ROGUE ONE: UNA HISTORIA DE STAR WARS
Rogue One
Gareth Edwards, 2016
¿Soy el único que
piensa que lo mejor que pudo pasarle a la franquicia de Star Wars fue que George Lucas la vendiera? Digo, con el Universo
Cinematográfico Marvel, el monopolio del entretenimiento
Disney/Pixar/Marvel/Lucasfilm demostró que puede resucitar a los muertos... a
menos que le pidan más de tres películas, porque entonces empiezan a repetir el
mismo argumento ad infinitum.
También, cualquier oferta cinematográfica que produzcan correrá el riesgo de
sobresaturar el mercado. Así pues, en vez de una película de Star Wars cada tres años, tendremos una
para cada Navidad gracias al proyecto de Universo Expandido de Disney. Así
pues, aquí va su primer intento de spin-off de la saga.
Antes que nada, quiero recordar la regla
que tengo para hablar del “Canon” de Star Wars. Tantos cambios se han hecho
sobre qué sí entra en el canon y qué se queda fuera, que francamente ya me
fastidió estarlos siguiendo. De tal suerte, personalmente sólo considero
“canon” aquello que vemos en pantalla dentro de las películas estrenadas en
cines. Si acaso algunas escenas extendidas cuando éstas no contradigan otras
cosas dentro de la saga... o sean ridículas como el “¡No!” de Vader en El regreso del Jedi (Marquand, 1983).
La historia de Rogue One se sitúa inmediatamente antes de La guerra de las galaxias (Lucas, 1977) y es protagonizada por la
joven Jyn Erso (Felicity Jones), hija de Galen Erso (Mads Mikkelsen, a quien
seguro recuerdan, junto con sus labios extraño por su interpretación del Dr.
Hannibal Lecter en la serie de TV Hannibal),
el científico que diseñara la Estrella de la Muerte. El rumor de la
construcción de un arma de poder destructivo inimaginable ha llegado a oídos de
la Alianza Rebelde, quienes rescatarán a Jyn de una prisión imperial y la
reclutarán en una misión para encontrar a Saw Gerrera (Forest Whitaker) un
líder guerrillero independiente que podría tener información sobre el paradero
del padre de Erso y sobre la última arma secreta del Imperio. Sin embargo,
Cassian Andor (Diego Luna), quien está a cargo de la misión tiene su propia
agenda. Jyn y Andor emprenderán una misión suicida no autorizada por la Alianza
para robar los planos dela Estrella de la Muerte.
Creo que debo empezar diciendo que me gustó
esta película. Francamente, me gustó más que The Force Awakens (Abrams, 2016). Curiosamente, se siente menos
forzada y, a pesar de que temporalmente se sitúa en la época de la Trilogía
Original, toma prestado menos de las cintas originales que el séptimo episodio de
la saga.
Lo primero que llama la atención sobre
esta película y que me agradó bastante es el tono. Creo que es la película más
oscura de la saga desde El Imperio contraataca (Kershner, 1980). Porque, vamos, Episodio III (Lucas, 2005) trataba de llegarle a ese tono, y es bastante sórdida en
algunas partes, pero algo le faltaba. Los personajes de Rogue One no son héroes de manera inherente; sino que se convierten
en héroes porque deben hacerlo, e. Hasta la vis
comica, el androide imperial reprogramado K-2SO (Alan Tudyk) es el robot
más cínico que recuerde en una película de la saga. A final de cuentas, la
conclusión de la película es casi nihilista.
Creo que la cinta es eficiente en mostrar
la situación de represión y caos en la que estaba sumida la galaxia bajo el
dominio del imperio. En ese sentido, es perfectamente entendible el surgimiento
de una Alianza Rebelde... que, según se expone en cierto momento de la
película, en cuanto a sus métodos y su agenda no es mucho mejor al Imperio. Me
gustó que le dieran más tiempo en pantalla a personajes como Mon Mothma (Genevieve
O’Reilly) o el general Dodonna (Ian McElhinney).
A pesar de que un poco la jugada de las
nuevas cintas de la saga es distanciarse de lo planteado en la Trilogía de
Precuelas, en ésta se enlazan las dos trilogías con detalles como la aparición del
senador Bail Organa (Jimmy Smits), o las secuencias de Darth Vader de las que
hablaré más adelante.
Está padre que Rogue One pudiera escapar a los dos síndromes de las precuelas. Por
un lado, esa compulsión por explicar absolutamente todo lo que sucede en las
películas anteriores, como en Masacre de
Texas: el inicio (Liebesman, 2006); o el de dejar demasiados cabos sueltos,
mañosamente, para después llenar los huecos con películas innecesarias… como la
Trilogía de Precuelas.
