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martes, 19 de abril de 2016

MÁRTIRES. Como "Hostal", pero "De Arte"... porque todo el cine francés es De Arte.


MÁRTIRES
Mártyrs

Pascal Laugier, 2008

Durante la década pasada, Francia vivió una especie de enamoramiento con el cine de horror y el gore. Películas como El despertar del miedo (Aja, 2003), Cena con el diablo (Shapiron, 2006) y La frontera del miedo (Gens, 2007) representan la créme de la créme de la producción de dicha época. Mártires llegó un poco tarde, pero lo que no se puede negar es que muchos críticos la consideran la primera película de la Nueva Ola de Horror Francés —que no estoy muy seguro de en qué consista, sinceramente— y que fue la primera película de género en recibir una clasificación restrictiva para mayores de 18 años en el País Galo. Sea simple publicidad o que a los censores de verdad les pareció muy intensa, yo no estoy seguro de calificarla como buena o mala; lo único que me queda claro es que es una película rara.
    La cinta cuenta la historia de Lucie (Mylène Jampanoï), quien siendo niña escapa de un edificio donde la tuvieron secuestrada y la torturaron durante años. Quince años después, Lucie, en compañía de su única amiga de la infancia y ahora algo así como pareja sentimental, Anna (Morjana Alaoui), rastrea a sus captores y viaja hasta su casa para vengarse. Luego de la masacre, Anna descubrirá que hay mucho más detrás del secuestro y suplicio de Lucie de lo que parecía en un principio, y experimentará de primera mano la más desquiciante y perversa serie de torturas jamás concebida.


    En la introducción a la edición sin censura en DVD, Pascal Laugier, director de la película, dice que se odia a sí mismo por haberla hecho; pero que al mismo tiempo se siente orgulloso de ella. Estoy casi seguro de que lo dice sólo por llamar la atención, pero en un nivel más de análisis, creo que el tipo tiene razón. Sí hay razones para odiar a quien hizo esta película nihilista y depresiva, y no sólo por su mensaje, sino porque no es tan buena. Y también hay razones para odiar la película en sí, pero también tiene algunos logros bastante encomiables.
    Por principio de cuentas está el hecho de que es estúpida. Digo, empieza más o menos bien, como cualquier película de home invasion común y corriente. Luego viene una vuelta de tuerca... y luego otra... después otra más y otra y otra... y la trama da tantos giros y se vuelve tan rebuscada que cae en lo absurdo y cuando la película apenas lleva poco menos de una hora, uno ya se está preguntando si todo ese desmadre realmente lleva a algo.
     Y lo peor es que en realidad no. Todo ese desmadre no lleva a nada. El final es tan anticlimático y, a pesar del montón de giros mareadores en la trama, tan predecible que uno no puede evitar sentirse timado.



    Sobre todo, está el asunto de la revelación. Mientras veía la película de verdad sentí una poderosa curiosidad por saber qué fin justificaba toda esa violencia. No me malinterpreten, siempre he sido muy aficionado al gore; pero hasta a mí me llega a aburrir una película que casi sólo se trata de ver cómo torturan a una chava durante más de hora y media —además de las escenas escatológicas, claro—, y cuando por fin van a revelar la clave de todo... bueno, mejor no se los cuento. De todos modos, uno lo infiere.
    Se trata de una película bastante “visceral” en todo sentido. Desde que hay mucho grito (o jadeo o gruñido o resuello) y poco contenido hasta que, literalmente, hay vísceras en pantalla... bueno, no exactamente. Por cierto, esta cinta me trajo a la memoria una pregunta que siempre me he hecho pero, puesto que mis conocimientos médicos son prácticamente nulos y mis conocimientos anatómicos están más enfocados al arte, nunca he podido responder: ¿Qué le pasa a una persona cuando la desuellan viva en la vida real? Digo, porque mi idea es que moriría de una megainfección en muy poco tiempo; pero la verdad no sé.


