Resident
Evil: The Final Chapter, Paul W.S. Anderson, 2016
Todo lo bueno tiene que
terminar... y todo lo malo, también; como en este caso. Muchas sagas
cinematográficas deciden despedirse con finales espectaculares. Tal es el caso
deEl Señor de los Anillos (Jackson,
2001-2003) la Trilogía Original de Star Wars (Varios, 1977-1983) o Matrix
(Hnos. Wachowski, 1999-2003). Esto suele funcionar para las trilogías, porque
cuando la serie supera la tercia de películas, es más difícil darle un buen
final. Hay sagas como Halloween, Pesadilla en la calle del Infierno, Saw o El planeta de los simiosque en vez de irse con un Grand Finale, van menguando hasta que la
última entrada de la franquicia se parece más a un perrito viejo que es más
humano poner a dormir para liberarlo de su sufrimiento. Éste es el caso de Resident Evil.
En esta sexta entrega, y en su tradicional
costumbre de echar por la borda las líneas argumentales que se plantearon en
las películas anteriores, Albert Wesker (Shawn Roberts) traiciona a los
sobrevivientes que había convocado para defender Washington, D.C. Alice (Milla
Jovovich) se convierte de nuevo en una paria y es contactada por la Reina Roja (Eva Gabo Jovovich, hija de Jovovich y Anderson) para detener a Wesker y al Dr. Isaacs (regresa Ian Glen porque,
alabados los dioses, Anderson se dio cuenta de que para que tu película se
pueda ver por lo menos uno de los miembros de tu elenco debe actuar) en el
último intento por salvar a la humanidad de la extinción total. Para ello,
deberá viajar a las ruinas de Raccoon City, donde encontrará a un grupo de
sobrevivientes entre los que se encuentra Claire Redfield (Ali Larter). Alice
descubrirá muchos secretos sobre la fundación y los planes de la Corporación
Umbrella, y sobre su propio origen. También se enfrentará a un terrible dilema,
pues al activar el antivirus que salvará a nuestra especie, todos los
organismos infectados con el Virus-T morirán... incluida ella.
Antes que nada, el texto siguiente está lleno de SPOILERS, advertidos quedan.
Supongo que algún mérito debe tener una película
de la cual no esperaba nada y que, aun así, logró decepcionarme. Por principio
de cuentas, diré que el argumento ya ni siquiera es malo; sino ocioso.
Básicamente, la premisa de esta saga se agotó en la tercera entrada y, a partir
de ahí, se ha tratado de darle vueltas al mismo asunto. Porque además... si la
civilización se colapsó en la tercera cinta y los pocos sobrevivientes que
quedaban fueron brutalmente masacrados en la quinta ¿Qué más da? ¿Cuál es el
punto de todo esto?
Al menos regresa Ian Glen quien, gracias a
la magia de la clonación, no sólo resucita de forma inverosímil; sino que hace
dos papeles. Uno de ellos es un fanático religioso que es aún más inverosímil y
que rompe con la lógica del personaje.
Y hablando de romper la lógica... ¡No
manchen! Casi cada revelación que se nos hace sobre el origen de Alice o de
Umbrella contradice todas las películas anteriores. Como eso de que la Reina
Roja operando bajo algo parecido las Leyes de la Robótica ¡Por favor! Entonces
la primera película no hubiera sucedido. Por cierto que uno de los únicos
elementos de los videojuegos que aparecen en esta película es el que se desvela
como co-fundador de la Corporación Umbrella, el Dr. James Marcus de Resident Evil 0 (Capcom, 2002)… que
apenas si entra en la trama de refilón.
Otro
de los personajes de los videojuegos que aparecen en la cinta es el monstruo
conocido como Regenerador, de Resident
Evil 4 (Capcom, 2005). Contrario a lo que nos tiene acostumbrados la serie,
se ve bastante bien. Al menos no se ve una masa CGI toda chafona... quizá
porque la escena es muy oscura; pero aun así me agradó. Aparece también el
mutante volador conocido como Popokarimu, de Resident Evil 5 (Capcom, 2009), aunque ése no impresiona tanto.
La cinta es la más oscura de toda la saga.
