DEL CREPÚSCULO AL AMANECER
From Dusk Till Dawn
Robert Rodriguez, 1996
Por alguna extraña
razón, el género de vampiros y el western se mezclan bien. Quizá en cine no se
ha explotado tanto como podría, pues en este momento sólo me viene a la mente
la excelente, aunque olvidada, Cuando cae
la oscuridad (Bigelow, 1987) y la terrible BloodRayne 2: Deliverance (Boll, 2007) ‒y con todo, es superior a
la primera parte‒. Quizá en el terreno de los comics, la mezcla ha sido más
afortunada con la serie de Vertigo, American
Vampire. Sea como fuere, si hay un ejemplo de este crossover en el cine,
que además funciona bastante bien, es Del
crepúsculo al amanecer.
La película cuenta la historia de dos
asaltabancos, los hermanos Gecko. Por un lado, está el frío Seth (George
Clooney) y, por el otro, su hermano menor, el psicópata violador Richie
(Quentin Tarantino). Luego de su último golpe, los Gecko huyen por las
carreteras de Texas sembrando el pánico. Al llegar a un motel, los hermanos
toman como rehenes a Jacob Fuller (Harvey Keitel), un pastor viudo que ha
perdido la fe, y sus dos hijos adolescentes: Kate (Juliette Lewis) y Scott
(Ernest Liu). El plan de los criminales es escapar a México con sus rehenes
para encontrarse con un conecte; pero, apenas cruzan la frontera, paran en un
bar de camioneros conocido como el Titty Twister. El bar es el más alocado que
cualquiera haya visto; pero, además, esconde un terrible secreto en su
interior, pues es el sitio de reunión de un clan de vampiros sedientos de
sangre.
Así es. Sólo el texano Robert Rodriguez podría
dirigir una cinta tan alocada... bueno, él o Mario Almada; pero Rodríguez tenía
el dinero suficiente para que se viera más o menos bien. Habiendo crecido
precisamente en la frontera, el imaginario de Rodríguez es uno en el que las
películas de El Santo y las de Chabelo y Pepito conviven perfectamente con las
de Chuck Norris y La masacre de Texas
(Hooper, 1974). Y ese caldo de cultivo nutrió esta peli de una forma que
incluso sus creadores (el mismo Tarantino y Harvey Kurtzman) no podrían haber
anticipado.
Los valores de la producción no son
precisamente altos. La película se ve como una de bajo presupuesto... porque lo
es, y a mucha honra. Vamos, incluso las esculturas en el interior del Titty
Twister se ve que están talladas en espuma de poliuretano y que su pesado
portón de madera es de triplay pintado, o que las paredes de la caverna que
sale están hechas de papel maché. Aun así, el set principal es uno de lo más
ingeniosos y llenos de vida que recuerdo haber visto.
Siguiendo con este mismo orden de ideas,
los vampiros se ven muy disparejos. En general, el diseño del maquillaje
‒elaborado por el estudio de Greg Nicotero‒ es más bien caricaturesco y dudo
mucho que su propósito sea dar miedo, además de que algunos de plano se ven
como de máscara de Halloween de Wal-Mart. Y las botargas de vampiros completos que salen
hacia el final no se ven mucho mejor.
Y el CGI, en aquellos tiempos en que era
una cosa casi experimental, ha envejecido terriblemente. Bueno, en realidad
nunca se vio bien, pero pues no había mucho con qué compararlo. Francamente,
algunos efectos digitales son hilarantes.
Las que se ven muy bien son las secuencias
de muertes de vampiros que fueron logradas gracias a efectos físicos, como
cuando los descuartizan, o explotan, o se derriten o cosas así.
Las actuaciones tampoco son particularmente
buenas por parte de nadie. George Clooney no actúa tan mal en esta película
como es su costumbre, pero tampoco lo hace bien. Tarantino se defiende a pesar
de no ser actor realmente y logra darle vida a su personaje. Él junto con
Keitel son los que sostienen la película en el rubro de la actuación, todos los
demás quedan bastante mal parados... Vamos, hasta los extras son malos. Si uno
pone atención, notará que los extras que aparecen en el fondo sólo caminan de
un lado a otro completamente fuera de personaje o, en el caso de los vampiros,
se mueven como botarga de programa de concursos.