Lo que sí me despierta sentimientos
encontrados es que Rogue One termine
casi exactamente donde inicia La guerra
de las galaxias, porque siento que contradice lo que se plantea al inicio
de ésta, de que la misión de la princesa Leia (Carrie Fisher) estaba encubierta
como una misión diplomática. Yo me imaginaba una cosa más como de espionaje.
Vamos, el diálogo entre Vader y Leia al inicio de la cinta resulta absurdo según
lo que se ve en Rogue One.
También me pareció muy interesante que
esta historia presenta la perspectiva del Imperio mejor que ninguna otra. Incluso
el principal villano, Orson Krennic (Ben Mendels), director del proyecto de la
Estrella de la Muerte, puede entenderse perfectamente como un héroe del Imperio.
La lucha de poder entre Krennic y el gobernador Tarkin[1] (el icónico Peter Cushing
resucitado gracias a la magia de la tecnología digital con la ayuda del actor
Guy Henry) es uno de los puntos clave de la historia.
Por cierto que, también gracias a la
tecnología CGI, Carrie Fisher fue rejuvenecida para la que sería su última
aparición en pantalla.
Me gustó la forma en la que aparece Darth
Vader (Spencer Wilding, voz de James Earl Jones) en esta película. Primero,
recluido en Mustafar ‒sobre esto tengo duda, según yo sí es Mustafar; pero quieren
alejarse de lo planteado por la Trilogía de Precuelas, ya no estoy seguro. Si
me equivoco, corríjanme por favor‒ y después reivindicándose como villano. Esto
es uno de los mejores puntos de la cinta. Darth Vader deja de ser el niño
llorón que extraña a su mami que plantearon los episodios I, II y III, y retomó
su lugar como el segundo mejor villano (de cien) en la historia del cine según
la lista del AFI. Al ver a Vader en acción en esta película recordamos por qué
la galaxia entera le teme y por qué representa la perdición de los rebeldes.
Y justo cuando ya me estaba resignando a no
ver acción de lightsabers en la película... es decir, ya había comprendido que
podía no ser necesario porque la cinta iba bien aun sin ella, me regalan una
escena climática con el Lord del Sith en todo su esplendor. Dicho sea de paso,
ésta es la primera película de la saga desde El Imperio contraataca en la que vemos a Darth Vader en su cámara
de meditación. Dicha secuencia también sirve para enlazar la Trilogía Original
con la Trilogía de Precuelas.
Los que quedan un poco a deber son los
personajes secundarios. No sé, algo tienen que no me acaba de convencer. Quizá
no son tan geniales. Quizá son demasiado parecidos a los personajes de los
cómics de Star Wars. Quizá es que la
franquicia sigue forzando la diversidad étnica en sus elencos... o quizá es que
simplemente no terminan de encajar del todo en el universo de Star Wars. No son
malos personajes, en general cumplen con su función, pero algo les falta.
La actuación me parece un tanto dispareja.
Los protagónicos están bien a secas. Diego Luna sigue siendo uno de los actores
más odiosos que he visto en pantalla, pero logra trascender a ello. SPOILER Aunque sí recuerdo que, al
menos en la función a la que yo fui, la gente se lamentó mucho más por la
muerte de K-2SO que por la escena en la que muere Andor TERMINA SPOILER. Felicity
Jones está muy bien en algunas escenas y en otras como que le falta emoción.
A mi gusto, el que se lleva de calle la
película es Mendels y Krennic es quizá el mejor villano de la saga desde la
aparición del Emperador en El regreso del
Jedi ‒estuve muy tentado a poner que es el mejor desde Boba Fett, pero la
verdad es que el Emperador tiene lo suyo‒. Me gusta que es un villano muy
humano. No es una figura de acción de tamaño grande como Darth Maul o el
general Griveous, ni un líder político poco carismático como el conde Dooku, ni
un Milennial como Kylo Ren; Krennic es un líder visionario y calculador que no
está cegado por un exceso de confianza como Tarkin, y cuyo mayor defecto sería
la falta de fe.
Me gustó la inclusión de vehículos clásicos
de la saga, así como de algunos nuevos. En ese sentido, la película me recordó
mucho a la saga de videojuegos Rogue
Squadron (LucasArts, 1998-2003) a la que, francamente, creo que le debe
todo, tanto en el tono como en el argumento.
La peli tiene buen ritmo y la historia se
cuenta bien. La música de Michael Giaccino logra el tono épico de la saga, pero
lo adereza con el tono oscuro de esta película particular. La fotografía es muy
buena y se agradece la nueva preceptiva de la franquicia de filmar en
locaciones reales en vez de escenarios virtuales. De hecho, desde El despertar de la Fuerza, se ha tratado
de mantener al mínimo el uso de CGI... Peter Cushing virtual aparte.
