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viernes, 12 de septiembre de 2014

HÉRCULES. "El caso de publicidad fraudulenta más conmovedor desde la película 'Historia sin fin'."


HÉRCULES
Hercules

Brett Ratner, 2014

Cuando vi el tráiler de esta película me emocioné. Los avances presentaban escenas de Haracles (Hércules para los romanos), vestido con su piel de león y armado con su clava,  luchando contra sus enemigos clásicos en las Doce Tareas: El León de Nemea, la Hidra de Lerna, el Jabalí de Erimato o el Cancerbero.
    A mi mente vinieron sendos recuerdos de la infausta trayectoria de Heracles en la pantalla grande, desde la mongoloide Hércules en Nueva York (Seidelman, 1969. La primera peli protagonizada por Arnold Schwarzenegger), pasando por la ochentera Hércules (Cozzi, 1981; medio actuada por el otrora Hulk, Lou Ferrigno, aunque debo admitir que de niño me gustaba esta cinta) hasta llegar a la insoportable La leyenda de Hercules (Harlin, 2014). Total que, en resumen, creo que la película más apegada al mito de Heracles es la versión de Disney (Clements y Musker, 1997). Y eso es muy triste.


    Así pues, a pesar de que el hijo de Zeus sería interpretado por Dwayne “The Rock” Johnson, me entusiasmó lo que vi y, como diría mi papá “Ahí voy de pendejo al cine”. ¡Oh, decepción! Esos fantásticos enfrentamientos que nos mostraron en el tráiler ¡son sólo el prólogo de la película, que trata de un asunto completamente distinto y que no tiene que ver con el mito de Heracles!
    Aclarado lo anterior, les cuento la anécdota de la cinta: Después de asesinar a su familia, ser acogido por el rey Euristeo (Joseph Fiennes, hermano de Ralph) —esta parte sí está un poco más basada en el mito— y superar las Doce Tareas, Hércules (Dwayne Johnson) es un mercenario que se hace acompañar por su sobrino Yolao (Reece Ritchie) y un clan de bribones de lo más camp y que me recuerdan series animadas de como Los Herculoides (1967-1969) o Thundarr, el bárbaro (1980-1984). Aprovechándose del rumor de que es el hijo de Zeus y de las historias difundidas por Yolao, Hércules y sus soldados de fortuna recorren el territorio griego alquilándose como campeones. Así pues, entran al servicio de Cotys, rey de Tracia (lo que queda de John Hurt, pobrecillo), para entrenar a sus tropas con el objetivo de sofocar una guerra civil.  


    ¿Qué tiene Hollywood contra la mitología griega? ¿Por qué no la dejan ser? ¿Se creen muy maduros para seguir creyendo en esas cosas? ¡No mamen! Es como si dijeran: “¡Sí, vamos a hacer películas sobre los mitos griegos… pero sin los mitos! ¿O es que ya olvidaron la infumable Troya (Petersen, 2004)? Sacando cuentas, la mejor adaptación fílmica de una obra de la literatura clásica sigue siendo Ulises (1954), protagonizada por Kirk Douglas. Y está padre ¡Pero la filmaron hace 60 años y la produjeron en Italia!
    Y bueno, si le van a quitar el elemento fantástico está bien, mientras sea una película de acción bien hecha. Porque Hércules lo es, ¿verdad? No, para nada. Toda la película termina sumida en un tono fársico no intencional del que uno no sabe si reírse o llorar.
    En sí, en sí, sólo hay dos batallas de gran escala en la película. La primera es contra… pues nunca quedó muy claro qué eran, creo que guerrilleros, pero me pareció que se fusilaron a los pictos que describe Robert E. Howard en las historias de Conan, el bárbaro.
    La segunda es contra el ejército de Tracia. Pero no se preocupen, que es larga, aburrida, inverosímil y predecible. Por cierto, ¿alguien sabe de dónde salió ese hoyo gigantesco en medio de la plaza de la ciudad? Según parece, Cotys no creía en el bacheo de calles públicas...


    Bueno, bueno; pero los efectos especiales están padres, ¿no? Pues... no realmente. Digo, sí están cumplidores, pero nada más, no son nada extraordinario.
    He de decir que tanto el diseño de las bestias míticas como los efectos especiales que les dan vida se ven espectaculares. Después de todo, insisto, con esto fue que nos vendieron la película. Sin embargo representa apenas un pequeño porcentaje del resto de efectos de la cinta, que se ven bastante cutres por no decir piteros.
    Y en general, toda la producción se ve terriblemente descuidada. De verdad, creo que hubo episodios de Xena: La princesa guerrera (1995-2001) que estaban mejor producidos que esta película. En muchas de las tomas cerradas s puede notar que las espadas no tienen filo —hasta los realizadores de la saga de La masacre de Texas usaban motosierras reales para los primeros planos—, en otras tantas tomas se ven las lycras que los actores llevan debajo del vestuario, en otras se ve que usan botas con suela de hule y las manchas de sangre se ven como cuando se te chorrea un bolígrafo desechable en el bolsillo
    Pero sin lugar a dudas, mi cosa chafa favorita de esta película fue la herida que los lobos le hacen a Hércules en el vientre. ¿Qué rayos es eso? Incluso en las tomas abiertas se nota que sólo le embarraron una plasta de látex a Johnson y la pintaron con la mencionada tinta roja. Se ve como cuando uno estaba en el kínder, se le secaba el pegamento en los dedos y se iba descarapelando.


    Bueno, no todo está perdido. Aún queda esa Vis Comica que, aunque sea con calzador, los guionistas suelen meter en los melodramas de acción y que con frecuencia resulta más entrañable que la película misma —así hicieron sus carreras Eddie Murphy y Rob Schneider—. Bueno, pues… un par de chistes dan risa, pero el resto, no. Es más, creo que los chistes en el guión de esta cinta no dan risa; pero el resto de la película, sí. Y eso es triste si uno se pone a pensarlo.
    De tal suerte y por todas las razones antes mencionadas, condeno a esta película a ser olvidada en las profundidades del Hades, donde servirá de forraje a cíclopes y centímanos. Ya en serio, sí es muy mala y creo que está destinada a convertirse en un clásico de los autobuses. Lo que siempre me ha intrigado sobre las películas basadas en la mitología griega, y particularmente en Heracles, es ¿Por qué si el mito original, en  todos sus episodios, es tan fascinante, se empeñan en hacer puras estupideces en pantalla?


 PARA LA TRIVIA: Esta película no tuvo exhibiciones pre-estreno para la crítica... Y es fácil ver por qué.
PARA LA TRIVIA GEEK: Ni siquiera la barba de Dwayne Johnson es real. El mismo actor reveló que el departamento de maquillaje la hizo con pelo de testículos de yak.


1 comentario:

  1. Es un material maravilloso. Se utiliza para hacer casi todos los pelajes en el mundo del maquillaje. Dependiendo de lo que se requiera, se usa pelo de distintas partes del yak.

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