LOS PEORES JUGUETES BASADOS EN PELÍCULAS
Leí alguna vez en un artículo que
las figuras de acción son la quintaescencia del kitsch: No tienen ningún valor
inherente, son simplemente pedazos de plástico corriente que compramos a
precios excesivos porque se parecen a algo o a alguien y parece que hacen algo.
Esto es particularmente cierto en el caso de las figuras malas.
En mi artículo anterior hablé muy
extensamente sobre las líneas de figuras de acción basadas en películas que
fueron un éxito rotundo, ya fuera por su jugabilidad, su nivel de detalle, sus
acciones especiales ingeniosas o todas las anteriores.
Pero ¿qué pasa cuando los elementos
opuestos se conjugan? ¿Qué pasa cuando las casas productoras ven en las figuras
de acción alusivas a las películas un instrumento de explotación en vez de una
oportunidad de expansión mercantil? Malas esculturas, bajo nivel de detalle,
mala calidad en los materiales y acciones de juego pobres —o francamente
idiotas— han llevado a muchas de estas colecciones al fracaso.
Es divertido, aunque poco sorprendente, que
muchas de estas series de juguetes fallidas estén basadas en películas que
fueron fracasos de taquilla y es que, al final, los fallos tanto de los muñecos
como de las películas se pueden resumir en las mismas dos palabras: Malas
ideas.
La prueba de que estos juguetes fueron un
fracaso es que, en muchos casos, aunque tienen veinte años o más de haber
salido al mercado es más o menos fácil conseguirlos actualmente en excelentes
condiciones e incluso dentro de sus empaques originales. ¿Por qué? Pues porque
no se vendieron y nadie jugó con ellos, nadie les raspó la pintura o les perdió
los accesorios, que era lo que pasaba con los muñecos que uno más usaba.
Un caso más triste es el encontrar estas
figuras en excelentes condiciones, dentro de sus empaques, los cuales están
impecables, lustrosos y sin dobleces o abolladuras, y con sendas etiquetas de
descuento encima... O sea que ni así se vendieron.
1.- Congo (Kenner, 1995)
Gracias al éxito rotundo de Parque Jurásico (Spielberg, 1993) y a su
influencia, la segunda mitad de los noventa estuvo plagada de melodramas de
acción ambientados en la selva, muchos de ellos con elementos de fantasía o
ciencia ficción. Como la secuela de Parque
Jurásico nomás no salía, la productora de la cinta Kathleen Kennedy compró
los derechos de una novela olvidada de Michael Chricton de finales de los
setenta titulada Congo y trató de
emular el éxito de su película de dinosaurios. El resultado fue uno de los más
estrepitosos fracasos taquilleros de la época.
Mucho del merchandising que se había
planeado para promocionar la cinta fue cancelado, incluida la adaptación a
videojuego de SuperNintendo por la compañía Ocean. Asimismo, la serie de
figuras de acción producida por Kenner dejó aún más que desear que la película
misma.
La gran mayoría de las figuras de esta
colección reciclaban piezas de figuras de otras series anteriores de Kenner,
principalmente Aliens y Jurassic Park. Así pues, Peter Elliott tenía el cuerpo de Robert Muldoon, Karen Ross el de Ellen Ripley (e incluso al “lanzallamas
de Ripley” le cambiaron los colores y algunas piezas y lo convirtieron en cañón
láser) y Kahega el de Skinner. La que de plano sí era una burla era la figura
de Monroe; personaje que en la película era interpretado por Ernie Hudson,
quien también dio vida a Winston Zedmore en Loscazafantasmas (Reitman, 1984)¡Por lo que la gente de Kenner le puso la
cabeza de uno de los muñecos de Winston a un cuerpo nuevo con las piernas del
sargento “T.Rex” Turner de los Dino Trackers!
Entonces uno piensa: “Bueno, eso eran los
figuras de los humanos, seguro los gorilas están padres” ¡Pues no! Los gorilas
son todavía peores porque no traen accesorios, no tienen ninguna acción
especial y tanto su escultura como su pintura es espantosa... Es más, para
acabar pronto, los gorilas ni siquiera tienen articulaciones en el cuello ni en
las piernas.
Probablemente al ser conscientes de las
limitaciones de las figuras de los gorilas, la gente de Kenner decidió ponerles
una “útil” articulación en la cintura, y ojos y colmillos fluorescentes. A lo
que sólo puedo decir No-me-chingues ¿Por qué? ¿Quiénes carajos se supone que
son? ¿El sabueso de los Baskerville?