Lo que sí es muy rescatable de la cinta es
el guión, el cual, por cierto, es obra de Tarantino. Es ingenioso y está lleno
de vueltas de tuerca cada vez más alocadas que parecen estar jugando a desafiar
la credibilidad del público... y logran salirse con la suya. Tiene un sentido
del humor retorcido, ácido e irreverente y quizá lo mejor es que no hay
personajes “sagrados”. Por lo general, en un melodrama de acción uno sabe
perfectamente quiénes iban a sobrevivir al final de la cinta y quiénes no. Esta
película juega un poco con eso y no tiene empacho en matar personajes a diestra
y siniestra... porque además es súper sangrienta, siguiendo con la propuesta
estética de la Ultra-violencia.
Me encanta la relación entre los hermanos
Gecko, que básicamente viven una fraternidad retorcida. Se comportan como niños
de primaria, pero con el riesgo adicional de que son criminales de alta
peligrosidad con armas... y uno de ellos con aparatos de ortodoncia.
El elemento vampírico es interesante,
porque además entra en la película cuando esta ya va muy avanzada. Si mal no
recuerdo, el primer vampiro aparece en pantalla cuando ya ha transcurrido más
de una hora; lo que lo convierte en una vuelta de tuerca casi tan bien lograda
como aquélla legendaria con la protagonista de Psicosis (Hitchcock, 1960). Además, los realizadores toman las
reglas de la mitología vampírica como un entretenido juguete al que le dan
vueltas y retuercen con resultados sorprendentes.
El guión tiene reminiscencias de otras
películas en las que estuvo involucrado Tarantino, particularmente Asesinos por naturaleza (Stone, 1994,
Tarantino escribió el argumento) y Tiempos
violentos (Tarantino, 1994). Está el asalto a un establecimiento de poca
monta, la glorificación de los criminales por parte de la prensa, los diálogos
inverosímiles antes de los balazos, la participación de Juliette Lewis haciendo
un personaje de adolescente y los “accidentes” con pistolas.
La narrativa de la cinta está súper
influida por los cómics ‒me recuerda un poco a El Día de la Bestia (De la Iglesia, 1995)‒ y, en general, la
estructura es de ésas que me gusta llamar “de videojuego”: los personajes se
enfrentan a enemigos cada vez más poderosos como si fueran avanzando por
niveles. Lo que sí le duele de repente a la narrativa es la edición, que llega
a ser atropellada por momentos.
Hay también una serie de referencias a lo
largo de toda la película que le sacan a uno una sonrisa, como la playera de Masacre en el precinto 13 (1976), la
clásica película de John Carpenter, usada por Scott; la burla que hacen a las
películas de vampiros con Peter Cushing; la clásica escena de las películas de
Tarantino en la que se ve que abren la cajuela de un automóvil desde el
interior y la cadena de comida rápida que siempre aparece en sus cintas: Big
Kahuna Burger; la aparición, en papeles secundarios, de Fred Williamson ‒a
quien recordamos por las película de la serie Fuerza Delta (1986-1990), al lado de Chuck Norris, y la infumable
trilogía Black Cobra (1987-1990)‒,
Tom Savini ‒quien hiciera los efectos de maquillaje para El amanecer de los muertos (Romero, 1978) y dirigiera el remake de La noche de los muertos vivientes (1990), entre tantas otras‒ el
comediante Cheech Marin, quien además hace dos personajes diferentes, y el veterano actor John Saxon, a quien
siempre le dan papeles de agente de la ley ‒en esta peli es un agente del FBI‒
y que recordamos con cariño como el Tte. Donald Thompson en Pesadilla en la calle del Infierno
(Craven, 1984).
Hay algunas otras más oscuras, como la
utilización de Lawn Darts ‒unos dardos de juguete impulsados por presión de
agua con afiladas puntas metálicas que fueron retirados del mercado en los 80
luego de causar varias muertes‒ como armas; pero sin duda mi gran favorita es
el nombre del personaje de Salama Hayek: Satánico Pandemonium, una peliculita
mexicana nunsplotation[1]
de los setenta que en el mercado doméstico fue conocida como La sexorcista (Martínez Solares, 1975).
Y esa rata-vampiro gigante... o lo que sea,
¿es una referencia a Braindead: tu madre
se comió a mi perro (Jackson, 1992), o a Un hombre lobo americano en Londres (Landis, 1981)? ¿O es pura
mamada? Quiero decir, ¿qué onda con eso?... Ahora no puedo dejar de pensar en
el Casto-ratón de iCarly...
La fotografía, a cargo del mexicano Guillermo
Navarro, es bastante buena y nos entrega una película con una atmósfera marrón
que sí transmite la sensación de estar acompañando a los Fuller y los Gecko por
el desierto mexicano.