No en cuanto a su tono; sino a su fotografía. Eso, aunado al truco de mover la
cámara todo el tiempo para que parezca como que la película tiene mucha acción
llevado al punto del absurdo, logra que haya momentos en la película en los que
de plano uno no se entera de qué rayos está pasando. Tampoco pude dejar de
pensar en todo momento que quizá la fotografía era tan oscura para ocultar el
hecho de que tanto Jovovich como Larter ya se ven grandecitas ‒lo cual viene a
ser irrelevante, no debieron tratar de ocultarlo‒.
A lo anterior súmenle la parodia de guión
de la peli y las actuaciones de risa loca y ya estuvo. La verdad es que me reí
más con películas anteriores de la saga; pero en la escena que sí solté la
carcajada fue en esa “seria” discusión entre Alice y Claire en la que deciden
lo que van a hacer. Que, por si las actuaciones malas fueran poca cosa, está
terriblemente editada. Estoy casi seguro de que originalmente la escena era más
larga, pero la cortaron a la mala porque les pareció “aburrida”.
Toda la peli sufre de una edición burda.
Como si creyeran que para darle más acción y emoción necesitaban cortes duros.
Al final, todo el montaje es caótico y hace parecer que la película la cortaron
a machetazos.
Ya que mencioné la escena de la discusión en
la enfermería entre Alice y Claire… ¿No les parece sospechosamente parecida a
esa escena de la enfermería en Alien 3
(Fincher, 1992)? También La escena del ventilador gigante me recuerda a una de Alien 3, y hasta el vestuario de Alice
se parece un poquito al de Ripley en aquella cinta... Del mismo modo, eso de
que la Reina Roja no puede atacar a un empleado de Umbrella y uno de los
fundadores de la Corporación despide a Wessker para que pueda ser eliminado
pues amenaza su vida es un fusil descarado del final de RoboCop, el defensor del futuro (Verhoeven 1987). La idea del Dr.
Isaacs comandando un ejército de zombies supuestamente domesticados que terminan
volviéndose contra él también guarda sorprendentes semejanzas con la trama de los
cómics de Aliens: Nightmare Asylum
(Dark Horse, 1989-1990). La escena de los sobrevivientes corriendo hacia el
cráter de acceso a La Colmena mientras son cazados por los Cerebus ‒que aquí en
la película son mutantes grandes y descarnados, a diferencia de los videojuegos
en los que usan dicho nombre para referirse a los perros mutantes‒ es muy
parecida a la escena de El mundo perdido: Parque Jurásico (Spielberg, 1997) en la que los personajes corren a través
de un pastizal asediados por velociraptors. También la escena en la que Isaacs
revive por medios artificiales es muy similar a la batalla entre Guile y
M.Bison al final de Street Fighter: la batalla final (De Souza, 1994)... Sabes que tu película está muy jodida si
debes piratearle cosas a la peli de Street
Fighter...
Y bueno, para terminar rápido, la
conclusión de la película es prácticamente un plagio de Pinocho en el que, por su sacrificio y sus buenas acciones, Alice
es premiada al convertirse en una niña de verdad.
El maquillaje de Alice anciana es malito y
me recordó mucho al maquillaje de Guy Pearce como Peter Weyland en Prometeo (Scott, 2012).
La película en general se siente agotada,
cansada de sí misma y el argumento lucha desesperadamente por avanzar cuando ha
demostrado que ya no tiene más a donde ir, y si los personajes principales se
vuelven terriblemente anodinos, imagínense los secundarios, a los que ni
siquiera me atrevo a llamar “personajes”, pues apenas si son un grupo de
monitos que salen para que los maten. De muchos de ellos ni siquiera sabemos
sus nombres.
Esperaba que esta saga se despidiera con
bombo y platillo... o que al menos regresaran más personajes de las entregas
anteriores ‒que creo que fue el único acierto de Saw 3D(Greutert, 2010)‒ o... no sé. Un final más conclusivo
hubiera estado bien. En cambio, por aquello de las dudas, esta película
concluye anunciando la posibilidad ‒o amenaza‒ de futuras secuelas. A estas
alturas del partido, la premisa se siente tan diluida como la salsa agridulce
de un café de chinos. En su favor diré que es la única saga de películas
basadas en videojuegos que no sólo llegó a ser trilogía; sino que la superó.