La serie además incluyó dos vehículos. En
la película los personajes usan un avión, un globo aerostático y balsas
inflables así que, por supuesto, los vehículos de las figuras de acción son...
Un jeep y una cuatrimoto. Pero esperen un momento, el jeep llamado Net Trap y
la cuatrimoto llamada Trail Hacker no son más que versiones repintadas del
Capture Cruiser y el Jungle Runner (respectivamente) de la serie 2 de JurassicPark, sólo les cambiaron los colores y las calcomanías.
Ya en serio, he sabido de gente que compra
estos vehículos para completar su colección de Jurassic Park, pues es mucho más fácil conseguirlos en buenas
condiciones e, incluso, dentro de su caja original.
Honor a quien honor merece, en este
desastre de línea de figuras de acción hay dos rescatables. No buenas, sólo
rescatables: la gorila Amy, que no está bien hecha y padece de la falta de
articulaciones de sus demás congéneres, pero se ve graciosa con su mochilita, y
el gorila Bonecrusher (una de las dos figuras de lujo de la serie) que, a pesar
de también carecer de articulaciones, por lo menos tenía una acción especial en
la que, al apretar el botón en su espalda, abría los brazos y las fauces y
levantaba el ceño como si estuviera rugiendo... ¿Por qué los demás gorilas no
pudieron ser así?
“Transformers, más que un robot”
anunciaba el jingle de los comerciales televisivos de los ochenta, cuando los
japoneses seguían golpeando duro al mercado estadounidense; esta vez en la
forma de ingeniosos juguetes que eran vehículos (u otros objetos cotidianos) y
que se transformaban en robots. Para vender estos juguetes, se produjo una
serie de anime que narraba las batallas entre los dos bandos de estos robots:
Los Autobots (los buenos) y los Decepticons (los malos), inaugurando así,
además, la moda de las series de dibujos animados que sólo eran comerciales de
juguetes y que se convertirían en todo un fenómeno en aquellos tiempos en que
Alf era la neta y Eddie Murphy, gracioso.
En 2007, esta serie fue adaptada a la
pantalla grande en una película de alto presupuesto dirigida por Michael
Bay que lanzó a la fama a Megan Fox y a
Shia LaBeouf —me pregunto dónde estarán ahora—. Muy aparte de la calidad de la
película, ésta inauguró una de las franquicias más exitosas de los últimos
tiempos que ya va e su cuarta entrega.
Ahora bien, en una especia de ouroboros del
entretenimiento, Hasbro lanzó infinidad de juguetes basados en la película
basada en los juguetes. La avalancha de
Transformers sacaba a la venta hasta tres series diferentes al año. Hasta que
por fin sucedió.
Insatisfechos con la apariencia de los
Transformers tradicionales que no se veían tan elaborados como los que
aparecían en pantalla, Hasbro encontró una solución ideal: Hacer Transformes
que lucieran hasta el más mínimo detalle como los de la película... aunque no
se transformaran.
¡Así es, niños! ¡La nueva serie de figuras
de Transformers no se transforma! Debo concederles, eso sí, que estaban súper
articuladas y que contaban con piezas intercambiables; pero… ¿Que no el chiste
de los Transformers es que SE TRANSFORMAN? Son como los LEGO basados en
películas... ¿Que no el chiste de los LEGO es que con ellos se puede construir
cualquier cosa?
En fin, los muñecos no son feos, tienen
acciones especiales y armas interesantes… Pero no se transforman.
La adaptación fílmica de Los
Picapiedra producida por Steven Spielberg ha generado, desde su estreno,
opiniones encontradas. Hay quienes la consideraron un logro en términos de
diseño de producción, hay a quienes les parece chafona y hay gente que la odia
por comparación con los dibujos animados. Personalmente debo decir que la
película me parece potable y que su mayor fuerte está en el casting —¿Quién más
podía ser Pedro Picapiedra sino John Goodman?—… aunque ya siendo objetivos sí
es malita.
Ahora bien, las figuras de acción basadas
en esta película son por completo otro cantar. Diré en corto que probablemente
son las figuras de acción más horrorosas jamás creadas, pero quizá las palabras
no sean suficiente para describirlas. ¿En qué estaba pensando Mattel? De
verdad…
El problema de estos muñecos viene desde su
diseño, que es una cosa híbrida. Sí, se parecen a los actores que interpretan a
los personajes en pantalla (John Goodman, Elizabeth Perkins, Rosie O’Donnell,
Rick Moranis y Kyle McLachlan), pero en una versión caricaturizada con cabezas
exageradamente grandes, miembros cortos y pechos de barril que en general les
dan una apariencia bastante repulsiva.