Sin embargo, creo que el mayor acierto de
la película es el soundtrack que fluye entre el rock, el blues y el country de
manera natural y que ambienta la acción de forma maravillosa. Canciones de ZZ
Top, The Mavericks, Tito & Tarantula ‒lidereados por el mismo Robert
Rodriguez, quienes además hacen un cameo en el interior del Titty Twister‒ y
Stevie Ray Vaughan logran situarlo a uno en el medio de este universo de
camioneros, vampiros, pistoleros y chicas topless. ¿Y cómo olvidar la canción After Dark? Porque Salma Hayek emigró de
México a principios de los 90 y fue una prolífica actriz de telenovelas en
EE.UU.; pero fue su escena bailando con una boa enroscada en el cuerpo al ritmo
de esa canción lo que la puso en el mapa.
La película nunca trascendió el estatus de
“cine de culto”... ni creo que lo haya pretendido alguna vez, me parece que
desde un inicio fue creada como tal. Aun así, se ha ganado una legión de fieles
fans que la convirtieron en una trilogía que cuenta con una secuela, From Dusk Till Dawn 2: Texas Blood Money
(Spiegel, 1999), y una precuela, From
Dusk Till Dawn 3: The Hangman’s Daughter (Pesce, 1999), ambas para video,
un videojuego medianón para Windows (Cryo Interactive, 2001) cuyo argumento es
una continuación directa de la primera película, una serie de TV (2014-)
actualmente en su tercera temporada... e, increíblemente, ninguna serie de
cómics.
Del
crepúsculo al amanecer es una de esas buenas malas películas que se
disfrutan más con cervezas y quizá una pizza. Funciona bien como una película
de acción, y como una comedia con un humor simplón y de mal gusto que raya en
lo escatológico. También, por supuesto, funciona como una película de vampiros
y, aunque no particularmente profunda o bien manufacturada ‒algunos de los
stunts son muy buenos, otros son francamente chafas al punto de lo hilarante‒,
al final resulta en una experiencia satisfactoria.
PARA LA TRIVIA: Éste fue el primer guión por el que Tarantino
recibió una paga, vendiéndolo en USD$1500. Está basado en el argumento ideado
por el artista de efectos especiales Harvey Kurtzman. Esto como un favor que
Kurtzman pidió a Tarantino para compensarlo por haber hecho la escena la oreja
amputada en Perros de reserva (1992)
prácticamente sin cobrar.
Guión
|
1
|
Dirección
|
0
|
Actuación
|
1
|
Fotografía
|
2
|
Música
|
2
|
TOTAL
|
6
|
[1]
Así es. Hay todo un subgénero de películas de explotación que incluyen softcore
entre monjas... Y México produjo dos de las más recononocidas.
No sabia que esta película ya iba a cumplir 20 años!! Siempre he creído que hay películas que tienen todo para fracasar y aun así logran tener éxito y esta es el claro ejemplo No es ni por mucho una obra maestra del cine pero si gano muchos fans y sobre todo fue la que hizo famosa a la Salma allá en USA Creo toda una mitologia y de hecho puso de moda la cultura chicana por esos lares Esta cargada de un humor muy negro y acidito como casi todas las peliculas del Robert Rodriguez (excepto las infames mini espias) Para mi su mejor pelicula fue planet terror Y para la trivia te dejo un dato: la famosa escena del baile con la serpiente fue totalmente improvisada, se grabó en una sola toma porque la serpiente ya estaba demasiado inquieta y hacia demasiado calor Salma Hayek le dijo al director que no sabia bailar y que si no le podía dar consejos o tips a o cual él respondió: "eres actriz, improvisa!", es por eso que las caras de sorpresa de todos en esa escena son de verdad, no están actuando así como el final que el director improviso para darle un final al personaje de Juliette Lewis pues no estaba en el guion original
ResponderBorrarSí sabía que el baile de Salma había sido improvisado. También leí por ahí que más inquieta que la serpiente estaba ella, porque les tiene miedo, jaja. Concido contigo, la obra maestra de Rodriguez es "Planet Terror", aunque se echa un tú por tú con "Sin City". Y sí, "Mini-espías" son pura basura; pero Rodríguez las usaba para experimentar con efectos especiales y métodos de producción.
BorrarOye una vez en la tele abierta ya de madrugada, hace unos 16 años pasaron una película con la misma trama, pero situada en el viejo oeste, sabes cómo se llama?
ResponderBorrarMe suena a que debe ser la tercera parte: "From Dusk Till Dawn 3: The Hangman's Daughter" que es una precuela ambientada en el Viejo Oeste, precisamente.
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