LAS
ISLAS DEL Dr. MOREAU
Cuando tenía once o doce años
me volví muy afecto a la literatura de Ciencia Ficción. Para cuando terminé la
secundaria, creo que ya me había chutado todo H.G. Wells y gran parte de Edgar
Allan Poe… digo, en su mayoría Poe no escribió Ciencia Ficción, pero ustedes
entienden el punto. La isla del Dr.
Moreau, justamente, se había convertido en mi obra favorita de Wells. Recuerdo
que un par de años antes, casi en su estreno, vi la película de John
Frankenheimer y me encantó; pero cuando leí la novela me enamoré de ella.
No sólo se trata de la terrorífica historia
acerca de un científico renegado que busca crear una raza de seres humanos superiores
a partir de bestias salvajes a las que somete a brutales experimentos; sino
que, como toda la obra de Wells, está imbuida con una ácida y filosa sátira
social. La novela diserta sobre temas como la autoridad, el contrato social, la
religión, las leyes y el tabú.
Con motivo del centésimo aniversario de la
novela de H.G Wells, que además coincide con el vigésimo aniversario de la
adaptación cinematográfica de Frankenheimer, me di a la tarea de revisar otras
versiones para la pantalla basadas en este gran clásico de Wells y escribir
sobre ellas.
1.-
LA ISLA DE LAS ALMAS PERDIDAS (Island of Lost Souls)
Erle C. Kenton, 1932
La primera adaptación a la
pantalla grande de La isla… se
produjo cuando el autor aún se encontraba con vida y, de hecho, quedó muy poco
complacido con los resultados. Tanto así que, a pesar de haberse apalabrado con
Paramount Pictures para que adaptaran su novela El hombre invisible, Wells se retractó y le vendió los derechos a
Universal Pictures.
Según se sabe, el escritor británico se
sintió muy molesto porque la película no incluía prácticamente nada de su
discurso político y más bien se trataba de un melodrama de aventuras con
elementos de Ciencia Ficción y Horror. Pero como tal he de decir que es súper efectivo.
La película sólo toma la propuesta de la
novela como pretexto y se desarrolla en una dirección un tanto diferente. Narra
la historia de Edward Parker (Richard Arlen), quien es rescatado de un
naufragio por Montgomery (Arthur Hohl), un hombre educado y alcohólico que
lleva a Parker a una desconocida isla habitada por extrañas criaturas mitad
hombre-mitad bestia. La isla y los humanimales ‒que es el nombre que les dieron
los fans, porque en ninguna de las películas ni en la novela se les llama así‒
son gobernados por el carismático pero siniestro Dr. Moreau (el genial Charles
Laughton). Sobreprotegida por Moreau, en la casa principal habita la sensual y
misteriosa Lota (Kathleen Burke), quien pone en un serio conflicto a Parker.
Conforme pasan los días, el náufrago descubre que Moreau tiene sus propios
planes para él y Lota. Por suerte Ruth (Leyla Hams), la prometida de Parker, ha
iniciado una arriesgada expedición para rescatarlo, pero ¿podrá encontrarlo
antes de que Moreau cumpla con sus perversos fines?
Como puede advertirse, se incluyó en la
película una subtrama completamente original que nunca apareció en el texto de
Wells. Toda la cuestión de la prometida al rescate ayuda a darle más dinamismo
a la película, además de que rompe con el típico cliché de la damisela en
apuros. En realidad, son varias las películas en la década de los 30 en las que
se muestra a mujeres audaces y liberadas.
Por no mencionar a Lota, un personaje
hipersexualizado de los que dejarían de existir en el cine estadounidense de
las décadas posteriores gracias al Código Hays. El caso de este personaje es
muy interesante, pues en la novela jamás se menciona a ninguna mujer-felino y,
sin embargo, desde su aparición en esta película el personaje quedó permanentemente
ligado a la mitología de La isla…
El personaje de Montgomery, aunque un poco
más maduro a como lo describe Wells en su texto, es bastante cercano al
planteado por éste. Se trata de un médico fracasado, oscuro y alcohólico al que
torturar a los pobres humanimales parece aliviarlo de la tortura que le
infligen sus propios demonios internos y que, finalmente, encuentra cierta
redención al rebelarse contra su amo.
