MUNDO
JURÁSICO
Jurassic
World
Colin Trevorrow, 2015
Antes que nada, debo
advertirles que todo este texto va a tener spoilers, así que procedan bajo su
propia responsabilidad.
Por fin la espera ha terminado
y los fans de Jurassic Park tenemos
una nueva entrada de la franquicia. En una etapa muy primigenia durante la
concepción de esta película (por ahí de 2004), se coqueteó mucho con la idea de
que en la cinta aparecieran soldados mutantes, híbridos de humano y dinosaurio.
Aunque se desarrollaron diseños sobre esta propuesta, la idea fue descartada.
Posteriormente, se trabajó sobre la idea de una pandemia causada por un virus
mesozoico y que la clave para obtener una cura estaba en los dinosaurios
creados por InGen.
Finalmente, Universal se decidió por una
idea menos extravagante y quienes hayan leído la segunda parte de mi reseña sobre Parque Jurásico, notarán que el
argumento de la película ya estaba más o menos definido desde 2013.
Y por cierto, el estreno de una cuarta
entrega de esta franquicia después de casi quince años de ausencia de las
pantallas no es una casualidad ni una respuesta a las peticiones de los fans.
En los años siguientes vamos a estar viendo la resurrección de muchas sagas
clásicas de Universal Pictures —como los ya anunciados remakes de La creatura de la Laguna Negra, La momia y un spinoff de King Kong— debido a la compra del
estudio por parte de Comcast, quienes desean explotar las franquicias que
hiciera famosa a la compañía.
La historia va así: Zach (Nick Robinson) y
Gray (Ty Simpkins) son enviados por sus padres a pasar una semana de vacaciones
con su tía, Claire (Bryce Dallas Howard), una empresaria “workaholic” con
obsesión por el control, quien resulta ser directora de Jurassic World: “Un
parque de diversiones del futuro donde los dinosaurios cobran vida a través de avanzadas
técnicas de clonación” y que fue construido por la compañía InGen en Isla
Nublar, la locación donde hace más de veinte años intentaran construir el
Jurassic Park original.
El nuevo parque tiene éxito, pero la
supuesta demanda del público por atracciones cada vez más emocionantes lleva a los
genetistas del parque a crear un híbrido genético al que denominan Indominus Rex y que, como era de
suponerse, se escapa, poniendo en riesgo la integridad de todo el parque. Será
la misión de Claire y su antiguo interés romántico, el entrenador de velociraptors,
Owen (Chris Pratt, a quien quizá recuerden como StarLord en Guardianes de la galaxia [Gunn, 2014]),
detener al I-Rex antes de que acabe con todos los animales del parque... y
quizás con Zach, Gray y el resto de los visitantes.
Bien, de esta sinopsis una cosa salta
inmediatamente a la vista: Aunque bien podría ser el inicio de una nueva
trilogía (un reboot), esta película es una secuela directa de la primera cinta
de Parque jurásico (Spielberg, 1993).
No pasa por alto la segunda y tercera partes; pero hay más elementos de la película
original que de las otras.
Y precisamente ahí radica su éxito. Aunque
puede ser disfrutada por públicos de todas las edades, el objetivo de esta
cinta es llegarnos a los que vimos la original en su momento. Básicamente la
mitad del sustento de la cinta es el factor nostalgia.
Me refiero a que mientras la veía no pude
evitar sentir como si estuviera escuchando un disco de covers: Como si los
realizadores hubieran tomado sus escenas favoritas de la primera película y
hubieran hecho su versión, eso sí, con la consigna de divertirse y no ser
demasiado respetuosos con el material original. En este sentido, me pareció que
utilizaron una estrategia parecida a la de Alien:La resurrección (Jeunet, 1997) pues se trata de una cinta más ligera con un
tono cómico mucho más notorio y que por momentos raya incluso en la parodia de
las películas anteriores. Aunque en una primera impresión esto podría
considerarse una falla, en realidad se trata de uno de los puntos fuertes de la
cinta.
En general, ésta es una de esas películas
que cuando uno ve dan la impresión de estar armadas de pedazos de otras
películas. Digo, hay muchas escenas que parecen haber sido extraídas
directamente de Alien, el octavo pasajero
(Scott, 1979) y Aliens: El regreso(Cameron, 1986) e insertadas en esta película. Además, gran parte del
desmadrito me recordó a esas películas setenteras de desastres y, en general, toda la cinta me recordó enormemente a Tiburón 3 (Alves, 1983).
El elemento de Ciencia Ficción que fue tan
característico de la primera parte prácticamente sólo estuvo presente en ella y
ha desaparecido de la saga casi por completo. En cambio, Mundo jurásico se enfoca mucho más a la acción y a la aventura;
pero logra un equilibrio entre acción trepidante y un guión decente… a
diferencia de la tercera parte, que era pura acción sin sentido y lo dejaba a
uno sintiéndose vacío después, como sexo casual.
