UN HOMBRE LOBO AMERICANO EN LONDRES
An American Werewolf in London
John Landis, 1981
Aquéllos quienes hayan
vivido la década de los 80, al menos una parte como yo, recordarán el monstruo
de moda por aquellos días: el hombre lobo. Los licántropos fueron toda una moda
en el cine durante la primera mitad de la década e incluso hacia su final aún
gozaban de cierta popularidad. Pero esta boga no surgió de manera espontánea.
Hubo dos películas que, con su tecnología de avanzada ‒para la época, claro‒ en
el campo de los efectos de maquillaje, lograron crear algunas de las escenas
más increíbles de metamorfosis en la pantalla grande. La primera cinta, basada
en la novela de Gary Brandner, es El
aullido (Dante, 1981). La segunda, fue Un
hombre lobo americano en Londres y, de hecho, la categoría de Mejor
Maquillaje en los Premios de la Academia fue creada básicamente para reconocer
a esta película.
El argumento es de lo más simple: Dos
jóvenes turistas americanos que viajan de mochilazo se ven en la necesidad de
recorrer a pie la campiña inglesa en una noche de luna llena, cuando son
atacados por un hombre lobo. Jack (Griffin Dunne) muere destazado por la
bestia; pero David (David Naughton) sobrevive. Luego de una larga estadía en un
hospital, en el que se enamorará de la enfermera Alex Price (Jenny Agutter), llena
de noches intranquilas plagadas de aterradoras y extrañas pesadillas, David
descubrirá que le han transmitido la maldición del hombre lobo. También descubrirá
que las personas que mueren asesinadas por un licántropo se convierten en almas
en pena que no pueden descansar hasta que el monstruo muera. Las opciones de
David comienzan a agotarse y la legión de muertos vivientes que lo acosa se
nutre cada vez más, ¿podrá el pobre David librarse de la maldición antes de que
mate a la mujer que ama?
Creo que sólo puedo definir esta película
como “extraña”. Muchos dicen que se trata de una comedia negra con toda la
intención de serlo. Otros dicen que se trata de una película de horror que
funcionó mejor como una comedia. Yo no estoy completamente de acuerdo ni con
una ni con otra postura. Considero que se trata de una película de horror,
impregnada de un sentido del humor macabro y retorcido, y que formalmente resulta
ser una tragedia.
Hay secuencias que claramente buscan ser
terroríficas y lo logran, como la escena de la pesadilla en la que la familia
de David es masacrada ‒aunque nunca me quedó claro qué onda con los nazis‒, o
la escena del ataque en el metro, o la escena misma de la transformación del
licántropo. Mientras que otras, como aquélla en la que David amanece desnudo en
el zoológico, la escena del cine porno en Picadilly Circus o las diferentes
apariciones de un cínico Jack muerto-viviente en diferentes estados de
descomposición, están más inclinadas a buscar las risas.
Y por supuesto, el elemento más cómico de
todos es el soundtrack. La banda sonora de la película está conformada por
canciones populares, todas relacionadas con la luna. Así pues, la cinta abre
con Bad Moon Rising de Creedence
Clear Water Revival; en la escena de la transformación se escucha la versión de
Sam Cooke de Blue Moon y la cinta
cierra en medio de la tragedia con Blue
Moon pero en la hilarante versión de los Marcels. Ah, y por cierto, como
chiste local, la locación del exterior de la casa de Alex se filmó en Lupus
Street.
La idea de tan pintoresca selección musical
es la de crear contrapunto entre lo que se ve en pantalla y lo que se escucha.
Así, las escenas terroríficas o trágicas tienen canciones alegres para
acompañarlas y se ven más impactantes. Un recurso muy viejo, pero muy efectivo
cuando está bien utilizado.
Y ya que hablamos de la escena de la
transformación, ésta se convirtió en un hito del cine. Sí, ya habíamos visto
muchas veces personas transformarse en lobos en películas anteriores, pero
nunca así. Los esfuerzos de maquillaje, efectos especiales y efectos físicos, y
la utilización de nuevos materiales por parte del equipo liderado por el genio
del maquillaje, Rick Baker, da como resultado una secuencia que prácticamente
fundó un género.