Y, ahora que lo pienso con detenimiento,
este Montgomery bien pudo servir como inspiración para el personaje de Robert
Muldoon como aparece en la novela de Michael Crichton, Parque Jurásico.
Me encanta la secuencia en la que los
humanimales, guiados por el Predicador de la Ley (Bela Lugosi en uno de sus
mejores papeles, aunque breve), se vuelven contra Moreau y lo persiguen por la
jungla hasta el palacete que él llama su Estación de Investigación
Bio-Antropológica y, ultimadamente, al laboratorio que desde la novela recibió
el sugerente nombre de la Casa del Dolor.
La fotografía de Karl Struss que dota a la
película de vida gracias a preciosos claroscuros y una atmósfera siniestra y
misteriosa, y convierte a esta secuencia de la rebelión en una escena de
verdadero horror, permitiendo además apreciar los variopintos e ingeniosos
maquillajes que dan vida a los humanimales. Y sí, quizá la mayoría no pase de
tener tumores indefinidos hechos con masilla en la cara o el rostro cubierto
por pelambre y colmillos falsos; pero aun así se ven bien y su imagen en
pantalla es poderosa. Además de que Moreau recibe un castigo ejemplar.
De todas las cintas que han adaptado la
novela de Wells, ésta es la que más se acerca al procedimiento descrito por el
autor para crear a los humanimales. Según esta película, cuya psopuesta se basa
en la morfologíoa embrionaria, todos los organismos tienden hacia el ser humano.
Para manipular su desarrollo, Moreau usa cirugía plástica, radiación, remoción
de órganos y glándulas, y transplantes y transfusiones. Es por esta razón que,
tanto en la cinta como en la novela, la mayoría de los humanimales son híbridos
de varias especies.
Las actuaciones son bastante buenas. Sobre
todo, me gustaron las interpretaciones de Laughton como un Dr. Moreau cínico y
perverso, y la de Bela Lugosi como un Predicador de la Ley muy distinto al que
aparece en la novela ‒en el texto original se trata de un animal indefinido con
un aspecto vagamente similar al de un Bedlington Terrier‒. El personaje creado
por Lugosi es mucho más grandilocuente y brillante que su contraparte
literaria.
La subtrama de la prometida de Parker al
rescate es interesante y está bien lograda. Se siente un poquito fuera de lugar
por momentos; pero al final se integra bien a toda la narración.
En conclusión, se trata de una gran
película que, si bien se aleja de su fuente original ‒de hecho, si uno se fija,
es más parecida a una adaptación de La
tempestad, de William Shakespeare‒, es un clásico del género que tan de
moda estuvo en esa época. Es entretenida, intrigante, y bastante liberal y
alocada, y se disfruta de principio a fin. Además, es un melodrama de
aventuras; pero también tiene Ciencia Ficción, Horror, Acción y Romance.
Guión
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1
|
Dirección
|
1
|
Actuación
|
2
|
Fotografía
|
2
|
Música
|
2
|
TOTAL
|
8
|
PARA
LA TRIVIA: La película fue prohibida en el Reino Unido hasta 1958,
territorio en el que fue considerada demasiado perversa y retorcida. Cuando las
autoridades argumentaron que la película era “contra-natural”, la actriz Elsa
Lanchester ‒esposa de Laughton y a quien recordamos por su inmortal
interpretación como la Novia de Frankenstein‒ contestó: “Claro que es
contra-natural. ¡Igual que Mickey Mouse!”.
A la fecha, la exhibición en salas de cine
de esta película sigue prohibida en Suecia... pero por un hueco legal, esta
prohibición no aplica para los formatos caseros ni la transmisión por TV.
