si fueran McGyver. Es como si en The Big Bang Theory hubiera aparecido la mamá de Howard.


    Creo que no es la película que va a rescatar la franquicia, pero tampoco será la que todos negarán cuando les pregunten por ella. A su favor tiene que es mucho mejor que la tercera parte y que es completamente distinta a la cuarta —que no es mala, sólo es demasiado diferente—, además de que la verdad sí le echaron ganitas a la historia. Entretenida, divertida, con un poco menos de violencia de lo que me hubiera gustado y sin desnudos —tal vez no lo recuerden, pero en la primera peli hubo escenas topless de Linda Hamilton—; pero en general es buena y creo que depende menos del factor nostalgia que MundoJurásico (Trevorrow, 2015), por ejemplo, lo que me parece bien. Como sea, Paramount Pictures planeó esta película como la primera parte de una nueva trilogía y, gracias a sus resultados en taquilla, ya le dieron luz verde a la segunda parte.  
    Con todo, me sigo quedando con las dos primeras —porque de hecho, el final de la segunda película niega la posibilidad de que la historia se extienda más—; me gustaría ver una película donde el T-800 vuelva a ser el malo y creo que Clarke ha sido el mejor John Connor desde Edward Furlong.

PARA LA TRIVIA: La razón por la que Paramount Pictures recreó las escenas de la primera película en vez de utilizar pietaje original es porque no poseen los derechos de esta cinta —aunque tampoco me parece que se vea mal el resultado—. De hecho, los derechos de cada película de Terminator los tiene una compañía distinta: la primera cinta fue distribuida por Orion Pictures, la segunda, por TriStar; la tercera por Warner Bros. la cuarta por Columbia/Warner Bros. Y esta quinta, por Paramount. Después de sus estrenos originales, algunas de estas compañías se han fusionado como Columbia/TriStar y después han sido absorbidas, otras fueron absorbidas por completo como Orion y algunas como Carolco, de plano desaparecieron, por lo que los derechos de sus catálogos han cambiado de dueños muchas veces.
PARA LA TRIVIA GEEK: Según lo declaró James Cameron, Terminator: Génesis sería en realidad la tercera entrada de la franquicia, por eso su línea argumental se conecta directamente con los eventos de Terminator 2: El juicio final (Cameron, 1991). De hecho, el presidente de CyberDyne, Danny Dyson (Dayo Okeniyi), es el mismo personaje que aparece como niño en la segunda película.




[1] SPOILER: Ya en esta película vemos que por lo menos la base de lo que se convertiría en el generador de campo intrínseco que permite viajar en el tiempo fue creado por humanos y para humanos; pero aún así.


viernes, 3 de julio de 2015

LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. O "Star Wars", espadas y hechizos en el espacio.


LA GUERRA DE LAS GALAXIAS

Que en su estreno en 1977 se llamó Star Wars, pero cuyo título fue cambiado para el reestreno de 1981 a Star Wars: A new Hope y que después de 1999 es conocida coloquialmente como Star Wars Episode IV: A New Hope.


George Lucas, 1977

Existen múltiples versiones de esta película: La que se estrenó originalmente en cines con 121 minutos de duración, la que se reestrenó en 1981 (siendo la única diferencia entre ambas la pantalla del título y la mezcla de audio), la edición para LaserDisc y la Edición Especial conmemorativa de 20° Aniversario, con 125 minutos de duración de escenas reinsertadas, extendidas y secuencias nuevas. Ahora, sobre la Edición Especial existen las variaciones de la edición en DVD de 2004 y la edición en Blu-Ray de 2011. Las diferencias entre estas variaciones se enlistan en el cuadro anexo. Además, existe el llamado Lost Cut (“Corte perdido”), que en realidad no es tal, de 150 minutos de duración sobre el que  incluyo un breve comentario al final de este artículo.

