UNA NAVIDAD CON TIM BURTON
Había una vez... en una
década conocida como los sesenta, en un lejano reino conocido como Burbank,
California, un niño raro y antisocial, hijo de la dueña de una tienda de
regalos con temática de gatos, que pasaba los días recluido en su casa
dibujando y viendo películas de Vincent Price. Su talento fue reconocido por
una compañía local de recolección de basura, que seleccionó el póster diseñado
por el chico como ganador de un concurso. Luego de terminar la prepa, el
muchacho estudió en el California Institute of the Arts y, tras graduarse,
consiguió trabajo como animador para Disney.
Su talento, su extraña y pueril afición por
lo macabro y lo extravagante, su particular visión del mundo, y un montón de
buena suerte lo llevaron a sobresalir entre sus colegas y a forjarse una
carrera como director de cine por mérito propio, para convertirse en uno de los
cineastas más influyentes de los últimos treinta años.
No tengo reparo en decir que, hasta
principios de la década pasada, Tim Burton fue uno de mis directores favoritos.
Y si ha dirigido cintas insufribles como El planeta de los simios (2001) o Sombras
tenebrosas (2012), lo compensa con obras maestras como Ed Wood (1994), El gran pez
(2003) o Frankenweenie (2012).
Y no es secreto para nadie que uno de los
eventos más atesorados por el niño grande que era Tim Burton en su etapa de
autor era la Navidad, por lo que es parte fundamental de muchas de sus
películas. Por alguna extraña razón, sus cintas rara vez son incluidas dentro
de la programación navideña de las cadenas de televisión, lo que me parece una
lástima. Así que, como una especie de tributo, reivindicación o lo que sea que
un humilde servidor pueda hacer en favor de Tim Burton, aquí presento
comentarios sobre tres de sus películas que suceden en Navidad.
1.- El joven manos de tijera (Edward Scissorhands, 1990)
El cuarto largometraje de
Burton y el primero producido por 20th Century Fox es un cuento de hadas
contemporáneo inspirado en un dibujo que hiciera Burton cuando adolescente y que
definirá elementos clave en la propuesta del director. La estética es tan
sólida que hasta el logotipo de la Fox se ve influido por ella.
La cinta cuenta la historia de una
encantadora familia de la idílica, plástica y uniforme suburbia estadounidense
de color pastel cuya madre, la bonachona Peg (Dianne Wiest en un papel que yo
juraría que hizo Diane Keaton), es una vendedora de cosméticos de puerta en
puerta (OK, OK, específicamente de Avon) que está teniendo un mal día. Agotados
todos los recursos, Peg decide explorar una olvidada y tétrica mansión en los
límites del vecindario. Allí encontrará a Edward (Johnny Depp en el papel con
el que empezó a jugar en las “Ligas Mayores”), un peculiar y cándido hombre
artificial con tijeras en vez de manos, y lo llevará a vivir con ella. Edward
será la estrella del vecindario; pero poco a poco la frívola e hipócrita
suburbia mostrará su verdadera cara y el único consuelo de Edward será la joven
hija de Peg, Kim (Winona Ryder en su segunda colaboración con el director)...
si es que logran estar juntos.
La influencia de Frankenstein es más que clara en esta película; pero más clara aún
es la figura del Héroe Romántico Burtoniano (en adelante, HRB) que termina de
tomar forma en ella. El protagonista de las historias dirigidas por Burton será
un soñador y un idealista cuyos sueños lo han convertido en un marginado social
que difícilmente puede funcionar en el mundo real. La proyección del autor es
evidente.
En el caso particular de esta cinta, Edward
se convierte en un intruso en el mundo perfecto ‒filmado en locación en Tampa,
Florida‒ lleno de color y música de Tom Jones, en el que los vecinos se reúnen
en amenas parrilladas hawaianas en sus patios traseros. Edward parece encajar
muy bien; pero todo es una ilusión que pronto se resquebrajará gracias a los
chismes y las maledicencias. Así, la suburbia sacará lo peor de Edward, cuando
es forzado a encajar en el molde, obligado a pensar y a sentir como una persona
“normal” y a llevar la rutina clasemediera.