Del mismo modo, se trata de la única saga cinematográfica, además de la de Harry Potter (2001-2011), que ha
superado la tetralogía manteniendo al mismo personaje principal interpretado
por la misma actriz ‒. Mi papá siempre dice que “Hay que envejecer con dignidad”
y Resident Evil ciertamente no supo
cómo hacerlo.
Por cierto, se rumora que existe el
proyecto de una serie de TV de la franquicia Resident Evil que sería la continuación de esta película.
PARA
LA TRIVIA: La más accidentada de las producciones de la saga. La
doble de Jovovich, Olivia Jackson, perdió un brazo debido a un accidente
durante la filmación. El miembro del crew Ricardo Cornelius fue aplastado por
un Humvee mal asegurado, a causa de lo cual perdió la vida.
PARA LA TRIVIA GEEK: El primer juego de la
saga ostenta el Record Guinness por los peores diálogos en un videojuego.
Resident Evil: Retribution, Paul W.S. Anderson,
2012.
Después del fiasco que
fue la cuarta parte ¿Quién esperaba algo de la quinta? Quizá por eso funciona
más o menos bien, porque realmente nadie esperaba nada de esta película... por
eso o porque básicamente se piratea el argumento de la novela Resident Evil: Underworld (Perry, S.D.
Pocket Books, 1999), en la que Claire Redfield, Leon S. Kennedy y Rebecca
Chambers se infiltran en una instalación subterránea en los cuarteles de Europa
de la Corporación Umbrella y quedan atrapados en el área de pruebas conocida como
The Planet, en la que se recrean 4 ecosistemas artificiales. Sea como fuere,
esta película no es tan mala como la anterior... y, por lo menos, regresa Jill
Valentine.
En esta cinta, Alice (Milla Jovovich) es
capturada y los sobrevivientes de la cinta anterior son masacrados por un
comando liderado por Jill Valentine (regresa Sienn Guillory, a petición de los
fans), quien se encuentra al servicio de la Corporación Umbrella gracias a un
artefacto de control mental. Alice logra escapar de su celda con la ayuda de
Albert Wesker (Shawn Roberts, quien ahora parece más Duke Nukem) y su agente
infiltrada, Ada Wong (Bingbing Li), quienes necesitan a Alice para contraatacar
a Umbrella, ahora controlada por la I.A. conocida como la Reina Roja (Megan
Charpentier, voz de Ave Merson-O’Brian). Para extraer a Alice, Wesker utilizará
a un grupo de mercenarios dirigido por Leon S. Kennedy (Johann Urb); pero no
todo será tan fácil, pues Alice y los mercenarios deberán cruzar el sitio de
pruebas subterráneo de Umbrella, en el que se recrean algunas de las ciudades
más importantes del mundo pobladas por clones producidos en serie para
simulaciones con armas biológicas.
¡Ah, los clones! ¿Qué sería de los
argumentos agotados sin ellos? Revivieron a la Tte. Ellen Ripley, dejaron sin
trabajo a Michael Keaton por más de una década, fueron el pretexto para la
Trilogía de Precuelas de Star Wars y
hasta resucitaron al Hombre de Acero después de que lo mataran porque la
industria del cómic estaba por desmoronarse. Así, gracias a los clones, a esta
película regresan Carlos Olivera (Oded Fehr), Rain (Michelle Rodriguez) y James
“One” Shade (Colin Salmon).
Regresan también el CGI chafón ‒la sangre
digital debe ser una de las peores cosas que le han pasado al cine‒y las malas
actuaciones. Y si Roberts y Jovovich ya eran malos, Li y Urb les dicen “quítate
que ahí te voy”. Li es básicamente incapaz de demostrar alguna emoción o de dar
matices a los diálogos que salen de su boca e incluso en varias tomas voltea a ver
a la cámara. En su favor... o en su contra, ya no sé, habría que mencionar que
no usaron su voz para la película, sino que fue doblada por la de la actriz
Sally Cahill, quien hiciera la voz de Ada para Resident Evil 2 (Capcom, 1998), Resident
Evil: The Darkside Chronicles (Capcom, 2009) y Resident Evil 4 (Capcom, 2005). Urb, por su parte, no puede
quitarse de encima su acento tan marcado, lo que resulta en que sus diálogos
suenen lentos y leídos, creando un Leon bobalicón. ¿Cómo estará la cosa, que
creo que la que se lleva la película es Rodriguez?…
Por cierto que las caracterizaciones están
muy... “raras”, por decirlo de algún modo. Leon se ve demasiado viejo y el
supuesto Barry Burton (Kevin Durand), demasiado joven. Siempre visualicé a
Burton como un hombre ya mayor, pero fornido. El de la peli se ve demasiado
enclenque y trataron de volver su muerte heroica, pero al final resulta
ridícula.