    También me botó bastante la línea argumental de la sociedad secreta. Digo, los giros de tuerca de la trama se habían complicado hasta el punto de lo absurdo y uno ya hasta se hace de la vista gorda con tal de enterarse bien del chisme; pero cuando de plano salió la secta no pude sino pensar en la infumable La masacre de Texas: La nueva generación (Henkel, 1994). ¡Válgame! Mártires comienza siendo una película gore y termina siendo una cinta religiosa... como a la inversa de La Pasión de Cristo (Gibson, 2004).
    Pero creo que lo que más me molestó de esta cinta, más allá de que termina siendo una apología de la deshumanización y del quebranto del espíritu, fue su actitud. ¡Es una película súper mamona! Se cree mucho mejor de lo que en realidad es y no tiene reparos en restregárselo en la cara al público. Parece que los realizadores de verdad creían que estaban haciendo algo muy profundo cuando en realidad sólo estaban haciendo una pieza medianona de torture porn... ¡Ah, franceses!


    Como sea, la cinta sí tiene un par de puntos muy rescatables. El primero de ellos creo que es la fotografía. Sobre todo, en la era en la que comenzaban a popularizarse el Blu-Ray y la Alta Definición es raro ver una película tan bellamente fotografiada. Sí, a veces la Alta Definición le da un poco al traste al maquillaje —sobre todo hace un lustro, el maquillaje prostético y el HD no se mezclaban bien—; pero en general la película se ve muy bien, tiene una fotografía bella y rica en claroscuros que tiende hacia el expresionismo.
    Precisamente, el siguiente acierto de la película es el maquillaje. Hay un par de fallos en cuanto a que, de repente, la sangre se ve demasiado aguada; pero el maquillaje durante toda la cinta es bueno. De verdad uno cree que las marcas en los cuerpos de esas muchachas son el resultado de una tortura constante y sistemática, y la ya mencionada escena de la chica desollada es bastante impresionante. De hecho, me gustó esa escena en particular. Creo que una gran fotografía y un maquillaje artísticamente sorprendente se conjugan en esta escena para crear una experiencia estética bastante interesante.


    Pero no mucho más. No es una película para todos, en realidad dudo que alguien que no esté familiarizado con el gore soporte más de la mitad y, aun así, con una narrativa tan enredada y rebuscada, es difícil seguirla hasta el final. Además, está el inconveniente de que, si uno de verdad es un fan del gore, entonces ya habrá visto mejores películas del género que ésta. Aunque me gusta la forma en que ésta habla de la culpa.
    A final de cuentas se reduce a una película rara con una pésima actitud pretenciosa y un par de escenas impresionantes que se ve justo como debe verse: Como la contrapropuesta europea y “de arte” al Hostal de Eli Roth (2005). El mismo Pascal declaró en alguna entrevista que una de sus principales influencias fue la película de Roth, pero que mientras aquélla trataba sobre la tortura, él quería que la suya hablara sobre el dolor.
    Por cierto, ¿alguien que haya visto esta película puede decirme si las fotos de “mártires” que aparecen en el sótano de la casa son reales?… Porque se ven bastante auténticas.



PARA LA TRIVIA: Desde 2008, Laugier comenzó las negociaciones para la realización de un remake americano de la cinta que sería dirigido por Daniel Stamm (El último exorcismo, 2010), escrito por Mark L. Smith (El renacido, 2015), producido por la gente detrás de Crepúsculo y protagonizado por Kristen Stewart. Después de un prolongado estira y afloja, Stamm confirmó su salida del proyecto en 2014 debido al ínfimo presupuesto con el que querían que hiciera la película. Ésta fue finalmente producida por dos pequeñas compañías independientes que compraron el guión de rebote, se estrenó en febrero de 2015 y pasó sin pena ni gloria por la cartelera estadounidense. De hecho, el tráiler del remake ostenta la engañosa y poco dignificante frase “De un productor de El Conjuro y Annabelle”.


*Por favor, noten la utilización del soundtrack de La isla del Dr. Moreau (Frankenheimer, 1996) para musicalizar el trailer francés.



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