El enfrentamiento final entre Erso y
Krennic es bueno, aunque no pude dejar de pensar que era casi idéntico a la
pelea climática entre James Bond y Alec Trevelyan al final de GoldenEye: el regreso del 007 (Campbell, 1995).
Rogue One es una buena película,
una adición refrescante a la saga de Star
Wars y creo que logra llenar esa especie de vacío que me había dejado El despertar de la Fuerza. Además, logra
dejar claro que, si bien es parte de la franquicia, se trata de una cosa
aparte. Es también una demostración de que el universo creado por Lucas puee
abordarse desde muy distintas perspectivas. Sólo hay un detalle que me inquieta
y sobre el cual apenas pude reflexionar en los últimos días: Rogue One parece confirmar, al menos en
la pantalla grande, que la saga sólo funciona con todo su potencial dentro de
lo planteado por la Trilogía Original.
PARA LA TRIVIA: Según se sabe, a George Lucas le encantó la
película.
PARA LA TRIVIA GEEK: La frase “Que la fuerza de otros te
acompañe”, que tanto utiliza el personaje de Chirrut Îmwe (Donnie Yen) a lo
largo de la película, era la frase que George Lucas había escrito en el guión
original de The Star Wars, pero más tarde decidió sustituirla por “Que la
Fuerza te acompañe”.
Guión
|
1
|
Dirección
|
2
|
Actuación
|
1
|
Fotografía
|
2
|
Música
|
1
|
TOTAL
|
7
|
Así las cosas, el Starwarsómetro del
Cinéfilo Incurable, que se basa única y exclusivamente en mi gusto personal, y
en el que mi cinta favorita es la número uno y la menos favorita, la nueve,
queda así:
9.- Clone Wars (Filoni, 2008).
8.- Star Wars Episodio I: La amenaza fantasma (Lucas,
1999).
7.- Star Wars Episodio II: El ataque de los
clones (Lucas, 2002).
6.- Star Wars: El despertar de la Fuerza
(Abrams, 2016).
5.- Star Wars Episodio III: La venganza de los
Sith (Lucas, 2005).
4.- Rogue One: una historia de Star Wars
(Edwards, 2016).
3.- El regreso del Jedi (Marquand, 1983).
2.- La guerra de las galaxias (Lucas, 1977).
1.- El Imperio contraataca (Kershner, 1980).
[1] En
esta peli se refieren a Tarkin con el grado de “Gobernador” y no con el de
“Grand Moff”. Es mi hipótesis que el título original en 1977 era “Gobernador” y
en las reediciones subsecuentes se cambió a “Grand Moff”; pero en esta película
decidieron volver al original. ¿Alguien sabe qué pasó?
Los rebeldes me recordaron un poco a la "guerrila" de juegos del hambre, más o menos están en ese mismo tono de "para derrocar a la tiranía tenemos que ser peores que ellos, no quisieramos pero el fuego se combate con fuego" En una de las muchas entrevistas que dió George Lucas cuando estrenó el episodio III decía que su etapa menos favorita para expandir el universo de star wars era precisamente entre el episodio III y IV pues se le hacia una etapa demasiado oscura: El imperio ha tomado el control de la galaxia, ha masacrado y reprimido cualquier resistencia en los planetas y todos los habitantes de la galaxia viven con miedo de ser invadidos, agregaba que si se hiciera una historia o película acerca de ese periodo tendría que ser demasiada oscura y violenta no apta para niños Creo que esta película cumple a la perfección con ese tratamiento Así mismo ver a Darth Vader consumido por la ira y masacrando rebeldes cumple con lo planteado en el Imperio Contraataca y el CGI para resucitar a Tarkin me pareció increíble, creo que esa técnica ya alcanzo la perfeccion Yo tambien creo que la única historia verdadera y autentica es la trilogía original, es la que tuvo éxito y es la que todos esperamos que continúen, cualquier otra historia no creo que llegue a pegar aunque quien sabe
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
BorrarSí, creo que dieron justo en el clavo con el tono de la película. Aplaudo que no la hayan querido dirigir al público infantil, que así echaron a perder Episodio I. Me gustaría mucho ver la Purga de Darth Vader, en la que cazara sistemáticamente a los jedis escondidos en lugares remotos de la galaxia. Aunque el CGI sí es impresionante, aún le falta un poco... digo, todavía puede uno darse cuenta de que el Tarkin que aparece en pantalla es CGI.
BorrarNo la he visto. Este análisis me da mucha claridad sobre lo que veré y me hace tener ganas de verla. "El despertar de la fuerza" me quedó a deber, según lo que comentas este no será el caso.
ResponderBorrarComo siempre, muy interesantes y documentados tus comentarios, aunque no necesariamente concuerde uno con ellos.
Muchas gracias. Sí vale la pena verla.
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