De hecho, si las figuras se parecieran a
los actores y su físico estuviera proporcionado, no habría problema. Es más, la
escultura está bien hecha y el nivel de detalle y pintura es bueno; pero el
diseño es espantoso. Además, las articulaciones son pobres e incluso hay
figuras que no están articuladas, como Bamm-Bamm y Pebbles (quien gracias al
diseño de la figura se parece más bien al bebé del Gigante Comerrocas).
De verdad, creo que hubo papás que amenazaban
así a sus hijos: “Si no pasas la materia te voy a regalar un muñeco de Los
Picapiedra.” Actualmente es muy fácil conseguir estos muñecos en excelentes
condiciones y dentro de sus empaque originales, incluso la colección completa
se vende como lote a precios más o menos razonables —Bueno, más de cien pesos
por toda la colección ya parece irracional, pero qué le va uno a hacer— y si no, en los mercados de pulgas suelen
aparecer con inusitada frecuencia para permanecer adornando los puestos durante
años.
¿Y recuerdan que en los dibujos animados de
Los Picapiedra había animales prehistóricos que decían frases irónicas sobre lo
dura que es la vida y cosas así? ¿Y recuerdan que en la película recrearon a
dichos animales gracias a los efectos especiales por computadora y los
animatrónicos? ¿Y no sería obvio que en los juguetes de Los Picapiedra hubiera
dinosaurios, particularmente después de la fiebre por Jurassic Park? Pues no, por alguna extraña razón la gente de Mattel
consideró que no era necesario que la línea de juguetes de Los Picapiedra
incluyera dinosaurios, excepto por la figura de Dino y algunos accesorios de
las otras figuras.
WTF???
LJN es uno de esos nombres
malditos en el medio. Fundada en 1970, fue una de las primeras compañías
jugueteras que se aventuró a producir videojuegos en el continente americano.
Sin embargo, la mala calidad de los mismos la llevó a su inevitable quiebra en
1995. Y prácticamente todo lo que produjo era bastante malo, a excepción del
videojuego de Alien 3 para
SuperNintendo (que sólo distribuyeron, no lo programaron), algunas figuras de
acción de los Thundercats y, honor a quien honor merece, la serie de figuras de
acción basadas en el anime Voltron que sí estaban padres.
En
este caso, Dune (Lynch, 1984,
conocida en nuestro país como Dunas),
la adaptación fílmica de la novela de Ciencia Ficción de Frank Herbert, fue uno
de los más terribles fracasos taquilleros de la década —siempre que la veo me
pregunto si los realizadores y yo leímos el mismo libro—, y la línea de figuras
de acción alusivas, fabricadas por LJN es también una de las peores no sólo de
la década, sino de la historia.
Debo concederles, eso sí, que para su época
eran figuras muy articuladas, pues incluían articulaciones “de bolita” en los
hombros y “de pivote” en los muslos, y algunas figuras tenían articulación en
la cintura y articulaciones de bisagra en los codos. Además, la verdad es que
los muñecos más o menos se parecían a los actores y los accesorios trataban de
reproducir la utilería de la película (Feyd Rautha incluso venía con su jaula y
su gato).
Donde falla esta colección es en la pésima
calidad de la escultura. Creerán que tengo alguna especie de fijación
renacentista con las proporciones humanas, pero es que de verdad estos muñecos
se ven mal. Entiendo (o más bien, recuerdo) que en aquella época la tecnología
no estaba tan avanzada como para construir los mecanismos diminutos que tenemos
hoy día, por lo que las acciones especiales de estos muñecos influían en su
apariencia. Las figuras de Feyd Rautha y Paul Atreides (interpretado por Kyle
McLachlan… pobre hombre, tiene dos figuras de acción horrendas con su imagen... o lo que parece ser su imagen) daban
una “cuchillada” al presionar un botón en sus costados; sin embargo, el
mecanismo que hacía posible esta acción era tan grande que los muñecos tenían
torsos como de jugador de hockey.
Y sí, la tecnología no era tan avanzada,
pero para esos años ya habían aparecido las figuras de He-Man y los Amos del
Universo o las de Los verdaderos Cazafantasmas, y la diferencia salta a la
vista.
