LA
IGLESIA
Que
internacionalmente fue conocida por su título en inglés, The Church; pero que originalmente en italiano se llamó La Chiesa.
Michele Soavi, 1989
Desde Tim Burton no había
visto un director que pudiera convertir su incompetencia narrativa en un
estilo. En esta película, una de las primeras dirigidas por Soavi, aún se nota
la gran influencia del cine de Dario Argento, principalmente de la segunda
entrega de su Trilogía de las Tres Madres, Infierno
(1980). Y no es para menos, pues Argento escribió y produjo la cinta, además de
que Goblin, la banda que habitualmente musicalizaba las cintas del así llamado
Hitchcock italiano, también participó en el soundtrack de ésta.
Sin embargo, en el proceso algo se pierde.
Algo no termina de cuajar.
La
cinta empieza contando la historia de un pueblo en la Europa medieval que es
acusado de estar poblado por satanistas. Una orden de caballeros cruzados es
convocada por un sacerdote para exterminar al pueblo, masacrando a todos sus
habitantes y sepultándolos en una gran fosa común. Sobre dicha fosa, para
sellar la maldad del pueblo, erigen una iglesia.
En la actualidad la iglesia pasa por un
proceso de remodelación en el cual se investigan sus cimientos. Lo que el nuevo
bibliotecario, Evan (Tomas Arana), y la restauradora, Lisa (Barbara Cupisti),
descubren es la clave de lo que podría ser un portal al Infierno. Extrañas
muertes comienzan a suceder en la iglesia cuando un grupo de personas queda
atrapado en ella. Será ahora la tarea de Lotte (la bella hija de Dario Argento,
Asia, quien en esta cinta apenas tenía quince años), la hija adolescente del
sacristán, y del padre Gus (Hugh Quarshie) detener la invasión de seres
demoniacos a nuestro mundo.
Originalmente esta película fue muy censurada,
lo que hacía que perdiera un poco de sentido. Sin embargo, ahora que por fin he
podido verla en la edición extendida, creo que lo pierde más. Si bien Infierno de Argento, que le sirve a ésta
como principal influencia, está compuesta de muchas historias que no tienen en
realidad un hilo conductor que las una; La
iglesia se supone que sí tiene un argumento lineal. Y ahí es donde me
pierdo.
Al igual que en Mi novia es un zombie (Soavi, 1994), considerada su obra maestra
—no me quiero ensañar con esta peli, pero la verdad es que me parece una tomada
de pelo— la narrativa se vuelve confusa mientras la película se va llenando de
subtramas y líneas argumentales tangentes de las que al final poco puede
sacarse en claro. Un poco como Up: una
aventura de altura (Docter y Peterson, 2009).
En general todos los personajes son poco
carismáticos y después de un rato deja de importarnos si mueren o no. Además, la
narración cambia de un personaje central a otro sin avisar siquiera... Que
realmente tampoco importa mucho, porque ya sabíamos que la Argento se iba a
salvar al final.
La mayoría de las escenas de muertes, que
son como la marca registrada del cine de horror italiano, son un tanto
decepcionantes. Particularmente creo que les faltó sangre y estilo... o quizá
sea sólo que Argento me tiene mal acostumbrado.
Las actuaciones son buenas, pero nada más.
Por momentos se vuelven grandilocuentes y caricaturescas y le dan un poco al
traste al tono de la película que, de hecho, nunca termina por definirse. Por
momentos parece el giallo estándar de Argento, por otros parece una comedia
terrorífica al estilo de El regreso delos muertos vivientes (O’Bannon, 1985) y, por otros, parece alguna película
de terror religioso tan de boga durante la década anterior como El exorcista (Friedkin, 1973) o El horror de Amityville (Rosenberg,
1979).
De hecho, mientras veía La iglesia, me recordó muy fuertemente a
dos películas muy queridas. La primera,
Demonios (1985) del Maestro Lamberto Bava; en la que un cine especializado
en películas de horror se convierte en un portal al Infierno. La otra, Maldad primitiva (Findlay, 1988), en la
que una secta satánica conformada por sacerdotes de la Iglesia sacrifica
vírgenes para convocar al demonio.
Lo que me parece increíble es que ambas
películas parecen haber contado con mucho menos presupuesto que ésta (De hecho,
Demonios costó la mitad, tal cual).
¡Hombre! Hay partes de Maldad primitiva
en las que se ven los hilos con los que movían las alitas del Bafometo que aparece
en pantalla y aun así esa película, que salió sólo para video porque ninguna
compañía quiso distribuirla, logra conectar más con su público que La Iglesia.
Porque eso sí hay que reconocerle a esta
cinta, los valores de producción son asombrosos. La película fue filmada en
locaciones en Budapest (sí, la iglesia que aparece en la peli es real) y tiene
efectos especiales bastante decentes, así como un vestuario bien realizado y
una fotografía maravillosa.
Además, lo que sí se lleva un diez es el diseño
de los monstruos. Quizá no estén tan bien realizados, pero sin duda el aspecto
que tienen es impresionante. Muy aparte del Bafometo que también sale en esta
cinta y al que también se le ven los hilos en las alas, me encantó el pez que
sale de la pila bautismal y honores al árbol de herejes que sale del altar de
la iglesia durante la escena climática.
Y creo que, a final de cuentas, esta
película pude resumirse en eso: Una colección de imágenes impactantes y muy
bien realizadas —algunas de ellas inspiradas por las pinturas de Boris Vallejo—
unidas por un argumento que se va diluyendo conforme la cinta avanza. Tiene un
par de escenas emocionantes, pero creo que esta peli decepciona a los fans de
Argento y a los de Soavi por igual.
PARA
LA TRIVIA: En su estreno, la película fue titulada Demonios 3 y, de hecho, en un primer
borrador del guión se planteaba que sí fuera secuela de la cinta de Bava. Sin
embargo, de última hora, los realizadores decidieron cambiar de idea. Soavi
declaró alguna vez en una entrevista que Demonios era una “pizza barata” y que
con La iglesia, él quería lograr algo
más sofisticado.
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