Está también muy presente la influencia de
otras cintas como El gabinete del Dr.
Caligari (Wiene, 1920), Las mujeres
perfectas (Forbes, 1975) o el ciclo de Edgar Allan Poe dirigido por Roger
Corman y protagonizado por el inmortal Vincent Price. Y como sentido tributo a
Price, Burton lo invitó a participar en esta película, que sería la última que
harían antes de morir, en el papel del inventor.
También me gusta el guiño a La novia de Frankenstein (Whale, 1935).
En la cinta de Whale, la ropa de la Creatura de Frankenstein se va deteriorando
con el tiempo. En esta película, la ropa de “civil” de Edward también se va
destruyendo conforme regresa al mundo en el que se encontraba recluido y hasta
las esculturas de jardín que creara empiezan a crecer sin control adquiriendo
un aspecto feral.
La película es encantadora, la música de
Danny Elfman insuperable, los efectos especiales bastante buenos y la
fotografía, excelente. Burton retoma la obsesión con las maquetas que le
conociéramos en Beetlejuice, el súper
fantasma (1988) y los efectos logrados con pintura mate lucen convincentes.
Mención aparte merece el mismo Edward,
cuyas manos fueron creadas por el Gurú de los Animatrónicos, Stan Winston. Para
Winston, crear al personaje representó todo un reto, pues sus diseños siempre
habían buscado ser realistas y funcioanles; pero en el caso de Edawrd, debía verse fantástico y estilizado. Un acertijo en sí mismas representaron las manos
de tijeras, que Winston resolvió así:
Normalmente, cuando
haces el movimiento de una tijera, lo haces de costado, con tu mano y los dos
primeros dedos paralelos al piso. Pero mientras más veía mis dedos, me di
cuenta de que para hacer que las hojas se movieran más libremente, tendrián que
hacer ese movimiento de tijeras apuntando hacia arriba, perpendicular al piso.
Ése era un movimiento mucho más natural para los dedos y sería un movimiento
mucho más orgánico para las cuchillas.[1]
Aunque en términos generales me parece una
buena película, nunca ha dejado de estar entre mis favoritas y la escena de Kim
bailando en la nieve está de antología, la cinta tiene sus fallos.
La narrativa es redundante y en más de una
ocasión se siente que la cinta, de dos horas de duración, podría ser más corta.
Además, la historia se siente fragmentada. La escena de la muerte del inventor
funciona mucho mejor como una escena aislada que como parte del todo además de
que, aunque es clara la intención de relacionarla con la escena que sucede en
el presente, siempre me ha parecido que entra tarde a la película.
Las actuaciones son un tanto disparejas.
En términos generales, la caracterización de todos los personajes es buena;
pero las interpretaciones no lo son siempre. Tanto Ryder como Depp dejan qué
desear en algunas escenas, mientras que en otras están increíbles. La breve
intervención de Price es memorable y Wiest está maravillosa.
Del mismo modo, la puesta en escena creo
que es poco afortunada y la gran mayoría de los stunts apenas si funcionan.
Prácticamente todas las escenas de acción tienen un aire de inverosimilitud que
es muy apropiado para ambientar la suburbia; pero no para secuencias en las que
debe parecer que los personajes se encuentran en peligro. También es
interesante que, apenas con cuatro películas, Burton ya comenzara a repetirse a
sí mismo y que la escena climática de la cinta suceda en lo alto de una torre
ruinosa, al igual que pasara en Batman (1989).
Finalmente, la aventura (o desventura) de
Edward en el mundo del consumismo, la burocracia y la doble moral resulta en
una fábula para toda la familia cuya moraleja la coloca atinadamente en el
repertorio navideño del Cinéfilo Incurable. En este cuento, la Navidad se
presenta como una época de ilusión e integración en la que los sueños podrían hacerse realidad.