Sobre el canon: A lo largo de sus casi cuarenta años de existencia el universo de Star Wars se ha expandido a otros medios además del cine, como la Literatura, los cómics, los videojuegos, los juegos de rol, las series de TV, los juguetes, etc. En algunos casos, se han generado historias que complementan, expanden o que son totalmente independientes del universo visto en las películas.
    Por esta razón, fanáticos y productores se dieron a la tarea de crear el “canon” de Star Wars, enzarzándose en verdaderas batallas campales para decidir qué arcos argumentales del Universo Expandido entraban dentro de la cronología oficial de la saga.
    Sea como fuere, tras la compra de Lucasfilm por parte de Disney, la Casa del Ratón decidió negar todo el canon anterior a 2014; por lo que sagas clásicas que ya estaban bien afianzadas en la cronología de Star Wars, como la serie de dibujos animados de Guerras clónicas, la novela Sombras del Imperio o la trilogía de cómics Imperio Oscuro quedaron fuera del canon.
    Ahora bien, a mí como fan acérrimo de Star Wars el canon francamente me viene valiendo madres desde siempre y aclaro de una vez que sólo considero como “cronología oficial” lo que se ve en pantalla en las 6 películas que lleva la saga hasta el momento.
    Así pues, a lo largo de esta serie de artículos (así es, gente, éste será el primero de seis), de repente voy a hacer referencias y menciones a historias del Universo Expandido; pero tómenlas más como anécdotas curiosas y notas al margen que como la evangelización que algunos fans quieren llevar a cabo a veces.
   
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana... llamada Modesto, California, vivía un pequeño y nerdo muchacho que soñaba con ser piloto de carreras.
    Su pasión lo llevó cuando adolescente a correr autos en el circuito de las carreras clandestinas. Durante una de estas carreras, su auto fue embestido por otro, lo que ocasionó que se volcara. El joven piloto, llamado George Walton Lucas Jr. Sufrió serias heridas que casi le cuestan la vida.


    Debido a este accidente, Lucas decidió dejar la conducción de autos, y prefirió capturar la acción y la emoción de las carreras en películas caseras filmadas con una cámara de 8mm. En esta época también entró al Junior College de Modesto, donde estudió Sociología, Literatura y Antropología, y comenzó a interesarse también por el cine “de arte” y el cine europeo que veía en proyecciones clandestinas.
    Más tarde, entró a la Universidad del Sur de California (USC) donde trabó amistad con futuros cineastas como Steven Spielberg y John Milius. Demostró su talento al ganar el primer lugar en el Festival Nacional de Cine Estudiantil de 1967-1968 con el cortometraje Electronic Labyrinth: THX 1138 4EB (que después expandiría en su primer largometraje, THX 1138 [1971]) y, tras graduarse recibió una beca de Warner Bros. Para trabajar como crew en una película de su elección, que resultó ser Ya eres un hombre (1968) del también graduado de la USC Francis Ford Coppola, con quien Lucas trabaría una amistad que perdura al día de hoy.
    Lucas escribió y dirigió dos películas que fueron un gran éxito con la crítica antes de comenzar con el proyecto que se convertiría en La guerra de las galaxias:
    THX 1138 (1973) una película de Ciencia Ficción muy eficiente que es básicamente una reinterpretación de 1984 de George Orwell. Si tienen oportunidad de ver esta película en su edición original, no duden en hacerlo. Años después, para su edición en DVD, Lucas armó un Corte del Director con escenas reinsertadas y efectos CGI más falsos que un político.


    Y Locura de verano (1973), una cinta con guiños autobiográficos sobre una pareja de graduados de la prepa en un pueblito californiano en los 60 que deciden pasar una noche de aventura antes de partir hacia la Universidad.
    Para su tercer proyecto, Lucas decidió basarse en los seriales cinematográficos de la década de los 30 que había visto por televisión cuando era niño. Principalmente, Lucas pretendía crear un relato que mezclara elementos de las space operas mezcladas con el western con un toque de las películas épicas de Akira Kurosawa, todo ello siguiendo el hilo conductor del Camino del Héroe (la teoría propuesta por el antropólogo Joseph Campbell que encuentra los elementos comunes a todos los héroes de la Literatura Universal).


