EL
HOMBRE HORMIGA
Ant-Man
Peyton Reed, 2015
Permítanme iniciar esta
crítica siendo muy honesto: No me interesaba ver esta película en absoluto.
Cuando escuché que la estaban preparando pensé quizá ya se estaban excediendo
al sacar una película de gran presupuesto de un superhéroe tan impopular como
Ant-Man... Quiero decir, el tipo fue uno de los miembros originales de The Avengers, un equipo de superhéroes
creado por Marvel para elevar las ventas de títulos que no estaban ganando
mucho dinero individualmente.
Luego vi fotos del diseño del traje que
Ant-Man usaría en la pantalla grande y quedé muy sorprendido, pues lograron que
se viera cool cuando el original siempre me pareció algo ridículo. Luego vi el
tráiler y pensé “¡Bah! Es otra película de superhéroes sobresaturada de efectos
especiales que trata de acarrear más público para que se enganche con el
Universo Marvel”, y decidí que no estaba interesado.
Pero después, leí un par de críticas y vi
que amigos míos la recomendaban en las redes sociales así que decidí darle una
oportunidad. Y la maldita película me tapó la boca.
La cinta cuenta la historia del Dr. Hank Pym
(Michael Douglas), quien a finales de los 80 descubre un compuesto que permite disminuir
el espacio entre los átomos de un material, logrando encogerlo a dimensiones
minúsculas. La junta directiva de su propia compañía lo expulsa de la misma
debido a su rechazo de utilizar esta tecnología con fines bélicos. En la
actualidad el discípulo de Pym, Darren Cross (Corey Stoll), en colaboración con
su hija distanciada, Hope (Evangeline Lilly), ha logrado replicar la tecnología
de su mentor aplicándola a un traje de alta tecnología diseñado para el uso
militar conocido como Yellowjacket.
En un arrebato de conciencia, Pym recluta
—un poco sin su conocimiento— a un exladrón recién salido de la prisión de San
Quintín, Scott Lang (Paul Rudd). En realidad, Scott es un hombre bueno que
trató de luchar contra el sistema y perdió la batalla, así que Pym le ofrece
una segunda oportunidad utilizando un artefacto que durante casi treinta años
fue prácticamente una leyenda urbana: el traje del Hombre Hormiga —además de
otro aparato que le permite controlar un ejército de hormigas con el
pensamiento—, para sabotear la investigación de Cross e impedir que la
tecnología de la Partícula Pym sea utilizada como arma.
Una de las razones por las que no me
atraían los cómics del Hombre Hormiga cuando era pequeño es que desde entonces
el traje me parecía ridículo. Pero la gente a cargo del diseño de arte pudo
superar ese obstáculo y, después de un Extreme
Make-Over, le dieron un look bastante interesante.
El segundo “pero” que le ponía de niño a
Ant-Man era que la verdad la premisa me parecía un poco absurda. Y creo que en
el tratamiento de la premisa es donde la película tiene su mayor fortaleza. Los
realizadores de este proyecto parecen trabajar bajo la consigna de no tomarse
en serio el material fuente, logrando no sólo que la película salga avante,
sino que además sea genuinamente entretenida y divertida.
Más allá de los chistes de slapstick —que sí los hay, pero son los
menos y son buenos— la película se enfoca en una comedia más conceptual. Con
una propuesta más de autoparodia, la cinta toma los clichés del melodrama de
superhéroes y sin preocupación alguna se pitorrea de ellos. Los actores
principales, Rudd y Lilly, tienen muy buena química en pantalla y es divertido
verlos juntos.
Vi esta película en 3D y creo que valió la
pena. Los efectos especiales son comunes y corrientes de la era digital; pero
es impresionante ver hormigas aparentemente gigantes, chorros de agua y objetos
cotidianos aumentados miles de veces viniendo hacia uno.
El soundtrack también es bueno y me gustó
cómo retomó un sonido muy sesentero, homenajeando la época en que los cómics de
Ant-Man fueron casi populares.