2. Batman regresa (Batman
Returns, 1992)
Recuerdo muy bien el
enorme éxito de la primera adaptación fílmica del Hombre Murciélago. En gran
medida, puede entenderse como un antecedente del boom de películas de
superhéroes que vivimos actualmente. También recuerdo que fue muy criticado el
que la película prácticamente mandaba a la goma el tono camp de la serie de TV de los 60 que, si bien es repudiada por
muchos, fue el medio a través del cual Batman se convirtió en parte de la
cultura popular.
Así pues, esta segunda entrada en la saga
cinematográfica del Caballero Oscuro es, en mi opinión y con perdón del
videojuego Arkham City (Rocksteady,
2011), el intento mejor logrado de mezclar el tono oscuro y la atmósfera noir de los cómics originales de Batman
con el tono camp e infantiloide de la serie de TV. Y de ahí que uno de los
villanos de la cinta tenga un ejército de pingüinos equipados con lanzamisiles
a control remoto, esbirros disfrazados de payasosque salen de una caja de regalo gigante, un paraguas-ametralladora o
un vehículo con forma de patito de hule gigante. También, aunque es menos
notorio, la cinta tiene bastante influencia del serial cinematográfico Batman & Robin de 1949.
La temporada navideña lleva a Ciudad Gótica
(que era como le llamábamos en mis tiempos a Gotham City) y el ambicioso
empresario Max Shreck (una obvia referencia a Nosferatu, interpretado por
Christopher Walken) trata de manipular al alcalde para que apruebe la
construcción de una planta energética que le traerá enormes beneficios a su
empresa. Ante la negativa del alcalde, Shreck saca de las sombras a una leyenda
urbana: un fenómeno de circo psicótico conocido como el Pingüino (Danny DeVito
en el papel que nació para interpretar) quien, como líder de la banda criminal
del Circo del Triángulo Rojo aterroriza Gotham en una campaña de desprestigio
contra el alcalde. La secretaria de Shreck, la nerda y perdedora Selina Kyle
(Michelle Pfeiffer) descubre los planes de su patrón, por lo que éste la
asesina. Con lo que no contaba Shreck era con que Kyle sería inexplicablemente
(y de verdad quiero decir inexplicablemente) resucitada por gatos callejeros
para convertirse en la vengativa y letal Gatúbela (así le decíamos a Catwoman,
quien hasta Enchantress en Escuadrón suicida [Ayer, 2016], el único personaje auténticamente sobrenatural en el
universo fílmico de Batman). Ahora, sólo Batman podrá salvar a Gotham City de
este caos argumental.
Y sí, si leen la sinopsis anterior con un
ojo crítico, notarán que algo falta... ¡Acertaron! Sólo Burton con su habilidad
narrativa de niño de cuatro años sería capaz de dirigir una película de Batman
en la que sale sobrando Batman. Claro que también se necesita el genio del
Burton pre-Sleepy Hollow para hacerla
funcionar.
Como resultado de dicha narrtiva, el ritmo
de la cinta es frenético. Todo el tiempo están sucediendo cosas en la pantalla,
todo el tiempo está pasando algo y da la impresión, quizá bien fundada, de que
si uno despega la vista de la pantalla por un par de minutos se perderá de
algo. Aun así, el guión llega a ser flojo en algunas partes.
Los personajes son muy interesantes. Cómo
Burton toma a dos de los villanos más populares del Hombre Murciélago y los
transforma en su propia fauna es digno de mención. Además, hay un factor nuevo
que no había aparecido en la cinta anterior: el de la identificación. Batman se
siente identificado con sus enemigos, lo cual le hace más difícil vencerlos.
Por un lado, se identifica con Gatúbela en cuanto a que ambos necesitan usar
máscaras para llevar a cabo sus respectivas venganzas y con el Pingüino en
cuanto a que viene de una familia acaudalada y tuvo que crecer sin sus padres;
de hecho, me parece que en esta peli, Batman ve al Pingüino como un alter ego,
como el Batman que no fue.
Por no mencionar que los tres personajes
son inadaptados sociales que rayan en lo psicopático. Más aún que en la cinta
anterior, Bruce Wayne es presentado como una persona disfuncional en sociedad,
por no mencionar que es completamente incompetente en una relación romántica.