Todo el asunto de los diferentes ambientes
artificiales es raro también. Para empezar, eso de sitios de pruebas que
recrean lugares del mundo acomodados en forma de herradura me recuerda más bien
a Epcot Center ‒ya saben, ese parque de Walt Disney World que nadie visita‒;
pero lo más increíble fue que todo se filmó en locación. Así es, la producción
sí se fue a filmar a Times Square en Nueva York, Shibuya en Tokio y la Plaza
Roja de Kitay-górod en Moscú... y está padre; pero me parece francamente
innecesario. Digo, se supone que son ambientes artificiales, ¿no? No tendrían
por qué verse como los escenarios reales...
En cuanto a las criaturas que les harán la
vida imposible a los protagonistas de la peli, la falta de creatividad se hace
presente una vez más. Regresan los Executioner ‒¿De verdad? ¿Con tantos
mutantes que han aparecido a lo largo de seis videojuegos, tuvieron que repetir
a los de la película anterior?‒ y hay un Mega Licker, o algo así, que está
basado en los del videojuego Resident
Evil 5 (Capcom, 2009). También aparecen los parásitos de Las Plagas y sus
infectados, de Resident Evil 4
(Capcom, 2005), aunque es básicamente irrelevante para la trama. Finalmente, se
confirma que los majini son una evolución de los zombies infectados por el
Virus-T... aunque cómo o por qué evolucionaron sigue siendo un misterio.
Lo que sí está padre son las coreografías.
Las peleas están bien montadas y el esperado enfrentamiento nodal entre Jill y
Alice ‒que, por cierto, se lleva a cabo en el hielo, como el enfrentamiento
contra Nosferatu, uno de los últimos jefes de Resident Evil Code: Veronica (Capcom, 2000)‒ está bastante bien
logrado... aunque esas tomas de golpes y fracturas en Rayos X son una
referencia/fusil descarado de Mortal
Kombat 9 (Mortal Kombat, Warner
Interactive, 2011) .
También al borde del plagio se encuentra el
tercer acto de la peli, cuando Alice está por salir del sitio de pruebas y
decide regresarse por Becky, la niña sorda ‒¿Por qué la Alice original sabía
Lenguaje Signado?‒ que fue raptada y metida en un capullo por el Mega Licker...
y casi ni se parece a cuando Ripley regresa al nido de los xenomorfos porque
Newt fue raptada por uno de ellos y metida en un capullo en el último acto de Aliens: el regreso (Cameron, 1986).
SPOILER
Al final de la película, Wesker vuelve a inocular a Alice con el Virus-T,
devolviéndole sus poderes... lo que es completamente irrelevante, porque según
parece, es tan hábil con ellos como sin.También, según parece, Wesker se alíacon los demás sobrevivientes para contrarrestar el ataque zombie a
Washington, D.C.; lo que parece una referencia al videojuego Resident Evil 6(Capcom, 2012) TERMINA
SPOILER.
A final de cuentas, Resident Evil 5: La venganza es bastante
mala; pero no tanto como la anterior. Por lo menos entretiene y hay algunas
secuencias bien hechas. Jovovich y Guillory ya se ven grandecitas y, mientras
el vestuario de una es bastante anodino, el de la otra parece de cosplay chafón
y... ¿Se le ve la ropa interior a Guillory a través de ese mono púrpura? ¡Ah,
HD traicionero! Y el final queda abierto para la sexta parte, que promete ser
de proporciones épicas.
PARA LA TRIVIA: En el audiocomentario para la primera cinta de Resident Evil (Anderson, 2002), Michelle
Rodriguez dijo que Colin Salmon debería
volver en alguna secuela como un clon. En esta cinta, Salmon, Fehr y Rodriguez
regresan como clones. Quizá lo merecieran después de todo, pues Rodriguez es
una entusiasta de los videojuegos de RE que le dio instrucciones a su agente de
conseguirle un papel en cuanto se enterara de que se produciría una películabasada
en los juegos.
