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martes, 12 de julio de 2016

DÍA DE LA INDEPENDENCIA: CONTRAATAQUE. ¡Marcianos al contraataque!



DÍA DE LA INDEPENDENCIA: CONTRAATAQUE
Independence Day: Resurgence

Roland Emmerich, 2016

Luego del descomunal éxito de Día de la Independencia (Emmerich, 1996), Twentieth Century Fox le pagó a Dean Devlin un adelanto exorbitante por escribir un guión para una secuela. Después de algún tiempo, Devlin terminó el guión; pero sintió que no estaba a la altura del primero y se negó a entregarlo a Fox, devolviéndoles el dinero.
    Durante más de una década el proyecto de esta película fue un rumor revoloteando en el enrarecido aire de Hollywood. Incluso en la década pasada se hablaba de un guión definitivo que colocaba al Cptn. Steve Hiller (Will Smith) en el papel de Presidente de los Estados Unidos; idea que pareció concretarse con la llegada al poder de Barack Obama. Según todo lo que se supo, la película prácticamente giraría en torno al personaje de Hiller.


    Pero, por alguna extraña razón, el proyecto fue cancelado de repente. Un par de años después, de manera casi tan súbita como desapareciera, se anunció oficialmente el estreno de la segunda parte de Día de la Independencia... sin Will Smith. Los rumores dicen que el fracaso taquillero de su película Después de la Tierra (Shyamalan, 2013) fue lo que motivó su distanciamiento del proyecto, otros dicen que se trató de una decisión personal. La realidad, según se supo después, fue que Fox no quiso pagar el sueldo de 50 millones de dólares que Smith pidió por realizar dos secuelas.
    Sea como fuere, la película se estrenó a final de cuentas sin Smith en el reparto y con Sela Ward (a quien quizá recuerden como la exesposa del Dr. House en la primera temporada de la serie) en el papel de la presidenta Lanford. Aunque originalmente el rol se lo ofrecieron a Susan Sarandon, quien lo rechazó porque dijo que cuando leyó el guión no entendió nada.


    Según la película, han pasado veinte años desde que los alienígenas intentaran invadir la Tierra arrasando las principales ciudades del planeta y llevando a nuestra especie al borde de la extinción. Pero nos salvamos y aprendimos. De los invasores caídos obtuvimos tecnología avanzada que nos ha permitido crear energías limpias y renovables, armamento de avanzada y colonizar la Luna. En veinte años no ha habido guerras y la humanidad convive en armonía y prosperidad hasta que una nave de origen desconocido se acerca a nuestro planeta. Por suerte, las eficientes defensas orbitales de la Tierra logran neutralizar la amenaza... o eso creen, pues los mismos invasores alienígenas de hace veinte años regresan; pero esta vez, en lugar de usar un ataque coordinado de varias naves, una reina con toda su colmena a bordo de una nave cosechadora atacará nuestro planeta para extraer el níquel de su núcleo. La esperanza de la humanidad recae en una nueva generación de jóvenes héroes, quienes deberán trabajar en conjunto con los veteranos del primer ataque extraterrestre para salvar a nuestra especie.
    Por supuesto que una de las cintas más taquilleras de la década de 1990, que dio origen a toneladas de merchandising que incluyeron un pésimo videojuego para PS1, tarjetas coleccionables y una línea más que decente de figuras de acción, y que hizo de Jeff Goldblum el actor mejor pagado en Hollywood de 1996 a 1997 ‒cuando protagonizó El mundo perdido: Jurassic Park (Spielberg, 1997)‒ iba a producir una secuela... aun cuando fuera tan tardía e innecesaria como ésta.


    Porque admitámoslo, la premisa se agotó en la primera película.
    Empero los realizadores, aprendiendo del maestro de las buenas secuelas, James Cameron, producen una secuela que es interesante y divertida, que logra evolucionar los elementos planteados en la primera parte, así como introducir nuevos elementos. Algunos funcionan muy bien, otros no tanto y otros... habrá que esperar a una posible tercera parte para ver cómo se desarrollan.
    Recuerdo que desde que estaba chavito y vi la primera película, me quedé con ganas de ver más escenas de humanos y alienígenas combatiendo cuerpo a cuerpo, o al menos en un tiroteo. Pues en esta cinta hay muchas secuencias por el estilo y lo que es más, aparece el personaje de Dikembe Umbutu (Deobia Oparei), un líder guerrillero africano que se ha dedicado a cazar extraterrestres con técnicas más “tradicionales”.