El Pingüino es una criatura deforme, cruel y salaz cuya lascivia lo vuelve
fácilmente manipulable, y Selina Kyle es una mujer subyugada que vive con miedo
de alzar la voz más allá de un susurro.
En esta ocasión, las caracterizaciones
mandan a la goma el realismo ‒sólo hay que ver la peluca y las cejas
“encanecidas” de Walken‒ y son completamente expresionistas. Llama sobre todo
la atención el maquillaje del Pingüino, cuyo diseño es una referencia clara al
Dr. Caligari. Este maquillaje fue creación del Stan Winston Studio, quienes
también crearon botargas animatrónicas de pingüinos para ser utilizadas al lado
de aves reales en varias secuencias de la película… los pingüinos piloto son
reales, los pingüinos emperador, actores disfrazados.
Aunque siempre me pregunté ¿Por qué hay
animales en el zoológico abandonado?
El zoológico, así como otras tantas
locaciones de Gotham City fueron creados gracias a la magia de las maquetas, a
la que tan afecto era Burton. Y aunque algunas tomas de establecimiento sí se
ven muy de estudio, en general Gotham City luce bien y con la Gotham Plaza, que
es una referencia obvia al Centro Rockefeller de Nueva York, se ve aún más
metropolitana. Mucho debate ha habido en torno a cuál película es más oscura,
si ésta o la primera. Personalmente, creo que la primera es más oscura en
cuanto a la temática; mientras que en esta segunda parte la estética es más
oscura. Esta propuesta estética sería retomada por la serie de TV Batman, la serie animada (1992-1995) y
sería conocida cariñosamente como Dark Decó.
Batman
regresa es una gran película y durante mucho tiempo fue considerado el
epítome de las películas de superhéroes... aunque en realidad es bastante
trágica y se toma bastantes licencias con los personajes y la historia, y entre
ella y la primera no creo que pueda escoger una favorita. Es mucho mejor si uno
obvia huecos argumentales como la ya mencionada resurrección de Selina Kyle, la
pistola que aparece mágicamente en el fondo del estanque de los pingüinos, que
la sangre del Pingüino es verde, o que la banda del Circo del Triángulo Rojo
posea los conocimientos y las herramientas para armar y desarmar el
Batimovil... y si uno ignora que en la escena en la que visita el cementerio,
el Pingüino patea una lápida y ésta se tambalea porque seguramente la hicieron
de espuma de poliuretano.
Pero es que también hay escenas memorables
como el baile de máscaras ‒porque no puede ser una película de Batman si no hay
una escena de una fiesta, ¿cierto?‒ en la que ocurre la anagnórisis de Kyle y
Wayne al ritmo del tema musical Face To
Face, de Siouxie and the Banshees, o aquélla en la que Gatúbela se come un
canario ‒por cierto Pfeiffer, por pura improvisación, sí se metió un ave en la
boca durante la filmación de la escena‒, o frases memorables como “El muérdago
puede ser mortal si los comes. / Un beso puede ser más mortal si viene del
corazón.” O el Pingüino gritando enloquecido “¡No soy un ser humano! ¡Soy un
animal!” en una parodia de El hombre
elefante (Lynch, 1980).
En esta cinta, la Navidad aparece como la
materialización del espíritu consumista y el ansia de poder.
3. El extraño mundo de Jack (The Nightmare Before Christmas, Henry Selick, 1993)
Aunque como tal Tim
Burton no dirigió esta cinta, escribió el poema original en el cual se basa,
levantó todo el proyecto y lo mantuvo bajo su estricta supervisión desde el año
1990. No pudo dirigirla por su apretada agenda. Originalmente, la narración del
principio la haría Vincent Price, pero el actor falleció antes de poder grabar
la pista, por lo que la tarea recayó en Patrick Stewart.
Ya habíamos dicho que a Tim Burton le
gustaban las maquetas y vaya si lo demostró en esta cinta. La tarea de crear el
primer largometraje completamente animado con la técnica de Stop-Motion ‒en
realidad hay un par de tomas en Live-Action‒ fue una labor titánica sin
precedentes que requirió del trabajo de 100 artistas durante 3 años y que
inspiraría a muchos cineastas de nuestros días... y, por si esto fuera poco,
además es una película musical con canciones originales escritas por Danny
Elfman.