    Las primeras ideas de Lucas para su obra eran sobre una chica que se enamoraba de un cadete de una academia espacial y se veía involucrada en una rebelión contra un imperio. Más tarde su idea evolucionó hacia la historia de dos hermanos, hombre y mujer, parecidos a hobbits y cómo se ven involucrados en una rebelión contra un hechicero oscuro… con viajes espaciales. Muchas de las ideas de este concepto fueron posteriormente utilizadas para la genial epopeya fantástica Willow (Howard, 1988).
    En este tenor, el director californiano escribió un guión titulado The Star Wars[1] que narraba la historia del antiguo guerrero Jedi Badu llamado Kane Starkiller quien, tras el asesinato de su hijo menor a manos de un Sith, viaja al planeta Aquilae para dejar a su hijo mayor, Annikin, bajo la tutela del general renegado Luke Skywalker quien, por proteger a la Familia Real de una invasión del Imperio galáctico, termina liderando la rebelión en contra de éste.
    Los rebeldes son cazados por Darth Vader y su agente, un guerrero Sith conocido como príncipe Valorum; Skywalker rescata a la princesa de Aquilae, Leia, y la deja al cuidado de Annikin, quien se enamora de ella. Los rebeldes buscan la ayuda del guerrillero Han Solo y, luego de que su nave es derribada por el Imperio en el planeta Yavin, reciben la ayuda de los wookiees y su príncipe, Chewbacca, para vencer al Imperio.



    Como puede notarse, los elementos básicos y el hilo conductor de las seis películas se encontraban ya presentes en este primer tratamiento de guión. Sin embargo, otros elementos particulares eran radicalmente distintos. Por ejemplo, Han Solo era un alienígena —bueno, todos lo son porque ni siquiera viven en esta galaxia, pero me refiero a que no es humano— gigantón, verde y con agallas, los stormtroopers llevaban lightsabers, Chewbacca era una especie de cruza entre Pie Grande y un murciélago[2], y había más personajes; pero estaban construidos más pobremente... ¡Ah, sí! ¡Y R2-D2 hablaba!   
    Tras sucesivas revisiones y tratamientos de guión, y viéndose en la necesidad de escribir una película más corta —el guión original tenía más de doscientas páginas que hubieran resultado en una película de alrededor de cuatro horas— Lucas llegó a la versión que conocemos actualmente (más o menos) y cuyo argumento es el siguiente:
     El malvado y opresor Imperio galáctico gobierna con puño de hierro, lo que ha llevado a varios sistemas a conformar una Alianza rebelde para derrocarlo. En medio de la guerra civil, el Imperio construye una estación espacial con el poder de destruir un planeta entero conocida como Estrella de la Muerte.



    La princesa Leia (Carrie Fisher), en una misión secreta, ha logrado robar los planos de dicha estación y se encuentra de regreso a su planeta, Alderaan, cuando su nave es interceptada por el comandante de la Flota Imperial, Darth Vader (David Prowse, voz de James Earl Jones quienes, por cierto, jamás se han conocido en persona), quien la captura y la lleva prisionera a la Estrella de la Muerte. Leia esconde los planos robados en el droide astromecánico R2-D2 quien, junto con su compañero C-3PO (Anthony Daniels), es comprado por Luke Skywalker (Mark Hamill), un joven granjero del desértico planeta Tatooine.
    Skywalker busca la ayuda del antiguo caballero Jedi en el exilio Ben (Obi-Wan) Kenobi (Sir Alec Guinnes), para rescatar a la princesa y entregar los planos a la Alianza rebelde. Recibirán la ayuda del contrabandista capitán del Halcón Milenario, Han Solo (Harrison Ford) y su amigo wookiee Chewbacca (Peter Mayhew), y terminarán involucrándose, más de lo que hubieran esperado, en una temeraria ofensiva de la Flota Rebelde contra la Estrella de la Muerte.
    Princesas secuestradas, fortalezas oscuras, antiguas órdenes de caballería, una banda de rebeldes que se oponen a una autoridad corrompida, un hábil pistolero que además es un bribón con corazón de oro, un par de sirvientes robot con Vis Comica, una pelea en una cantina, magos, extraterrestres, naves espaciales, vistosos rayos láser de colores, un foso con un monstruo de un solo ojo y un duelo con espadas… ¿Qué es esto? Simplemente una de las películas más importantes en la historia del cine, tanto que se convertiría en un referente cultural de nuestra era.