    Que ahora que lo pienso, para ser un jefe guerrillero es increíblemente fácil de localizar…
    Ahora, se supone que los invasores, según lo que recordamos de la peli anterior, tienen más o menos las mismas debilidades que nosotros. Por eso sus tropas de infantería llevan unas coquetas armaduras... que por alguna extraña razón les cubren todo, excepto su punto débil ‒según Umbutu‒... ¿Quién diseñó esas armaduras, Crimilda?
    Lo que sí es que los extraterrestres combinan CGI con puppetts y animatrónicos, por lo que se ven bastante bien. Sobre todo se nota el uso de animatrónicos en los primeros planos, lo que luce mucho.


    Y luego está la reina. ¿Alguien puede pensar en una idea más trillada que la de los monstruos con una organización social tipo colmena? No es una idea original de Aliens: el regreso (Cameron, 1986), ya en Ellas (Douglas, 1954) los protagonistas deben entrar al nido de las hormigas mutantes para matar a la reina y el cliché se repite ad infinitum en las películas de monstruos. Ahora, no por eso deja de funcionar. La batalla climática de la cinta entre el Ejército y la reina está bien lograda y el diseño de la reina está padre... aunque ¿por qué tiene boca?
    La forma en que expandieron la cinta hacia la segunda parte es inteligente, aunque muy sencilla. Funciona por opuestos. En la primera cinta, hay muchas naves invasoras, en ésta sólo una; en la original casi no se ve a los extraterrestres, en ésta los vemos mucho tiempo; en la anterior los atacantes nos toman por sorpresa, mientras que en ésta estábamos más que preparados para defendernos; en la peli original dos de los tres protagonistas se vuelven grandes amigos, mientras que en la secuela comienzan siendo enemigos; en Día de la Independencia, el Presidente Whitmore era un líder eficaz que tomaba decisiones importantes en momentos difíciles, cuando en la segunda su participación es mínima y parece haber perdido el juicio. En la primera, los humanos capturan una nave extraterrestre, en esta ocasión se hacen con varias de ellas; en la peli original se invertía mucho tiempo en las escenas de destrucción de monumentos, mientras que en ésta ese tiempo se ha reducido e incluso se burlan de ello.


    Es muy interesante que en esta ocasión hayan decidido dejar fuera el tono de thriller político que era tan característico de la primera parte. Al mismo tiempo, aceleraron bastante el ritmo y se enfocaron más en la acción y no tanto en el suspenso. Ah, y el patriotismo ramplón también quedó fuera en esta ocasión. Supongo que los realizadores, atinadamente, anticiparon que nada de eso funcionaría en esta década.
    También me gustó el diseño de los cazas alienígenas. Siempre me pregunté ‒y eso fue algo que les falló en la primera cinta, la verdad‒ ¿por qué la tecnología extraterrestre parece no evolucionar? Nosotros pasamos de los bulbos a los semiconductores en sesenta años, ¿por qué ellos siguen usando las mismas naves que en los 40? Bueno, pues en esta película corrigieron ese detalle y la tecnología de los invasores se ve que ha avanzado.  
Esto, por cierto, resulta en varias secuencias de batallas aéreas bastante satisfactorias.


    En general es una película entretenida y divertida. Es muy curioso cómo evoluciona el concepto, lo expande y manda a la goma muchos de los elementos característicos de la primera parte... ¡Y logra funcionar de maravilla! No es la joya del séptimo arte que va a cambiar la forma de hacer cine; pero de repente repunta y logra sobresalir entre la avalancha de películas colgándose del retro noventero con las que nos han bombardeado en los últimos años. Además, la primera no era tan buena. Y, para ser franco, por momentos sí me parece que es mejor que la original.


PARA LA TRIVIA CON SPOILER: El personaje del Dr. Okun (Brentt Spiner) quien no sólo no murió en la primera parte, sino que en ésta recibe una participación mucho mayor, está basado en Jeffrey A. Okun, supervisor de efectos visuales en Stargate: La puerta del tiempo (Emmerich, 1994).

Guión
1
Dirección
1
Actuación
1
Fotografía
1
Música
1
TOTAL
5


          

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