PARA LA TRIVIA GEEK: El proyecto que dio origen al primer
videojuego de Resident Evil (Capcom, 1996) inicialmente se planeó como un
remake del videojuego Sweet Home
(Capcom, 1989), para el Famicom de Nintendo. Dicho juego, basado en la película
homónima de 1989, salió a la venta sólo en Japón y era una mezcla de thriller
con RPG que narraba la historia de un grupo de documentalistas que entran en
una mansión abandonada en el bosque para filmar las obras de arte resguardadas
en su interior, encontrándose con que el recinto está habitado por monstruos.
Elementos de Sweet Home que
continuaron en Resident Evil son el
espacio limitado para almacenar ítems, las pantallas de carga con puertas que
se abren, los puzzles y las notas y documentos que el jugador va encontrando a
lo largo del juego.
Resident Evil: Afterlife, Paul W.S. Anderson, 2010
Para todas las sagas
cinematográficas que han superado la tercia de películas es un reto continuar.
El formato de trilogía que heredamos de los antiguos griegos suele ser estricto
y celoso. La mayoría de las franquicias cierran sus líneas argumentales en la
tercera parte y, si hay oportunidad de hacer una cuarta, más que una
continuación, será un reinicio de la serie. Los ejemplos abundan: Halloween 4: el regreso de Michael Myers
(Little, 1988), Pesadilla en la Calle del Infierno 4: El Amo de los Sueños (Harlin, 1988), Alien: la resurrección (Jeunet, 1997), Saw IV (Bousman, 2007), Hellraiser
IV (Yagher, 1996)... son todas ejemplos de sagas que comenzaron con otra
línea a partir de la cuarta parte. Pero Resident
Evil no. La cuarta parte es una continuación directa de la tercera...
aunque poco le importa.
La historia sucede seis meses después del
final de Resident Evil 3: La extinción
(Mulcahy, 2007). Alice (Milla Jovovich, claro) encabeza un ataque frontal a los
cuarteles generales de la Corporación Umbrella, en el subsuelo de Tokio. Luego
de una pelea encarnecida con el director Albert Wesker (Shaw Roberts quien, de
hecho, audicionó originalmente para el papel de Chris Redfield), Alice pierde
sus poderes sobrehumanos y viaja a Alaska para reunirse con Claire Redfield
(regresa Ali Larter en un papel que no le va). Sin embargo, al llegar allá,
Alice descubre que los sobrevivientes de la caravana de Redfield han
desaparecido y que la misma Claire se encuentra bajo una especie de control
mental. Por razones poco claras, Alice viaja a la devastada ciudad de Los
Ángeles, donde se refugiará con un grupo de sobrevivientes atrincherados en una
cárcel abandonada. En dicha prisión se encuentra cautivo, por razones
desconocidas, un prisionero peligroso: Chris Redfield (Wentworth Miller de la
serie de TV Prison Break [2005-2009]...
haciendo en esta película básicamente el mismo papel que en la serie... igual
que en Alien vs Depredador 2 [Hnos.
Strause, 2007]…), el hermano perdido de Claire.
¿Recuerdan el final de Resident Evil 3: La extinción en el que Alice armaba un ejército
con sus clones y se disponía a atacar Umbrella? ¿Verdad que prometía ser una batalla
de proporciones colosales? ¿Verdad que emocionaba? Bueno, pues mejor olvídenlo,
porque esa línea argumental se agota cuando apenas si han transcurrido quince
minutos de esta cinta. Y, de todos modos, quizá no está tan mal, porque el CGI
con el que lograron multiplicar a la Jovovich está de risa. Nunca he estado
completamente seguro, pero me parece que el vestuario que usa Alice en esta
parte de la película es una referencia al utilizado por el personaje de Regina,
protagonista del videojuego Dino Crisis
(Capcom, 1999), un bien logrado autofusil de los Resident Evil. ¿Y cómo le hicieron los clones de Alice para
desarrollar poderes psíquicos equiparables con los de la original? El Dr.
Isaacs en la cinta anterior dijo que no podían...
