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viernes, 17 de mayo de 2013

EL ABOMINABLE HOMBRE DERRETIBLE. ¡Guácatelas!


EL ABOMINABLE HOMBRE DERRETIBLE
Conocida en España como Viscosidad,
pero que originalmente en EE. UU. se llamó
The Incredible Melting Man

William Sachs, 1977
Recuerdo que la primera vez que vi esta película debo haber tenido alrededor de diez años o menos, pero no la vi completa. Apenas hoy, a casi veinte años de distancia, pude llenar los huecos y verla de principio a fin; en sus ochenta y siete asquerosos minutos. Por desgracia creo que esta película era mucho mejor en mis recuerdos de lo que es en realidad.
    El astronauta Steve West (Alex Rebar) regresa a la Tierra después de sufrir un terrible accidente, que mató a los otros dos tripulantes de la nave, durante su última misión espacial orbitando Saturno. La radiación de los rayos solares a través de los anillos de Saturno (o algo así, nunca lo explican bien) hace mutar el cuerpo de Steve, que comienza a derretirse. Ahora, el monstruo que fue Steve West debe consumir carne humana para (inexplicablemente) evitar que su cuerpo gelatinoso se desintegre.

    Después de leer la anterior sinopsis uno no puede sino darse cuenta de que cualquier intento por tomar en serio esta cinta terminará en serias frustraciones; pero de otro modo llega a ser muy divertida (y algo impresionante si uno tiene diez años). Por desgracia, los realizadores creo que sí se la tomaron en serio, tanto como que la promocionaban como “La primera nueva criatura del horror” (dice el poster).
    Como cabría esperar, las actuaciones son bastante malas. Particularmente Burr DeBenning, quien interpreta al Dr. Ted Nelson, científico encargado de rastrear al desfigurado West, da una cátedra de lo que no se debe hacer en actuación… es un deleite verlo. Todos los demás intérpretes se mueven cómodamente entre lo mediocre y lo soportable. Y por si llegaran a cansar, a media película hay un desnudo injustificado de la sexy (y desaparecida) Cherry “Rainbeaux” Smith, actriz reconocida por sus desnudos injustificados en las películas de bajo presupuesto de los setenta (¡Rayos! hasta eso suena mediocre).

    El guión casi es una broma de mal gusto, lleno de situaciones inverosímiles y absurdas que, en su mayoría, terminan teniendo un involuntario tono fársico. En cuanto a lo que se refiere a las escenas de asesinatos, en realidad son mucho menos violentas y sangrientas de lo que cabría esperar. De hecho, ahora que lo recuerdo, creo que el hombre derretible nunca mata a nadie en pantalla.
    Esta es una forma de ver el guión.
    La otra es la de un guión económico y efectivo que no pierde tiempo en mostrar escenas asquerosas apenas transcurridos diez minutos de película. Fuera quedan las explicaciones de ciencia ficción, los monólogos emocionales o el sentido común. Incluso algunas escenas que uno consideraría importantes para seguir el hilo narrativo de la historia resultan no serlo y son dejadas de lado sin reparo alguno. Desde este punto de vista, se trata de un guión súper eficiente y económico que va directo al grano.
    Hablando del punto “fuerte” de la película, los efectos de maquillaje fueron realizados por el maestro en este campo, Rick Baker (Hombres de negro, Un hombre lobo americano en Londres). Sólo que claro, en aquel entonces Baker no tenía tanta experiencia y los materiales y presupuesto a su disposición para esta película eran ínfimos. Así las cosas, el llamado hombre derretible se ve bastante bien durante la mayor parte de su tiempo en pantalla, dejando un rastro de restos de piel y de pus por todos los lugares que visita.

    Asimismo, aunque el monstruo radiactivo no asesina en pantalla a ninguna de sus víctimas, sí vemos las consecuencias de sus crímenes en cadáveres mutilados y miembros cercenados que se ven bastante bien. Atención al cadáver de la enfermera durante la escena de la autopsia, por favor; es una muestra de que menos es más y de que la mitad de los efectos de maquillaje funciona por la iluminación.
    También la impresión que me dio al estar viendo esta película fue que originalmente estaba planeado que la mutación del hombre derretible fuera progresiva, que cada vez se viera más y más descompuesto; pero ya durante la realización no les fue posible mostrarlo así. Quiero decir, desde que West se quita los vendajes en el hospital hasta que asesina a su segunda víctima la transformación es notoria; pero de ahí en adelante cambia muy poco. El resto de la película solamente aparece chorreando y goteando tejido, sí hay cambios, pero son casi imperceptibles… más bien debió llamarse El abominable hombre escurrible (por cierto que no pude dejar de pensar en ese episodio de Bob Esponja en el que Bob cree que convirtió a Calamardo en helado con un truco de magia).

    Así pues, después de casi veinte años de estar buscando esta película, que combina elementos de horror y gore, para terminar de verla (porque hasta eso, es difícil de conseguir la desgraciada) quedé más que satisfecho al verla y apreciarla en su justa dimensión: Es pura basura. Pero basura muy divertida, de ésa que se disfruta apagando el cerebro un ratito para relajarse al final de un día atareado acompañado de unas cervezas y una bolsa de botanas (aunque yo no recomendaría nachos).

3 comentarios:

  1. Ésta la vi tambien cuando tenía como 8 años en el canal 5 de México, un domingo a las 2 de la tarde.

    Recuerdo una escena en un río donde el monstruo decapitaba a una persona y la cabeza iba río abajo (cabeza de maniquí).

    Saludos!

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  2. La vi cuando tenia 6 años en un cine en Puerto Rico,me traumatisoahora que la veo graciosa despues de 36 años.

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