Don Taylor, 1977
Estoy casi seguro que fueron
los avances logrados en el maquillaje de caracterización por la saga original de
El planeta de los simios (1968-1973) lo
que animó a los ejecutivos de American International a producir esta segunda
versión de la novela de Wells. Esta cinta retoma pocos elementos de su
predecesora; pero tampoco sigue muy fielmente el texto original. Aunque eso sí,
es propositiva en cuanto a la anécdota y a los elementos nuevos que incorpora.
Me parece muy interesante que, siendo el
polímata H.G. Wells una de las más importantes figuras en la literatura
inglesa, ésta sea la única película con producción británica basada en La
isla... También encuentro harto curioso que esta versión sea la única
ambientada en una época cercana a la época de la novela (el texto se publicó a
finales del siglo XIX, la película está ambientada en la época de la Primera
Guerra Mundial).
La trama es básicamente la misma. En ella,
Andrew Braddock (Michael York, interpretando un papel que fue rechazado por
David Carradine y por él mismo varias veces antes de aceptarlo), el ingeniero
de un barco a vapor, naufraga hasta una isla desconocida. La isla es habitada
por el misterioso, aunque didáctico, médico renegado Paul Moreau (Burt
Lancaster interpretando el papel que fue ofrecido a prácticamente cada actor
británico disponible y fue rechazado por todos); su asistente, el alcohólico y
sarcástico mercenario Montgomery (Nigel Davenport); y su bella hija adoptiva,
María (Barbara Carrera). Pero ellos no son los únicos habitantes de la isla,
pues un clan de híbridos animales-humanos creado por Moreau vive en la densa
jungla adorándolo como a un dios en un precario equilibrio social que está a
punto de desmoronarse con la llegada de Braddock.
En todo sentido, esta película es mucho más
arriesgada que su predecesora. Es menos pudorosa y más perversa. Tiene un tono
más oscuro que la anterior, lo que es irónico porque deja los elementos de
horror un tanto de lado, aunque empieza en un tono más épico. Pero la atmósfera
es más sórdida, los personajes son más perversos y hasta Montgomery parece más
ebrio.
De entre todos ellos, llama
particularmente la atención Moreau, quien es mucho más humano que en otras
encarnaciones. Este Dr. Moreau se ajusta menos al modelo de científico loco que
el interpretado por Laughton y es más ecuánime, centrado e incluso generoso...
hasta que descubre que Maria se ha enamorado de Braddock y planea huir con él.
El triángulo amoroso entre los tres personajes es una de las características
únicas de esta película y es el detonador de una subtrama interesante que quizá
peque de inverosímil, pero que al menos es bastante original.
En esta versión, Moreau utiliza cirugías y
transplantes para crear a los humanimales; pero sobre todo usa un suero que
altera el desarrollo de los animales y los convierte en criaturas humanoides, y
que funciona con base en los estudios sobre el desarrollo embrionario de
Charles Darwin. Lo que yo entiendo como una especie de versión rudimentaria de
la terapia de genes. Y, de hecho, sigue retomando un poco la idea original del
texto de Wells.
Los humanimales son muchos menos que en la película de los 30; pero se ven mejor, pues el maquillaje con prostéticos funciona bastante bien ‒los actores debían estar en la sala de maquillaje a las 4:00am para poder empezar a filmar a las 7:00‒. Además, aunque difícilmente son una docena, la producción logró fotografiarlos de tal manera que se vieran como si fueran más. Las especies están más definidas ‒claramente se pueden identificar un bisonte, un jabalí, un mono o una hiena, por citar algunos‒ y son personajes un tanto más complejos. Además, es muy interesante que, en una escena de la película, uno de ellos pide que lo maten para ser liberado de su sufrimiento... lo que hace ver a Moreau como un personaje mucho más oscuro aún.