Esta fue la primera película de la saga en
filmarse en formato 3D... y parece niño con juguete nuevo. La fotografía presta
mucha más atención a lucir el 3D que a realmente conformar una narrativa
eficiente. Esto resulta en un abuso de la cámara lenta y una pérdida de la
profundidad de campo en la mayoría de las tomas abiertas que delata el uso de
escenarios virtuales. Los cuales, por cierto, se ven horribles. El CGI sigue
siendo malo, incluso me parece que se ve peor que en la peli anterior. Pero
bueno, no es algo tan malo, porque sí me sacó varias carcajadas. Las escenas en
la cabina del avión se ven tan chafas que harían sonrojar a Roger Corman... y
también me hicieron reír.
Pero nada se ve tan falso como los
sobrevivientes en la cubierta del buque Arcadia al final de la peli. Creo que
los juegos de Resident Evil en el
primer PlayStation se veían más reales. Aunque debo reconocer que la escena se
filmó en los muelles de Toronto, mismos que fueron retirados digitalmente y
casi no se nota. También debo reconocer que la escena del cementerio de aviones, en la que sólo había siete aviones reales, se ve decente.
Hablando del avión, ¿qué onda con esa escena
en la que Alice aterriza en el techo de la prisión? Es innecesariamente larga.
No aporta nada realmente a la historia y más bien me hace pensar que a los
realizadores ya les habían aburrido los zombies ‒tal vez los zombies serían más
interesantes si no hubieran usado máscaras de una sola pieza para la mayoría de
ellos‒. También es interesante la secuencia subacuática, que me recordó a La aventura del Poseidón (Neame, 1972)...
sólo que en aburrida. Quiero decir, ¿para qué sirve esa secuencia si no pasa
nada hasta que los personajes salen del agua?
Además de los zombies, nuevas criaturas y
elementos fueron introducidos al universo cinematográfico de Resident Evil, casi todos ellos tomados
directamente del videojuego Resident Evil
5 (Capcom, 2009)‒aunque el interior
del barco me recordó a un escenario en el juego Resident Evil: The Umbrella Chronicles (Capcom, 2007)‒. Así, en
pantalla aparecen los superpoderes de Wesker, el artefacto con forma de
escarabajo que controla la mente, los majini ‒de verdad, son hilarantes‒ y el
gigante armado con un hacha conocido como Executioner (Raymond Olubawale).
Cómo, cuándo o por qué aparecieron los majini o los zombies mutaron en majini o
de dónde diablos llegó el Executioner son misterios que la película no se toma
la molestia de explicar.
El resto de los personajes son
prescindibles y anodinos, y... ¿Qué más da? Ya sabemos que se van a morir
porque ni son Alice ni salieron en los videojuegos. SPOILER Al menos regresan K-Mart (Spencer Locke) y, en un epílogo
que la muestra ahora como villana, Jill Valentine (Sienna Guillory, lo que
todos esperábamos)‒.TERMINA SPOILER
El guión es poco claro y, mientras uno está
viendo la película, le causa esa desagradable sensación de que no está llevando
a ningún lado. Además, deja demasiados cabos sueltos, como el hecho de que
Alice supuestamente pierda sus poderes, lo cual es completamente irrelevante
para la trama porque ella puede seguir haciendo acrobacias y resistiendo
golpizas brutales sin mayor empacho. En su favor diré que había una secuencia
en la que se explicaba que la sangre de Alice peleaba contra los anticuerpos
inyectados por Wesker y por eso conservaba parte de sus habilidades; sin
embargo, la escena fue eliminada del corte final de la cinta.
A final de cuentas, Resident Evil: La resurrección es quizá la peor cinta de la serie.
Resulta aburrida, inverosímil y parece demasiado desesperada por incorporar las
últimas adiciones de la franquicia de entretenimiento electrónico en la saga
fílmica. Es decepcionante que, básicamente, manda a volar la línea argumental
planteada por la peli anterior; pero es más decepcionante aún que no tenga
prácticamente nada con qué sustituirla. Además, siempre me ha parecido que la película dura más de lo que debería, como que toda la parte del Arcadia se siente forzada y, a final de cuentas, parece que la cinta no tiene en realidad un hilo conductor y que sólo son un montón de cosas que pasan y ya. Ni siquiera hay toma topless de Milla
Jovovich en ésta.
