LOS
GUARDIANES DE LA GALAXIA
Guardians
of the Galaxy
James Gunn, 2014
¿Qué sale cuando juntas un
árbol con déficit de atención, un exconvicto con sed de venganza, una ex Na’vi
de Avatar (Cameron, 2009), una copia
al carbón de Han Solo y un mapache que habla? ¿Qué importa? ¡Hay un mapache que
habla! Por favor, levantemos la mano todos los que fuimos a ver esta película
por Rocket Raccoon... Sí, eso pensé. Después de su inclusión en la plantilla de
peleadores del videojuego Marvel vs
Capcom 3: Fate of Two Worlds (Capcom, 2011) y de las reimpresiones de los
cómics que le dieron origen, este personaje estaba listo para brillar en la
pantalla grande.
En esta película conocemos a Peter Guill
(apenas interpretado por Chris Pratt), alias Star-Lord, un humano que fue
abducido por un clan de extraterrestres mercenarios cuando era niño y fue
criado como uno de ellos. Quill pretende robar un extraño orbe de inmenso valor
que es buscado por el fundamentalista megalómano Ronan, el Acusador (Lee Pace),
lo que lo convierte en el blanco de una cacería humana de inmensas
proporciones. Una vez encarcelado, Quill se aliará con los más variopintos
personajes, incluida Gamora (Zoe Saldaña a quien quizá recuerden de Avatar… o quizá nunca la recuerden
porque siempre sale caracterizada como algún personaje alienígena), Groot (el
árbol con voz de Vin Diesel que fue la segunda razón por la que fuimos a ver
esta peli), Rocket Raccoon (Voz de Bradley Cooper) y Drax (Dave Bautista), para
escapar de Ronan, recuperar el orbe y salvar a la galaxia.
La historia no tiene mayor complicación
pues se trata de nuestro melodrama de aventuras con toques de Ciencia Ficción
estándar. Me recordó muchísimo a El
quinto elemento (Besson, 1997), que a su vez era referida por su director
como “Star Wars en LSD”.
Y no sólo creo que me lo recordó de manera
fortuita, además de que hay escenas que se sienten como calcas de la saga
creada por George Lucas —como la pelea entre Gamora y Nebula (Karen Gillan),
que parece sacada de Episodio I
(Lucas, 1999)— sino que explícitamente hay referencias a dichas películas. Como
el hecho de que el ventanal del bar de mineros es sospechosamente parecido a
las ventanas del Halcón Milenario, que de hecho la nave de Quill se llama Milano —aunque en realidad se llama así
porque Pratt estuvo enamorado de chico de Alyssa Milano— o que, insisto, Quill
termina siendo la versión bobalicona de Han Solo, el mercenario con el corazón
de oro… que para el caso es la versión futurista de Rick Blaine (Humphrey
Bogart) en Casablanca (Curtiz, 1942).
Por cierto que esta película está más bien
basada en el reboot de la serie de cómics de Guardians of the Galaxy que publicó Marvel Cómics en 2008 y no en
los cómics originales de 1969.
Recuerdo que los cómics originales de Rocket
Raccoon, creado por el escritor Bill Mantlo y el artista Keith Giffen, eran muy
extraños. Todo era una especie de viaje de drogas con animales parlanchines,
payasos asesinos, romances interespecies y lugares lejanos... Un poco como Hora de aventura (2010), pero de su
época.
Y precisamente, uno de los puntos más
fuertes de esta película son sus personajes. Aunque dos de ellos son digitales,
otros dos están maquillados casi de pies a cabeza —no puedo dejar de mencionar
que hay varias tomas en las que a Bautista se le ven los pegotes de los
prostéticos— y el restante actúa bastante mal, el conjunto funciona
maravillosamente y tiene una química que se disfruta mucho en pantalla.
A esto habrá que agregarle un guión que
está muy bien escrito, que lo mantiene a uno pegado al asiento durante dos
horas completas a pesar de ser bastante predecible y con un muy buen timing
para toda una legión de chistes socarrones e irreverentes que refrescan lo que
de otro modo sería una Space Opera[1] completamente ordinaria.
Otro aspecto sobresaliente de esta nueva
entrega de las sagas del Universo Marvel es el soundtrack, el cual está
compuesto por muchas “viejitas, pero bonitas” de los 70 y 80. De hecho, como lo
anuncia el tráiler de la cinta, utilizan Hooked
on a feeling de Blu Swede como tema principal de la cinta. Es bastante
efectivo, pero uno no puede dejar de pensar en que Quentin Tarantino ya lo había
usado para Perros de reserva (1992).
Lo que sí es que en Guardianes de la
galaxia —que por su tono chabacano quizá debió llamarse Gañanes de la galaxia, jojo— la música
juega un papel mucho más importante en la narrativa.
Así pues, Guardianes de la galaxia es justo lo que promete: una Space Opera
muy bien hecha con mucha acción y grandes dosis de humor. Nada para tomarse en
serio, como los personajes no lo hacen con ellos mismos o con las situaciones
por las que atraviesan, pero sí es entretenida y arranca un par de buenas
carcajadas.
PARA
LA TRIVIA: En el guión original de la peli se planeaba que el
personaje de Adam Warlock hiciera un cameo. Esto, junto con la aparición del
titán Thanos (Josh Brolin) en pantalla, empezaría a plantear el escenario para
una adaptación fílmica inspirada en la saga de cómics de El guantelete infinito; sin embargo, la idea se desechó. En su
lugar, el capullo de Adam Warlock aparece dentro de la colección de The
Collector (Benicio Del Toro).
SPOILER
Como ya se ha vuelto una
tradición en las películas de Marvel, después de los créditos finales aparece
un epílogo que revela información sobre las cintas por venir. Y como ya se ha
vuelto tradición, lo voy a espoilear: Al final de Guardianes de la galaxia aparece Howard the Duck, ese pato borracho
y fumador con reflexiones existencialistas que aparece en los cómics de Marvel
y que ya tuvo su propia adaptación cinematográfica en una inmunda película
pseudoinfantil (creo) dirigida por Willard Huyck y producida por George Lucas en
1986.
[1] Se
le llama así a los melodramas de aventuras ambientados en el espacio o en el
futuro, pero que están más orientadas hacia la Fantasía que a la Ciencia
Ficción. Ejemplos claros son Flash Gordon y John Carter entre dos mundos.
A mi la verdad se me esta haciendo muy curioso este mega proyecto de Disney-Marvel que según sé esta dividido en tres etapas y que apenas va a concluir la segunda con Avengers 2, algunas películas están buenas y otras no tanto pero esta en especial tiene todo para ser un rotundo fracaso y en lugar de eso se vuelve una historia muy interesante aunque esté llena de lugares comunes, clichés y sea la misma historia que ya vimos cientos de veces No cabe duda que lo clásico funciona y funcionará por los siglos de los siglos mientras se sepa como reinventarlo y usarlo ingeniosamente. Y de verdad que riesgo tan grande por parte de Disney...
ResponderBorrarSí, ésta fue una de esas veces que mientras veo una película, siento como que está armada de pedazos de otras y sin embargo, el resultado final me gustó bastante. Dicen por ahí que lo malo no es usar clichés, sino creer que los demás no se van a dar cuenta y en ese sentido esta película es bastante sincera.
ResponderBorrarYo sólo diré una cosa... I'm Groot.
ResponderBorrarEs una tesis interesante.
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