    Se necesita una combinación única de talento, ingenio, creatividad y trabajo duro para lograr que esta mezcla única de elementos funcione… Tan única, de hecho, que me atrevo a decir que el mismo Lucas nunca pudo conseguirla de nuevo.
    Por supuesto, contado así la película suena de lo más chafa, y ya para los setenta parecía anticuada y naïve. Quizá fue por eso que originalmente Anthony Daniels no se sintió muy emocionado cuando su agente le dijo que casteara para el papel de un robot y Sir Alec Guinness, quien para esas fechas ya era un respetado actor con una larga trayectoria y gran prestigio, hasta se sintió medio ofendido de que le pidieran participar en una cinta infantiloide de naves espaciales.
    Empero, según cuenta la leyenda, Daniels cambió de parecer cuando le mostraron los diseños de C-3PO realizados por el artista Ralph McQuarrie, quien de hecho ideó todo el aspecto visual de la película. A Guinness costó un poco más convencerlo, por lo que la producción le ofreció el 2% de las regalías totales de la película. Según lo comentó el actor británico en una entrevista posterior, siempre fue considerado un buen actor y siempre fue más o menos famoso; pero nunca antes fue tan famoso ni tan acaudalado como después de La guerra de las galaxias —aunque las declaraciones de Guinness y las de Lucas se contradicen unas a otras, se deduce al contrastar ambas que el actor no estuvo contento con el film y odiaba los diálogos escritos por el director, pero aun así mantuvo su profesionalismo y responsabilidad artística—.


    El resto del elenco fue conformado por un joven actor de televisión llamado Mark Hamill a quien su amigo Robert Englundle dio el pitazo para hacer el casting, la joven actiz hija del cantante y actor Eddie Fisher, Carrie, y Harrison Ford, quien ya había trabajado con Lucas en Locura de verano y no había sido considerado para el papel de Han Solo; pero leyó sus líneas para las audiciones de otros actores con el personaje y llamó la atención de Lucas, obteniendo el rol por encima de candidatos como Robert Englund, James Caan, Bill Murray y el favorito de todos, Kurt Russell. Para la voz de Darth Vader, el director pensó originalmente en Orson Welles, pero cambió de idea al pensar que quizá sería demasiado identificable.
    El resultado final es, insisto, verdaderamente único. Contrario a la creencia popular, La guerra de las galaxias no es Ciencia Ficción, es una Space Opera; más cercana al John Carter de Edgar Rice Burroughs que al Viaje a la Luna de Julio Verne. Vamos, no es Ciencia Ficción desde el momento que se nos dice en pantalla con austeras letras azules que no sucedió en nuestro mundo ni en nuestro futuro, sino “Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana…” donde hay humanos y la mayoría de ellos hablan con acentos británicos, pero qué más da.
    Éste es un cuento de hadas en el espacio —de hecho, Lucas se refería a su proyecto durante la filmación como una “Película de Disney”, pues trataba de recuperar ese feeling de los melodramas de aventuras producidos por la Casa del Ratón en los 50— que se nutre de todos los que vinieron antes que él; pero que no se parece a ninguno de ellos. Flash Gordon, Buck Rogers, El Fantasma, El Llanero solitario, Robin Hood, el Ladrón de Baghdad, están todos aquí, sólo que este Todo es más que la suma de sus partes.