PARA LA TRIVIA: Ésta es la única película de la saga que no
incluye un plano detalle del ojo de Alice, lo cual es una referencia directa a
las pantallas de inicio de los primeros videojuegos de la serie.
PARA LA TRIVIA GEEK: El primer videojuego de la saga estaba
planeado para ser un First Person Shooter al estilo de Doom (id Software, 1993); pero Shinji Mikami, director del
proyecto, creyó que el juego funcionaría mejor como Survival Horror, por lo que
decidió retomar la perspectiva en tercera persona del videojuego de más exitoso
del género hasta el momento, Alone in the
Dark (Infogrames, 1992).
Creo que el título de
esta película debió ser ¿Y dónde está
Jill Valentine? Quiero decir que, después de que parecía que en la segunda
cinta se había compuesto la franquicia, uno esperaría que se siguieran
adaptando la historia de los videojuegos; pero no. En vez de eso, prefirieron
reciclar la trama de Mad Max II: el
guerrero de la carretera (Miller, 1981), añadirle elementos de western y
arrojar zombies a la mezcla con un soundtrack sospechosamente parecido al de El exterminador (Cameron, 1984). Es como
con Alien 3 (Fincher, 1992), que
luego de la segunda parte uno esperaba que se pusiera buenísima... y resultó que
no tenía nada que ver. Por lo menos, ésta no es tan mala como la primera.
La historia sucede cinco años después de
los eventos ocurridos en la peli anterior. La infección del Virus T se propagó
por todo el planeta llevando a la raza humana al borde de la extinción y
convirtiendo ‒de manera verdaderamente inexplicable‒ la Tierra en un gigantesco
desierto. Los sobrevivientes han formado pequeños grupos buscando protección en
los números. Uno de estos grupos es la caravana liderada por Claire Redfield (Ali
Larter en uno de los castings más inadecuados de la historia). En su recorrido
en busca de provisiones, la caravana se topará con Alice (Milla Jovovich),
quien continúa desarrollando sus poderes psíquicos y podría ser una aliada
invaluable... o una gran amenaza. Evidencias de un lugar libre de infección
llegan a la caravana; pero para poder llegar allá deberán enfrentarse a hordas
de zombies y al malvado Dr. Isaacs (regresa Iain Glen, porque alguien tenía que
actuar en esta madre), quien ha estado muy trabajoso insubordinándose en un
laboratorio subterráneo de Umbrella.
Ésta fue la última película apta para
consumo humano de la saga. Luego de ella, todo es despropósito ‒bueno, más‒.
Regresan los personajes de Carlos Olivera (Oded Fehr) y L.J. (Mike Epps) y se
une al elenco una que dicen que es Claire Redfield y Spencer Locke en el papel
de “K-Mart”. Esto también se volverá un sello de la franquicia: la aparición
anodina de personajes que supuestamente son los de los videojuegos, pero que en
realidad no tienen nada que ver... digo, en el videojuego se supone que Claire
tiene 19 años y cuando Larter la encarnó ya pasaba los 30. Del mismo modo, en
esta cinta aparece Albert Wesker (Jason O’Mara), como director de la
Corporación Umbrella ‒Por cierto que su cabello teñido de rubio súper falso es
una referencia a los infames videos del primer videojuego de la saga‒.
En el guión original para esta película,
Claire se dirigía a Alaska en busca de su hermano Chris y aparecería el
personaje de Leon S. Kennedy; pero ambas ideas fueron rechazadas por la
producción. También se suponía que Sienna Guillory regresaría como Jill
Valentine; pero la filmación se empalmaba con la de Eragon (Fangmeier, 2006), por lo que le fue imposible y su
personaje fue sacado de esta secuela. También el personaje de Cindy Lennox, del
videojuego Resident Evil: Outbreak (Capcom,
2003) se suponía que aparecería en el filme; pero fue dejado fuera.
También está medio chafón eso de que saquen
personajes nada más para que se mueran. Especialmente porque a uno como
espectador le importa un bledo... quizá si los personajes estuvieran bien planteados
o por lo menos bien escritos, a uno le importaría cuando se mueren.
