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domingo, 12 de octubre de 2014

EL HORROR DE AMITYVILLE y AMITYVILLE II: LA POSESIÓN. ¡Hay que ver lo que una casa nueva le hace a algunas personas!


EL HORROR DE AMITYVILLE


Stuart Rosenberg, 1979


Siempre reconoceré a La mansión de los espectros (Wise, 1963), que es además una de mis cintas favoritas, como la madre de las películas de casas embrujadas. Sin embargo, también reconozco la fina pieza de artesanía que es El horror de Amityville, película que definiría las cintas de casas embrujadas (uso el término de forma general, lo más correcto sería decir que la mansión de Amityville es una casa maldita) en las décadas por venir.
    Esta peli está basada en la novela homónima de Jay Anson, publicada en 1977. A su vez, la novela está basada en el supuesto caso real de la familia Lutz, quienes tuvieron que huir de su casa a medianoche apenas un mes después de comprarla. Anson se basó en entrevistas audiograbadas con los Lutz. Este caso, que alguna vez fuera desestimado como un engaño, fue ampliamente documentado por los investigadores de lo paranormal Lorraine y Ed Warren, de quienes se presentó otro caso en la película El conjuro (Wan, 2013).


    Se cuenta la historia de la familia integrada por Kathy (la otrora Lois Lane, Margot Kidder) y George Lutz (James Brolin) y sus tres hijos, quienes compraron una mansión en Long Island donde un horrible asesinato había ocurrido un año atrás: El hijo mayor de una próspera familia asesinó a sangre fría a sus padres y hermanos, alegando que un demonio le obligó a hacerlo —este hecho sí sucedió y está perfectamente documentado—. Los Lutz no pueden resistirse a la ganga y compran la casa en la que, según va progresando la película, nos damos cuenta de que serán sólo inquilinos.
    Esta cinta sigue la premisa planteada anteriormente por El exorcista  (Friedkin, 1973) y retomada por Pesadilla diabólica (otra gran peli de casas embrujadas, Curtis, 1976) y La profecía (Donner, 1976): Que aun en la segunda mitad del siglo XX, con toda su ciencia y su tecnología, hay cosas que el hombre no puede explicar y que el Mal, como tal, como una fuerza primigenia que es parte de todos nosotros,  que a su vez se alimenta de nosotros y que nos puede consumir por completo, existe.


    Gran parte del éxito de esta película recae en que nunca se muestra a la entidad demoniaca que posee la casa, sino que varias tomas sugerentes y la vista lateral de la casa, que parece un rostro, la dotan de una personalidad y una presencia, volviéndola un personaje más.
    Creo que Amityville funciona de un modo muy similar a como lo hacen El exorcista y la edición original de El bebé de Rosemary (Polanski, 1968): Nunca se muestra al demonio en sí, sino las consecuencias de su influencia en las personas. A pesar de lo cual, aclaro, la película no tiene empacho en mostrar escenas de terror sobrenatural maravillosamente bien logradas, como aquélla en la que un enjambre de moscas ataca al padre Delaney (Rod Steiger); que se no sólo es inquietante de por sí, sino que se vuelve verdaderamente aterradora por tratarse de moscas reales (en el remake usaron CGI).
    Y hablando del personaje del cura, ése es otro punto interesante. Parte del subtexto de la película parece ser que George Lutz sufre las consecuencias de haberse cambiado de religión; pues se entiende que antes de casarse era judío. O sea, que aceptar un nuevo credo le implicó aceptar también sus demonios. A final de cuentas, hay también una línea argumental en la película que habla sobre la lucha de la Iglesia Católica Romana contra el Diablo.


    Y algo que es más curioso aún es que este discurso fue retirado casi por completo del remake de 2005, por lo que podría pensarse que esta puesta al día sería una versión mucho más cínica. Pero la verdad es que éste es uno de esos casos en los que la versión contemporánea resulta ser mucho más fresa que la original de treinta años atrás.
    El legado de Amityville consta de dos secuelas, la segunda de ellas en 3D, un remake y una horda de imitaciones; de las cuales la más rescatable es sin duda Juegos diabólicos (Hooper, 1982) —que a su vez generaría su propia trilogía y un remake el próximo año—.