    Un increíble diseño de arte, una fotografía y efectos visuales y sonoros sin precedentes, una hábil dirección, y actuaciones excelentes por parte de todos los actores nos hacen creer que todo lo que se ve en la pantalla es real y existe en algún lugar allá afuera —Lucas insistía en que los sets no se limpiaran al final de la jornada y en ensuciar los vestuarios y la utilería para que se vieran “usados”—. Gracias al esfuerzo de todos, nos olvidamos de que el Halcón Milenario está hecho con partes desechadas de automóviles y aviones, y que su cabina no tiene parabrisas; que los fragmentos de basura en el compactador de la Estrella de la Muerte son trozos de unicel pintados de negro, que los escombros de Alderaan son papas, que la base rebelde está en Tikal, Guatemala, que un stormtrooper se golpea la cabeza con el quicio de una puerta cuando entra al cuarto en el que se refugiaron los droides, que el lightsaber de Vader no está coloreado en algunas escenas y se ve que es una varilla de aluminio con papel reflejante o que en la ceremonia al final de la peli sólo hay alrededor de treinta extras y el resto son stand-ins de cartón y pintura mate.
    Eso sí, Lucas fue muy exigente con el nivel de los efectos especiales que quería conseguir. Al no existir la tecnología digital como la conocemos actualmente, la mayoría de los efectos visuales de la cinta se consiguieron con técnicas fotográficas; siendo las más recurrentes la impresión óptica y la pintura mate.
    Las batallas en el espacio se filmaron con cámaras controladas por computadora que permitían programar sus movimientos y reproducirlos de forma idéntica una y otra vez con precisión milimétrica, logrando coreografiar complicadas secuencias que, en total, tardaron dos años en filmarse, y costaron tres millones y medio de dólares[3].


    La historia no era nada nuevo; pero la forma de contarla es increíble y hace que el público pueda identificarse plenamente con ella. Sí, según algunos, puede resultar inverosímil que un granjero soñador llegue a vencer a un Imperio… ¡Pero esto es un melodrama y una epopeya, y ése es el modelo del héroe que Lucas retoma de Campbell! Heracles era hijo del Rey de los Dioses, pero fue educado y vivió como campesino hasta los dieciocho años; Rama es despojado de su título por su madrastra ambiciosa, pero para no deshonrar a su padre se exilia a la selva para vivir como un ermitaño, Arturo fue escudero de su hermano adoptivo antes de ser reconocido como rey de Inglaterra ¡Y el hijo del dios cristiano era carpintero!
    Una vez que hubo terminado la película, George Lucas no se sintió satisfecho con el resultado y le auguró poco éxito. Cuando la proyectó en petite comité para sus amigos, la mayoría coincidieron con él, e incluso Brian de Palma le dijo que era la peor película que había visto. El único que vio el potencial económico fue Steven Spielberg —a quien me gusta darle el crédito de inventar el blockbuster de verano con Tiburón (1975)—. De hecho, la falta de fe de George Lucas por su película era tal que no quiso asistir a la premiére.
    Creo que ya lo mencioné alguna vez en el blog, pero me encanta la anécdota: para conseguir el financiamiento para su película, George Lucas aceptó recibir un sueldo bastante bajo a cambio de quedarse con las regalías de los juguetes basados en la película. Como en aquel entonces tal industria no era considerada negocio, los ejecutivos de la Fox accedieron sin pensarlo dos veces. El resto es historia.


      La verdad es que poco podría George Lucas haber anticipado el poder de lo que acababa de crear. Al tratar de emular las epopeyas clásicas de la antigüedad, construyó una epopeya contemporánea que ha formado prácticamente una nueva mitología con millones de seguidores. Una saga inmortal que ha trascendido generaciones, que ha ido desarrollándose por sí misma y, según parece, seguirá desarrollándose en los tiempos por venir.
    Para finalizar este artículo, presento uno de mis ya afamados cuadros comparativos, dividido en tres partes, acerca de las diferentes versiones de Star Wars. En general, tanto el audio como la imagen de la película han sido mejorados con cada nueva versión, se le han hecho correcciones de color, se han realzado los efectos visuales (los lightsaber originales de Luke y Obi-Wan apenas si tienen un color turquesa, en la restauración de 2004 se ven verdosos y en la de 2011 se les agregó un color azul celeste intenso, por citar un ejemplo) y se le han agregado detalles digitales a las pinturas mate originales. Asimismo, en las diferentes mezclas de sonido a lo largo de los años, se han removido, agregado o sustituido efectos de sonido (como el aullido de Ben Kenobi)  y un par de parlamentos. En este cuadro incluyo, en orden más o menos cronológico, sólo los cambios más notorios.



EDICIÓN
FORMATO
ESCENAS
1977
Cine
En el intro no aparece el subtítulo “Episodio IV: Una nueva esperanza”
Cuando R2-D2 entra en el cañón es de día.
Los jawas transportan a R2D2 al sandcrawler en el día.
Cuando los sandtroopers buscan a los droides en Tatooine, aparece un solo dewback al fondo.
Toma original de establecimiento afuera de la casa de Ben Kenobi.
Entrada original a Mos Eisley.
La escena de Han Solo y Jabba fue eliminada.
1981
Cine
En el intro aparece el subtítulo “Episodio IV: Una nueva esperanza”
1985
VHS
1993
LaserDisc/ VHS
Se extendió la toma y se corrigió el color de  para que sucediera al atardecer.
1997
Cine/ VHS
Nueva corrección de color en la que se oscureció la escena y el cielo se cambió digitalmente por uno naranja.
Se corrigió el color y se oscureció la escena para que ocurriera en la noche. Se insertó una nueva toma del sandcrawler avanzando por el desierto.
La escena fue extendida y se agregaron dos dewbacks digitales, además de una nave imperial que despega en el fondo.
La entrada a Mos Eisley fue extendida con animación digital. Se agregó a Ronto, una especie de cruza entre elefante y camello que sirve de bestia de carga a los jawas. Se insertaron edificios y extras adicionales. Se insertó en el fondo al Outrider, la nave de Dash Rendar, protagonista de Sombras del Imperio. Se agregaron tomas totalmente nuevas así como música original.
Se reinsertó la escena de Han y Jabba el Hutt. Éste último fue reemplazado con CGI. Se agregó digitalmente a Boba Fett, quien originalmente no aparecía en la escena.
2004
DVD
Se acentuó el contraste de la imagen y la intensidad de los colores.
Se corrigió nuevamente el color para que la escena ocurriera durante el crepúsculo.
Se cambió el CGI original de Jabba el Hutt por uno más parecido a como se ve en El regreso del Jedi. Se retocó a Boba Fett.
2011
Blu-Ray
Nueva toma de establecimiEnto que muestra la casa desde lejos y un paisaje mucho más amplio.

EDICIÓN
FORMATO
ESCENAS

1977
Cine
En la escena de la cantina, Han Solo dispara primero su blaster por debajo de la mesa, matando a Greedo casi sin que se diera cuenta.
Un dewback abreva en la entrada de la cantina. Los droides esperan afuera.
La escena de Han Solo y Jabba el humano[4] fue eliminada.
El Halcón Milenario abandona Mos Eisley despegando desde una ubicación que no podemos ver.
Hangar original de la Estrella de la Muerte.
Tras la muerte de Ben Kenobi, faltó agregar el efecto visual del lightsaber de Vader, por lo que se veía la varilla con cinta reflejante.
Tiroteo original en el bloque de detención.
Dianoga original, con globo ocular rojo y pupila redonda, en el compactador de basura.
Aterrizaje original del Halcón Milenario en Yavin.
1981
Cine
1985
VHS
1993
LaserDisc/ VHS
1997
Cine/ VHS
Se insertaron tomas nuevas de parroquinaos y se cambiaron algunos aliens. Greedo dispara primero y Han logra esquivarlo ladeando la cabeza y matándolo después.
El dewback fue reemplazado por uno digital. Los droides esperan afuera.
Se reinsertó la escena de Han y Jabba el Hutt. Éste último fue reemplazado con CGI. Se agregó digitalmente a Boba Fett, quien originalmente no aparecía en la escena.
Se agregó una toma digital en la que se ve despegar al Halcón del hangar 94 y la cámara lo sigue.
Se agregaron elementos digitales al hangar de la Estrella de la Muerte para hacerlo más parecido al de El regreso del Jedi.
Algunas tomas de los oficiales imperiales siendo acribillados por Luke, Han y Chewbacca fueron removidas o retocadas por ser demasiado violentas.
Se insertaron tomas nuevas del Halcón Milenario aterrizando en Yavin. Cazas rebeldes fueron agregados al hangar.
2004
DVD
Greedo dispara primero y Han contraataca casi de inmediato.
Los droides esperan afuera. Un sandtrooper desmontando un dewback fue agregado digitalmente.
Se cambió el CGI original de Jabba el Hutt por uno más parecido a como se ve en El regreso del Jedi y con un movimiento más natural. Sus ademanes son diferentes. Se retocó a Boba Fett.
Se corrigió el lightsaber de Darth Vader, agregándole el efecto visual rojo.
Al dianoga se le agregaron un iris verdoso y una pupila felina.
2011
Blu-Ray
Greedo dispara primero, Han contraataca casi de inmediato; pero se removieron cuadros de película para que la secuencia durara lo mismo que en el corte original.

EDICIÓN
FORMATO
ESCENAS
1977
Cine
Han Solo corretea a los stormtroopers hasta un callejón sin salida en el interior de la Estrella de la Muerte.
La escena de la conversación entre Luke y Biggs Darklighter fue eliminada.
Los cazas rebeldes se ven como puntos blancos al despegar de Yavin.
Secuencia original de las naves rebeldes en formación. Dividida en dos tomas.
Ataque original a la Estrella de la Muerte.
Destrucción original de la Estrella de la Muerte.
Ceremonia original de la condecoración de Luke y Han, con soldados rebeldes pintados en mate.
Créditos finales originales sin el nombre de James Earl Jones (por petición del actor).
1981
Cine
1985
VHS
1993
LaserDisc/ VHS
1997
Cine/ VHS
El callejón sin salida fue sustituido por una imagen digital de un hangar lleno de stormtroopers.
Se reinsertó la conversación entre Luke y Biggs.
Se agregaron cazas rebeldes digitales más cerca de la cámara en el despegue y se agregaron nubes alrededor del planeta en la parte superior de la pantalla.
Se agregaron tomas digitales y se montaron en una sola secuencia.
La secuencia fue extendida agregando tomas completamente en CGI.
Un halo de escombros fue agregado a la explosión de la Estrella de la Muerte.
Se agregaron actores reales digitalmente para sustituir a la pintura mate.
Los créditos fueron modificados para incluir a James Earl Jones y a todos los involucrados en hacer la Edición Especial. Por lo tanto, la fecha de Copyright cambia y los créditos son más largos. Debido a esto, se agregó música nueva casi al final. También se corrigen algunas erratas de nombres que originalmente se escribieron mal.
2004
DVD
2011
Blu-Ray