Además de las figuras básicas, esta serie
incluyó tres vehículos… que eran espantosos los tres, pero si uno se fija en el
diseño de los vehículos que aparecen en la película se dará cuenta de que había
poco material con el cual trabajar. También se produjo una “figura secreta”
cuya identidad no se revelaba en las fotos de la colección que aparecían en
catálogos y empaques, pero que resultó ser un gusano de arena de 14 pulgadas de
largo fabricado en hule flexible, pobremente esculpido y aún peor pintado que
no le hacía ninguna justicia al Shai Hulud.
Según los catálogos, la serie incluiría
además las figuras de Jessica Atreides y Gurney Halleck, y el vehículo tóptero
de los Harkonnen; pero fueron cancelados. Empero, se sabe que se produjeron
prototipos de las dos figuras (del vehículo Harkonnen, no) que actualmente se
encuentran en manos de coleccionistas particulares.
A diferencia de la mayoría de las figuras
de estas lista, las de Dune sí son muy apreciadas por los coleccionistas y, de
hecho, no es difícil encontrar colecciones completas en buenas condiciones en
subastas por Internet por precios razonables.
Sin duda, una de las películas
más polémicas de la década... en discusiones recientes; en su momento fue
incomprendida y significó el fracaso taquillero que marcaría el inicio del fin
para la carrera del cineasta holandés Paul Verhoeven (RoboCop, el defensor del futuro, 1987). A pesar de ello, tuvo un
merchandising más o menos variado que incluyó cómics, un videojuego bastante
decente para PC y la línea de figuras de acción producida por Galoob.
Galoob fue una de las grandes compañías
jugueteras de los 80 y 90 (a finales de esta década se fusionó con Kenner y fue
absorbida por Hasbro Toy Group), creadora de los muy populares Micro Machines.
Si bien esta compañía produjo muchas otras series de figuras de acción tanto
originales como los Moto-Ratones de Marte (eran una de tantas copias chafonas
de las Tortugas ninja, pero tenían sus momentos), como de licencias como los de
Los magníficos (The A-Team); realmente nunca fueron sobresalientes. Lo suyo
eran las miniaturas.
Y vaya si lo demostraron con las figuras de
acción de Starship Troopers (conocida
en México como Invasión). Para
empezar, como bien lo demostró Kenner con su primer alien, no es buena idea
lanzar productos para niños basados en películas con clasificación para adultos...
De hecho, por eso fue que Kenner canceló
su serie de Depredador (McTiernan) en
1987.
Ahora bien, la línea de miniaturas de esta
cinta es bastante buena —para quienes les gusten, yo siempre he preferido las
figuras de acción—, y tiene una gran variedad de figuras y naves... de humanos
no mucho, ésos a nadie le importan; pero sacaron a los principales monstruos de
la película que tienen una escultura no muy detallada pero decente y pintura
interesante. Mis favoritos serían el Plasma Bug y el Hopper Bug… Aunque ninguno
está a escala.
Pero si la colección de miniaturas era más
o menos buena, la de figuras de acción de 5” era un completo fiasco. Seis
figuras humanas, tres de ellas con el mismo cuerpo pero diferentes colores, y
una figura electrónica de un guerrero arácnido son toda la serie. Es decir,
está bien, el Hopper Bug de lujo que salió en la serie de miniaturas se puede
usar con ésta; pero no mamen.
Los humanos están muy pobremente
articulados y, aunque sí tienen accesorios individualizados con acciones
especiales, la mayoría de sus armas son genéricas. Éstas, por cierto, parecen
una versión aplastada de las armas que aparecen en la película. Como mencioné,
también los cuerpos de los muñecos son genéricos; pero para que uno no se
sintiera estafado porque le vendieron la misma figura tres veces, la gente de
Galoob tuvo la amabilidad de pintarlos con horrendos colores fosforecentes.
Además, la variedad en los personajes es
poca. No sé por qué prefirieron hacer dos figuras de Ace Levy y dos de Johnny
Rico, cuando bien pudieron incluir otros personajes interesantes de la cinta
como Dizzy Flores o Jean Rasczack (¡El tipo tenía un brazo biónico y cara de
rompemadres, por favor!). ¿O qué tal si hubieran hecho más condenadas figuras
de arácnidos?
De cualquier modo, eso no importa, porque
la escultura de todas las figuras es inmunda. No sé en qué estaban pensando,
sólo recuerdo que a la figura de Johnny Rico (Mega Marauder) parece que le va a
explotar la cabeza dentro del casco y la figura de Carmencita Ibañez (BugThrasher) no tiene articulación en el cuello, porque esculpieron su torso y su
cabellera como una sola pieza.