Los humanimales son muchos menos que en la película de los 30; pero se ven mejor, pues el maquillaje con prostéticos funciona bastante bien ‒los actores debían estar en la sala de maquillaje a las 4:00am para poder empezar a filmar a las 7:00‒. Además, aunque difícilmente son una docena, la producción logró fotografiarlos de tal manera que se vieran como si fueran más. Las especies están más definidas ‒claramente se pueden identificar un bisonte, un jabalí, un mono o una hiena, por citar algunos‒ y son personajes un tanto más complejos. Además, es muy interesante que, en una escena de la película, uno de ellos pide que lo maten para ser liberado de su sufrimiento... lo que hace ver a Moreau como un personaje mucho más oscuro aún.
Otro elemento que me gusta de esta cinta es
que hacen mucho más evidente la degeneración de los humanimales. En la novela,
tras la muerte de Moreau, sus criaturas regresan a un estado cada vez más
salvaje que es una metáfora sobre la degradación social. Aunque la regresión
había sido planteada en la versión de los 30 con el personaje de Lota, en esta
versión es mucho más explícita y básicamente da a entender que los
hombres-bestia no podrán sobrevivir sin su creador.
La primera vez que vi esta película debo haber estado en los últimos años de la adolescencia. Previamente había leído la novela y visto la versión de 1996, y recuerdo que esta versión no me gustó en absoluto. Ya en posteriores visionados la he ido entendiendo mejor y le he agarrado gusto. Quizá sea el hecho de que es tan diferente a la novela, o que el ritmo es más pausado, o que a la fecha toda la subtrama de la transformación de Braddock sigue sin convencerme demasiado.
La primera vez que vi esta película debo haber estado en los últimos años de la adolescencia. Previamente había leído la novela y visto la versión de 1996, y recuerdo que esta versión no me gustó en absoluto. Ya en posteriores visionados la he ido entendiendo mejor y le he agarrado gusto. Quizá sea el hecho de que es tan diferente a la novela, o que el ritmo es más pausado, o que a la fecha toda la subtrama de la transformación de Braddock sigue sin convencerme demasiado.
Empero, hay otra serie de elementos de esta
versión que me encantan. El primero de ellos es su falta de pudor y el subtexto
erótico de todo el asunto. Barbara Carrera se ve muy guapa y es interesante la
vuelta de tuerca que le dan a su personaje con respecto a Lota en la versión de
1932.
También me gusta mucho el look de la isla ‒filmada en locación en las Islas Vírgenes‒ y el de la mansión de Moreau que es un tanto más “campestre” que en otras versiones.
También me gusta mucho el look de la isla ‒filmada en locación en las Islas Vírgenes‒ y el de la mansión de Moreau que es un tanto más “campestre” que en otras versiones.
Me parece interesante que en esta versión
es M’Ling (Nick Cravat), el sirviente de Moreau que está presente en la novela
y en las tres adaptaciones fílmicas, el precursor de la rebelión de los
humanimales.
También me gusta que en esta película ya
aparecen, al menos esbozados, algunos de los hombres-bestia que Wells describe
en el libro, destacando entre ellos el hombre-hiena, que en la novela es
enemigo mortal de Prendick, y que en esta película es el último mutante al que
se enfrenta Braddock antes de poder huir de la isla.
¡Y me encantan los stunts de hombres-bestia
peleando contra animales salvajes como tigres y leones!
Finalmente, creo que lo que más me gusta de
esta película es el factor nostalgia, pues tiene ese feeling de película de
domingo en Canal 5… aunque no recuerdo que la pasaran nunca.
Guión
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1
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Dirección
|
1
|
Actuación
|
1
|
Fotografía
|
2
|
Música
|
1
|
TOTAL
|
6
|
PARA
LA TRIVIA: Esta película es en realidad la segunda parte
de una trilogía de American International Pictures dedicada a H.G. Wells. La
primera parte fue El alimento de los dioses
(Gordon, 1976) que, a pesar de sus limitados efectos especiales es bastante
decente; y la tercera, El imperio de las
hormigas (Gordon, 1977) protagonizada por Joan Collins.
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