La extraña película nos cuenta que existen
diferentes reinos para las diferentes festividades del año. Un Reino para
Pascua, uno para el Día de Acción de Gracias, etc. Luego de la magna
celebración de Noche de Brujas, Jack Skellington (voz de Chris Sarandon cuando
habla y de Danny Elfman cuando canta), el rey de Halloweentown, se siente harto
y aburrido y, vagando por las afueras del reino, conoce la Tierra de Navidad.
Jack queda maravillado con lo que ve y regresa a Halloweentown con la idea de
celebrar la Navidad. Para tal fin, Skellington pondrá a trabajar a los
habitantes del pueblo en no intencionalmente macabras versiones de regalos de Navidad,
secuestrará a Santa Claus (voz de Ed Ivory) ‒cuyo nombre a él le suena a San
Atroz‒ y usurpar su lugar. Por supuesto, las exóticas ideas de Jack no podrán
terminar en nada bueno.
Recuerdo haber dicho alguna vez que Donnie Darko (Kelly, 2001) era LA
película de culto. Aún lo creo, pero me parece que sí se echa un tète a tète con El extraño mundo de Jack. Hasta donde yo recuerdo, si bien no fue
un fracaso, esta película no tuvo éxito en taquilla, con todo y que en EE.UU.
estuvo en exhibición durante prácticamente dos meses ‒dese Halloween hasta
Navidad‒ y en nuestro país ni siquiera se proyectó en cines fuera de algunas
salas de arte regadas por ahí. La película sí se distribuyó en video y recuerdo
que en mi videoclub local primero la habían catalogado en la sección de Terror,
luego la movieron a Infantiles y finalmente la ubicaron en Familiares. Si eso
no es un ejemplo de una película a la que le cuesta trabajo encontrar su
público, no sé qué lo haga.
También, según recuerdo, esta película se
hizo famosa hasta que salió el DVD conmemorativo del décimo aniversario, así
como un montón de merchandising.
El protagonista de esta peli es un HRB que,
como todos los que aparecen en esta lista, trata de hacer a los demás un bien
que no son capaces de entender. Es así que termina convirtiéndose en un paria
en una macabra parodia de Cómo el Grinch
robó la Navidad (Jones y Washam, 1966). Ése es otro punto interesante: a
pesar de que la cinta está más orientada hacia los niños, no por eso deja de
ser oscura.
Nuevamente, la deficiente narrativa de
Burton termina convirtiéndose en un recurso estilístico de la cinta. La
subtrama del romance entre Sally (voz de Catherine O’Hara, a quien seguro
recuerdan como la mamá de Kevin McCallister en Mi pobre angelito [Columbus, 1990]) y Jack se siente fuera de lugar
y algo gratuita, y el villano de la cinta, Oogie Boogie (voz de Ken Page) se
siente forzado y su aparición es tardía. De hecho, la secuencia en la que Jack
rescata a Santa Claus y a Sally de las garras de Oogie Boogie ‒¿Oogie Boogie es
el Viejo del costal?‒ se siente añadida... y ahora que lo pienso... ni siquiera
explican cómo se salvan de la máquina en la que están amarrados, sólo de
repente son libres y ya. En realidad, la película termina cuando Jack es
derribado en el cementerio y, francamente, lo que pasa después aporta poco.
Casi parece que sintieron o que la película era demasiado corta, o que de
verdad tenía que haber un villano. Sea como fuere, Oogie Boogie es un gran
personaje, lástima que esté de “sobrino”.
Al igual que en Batman regresa, en esta película suceden muchísimas cosas. La
diferencia es que Batman regresa dura
dos horas y esta película, 76 minutos.