Del mismo modo, la cinta retoma los
enfrentamientos entre superhéroes que ayudaron a forjar el carácter de Marvel
Comics a mediados del siglo XX. ¿Recuerdan cuando Spider-Man se enfrentó a los
4 Fantásticos y que desde entonces traía pique con la Antorcha humana, por lo
que lo desafió y peleó contra él? Yo tampoco, fue en 1963 o algo así, pero leí
las reimpresiones, y son de lo más ñoño. Y todo ese espíritu se retoma en esta
cinta con la confrontación entre el Hombre Hormiga y Falcon (Anthony Mackie).
El único “pero” que sí le voy a poner a
esta película es el que parece ser el mal común de todas las películas de Marvel
y es que todos sus villanos son unos papanatas. En serio, no tienen
motivaciones creíbles y parece que sólo son malvados porque... ¡Hombre! Pues
porque ahí dice que son los malos y ya. Vamos, en el caso de esta película el
malo sólo es ambicioso… y se vuelve medio psicópata porque el proceso de
encogimiento altera la química de su cerebro —¿Recuerdan que era lo mismo que
le pasaba al Hombre Invisible (Whale,
1933)—, pero fuera de eso ni si quiera da mucho miedo. Marvel, tus villanos
cinematográficos tienen menos personalidad que Zoey Deschannel sin fleco.
Las primeras aproximaciones del guión
retomaban la historia del Ant-Man original, Hank Pym; pero a
Disney/Pixar/Marvel/Lucasfilm le pareció que un científico enloquecido por su
obra que desarrollaba personalidades múltiples, una de las cuales era violenta
y golpeaba a su novia, sería poco amigable para un público familiar, por lo que
decidieron basar el guión de la película en el sucesor de Hank, Scott Lang.
Así pues, fuera de su tradicional villano
anodino, El Hombre Hormiga fue una
agradable sorpresa. Es muchísimo más entretenida que Avengers: La Era de Ultrón (Whedon, 2015) y muchísimo menos
pretenciosa, y en resumidas cuentas cumple con su cometido.
Mención aparte merece la campaña
publicitaria de la película, que fue ingeniosa y cómica. Quiero decir, bendito
Ant-Man que puede meterse en el escote de Black Widow.
Me parece que la próxima película de
Avengers podría repuntar después del tropezón que significó la segunda parte ahora
que Falcon, Ant-Man y, seguramente, Wasp se incorporan a su alineación.
PARA
LA TRIVIA: El efecto de sonido de los disparos láser del Yellowjacket
es el mismo que se utilizó para los cañones láser de los AT-AT imperiales en El Imperio contraataca (Kershner, 1980).
SPOILER
(Aunque dudo que a estas alturas del partido lo sea): En la escena
post-créditos de esta cinta, podemos ver la versión femenina y mejorada del
traje creado por Pym, conocido como Wasp. Se confirma entonces que Hope asumirá
la identidad de Wasp... Y me pareció un poco absurdo que pusieran esta
secuencia como escena post-créditos, porque encajaba perfectamente como epílogo
de la película.
¿Entonces no viste la verdadera escena post créditos donde Falcon y El Capitán América encuentran al soldado del invierno? ¿Porque todo el mundo se la perdió? Además me gustó la referencia a Spider Man que tal vez aparezca en Avengers 3 y sobre todo la actuación de Michael Douglas, uno de mis actores favoritos desde que era joven Es una película muy bien lograda igual que Guardianes de la Galaxia, creo que Marvel si va a seguir sorprendiéndonos
ResponderBorrar¿Pues pa' qué ponen dos? Que no mamen.
BorrarOra la vuelves a ver y vuelves a escribir todo jajajajajajaja
BorrarJajajaja, sí. Aunque seguramente el hecho de que haya dos escenas post-créditos es para seguir con la guasa de autoparodiar a Marvel.
BorrarEl diseño de vestuario es de Sammy Sheldon, quien también participó en "V de Venganza", "Kick-Ass" y "X-Men: Primera generación".
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