PARA LA TRIVIA: En la vida real, James Brolin se hizo un gran amigo del verdadero George Lutz y su familia. A pesar de todo, Brolin sigue dudando que la historia sobre la mansión de Amityville sea cierta.



AMITYVILLE II: LA POSESIÓN
Amityville II: The Possession

Damiano Damiani, 1982

Antes de que estuviera de moda hacer “precuelas” de las películas, la segunda parte en la saga de Amityville antecede a la primera.
    Aunque en general es considerada inferior a la primera parte, Amityville II se defiende bastante bien y, aunque sí tiene muchos fallos, también tiene méritos propios. Lo que más sobresale, y seguramente fue una de las razones que le ganaron el rechazo de los fans y la crítica en su momento, es su marcada intención de distanciarse de lo planteado en la primera parte.


    En Amityville II se cuenta la historia de la familia que habitó la mansión maldita de Amityville antes de los Lutz, los Montelli. A diferencia de los Lutz, esta familia italoamericana es disfuncional por donde se le vea y la verdad es que ya estaba destrozada desde antes de comprar la casa. Un padre golpeador (Burt Young), una madre sumisa (Rutanya Alda), un hijo rebelde (Jack Magner), una hija inocente (Diane Franklin) y un par de niños sin demasiada personalidad completan el cuadro. La narración se centrará en Sonny y cómo el demonio que habita los cimientos de la mansión lo posee y lo lleva de ser un muchacho sensible y rebelde a un monstruo asesino e incestuoso.
    Un juego muy interesante de esta película es que no es lo que uno espera. Finalmente, fue también una apuesta arriesgada que se perdió, pero como experimento funciona. Me refiero a que si bien la primera parte es una historia gótica con elementos de terror y suspenso mucho más sutiles, la segunda parte es un festín de horror lleno de sangre y efectos especiales.


    Aunque cabría suponer que el asesinato de la familia Montelli  es el clímax de la historia, apenas constituye el final del segundo acto (y queda un poco desangelado a mi gusto), tratándose el tercero de la lucha del padre Adamsky (James Olson)  por exorcizar al demonio dentro de Sonny. Y creo que aquí es donde la película acaba de perder. Este tercer acto, sinceramente, me produce muchos sentimientos encontrados.
    Me explico: Toda esta última parte de la película se trata, tal cual, del enfrentamiento entre Adamsky y el demonio que posee a Sonny, lo que a la postre termina siendo una copia descarada de El exorcista —incluso hay diálogos y encuadres que se parecen—. Ahora, donde esta película sobresale incluso comparándola contra la de Friedkin, es en el departamento de maquillaje.


    La escena climática en la que el demonio literalmente sale del cuerpo del adolescente es impresionante y se ha convertido en un ícono del cine de horror de los ochenta. Será difícil olvidarla para cualquiera que la haya visto. Asimismo, la escena del epílogo con el padre Adamsky  usa uno de los mejores efectos de maquillaje que he visto en mi vida ¡Ésos eran efectos y no las chingaderas de ahora!



PARA LA TRIVIA: George Lutz quería que esta secuela se basara en la secuela original de la novela, El horror de Amityville parte II, de John G. Jones; empero, el productor Dino De Laurentiis decidió basar la película en el libro Asesinato en Amityville, de Hans Holzer, que es una ficcionalización del caso real de los asesinatos de la mansión. La familia Montelli está levemente basada en la familia DeFeo de la vida real.


4 comentarios:

  1. Cabe mencionar que la primera película ha sido parodiada hasta niveles de ridiculez, yo en lo personal me quedo con la muy acertada parodia que hicieron en Los Simpsons, fue genial

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    1. ¡Es que esa parodia es un clásico!... Imagínate, de cuando "Los Simpson" eran buenos...

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