Del mismo modo que otras cintas de Burton,
ésta está plagada de referencias cinéfilas que se dan vuelo con los habitantes
de Halloweentown. Además de los vampiros, hombres-lobo, momias y otros monstruos,
también hay un monstruo de la Laguna negra, un hombre derretible, una estatua
de El grito y… ¿Ese cíclope es una
referencia a Santo y Blue Demon contra
los monstruos (Martínez Solares, 1970)?
El
extraño mundo de Jack es una película entrañable que en algunas regiones se
ha convertido en un clásico de Navidad del calibre de Cómo el Grinch robó la Navidad o Una Navidad con Mickey (Mattinson, 1983), en la que el autor nos
invita a ser niños de nuevo y re-descubrir esta festividad, no por aquello que
simboliza; sino por lo que provoca. Nos comparte esa infantil capacidad de
asombro que quizá ya hemos olvidado de la mano de personajes memorables ‒¿Quién
no ama a Lock (Paul Reubens), Shock (Catherine O’Hara) y Barrel (Danny Elfman),
los niños de Oogie Boogie?‒ y con pegajosas canciones.
Hablando de pegajosas canciones, no dejen
de echarle un ojo a Nightamre Revisited,
un disco publicado en 2008 por Walt Disney Records con motivo del 15
aniversario de la cinta y que incluye covers de los temas de la película
interpretados por artistas como Korn, Marilyn Manson, los Plain White T’s o
Rise Against.
[1]
WINSTON, Stan, citado en Duncan, Jody, The Winston Effect: The Art and History
of the Stan Winston Studio, Titan Books, Londres, 2006. P.121. La traducción es
mía.
A mi de verdad me gustaría hacer una visita sin guía a la mente de Tim Burton, debe de ser fascinante vivir con tantas ideas y no encontrar la forma de expresarlas Sólo su mujer parece comprenderlo Para mi gusto sus mejores películas han sido "A Nightmare..." y "El cadaver de la novia" películas completas y solidas desde sus estética hasta su argumento, me parecen unas verdaderas joyas en su cinematografía difíciles de replicar Recuerdo que cuando se estrenó "Batman Regresa" tuvo muchas expectativas y fue duramente criticada por presentar a un batman más "humano" y menos superheróico como lo reclamaban los fans aunque yo en lo personal encontré más crítica social en esa película que en la primera: Batman en si no sabe si los verdaderos villanos son los que se disfrazan como él mismo o si en realidad son victimas de una sociedad que los rechaza y margina hasta volverlos invisibles solo por ser diferentes o "freaks" y que sólo despiertan el morbo de la gente que busca aprovecharse de ellos como si de una atracción de circo se tratase o si en realidad el verdadero enemigo es la sociedad doble moralista que ve en sus millonarios empresarios a sus héroes a los cuales debe de admirar aunque sean los que en verdad les hacen daño y rechazar a los justicieros que hacen el bien con cuestionables métodos Por cierto, no te asombres de que en un zoológico abandonado haya animales, aquí en el DF hasta hace pocos meses en el centro de atracción atlantis en chapultepec aun había focas y delfines casi en total abandono y muertos de hambre, no es tan inverosímil En cuanto al joven manos de tijera lo que más me asombró fue la actuación de Deep, aunque a momentos si es mala pero ahi todavia puedes ver a un actor ilusionado y enamorado de su trabajo, que todavía le echa ganas, no como el de ahora que no sale de su Jack Sparrow, la que si es medio odiosita es la Ryder, ahí ya se empieza a notar su decadencia Por ultimo cabe decir que la ultima que hizo (la de miss peregrine" si fue una agradable sorpresa si estuvo buena la verdad
ResponderBorrarA mí "El cadáver de la novia" no me encantó, no estoy muy seguro de por qué. Siempre llego a la conclusión de que en "Batman regresa" el verdadero (y quizá el único) villano es Max Shreck. ¡Viva la ley contra los espectáculos con animales! Sí, prefiero a este Depp completamente. Creo que la decadencia de Ryder empezó con "Alien: la resurrección". Para la fecha en quehizo "Edward Scissorhands" como que todavía no alcanzaba su máximo, me parece que eso fue en "Reality Bites". Y sí, Depp se acabó con Jack Sparrow, ya hasta flojera da verlo.
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