La única figura que más o menos se salva es
la del guerrero arácnido (“Warrior Bug”… si esta raza extraterrestre se llama
Araknid desde la novela, ¿por qué en los juguetes se empeñaron en denominar a
todos sus miembros sólo como “Bug”?). Sin embargo, es tan pobre en detalles y articulaciones
que francamente desmerece. Quiero decir, uno pensaría que en una figura “de
lujo” de 22cm de alto por 25cm de envergadura, particularmente una que
representa a un insecto, estaría llena de articulaciones y detalles, pero no.
Cada una de las patas de esta bestia es una sola pieza (pudieron poner por lo
menos dos) y la articulación de su mandíbula apenas si se mueve, ya no digamos
que logra aprisionar a las figuras humanas... De hecho, parece que la única
función de esta articulación es activar un sonido electrónico de crujido.
¿Recuerdan la escena con la que empieza la película, el ataque nocturno al
planeta Klendathu, esa batalla mal planeada en la que miles de soldados son
despedazados en pantalla? Bueno, pues este arácnido parece bastante incapaz de
hacer algo así. Mi hermano siempre dijo que le recordaba una cazuela de paella
(?).
Esta película es una de mis favoritas de
toda la vida, por eso me sentí profundamente herido cuando vi en el anaquel
estas figuras de acción tan piñatas. Y eso que, quizá afortunadamente, ni
siquiera se comercializaron de manera oficial en México.
LA QUE NUNCA FUE: CONAN, EL
BÁRBARO (Milius, 1982). En 1981 la compañía juguetera Mattel se acercó a
Universal Pictures para comprar la licencia de su película Conan, el bárbaro, que en aquel entonces se encontraba en proceso
de preproducción. La película sufrió varios retrasos para empezar su filmación,
por lo que Mattel tuvo que pausar el proyecto de las figuras de acción por
falta de materiales de referencia.
Sin embargo, faltando un par de meses para
su estreno, la película recibió la temida clasificación R (para mayores de 18
años), lo que afectó el ya de por sí retrasado proyecto de la serie de figuras
de acción basadas en ella. Mattel decidió no caer en el mismo error que Kenner
con su alien de 18” y renunció a la licencia de la película. Sin embargo, el
gasto ya se había hecho y la compañía californiana ya había producido el
prototipo de la figura de Conan, a la que le habían incluido un novedoso (y
poderoso) mecanismo de espadazo.
Para no dar por perdido el dinero que ya
habían invertido y explotar la patente del mecanismo de espadazo, Mattel
decidió crear una línea de figuras de acción en la que todos los personajes
tuvieran el cuerpo de Conan, sólo cambiarían las cabezas, los accesorios y los
colores. Para asegurarse de que la serie se vendiera, los accesorios de las
figuras se complementaban unos a otros y cada una incluía un cómic narrando sus
aventuras... El cual, obviamente, siempre quedaba inconcluso, por lo que había
que coleccionarlos todos para conocer la historia completa.
En cuanto a Conan, simplemente le cambiaron
los accesorios y el color del cabello de moreno a rubio. Y así fue como nació He-Man y los Amos del Universo que ha
sido, probablemente después de Barbie, la línea de juguetes más exitosa en la
historia de Mattel.
Pasé un buen rato decidiendo qué
figuras de acción formarían parte de esta lista, francamente, hacer la lista de
las mejores figuras fue mucho más fácil. Así que, en este conteo de las más
lamentables adaptaciones de la pantalla grande al PVC barato hay importantes
omisiones. A ella deben agregarse la infame línea de figuras de acción de lapelícula de Super Mario Bros. (Jankel
y Morton, 1993)… Bueno, creo que todo lo relacionado con esa peli es infame;
las figuras de Furia de Titanes (Davis,
1981) fabricadas en 1981 por Mattel y esculpidas por la misma gente que hizo
las de Star Wars (Lucas, 1977),
fueron un fiasco aún peor que la película misma… Y me sigue pareciendo
increíble que Pegaso no tuviera ni una sola articulación y que no se les
ocurriera fabricar una figura de Medusa; las decepcionantes figuras de Stargate (Emmerich, 1994) de Hasbro que no
son malas malas, pero daban para mucho más.
FUENTES (De la primera y segunda partes)
BELLOMO, Mark, Warman’s Action Figures Field Guide,
Krause Publications, EUA, 2006.
Xenopedia (avp.wikia.com)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario