LA SAGA DE RESIDENT EVIL
Fue en 1993 cuando la
humanidad sufrió uno de los más grandes atentados en su contra: La película de Super Mario Bros. (Jankel y Morton) Fue estrenada.
Desde entonces, las grandes casas productoras han tratado de adaptar las franquicias
del entretenimiento electrónico a la pantalla grande, con resultados
generalmente abominables como las películas de Street Fighter: la batalla final (De Souza, 1994) o Mortal Kombat (mhhh... también de Paul
W.S.Anderson…, 1993). De hecho, creo que de todas las adaptaciones fílmicas en Live-Action de videojuegos famosos, las
únicas más o menos aptas para consumo humano han sido Doom: La puerta al Infierno (Bartkowiak, 2005) y Terror en Silent Hill (Gans, 2006). ¿Resident Evil fue la excepción que
confirma la regla? No, es terrible; pero al menos fue la primera franquicia de
películas basadas en videojuegos que llegó a la trilogía y le ha dado de comer
a Paul W.S. Anderson y su esposa, Milla Jovovich, durante alrededor de quince
años.
Ahora que se aproxima el estreno del ‒esperemos
que así sea‒ último episodio de la saga, me pareció apropiado hacer una
revisión de las películas que la conforman. Cabe aclarar que en esta serie de
artículos hablaré únicamente de las películas Live-Action de Resident Evil,
las pelis en CGI, que son infinitamente superiores a sus contrapartes con
actores de carne y hueso a pesar de tampoco ser tan buenas, tendrán que quedar
para mejor ocasión.
RESIDENT EVIL: EL HUÉSPED MALDITO
Resident Evil, Paul W. S. Anderson, 2002.
La primera película de
la saga fue una sorpresa para todos. Agradable o no, no estoy seguro; pero sin
duda fue una sorpresa que la cinta se tomara tantas libertades y apenas de
refilón retomara elementos del videojuego. Digo, para empezar, se trata de una
película de acción, cuando la fuente en la que se inspiró es un videojuego de survival horror. Aunque, pensándolo
bien, hay muchas cosas en esta película que dan terror...
La trama de la cinta narra cómo, debido a
un saboteador desconocido, el complejo de laboratorios de la empresa
farmacéutica Umbrella Corporation conocido como The Hive es infectado con el
Virus T. Éste es un arma biológica que reanima a los muertos, convirtiéndolos
en zombies antropófagos. Para contener la infección, un equipo de mercenarios
es enviado al sitio. El equipo rescata a Alice (Milla Jovovich en el papel
gracias al cual se podrá jubilar), una agente de Umbrella con amnesia y un
pasado truculento, y capturan a Matt, un presunto saboteador ambientalista que
eligió un pésimo día para empezar a trabajar. Además de los zombies y otros
monstruos mutantes, los miembros del escuadrón deberán enfrentarse a la Reina
Roja (Michaela Dicker), la computadora maestra de The Hive y sus extremas
medidas para contener la infección del Virus T.
Hay que ser justos. La peli sí manda
muchos guiños hacia los videojuegos que la inspiraron, como la mansión que sivre
de entrada a The Hive, en la que hay tomas y elementos parecidos a los del
juego, y que uno de sus habitantes se llame Spence ‒lo que supongo que es una
referencia a la Masión Spencer del primer juego‒, el intro de la cinta es muy
similar al del videjuego, el tren subterráneo que conecta la Mansión con The
Hive es retomado del videojuego Resident
Evil 2 (Capcom, 1998), la aparición de los perros zombies ‒que si uno pone
atención, se dará cuenta que en los primeros planos ni se mueven, o sea que
sólo filmaron esculturas‒, la mención del Proyecto Némesis del videojuego Resident Evil 3: Nemesis (Capcom, 1999),
o la aparición hacia el final de la cinta de un periódico en cuya primera plana
se puede leer el encabezado “The Dead Walk!”, referencia al intro de RE3 que, a
su vez, es una referencia a la cinta El
día de los muertos vivientes (Romero,
1985).
Con todo, la cinta termina siendo
“levemente inspirada en” en vez de una “adaptación de”... como El Hobbit (2012), versión Peter Jackson.
Quizá lo que más me molesta al respecto es el hecho de que no sólo no aparecen
más cosas de los videojuegos; sino que las sustituyen por cosas “similares”.
Como la Reina Roja y su increíble parecido con el personaje de Sherry Birkin, o
el parecido de Alice con Jill Valentine, o el parecido del comando especial con
los S.T.A.R.S.
Sea como fuere, el elemento que sí está
retomado directamente del videojuego es el monstruo conocido como Licker, que
apareciera por primera vez en nuestras consolas en RE2... aunque en la cinta,
su origen es distinto al del juego. Y, como Licker, realmente aparece poco en
pantalla, pues casi luego luego muta en una especie Súper Licker, que parece
más un Sabueso del Infierno que un mutante. ¡Qué lástima que se vea tan chafa!