Más arriba dije que esta película
prácticamente reciclaba el argumento de la segunda cinta de Mad Max; pero fui injusto. También retoma
muchísimo de la tercera entrada en la saga de los muertos vivientes de George
A. Romero, El día de los muertos
vivientes (1985). Al igual que en la cinta del Rey de los Zombies, la
civilización se ha colapsado y la humanidad volvió a la barbarie; al igual que
en la peli de Romero, hay un grupo de sobrevivientes ocultándose en un
laboratorio bajo tierra y, al igual que en El
día..., hay un científico intentando domesticar a los zombies. Hasta el
muerto viviente que es “rehabilitado” por el Dr. Isaacs se parece a Bub
(Sherman Howard), el zombie que está siendo condicionado en la cinta de Romero.
Es más, la escena en la que el zombie toma el teléfono celular es una clara refrencia
a El día…
En esta película vuelven los perros ‒Me
pregunto por qué todos los perros zombies son de la misma raza...
¿Predisposición genética o hueco argumental?‒ y a la lista de animales mutantes
se suman los cuervos, que aparecieran desde el primer videojuego de la serie.
La escena en la que atacan a la caravana está bastante decente y, por supuesto,
incluye un homenaje a Los pájaros
(Hitchcock, 1963).
Aparece también el que fuera el jefe final
del primer videojuego, el mutante conocido como Tyrant (Brian Steele)... o
bueno, más o menos. La cosa es que, por su diseño es más parecido al Tyrant; pero
en la forma como es creado, es más cercano al mutante creado por la infección
del Virus G en el Dr. William Birkin del juego Resident Evil 2 (Capcom, 1998). En general se ve bien, aunque su
tiempo en pantalla es bastante reducido. Lo que es irónico es que en la segunda
película no quisieron que Nemesis atacara con sus tentáculos como lo hacía en
el juego porque nunca lograron que se vieran bien; pero en esta cinta el Tyrant
tiene tentáculos... ¡Y se ven terribles!
Todo el CGI de la película es bastante malo
‒las cenizas que caen del cielo después de que Alice incinera a los cuervos son
hilarantes‒; pero los efectos físicos están decentes. Los zombies finalmente se
ven... pues como zombies y Tyrant se logró casi en su totalidad a través del
maquillaje, lo que se agradece.
Lo que también es muy interesante sobre
esta película es la forma tan formularia en la que está hecha, quizá por ello
funciona bien. Me refiero a que sigue, casi punto por punto, las reglas de las
terceras partes ‒según Scream 3: la máscara de la muerte (Craven, 2000)‒: se retoman elementos de la primera
parte, un personaje del pasado regresa para revelar información, cualquiera de
los personajes puede morir incluido el protagonista, etc.
También es muy peculiar el que la primera
trilogía de Resident Evil sigue
exactamente la misma secuencia que la Trilogía de los Muertos Vivientes de
Romero. En la primera cinta, los personajes se encuentran atrapados en un
ambiente aislado en el que tienen un primer contacto con la infección; en la
segunda parte, el mal se ha esparcido hacia las grandes ciudades y la
civilización ha comenzado a desmoronarse. Finalmente, en la tercera parte, la
humanidad ha sucumbido y ha pasado de ser la especie dominante en el planeta a
luchar contra la extinción.
Las actuaciones siguen siendo malas excepto
por Glen, el guión está más lleno de agujeros que los calzones viejos que acabo
de tirar esta semana ‒¿L.J. y Carlos no eran inmunes al virus? ¿Por qué no lo
eran? ¿De dónde salió el romance entre Carlos y Alice? ¿De dónde salió Claire
Redfield? Y una larga lista de etcéteras‒ y en general, la película sólo sirve
para pasar el rato… al menos. La fotografía está bien y el soundtrack se va a
lo seguro incluyendo canciones populares de los 60 en versiones originales y en
covers.
Así pues, Resident Evil 3: La extinción es una película bastante mediana.
Supera a la primera; pero no le llega a la segunda, aun cuando la segunda no es
ningún portento. Uno esperaría que en esta cinta se cerraran todas las líneas
argumentales; pero en vez de eso, deciden matar a varios personajes importantes
e iniciar una nueva línea argumental que, si bien parecía inverosímil, prometía
si estaba bien realizada. Al menos tiene la ya tradicional escena topless de
Jovovich.
PARA LA TRIVIA: Milla Jovovich diseñó su propio vestuario para
esta cinta a través de su firma, Jovovich-Hawk.