La
Novia del Re-Animador
Bride
of Re-Animator, aunque en el mercado de video europeo se le
conoció como Re-Animator 2.
Brian Yuzna, 1989
Tras el rotundo éxito de la
primera parte en la saga del Re-Animador, una secuela era más que obligada.
Según Brian Yuzna, el productor, lo primero que se les ocurrió a él y a Stuart
Grodon fue el título: La novia del
Re-Animador, haciendo una obvia referencia a La Novia de Frankenstein (Whale, 1935). Yuzna siempre dio por
sentado que Gordon dirigiría la secuela; sin embargo, el director no se sintió
interesado para realizar la segunda parte debido a que debían mantener los
desnudos y el gore en un nivel moderado para conservar la clasificación “R” y
sintió que esto lo limitaba a nivel creativo.[1]
Originalmente, Gordon y Dennis Paoli,
director y guionista de la primera parte respectivamente, querían que la
secuela fuera una comedia macabra que siguiera con la historia de la película
anterior y que se centrara en la vida de Dan Cain casado con el cuerpo
reanimado de Meg.[2]
Empero, al salir Gordon del proyecto, Yuzna lo llevó por una dirección
completamente distinta.
La historia sucede ocho meses después de la
primera parte cuando los doctores Dan Cain (regresa Bruce Abott) y Herbert West
(también regresa Jeffrey Combs) —quien sin explicación alguna sobrevivió a la
masacre al final de la primera película—, se encuentran atendiendo al Ejército Peruano
en su campaña contra la guerrilla. Después de una sangrienta batalla en la que
Cain es herido, ambos médicos deciden regresar a Arkham, Massachussetts.
Una vez de regreso en Estados Unidos, los
médicos alquilan una vieja funeraria para alojarse, en el sótano de la cual,
West reanuda sus experimentos para reanimar cadáveres. Sin embargo, el obsesivo
doctor pretende ir más allá al no sólo devolver la vida, sino en crearla. Para
lograrlo necesita partes de los mejores cuerpos disponibles para armar a la
mujer perfecta que, como bien pueden imaginar, tendrá el corazón de la novia de
Cain, Meg.
Por si esto no bastara, resulta que el Dr.
Hill (regresa la cabeza de Carl Gale), o por lo menos lo que queda de él, “sobrevivió”
también y busca vengarse de West, para lo cual logra reunir una banda de
cuerpos reanimados que han sido internados en el Hospital Universitario de
Arkham tras ser confundidos con enfermos mentales. Ah, sí, y también West y
Cain se encuentran bajo la investigación del teniente Chapman (Claude Earl
Jones), quien tiene motivaciones personales pues el cadáver de su esposa, a la
que según dice él no mató a golpes, fue profanado durante el evento ahora
conocido como la Masacre del Hospital de Arkham.
Lo primero que salta a la vista sobre esta
película es la enorme cantidad de cosas que suceden a nivel anecdótico. El
mismo Yuzna es el primero en reconocer que tiende a retacar sus películas con
información, y en sus propias palabras, si él hubiera podido imitar el estilo
de Gordon para dirigir y hubiese podido alcanzar esa perfección tonal de la
primera película, lo habría hecho sin pensarlo. Sin embargo, la diferencia
esencial entre ambos directores es que Gordon es un director teatral muy
respetuoso del proceso de los actores y que da mucha importancia al trabajo con
ellos; mientras que Yuzna aprendió a dirigir cine viendo cine y nada más.[3]
Así pues, Yuzna tiene un estilo menos
refinado y más burdo, aunque también más filoso para la comedia negra y en
general deja las sutilezas de la primera cinta para irse por un lado más camp,
y se aleja del tono de Grand Guignol para entrar más en el de la farsa pura. ¿O
cómo se podría entender la criatura que aparece al final de la cinta, con la
cabeza del Dr. Hill y alas de murciélago en las sienes?
El resultado final es agradable, aunque
algunos elementos se empiezan a sentir gastados, y quizá el exceso de líneas
argumentales logra que la aparición de la Novia del Re-Animador al final de la
cinta sea menos impactante de lo que debería. Lo que sí es impactante es la
escena de su destrucción en la que la pobre mujer literalmente “se quiebra” en
medio de efectos mecánicos súper sangrientos cortesía de KNB Group (The Walking Dead).
En general la cinta se siente menos lograda
que su predecesora y menos redonda, hay menos desnudos y más sangre, pero usada
de forma menos eficiente. Y aunque sí le arranca a uno un par de carcajadas, al
final se siente que la historia podría haberse quedado en la primera parte y no
se habría perdido nada.
Lo que sí es interesante es que algunas
otras películas de corte más “intelectual” toman sendas referencias no tanto de
The Re-Animator; sino de Bride de the Re-Animator. Por citar
ejemplos puedo mencionar Cronos
(1993), la ópera prima del director mexicano Guillermo del Toro —no podemos
negar la enorme similitud entre el embalsamador de la película de Yuzna y el
interpretado por Daniel Giménez Cacho—, y la genial Frankenstein, de Mary Shelley (1994) del director shakespeariano
Kenneth Brannagh, en la que la utilización del líquido amniótico como
ingrediente para la reanimación y el aspecto de la Novia ( aquí interpretada
por Helena Bonham Carter) son sólo algunos de los elementos similares con la
secuela de Re-Animator.
PARA
LA TRIVIA: En algún momento, Herbert West menciona que los ruidos que
provienen del sótano son “probablemente ratas en las paredes”. Esta línea es
una referencia al cuento de H.P. Lovecraft titulado precisamente Las ratas en las paredes (1924).
PARA LA TRIVIA GEEK: En los créditos de
la película, los realizadores incluyen un agradecimiento especial a Mary
Shelley, sin embargo, escriban mal su nombre al poner “Mary Shelly”.
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