Uno podría decir que es culpa del CGI que ha envejecido, pero yo recuerdo que
desde su época se veía mal. Su muerte, por cierto, es tan ridícula que da pena
ajena.
Hablando de lo cual, los zombies, que ya de
por sí se ven poco convincentes, llevan en muchos casos maquillaje digital...
que se ve de lo más pitero... aunque quizá no tan pitero como el hecho de que
se note que ni una sola de las jeringas que usan en toda la peli tiene punta en
la aguja.
La narrativa de la película es muy extraña.
En algunas escenas el ritmo es innecesariamente lento y en otras,
innecesariamente rápido. A final de cuentas, todo el montaje se siente atropellado.
Pero lo que más me llamó la atención fue que este último visionado de la cinta
me despertó la duda: ¿Esta película se aburre a sí misma? Es muy extraño que
tengan escenas largas, lentas y sobreexplicativas que son interrumpidas de
golpe por frenéticas escenas de acción... que a su vez son interrumpidas en
seco por tomas de establecimiento que no venían mucho al caso. Y, por cierto,
al primer zombie que vemos en acción, lo sacan hasta el minuto 38 de la
película.
Uno de los ejes sobre los que se mueve el
guión es el misterio de quién fue el saboteador que ocasionó el desastre en The
Hive. Por desgracia, el suspenso está tan mal manejado y los personajes son tan
increíblemente pobres ‒por no mencionar que todos son iguales y a mí siempre me
ha costado diferenciar a Matt ( Eric Mabius) de Spence (James Purefoy)‒ que
para el momento en que se revela la verdad, en realidad a nadie le importa.
Las actuaciones son pésimas. De verdad, de
todos los que aparecen en pantalla no se hace uno solo. Entre la Jovovich y su
cara de eterno malestar estomacal y Michelle
“frunzoelceñoyparolatrompaporquesoyruda” Rodríguez, quien trata de imitar a
toda costa a Jenette Goldstein en Aliens: el regreso (Cameron, 1986) fracasando miserablemente, y el montón de
personajes anodinos a su alrededor, no hay a cuál irle. Creo que la que mejor
actúa es Dicker, quien interpreta a la Reina Roja con un inexplicable acento
británico y a quien por momentos se nota que le costaba trabajo leer los
complicados parlamentos de su personaje. Por cierto, que todos, y quiero decir
absolutamente todos, los clichés de películas de “comando tras las líneas
enemigas” están aquí.
La fotografía está bien, es más o menos
propositiva, y es interesante la utilización de colores saturados y planos
detalle como parte de la narrativa. ¡Ah! Y, por supuesto, la peli está llena de
los modelos 3D computarizados que tanto le gustan a su director, y que tan
chafas se veían en Mortal Kombat y
tan fuera de lugar lucían en Alien vs Depredador
(2004). ¿Y es mi imaginación o muchas tomas se parecen a las de Alien: la resurrección (Jeunet, 1997)?
A final de cuentas, Resident Evil: el huésped maldito resulta en una experiencia más
que decepcionante para los fanáticos de los videojuegos originales, y en una
mala película en general. Sin embargo, no puede negarse que su legado fue
sólido, pues llevó el concepto al mainstream
‒para mal, según opinión de su servidor‒ e incluso algunos de los elementos
planteados por la película fueron posteriormente trasladados a los juegos, como
el pasillo con trampas láser ‒si los cortan con láser ¿por qué sangran?‒ o los
súper Lickers... también creo que es el principal responsable de que los
videojuegos dejaran el Survival Horror
y se convirtieran en shooters a la Gears
of War (Microsoft, 2006). Pero hay que reconocer que es la única franquicia
cinematográfica basada en un videojuego ‒en Live
Action, aclaro‒ que ha tenido más de
dos películas.
Al menos el epílogo de la cinta promete que
la secuela mejorará... y al menos hay una toma topless de ladito de Milla
Jovovich casi al inicio de la película si uno pone atención.
PARA LA TRIVIA: La escena de los perros fue la más difícil de
filmar. En parte porque Jovovich tuvo que entrenar durante meses para poder
ejecutar los stunts que la secuencia requería y en parte porque los perros se
comían el maquillaje que el equipo de efectos especiales les puso, hecho a base
de carne molida...
PARA LA TRIVIA GEEK: George A. Romero dirigió un comercial para el
lanzamiento del segundo videojuego de la saga que se transmitió en la TV
japonesa. Impresionada con el resultado, Capcom se acercó al Rey de los Zombies
para pedirle que escribiera y dirigiera la película de Resident Evil, oferta que él rechazó. Poco tiempo después, Romero
cambió de opinión y envió a Capcom una propuesta de guión para la película,
misma que fue rechazada por mala.
Guión
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0
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Dirección
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1
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Actuación
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0
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Fotografía
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1
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Música
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1
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TOTAL
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3
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