PARA LA TRIVIA: Hay un montón de anécdotas curiosas y datos oscuros sobre La guerra de las galaxias, por lo que enlisto mis seis favoritos a continuación:
·         Denis Lawson, el actor que interpreta a Wedge Antilles en esta película y en El regreso del Jedi (Marquean, 1983), es tío de Ewan McGregor, quien interpreta a Obi-Wan Kenobi en los episodios I, II y III.
·         Las botas que eran parte del vestuario del gran moff Tarkin eran sumamente incómodas pues eran demasiado chicas para el actor Peter Cushing. El británico sólo las usaba para las tomas abiertas, el resto del tiempo calzaba pantuflas de felpa.
·         La fortaleza escondida (1958) fue la película que introdujo a George Lucas al cine de Kurosawa. Como tributo, a lo largo de la película se menciona varias veces “la fortaleza escondida de los rebeldes”.
·         El esqueleto que aparece medio enterrado en la arena del desierto de Tatooine fue construido originalmente para la película de Disney Se nos perdió un dinosaurio (Stevenson, 1975).
·         El idioma en el que habla Greedo (Paul Blake) fue creado al reproducir al revés una grabación de los parlamentos en quechua. El idioma de los jawas está basado principalmente en el zulú.
·         Los ya icónicos títulos iniciales de la franquicia de Star Wars son un homenaje a los seriales de Flash Gordon, que empezaban cada episodio justo así.           

Sobre el “Corte perdido”: Esta versión nunca ha sido comercializada, pues se trata del primer montaje de la película que, por encargo de Lucas, hiciera el editor John Gympson con el material de que disponía aún antes de terminar la filmación en 1976 (es decir, aún no se habían agregado la música o efectos visuales o de sonido). La única copia de este corte se mantiene resguardada en el archivo de Lucasfilm. Esta versión tiene entre un 30% y 40% de material desechado entre el que destacan las escenas de Luke reparando maquinaria en la granja mientras en el cielo se puede divisar la captura del Tantive IV —aquí cabe señalar que Lucas filmó esta secuencia bajo la presión de los productores, pues su idea siempre fue comenzar la película con la historia de los droides y no presentar a Luke sino hasta ya avanzada la trama— y la de Han Solo coqueteando con una chica llamada Jenny tras el alboroto en la cantina de Mos Eisley.
    Además está la larguísima secuencia de Luke viajando a la Estación Tosche para contarles lo que ha visto a sus amigos y su posterior plática con Biggs Darklighter (Garrick Hagon). Esta secuencia le daba bastante al traste al ritmo de la película, por lo que fue eliminada. Al no haber presentado a Biggs al principio de la peli, no había razón para mantenerlo en ella, por lo que su escena con Luke en el hangar rebelde fue desechada del corte original; pero reinsertada en la Edición Especial.
    La mejor descripción de este corte de la película es la que aparece en el artículo publicado por el arqueólogo cinematográfico, el Dr. Wes Reynolds en la revista Star Wars Insider.[5] Empero, la mayoría de estas escenas pueden verse sueltas en Youtube.

Y como bonus: He aquí el video de mi colección de figuras de acción de Star Wars:

Bibliografía
HENDERSON, Mary, Star Wars: La magia del mito, Círculo Latino bajo licencia de Bantham Books, Barcelona, 2005.

Otras fuentes
Wookieepedia (starwars.wikia.com)





[1] Baso todas mis referencias y afirmaciones sobre “el guión original” en RINZLER, J.W. y Mike Mayhew, The Star Wars, Dark Horse Books, United States, 2014. La adaptación en cómic del primer borrador de guión escrito por Lucas.
[2] El aspecto final del wookiee —término acuñado en THX 1138— se basó en Indiana, el perro Alaskan Malamute de Lucas. Como resulta evidente, este perro fue también la inspiración para el nombre de Indiana Jones e incluso le es rendido un homenaje en Indiana Jones y la última Cruzada (Spielberg, 1988).
[3] GUENNETTE, Robert, The Making of Star Wars, Twentieth Century Fox, 1977.
[4] El plan original era que Jabba fuera una criatura stop-motion agregada en post-producción; pero el ajustado presupuesto obligó a Lucas a usar un actor para el papel.
[5] REYNOLDS, Wes, “The Evolution of Star Wars: Exploring the Lost Cut”, publicado en Star Wars Insider núm. 41, Diciembre 1998-Enero 1999.


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