Es más, a diferencia de su predecesora,
esta cuarta entrega tiene un discurso interesante: A final de cuentas, se trata
de una sátira —que se ve acentuada por el tono de comedia de todo el show— de
la corporativización absurda del entretenimiento que se vive en nuestros
días... Lo que no evitó que Mercedes Benz, Hasbro, Coca-Cola, Verizon y otros
tantos metieran sus marcas en la película, por cierto.
En un segundo nivel hay también un discurso
en contra de los organismos transgénicos. Digo, el Indominus Rex es un híbrido transgénico que finalmente es derrotado
por el Tyrannosaurus Rex, un animal
“orgánico” —tan orgánico como un dinosaurio de probeta con genes mutantes de
rana pueda ser—. Por cierto, la T. Rex que aparece en esta película
supuestamente es la misma que apareció en la primera, por eso tiene cicatrices
en el pescuezo dejadas por los velociraptors.
Incluso hay una escena en la que el Dr. Wu (BD
Wong) dice: No hay nada natural en Jurassic World —Por supuesto que no, ¿vieron
la nariz de Claire?— y en este sentido el diseño de producción es muy
interesante. Todas las instalaciones del parque fueron diseñadas para verse artificiales
y tener ese look de las cosas hechas “para turistas”.
Toda la cinta —y es justo denominarla tal
pues fue filmada en película de 35mm, en vez de grabada directamente en formato
digital como es la tendencia actual— está llena de referencias para deleite de
los fans, como la aparición del Dr. Henry Wu (único personaje de la película
original que regresa, aunque Laura dern estuvo vinculada con al proyecto en sus
etapas iniciales), o la escena en la que Zach y Gray encuentran las ruinas del
centro para visitantes original, donde hay montones de “reliquias” como los
googles de visión nocturna, el jeep de John Hammond o el banner en el que se
lee “When Dinosaurs Ruled the Earth”.
Asimismo, como se ha vuelto una especie de
tradición en esta franquicia, se incorporaron elementos de las novelas que
fueron dejados fuera de las películas anteriores.
Por
un lado, Gray menciona que otra forma de obtener ADN de dinosaurio es a través
de la médula ósea, que no queda muy claro cómo; pero este era el procedimiento
que originalmente describe Crichton en el primer libro.
Por el otro, tenemos la habilidad del I-Rex
para camuflarse con su entorno. En la película esta facultad la adquiere el
dinosaurio gracias a que desarrolló cromatóforos especiales pues le fueron injertados
genes de sepia. En la novela de El mundo
perdido, son los Carnotaurus quienes
poseen este poder.
Hay también que mencionar que el Mosasaurus que vemos en pantalla es
alimentado con tiburones, como un guiño al clásico dirigido por Steven
Spielberg; o que Zara (Katie McGrath), la asistente de Claire encargada de
cuidar a sus sobrinos, está leyendo un libro con la foto de Ian Malcolm en la
contraportada. Y no olvidemos los lanzacohetes que Crichton incluye entre las
medidas de seguridad del parque en el primer libro.
Y por cierto, la escena en la que una parvada de pterosaurios ataca al helicóptero era el final original de El mundo perdido (Spielberg.1997).
Sin embargo, de todo este banquete de
Easter Eggs, mi favorito fue la aparición de Skinner. Quienes ya llevan un rato
en esto de la fanaticada de JP quizá recuerden la última serie de figuras deacción de la primera película. En ella aparecían dos figuras humanas de
cazadores furtivos conocidos como Evil
Raiders, uno parecido a Cocodrilo Dundee llamado “Dr. Snare” y un biker
calvo y de barba llamado “Skinner”. En la secuencia en la que los mercenarios
de InGen llegan a Isla Nublar, uno de ellos, calvo y de barba, le dispara a un Dimorphodon desde el helicóptero. Se
supone que ése es Skinner.
En general la película tiene un buen ritmo
y nunca se hace aburrida... Se hace absurda en partes, eso sí; pero nunca
aburrida. Y tiene el gran mérito de que es la primera película de la saga en la
que aparecen niños que uno no quiere estrangular a los cinco minutos… Igual son
odiosos, el mayor es un pusilánime y el otro, un chantajista sentimental (igual
que su madre); pero soportables.
Lo que me hace pensar que quizá la película
no sea tan absurda después de todo. Recuerdo que cuando la estaba viendo pensé:
“Si ya llamaron a todos los Gyrospheres para que regresaran a la base ¿Por qué
Zach se empeña en desobedecer? ¿Cómo puede haber alguien tan irresponsable como
para desobedecer las más básicas reglas de seguridad? Luego recordé que tuve
una novia que sí tenía algún problema irracional con seguir reglas y por culpa
de ella detuvieron Superman: The Last
Escape y perdió un celular en la Canoa vikinga, todo en el mismo día en Six
Flags… Y ya no me pareció absurdo.
¿Y cómo es que Claire —quien, por cierto,
viste de blanco como homenaje al personaje de John Hammond— puede andar toda la
película corriendo en tacones? Aunque Howard sí realizó la mayoría de sus
escenas en tacones, para lo cual tomó un entrenamiento exhaustivo para
fortalecer sus tobillos.
Ahora, se supone que el I-Rex tiene ADN de
Velociraptor, ¿no? Y por eso cuando mandan a los raptors entrenados a cazarlo,
ellos se alían con él en vez de atacarlo… Si la otra mitad del I-Rex es ADN de
T-Rex ¿Por qué carajo la mandan a pelear contra él? ¿Nunca se les ocurrió que
igualmente podrían aliarse los dos?
Y finalmente, lo que siempre pienso de las
películas en las que buscan crear “armas biológicas” o “súper-soldados”:
Racismos aparte, ¿no es más barato seguir usando inmigrantes ilegales como
carne de cañón?
En la lista de los fallos yo pondría la
relación romántica de Claire y Owen, que se siente forzada y metida con
calzador para complacer al público que porque realmente aportara algo a la
historia —me gustó mucho más el beso frustrado de Lowery (Jake Johnson)—.
Del mismo modo, hay muchas líneas de la
psicología de los personajes que pudieron explotarse y se quedaron en meros
apuntes: Una escenita en la que Claire entendiera por fin que no puede tener el
control de todo hubiera sido muy agradecida, o alguna otra en la que
descubriera que en el fondo sí quiere tener hijos (como le pasó a Alan Grant en
la primera película)… o ¿qué pasó con la novia de Zach? Digo, nos mostró
durante 2 horas de película que le vale madres, pero como que le faltó llegar a
una conclusión.
El otro elemento que no me gustó tanto fue
la música. Esperaba nuevas versiones de los temas compuestos por Williams; pero
no fue el no tenerlos lo que me decepcionó. Fue el hecho de que el tema de los
velociraptors sea tan condenadamente parecido al tema principal de la película Fuerza siniestra (Hooper, 1985).
Y la verdad, sí se extrañaron los
dinosaurios animatrónicos. En esta cinta sólo se ven unos cuantos en pantalla:
Las cabezas de los velociraptors, el Apatosaurus
agonizante y el hocico del I-Rex. Al menos estos animatrónicos fueron
construidos por los discípulos de Stan Winston.
Finalmente, tengo que decir que sigue sin
convencerme la idea del Indominus Rex.
Digo, habiendo tantos dinosaurios tan interesantes y tantos nuevos
descubrimientos que nunca han aparecido en la saga de Jurassic Park, ¿por qué
tuvieron que inventar un dinosaurio nuevo?
En
conclusión, creo que se trata de una película decente. No me parece tan buena
como las primeras dos —y no es que la segunda sea buena en realidad—; pero
ciertamente no es tan mala como la tercera. Es entretenida, divertida y tiene
escenas emocionantes, particularmente si uno no se cuestiona la lógica de la
mayoría de ellas y, al igual que Mad Max:Furia en el camino (Miller, 2015); resulta una bocanada de aire fresco en
un mercado sobresaturado de películas de superhéroes... A lo cual creo que debe
otro gran porcentaje de su éxito.
Por cierto, ¿saben que sería bien pinche
interesante, gente de Universal Pictures? ¡Una película donde mostraran cómo
fue que InGen recuperó el control de Isla Nublar, en lugar de rociarla con
napalm como en la novela!
Según las opiniones que he leído en línea,
en general la película ha recibido buenas críticas por parte de los fans;
aunque la mayoría de ellos coinciden en que le falta algo, sin que puedan
precisar exactamente qué es. Después de mucho meditarlo, creo que descubrí qué
le hizo falta a Jurassic World cuando
la vi en el cine esta semana: Le hago falta yo a los ocho años.
PARA
LA TRIVIA: Ésta es la primera película de la saga que no comienza con
un ataque de dinosaurio y que no incluye ninguna escena bajo la lluvia.
Debieron usarlo para rastrear al I-Rex.
ResponderBorrarNo es que le haga falta nada, lo que pasa es que desde que se hizo la primera a la actualidad el CGI avanzó enoooormemente y gracias a esa técnica hemos visto ya de todo: Dragones, extraterrestres, naves espaciales, superhéroes, ciudades enteras, batallas en el espacio, robots gigantes y un laaaargo etcétera, lo que sin duda hace que ya ver a un dinosaurio en pantalla se antoje poco novedoso Que curioso que en la trama de la película a gente se aburre de los dinosaurios y deciden crear uno mutante con "mas dientes" para atraer a la gente y eso sea precisamente lo que sucede en la vida real con esta película: A todos nos aburrieron los dinosaurios desde hace mucho y ahora queremos ver algo "con más dientes"
ResponderBorrarA mí no me han aburrido los dinosaurios ¿Cómo podrían?
BorrarYo creo que no es necesario que los dinosaurios tengan más dientes o creen nuevas especies ficticias más agresivas, todo depende del tipo de obra que se presente.
ResponderBorrarSí, estoy de acuerdo. Hay tantas especies interesantes que no han aparecido en la pantalla y que sí existieron.
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