Quiero decir que fue por esta escena por la
que se pusieron de moda las películas de hombres lobo en esa época. Sí, ya
habíamos visto una transformación en la mencionada El aullido; pero no era tan larga ni tan explícita. Uno veía estas
películas por ver las transformaciones ‒hablando de lo cual, les recomiendo que
chequen En compañía de lobos (Jordan,
1984), tiene una transformación muy loca‒. Tristemente, ésta es también la
razón de que el subgénero de los licántropos no sobreviviera a la década de los
90, cuando comenzó a abusarse de los efectos digitales, pues nunca lograron que
una transformación de hombres lobo se viera bien en CGI.
El aspecto final del monstruo siempre me ha
gustado. Se ve como un lobo, sólo que gigantesco y demoniaco, y según lo dicen
en el detrás de cámaras, fue una gran controversia en el diseño si debían darle
una forma más humanoide o si debía conservar un aspecto más canino. Según se
sabe, Rick Baker basó la apariencia del monstruo en su propio perro, Bosko. Finalmente,
optaron por lo último y el resultado es bastante bueno. Aunque francamente,
quizá es el elemento de la película que más ha envejecido; pero es emocionante
ver a ese mastín del infierno haciendo volar cabezas de policías en Piccadilly
Circus.
Y así como la mayoría de las escenas son
geniales, tengo que admitir que hay otras que a uno lo dejan rascándose la
cabeza. Como la de la regadera, que probablemente sea una de las escenas
gratuitas de sexo más descaradas en la historia del cine. La gratuidad del enamoramiento
entre Alex y David se puede entender por el Síndrome de Florence Nightingale ¡Pero
a estos chavos el jugueteo previo no les toma ni un corte de edición!
El guión es bueno a secas y toma como
principal fuente El hombre lobo (Waggner,
1941), del ciclo clásico de monstruos de Universal Pictures. En general, los
diálogos son ingeniosos ‒nuevamente, me encantan las escenas de Jack‒ y la
historia se cuenta bien. Los ataques del hombre lobo son cada vez más y más
horribles, y la desesperación de David lo lleva al borde de la locura, y uno
como espectador no puede más que sentirse mal por el pobre tipo. Hasta culpa me
llega cuando me río en la escena en la que provoca a un policía en Trafalgar
Square para que lo arreste.
Un
hombre lobo americano en Londres es un clásico y un icono de su época.
Quizá, después de la muerte del subgénero de licántropos, se encuentra menos
presente en el imaginario actual del cine de horror; pero la simple mención de
su título es suficiente para iniciar conversaciones. Su legado se compone
principalmente de toneladas de merchandising y de una retahíla de películas de
hombres lobo a lo largo de la década de los 80, desde cosas profundas como la
mencionada En compañía de lobos hasta
las francas parodias, como el remake de Hombre
lobo adolescente (Daniel, 1985), la divertida Mi mamá es un lobo (Fischa, 1989) o algo mixto como la serie de TV La mujer lobo de Londres (1990).
También cabe mencionar que Michael Jackson
quedó tan impresionado con esta película, que se empeñó en contratar a Landis para
que dirigiera su videoclip Thriller.
El director llevó a todose equipo: Rick Baker en los efectos de maquillaje, en
la dirección y Rick Baker en los efectos especiales fue el encargado de darle
vida a esa obra maestra del videoclip que fue Thriller y que convirtió a Michael Jackson en el Rey del Pop.
Y sí, también hubo una secuela... ¿o es una
parodia? Quiero decir, ¿qué rayos es esta mierda? Bueno, a nivel argumental
cuenta la historia de la hija de David, pero no sé si el que sea tan chafa es
intencional. No estoy seguro, pero Un
hombre lobo americano en París (Waller, 1997) es tan pero tan mala que
muchos son quienes le achacan haberle dado el tiro de gracia al cine de
licántropos.
PARA LA TRIVIA: Ya no se hacen películas como ésta. En una
entrevista en 2007, el actor Griffin Dunne declaró que cuando se estrenó la
película le preocupaba que su madre, que estaba enferma, no pudiera ver la
película. Del mismo modo, Landis comentó alguna vez que cuando revisó el
transfer de la película a HD ‒para la edición en DVD‒ se sintió impresionado de
que la película fuera tan sangrienta.
Guión
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1
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Dirección
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2
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Actuación
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1
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Fotografía
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1
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Música
|
1
|
Punto
extra por logros en Efectos especiales
|
1
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TOTAL
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7
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