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jueves, 14 de enero de 2016

QUADROPHENIA. La gran ópera rock de The Who, ahora en película.

QUADROPHENIA

Franc Roddam, 1979

¿Por qué será que los curas son buenos para recomendar películas? Estudié mi bachillerato en una escuela religiosa y sí, como tal, llevaba una materia llamada Formación Religiosa. Era más entretenida de lo que imaginan. Se trataba de una especie de mezcla entre historia de la religión y Filosofía. Como sea, había un libro de texto para dicha materia y, en su afán de hacerlo ameno, los autores se apoyaban en muchas películas para explicar sus conceptos. De tal suerte, el libro estaba tapizado de fotogramas de películas como 1984 (Radford, 1984), Brasil (Gilliam, 1984), La guerra del fuego (Annaud, 1981), El Imperio contraataca (Kershner, 1980), Encuentros cercanos del tercer tipo (Spielberg, 1977) y una larga lista de etcéteras. Ahí fue cuando conocí Quadrophenia, aunque apenas tuve oportunidad de verla ahora, casi quince años después.


    Buscando la película conocí el álbum Quadrophenia, la segunda ópera rock de The Who, que se publicara en 1973 y por ello mismo tenía ciertas expectativas sobre la película... y creo que no se cumplieron...
    La película está ambientada en el Londres de 1964 y narra la historia de Jimmy (Phil Daniels), un adolescente rebelde miembro de la pandilla conocida como los mods. A lo largo de la película, seguimos a Jimmy en una odisea de autodescubrimiento que lo llevará a enfrentamientos con la banda rival conocida como rockers, a renunciar a su asfixiante trabajo, a meterse en drogas, a pretender a Steph (Leslie Ash), la novia de uno de los líderes de los mods, y otras tantas cosas que, a final de cuentas, le enseñarán su lugar en el mundo.


    Y, como pueden darse cuenta, esta sería una de las pocas quejas que tengo sobre la película: Ya la vi. Muchas veces. Me refiero a que por lo menos las primeras tres cuartas partes de la cinta son cliché tras cliché tras cliché de las películas de chavos rebeldes. De verdad, lo que sucede en esta cinta lo vimos ya en Rebelde sin causa (Ray, 1955), Vaselina (Kleiser, 1978), Fiebre de Sábado por la noche (Badham, 1977) o Hair (Forman, 1979).


    Mi otra queja es que la película no sea un musical. He de confesar que, de ordinario, no soy muy aficionado a los musicales en cine ‒los prefiero en teatro‒; pero en el caso de esta cinta sí me esperaba una cosa más a la Milos Forman, como Hair. Y no, las canciones del álbum Quadrophenia, y eso no todas, son relegadas a ser escuchadas como música de fondo en algunas escenas de la película. El resto de la banda sonora está conformada por canciones de bandas como The Kingsmen, Booker T. & the McG’s o The Chrystals.


    Y ya. Es lo único que no me convenció de la película. Las actuaciones son excelentes, lo mismo que la fotografía ‒¿Por qué en las películas británicas de los setenta todo es verde?‒, que logra evocar el ambiente de asfixia y desesperación en el que se desenvuelve Jimmy.
    Incluso es memorable la aparición de Sting a quien, francamente, nunca le he tenido demasiada fe como actor; pero que en esta película hasta nos cae de lo más simpático con un personaje que se las da de ser muy chicho y después descubrimos que en realidad es un pobre diablo.


    Pero, sobre todo, lo que me parece sobresaliente de esta cinta es que se trata de un homenaje. Un homenaje a la música y una celebración al espíritu de los 60, a ser adolescente, a ser rebelde, un tributo al Rock n’ Roll y no sólo por la música, sino como un estilo de vida y como un símbolo.
    Quizá porque sólo una sociedad tan tradicionalista y conservadora como la de la Inglaterra de la posguerra pudo haber dado origen a una rebelión tan cáustica y explosiva como la de la juventud de los 60.


    Se trata de una buena película, sólo creo que yo me generé expectativas diferentes sobre ella. Y así como hay quienes dicen “el libro es mucho mejor” cuando hablan sobre una película basada en un libro, aunque nunca me ha parecido una comparación del todo válida, creo que terminaré afirmando que “el disco es mucho mejor que la película”. Pero siendo justos, debo decir que me gustó mucho esta cinta por su buena manufactura. Digamos que la estuve buscando por una razón y terminó gustándome por otra.


      

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