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martes, 4 de agosto de 2015

EL HOMBRE HORMIGA. Una pequeña gran sorpresa.


EL HOMBRE HORMIGA
Ant-Man

Peyton Reed, 2015

Permítanme iniciar esta crítica siendo muy honesto: No me interesaba ver esta película en absoluto. Cuando escuché que la estaban preparando pensé quizá ya se estaban excediendo al sacar una película de gran presupuesto de un superhéroe tan impopular como Ant-Man... Quiero decir, el tipo fue uno de los miembros originales de The Avengers, un equipo de superhéroes creado por Marvel para elevar las ventas de títulos que no estaban ganando mucho dinero individualmente.
   Luego vi fotos del diseño del traje que Ant-Man usaría en la pantalla grande y quedé muy sorprendido, pues lograron que se viera cool cuando el original siempre me pareció algo ridículo. Luego vi el tráiler y pensé “¡Bah! Es otra película de superhéroes sobresaturada de efectos especiales que trata de acarrear más público para que se enganche con el Universo Marvel”, y decidí que no estaba interesado.


    Pero después, leí un par de críticas y vi que amigos míos la recomendaban en las redes sociales así que decidí darle una oportunidad. Y la maldita película me tapó la boca.
    La cinta cuenta la historia del Dr. Hank Pym (Michael Douglas), quien a finales de los 80 descubre un compuesto que permite disminuir el espacio entre los átomos de un material, logrando encogerlo a dimensiones minúsculas. La junta directiva de su propia compañía lo expulsa de la misma debido a su rechazo de utilizar esta tecnología con fines bélicos. En la actualidad el discípulo de Pym, Darren Cross (Corey Stoll), en colaboración con su hija distanciada, Hope (Evangeline Lilly), ha logrado replicar la tecnología de su mentor aplicándola a un traje de alta tecnología diseñado para el uso militar conocido como Yellowjacket.
    En un arrebato de conciencia, Pym recluta —un poco sin su conocimiento— a un exladrón recién salido de la prisión de San Quintín, Scott Lang (Paul Rudd). En realidad, Scott es un hombre bueno que trató de luchar contra el sistema y perdió la batalla, así que Pym le ofrece una segunda oportunidad utilizando un artefacto que durante casi treinta años fue prácticamente una leyenda urbana: el traje del Hombre Hormiga —además de otro aparato que le permite controlar un ejército de hormigas con el pensamiento—, para sabotear la investigación de Cross e impedir que la tecnología de la Partícula Pym sea utilizada como arma.



    Una de las razones por las que no me atraían los cómics del Hombre Hormiga cuando era pequeño es que desde entonces el traje me parecía ridículo. Pero la gente a cargo del diseño de arte pudo superar ese obstáculo y, después de un Extreme Make-Over, le dieron un look bastante interesante.
    El segundo “pero” que le ponía de niño a Ant-Man era que la verdad la premisa me parecía un poco absurda. Y creo que en el tratamiento de la premisa es donde la película tiene su mayor fortaleza. Los realizadores de este proyecto parecen trabajar bajo la consigna de no tomarse en serio el material fuente, logrando no sólo que la película salga avante, sino que además sea genuinamente entretenida y divertida.
    Más allá de los chistes de slapstick —que sí los hay, pero son los menos y son buenos— la película se enfoca en una comedia más conceptual. Con una propuesta más de autoparodia, la cinta toma los clichés del melodrama de superhéroes y sin preocupación alguna se pitorrea de ellos. Los actores principales, Rudd y Lilly, tienen muy buena química en pantalla y es divertido verlos juntos.


    Vi esta película en 3D y creo que valió la pena. Los efectos especiales son comunes y corrientes de la era digital; pero es impresionante ver hormigas aparentemente gigantes, chorros de agua y objetos cotidianos aumentados miles de veces viniendo hacia uno.
    El soundtrack también es bueno y me gustó cómo retomó un sonido muy sesentero, homenajeando la época en que los cómics de Ant-Man fueron casi populares.
    Del mismo modo, la cinta retoma los enfrentamientos entre superhéroes que ayudaron a forjar el carácter de Marvel Comics a mediados del siglo XX. ¿Recuerdan cuando Spider-Man se enfrentó a los 4 Fantásticos y que desde entonces traía pique con la Antorcha humana, por lo que lo desafió y peleó contra él? Yo tampoco, fue en 1963 o algo así, pero leí las reimpresiones, y son de lo más ñoño. Y todo ese espíritu se retoma en esta cinta con la confrontación entre el Hombre Hormiga y Falcon (Anthony Mackie).
    El único “pero” que sí le voy a poner a esta película es el que parece ser el mal común de todas las películas de Marvel y es que todos sus villanos son unos papanatas. En serio, no tienen motivaciones creíbles y parece que sólo son malvados porque... ¡Hombre! Pues porque ahí dice que son los malos y ya. Vamos, en el caso de esta película el malo sólo es ambicioso… y se vuelve medio psicópata porque el proceso de encogimiento altera la química de su cerebro —¿Recuerdan que era lo mismo que le pasaba al Hombre Invisible (Whale, 1933)—, pero fuera de eso ni si quiera da mucho miedo. Marvel, tus villanos cinematográficos tienen menos personalidad que Zoey Deschannel sin fleco.


    Las primeras aproximaciones del guión retomaban la historia del Ant-Man original, Hank Pym; pero a Disney/Pixar/Marvel/Lucasfilm le pareció que un científico enloquecido por su obra que desarrollaba personalidades múltiples, una de las cuales era violenta y golpeaba a su novia, sería poco amigable para un público familiar, por lo que decidieron basar el guión de la película en el sucesor de Hank, Scott Lang.
    Así pues, fuera de su tradicional villano anodino, El Hombre Hormiga fue una agradable sorpresa. Es muchísimo más entretenida que Avengers: La Era de Ultrón (Whedon, 2015) y muchísimo menos pretenciosa, y en resumidas cuentas cumple con su cometido.
    Mención aparte merece la campaña publicitaria de la película, que fue ingeniosa y cómica. Quiero decir, bendito Ant-Man que puede meterse en el escote de Black Widow.


    Me parece que la próxima película de Avengers podría repuntar después del tropezón que significó la segunda parte ahora que Falcon, Ant-Man y, seguramente, Wasp se incorporan a su alineación.

PARA LA TRIVIA: El efecto de sonido de los disparos láser del Yellowjacket es el mismo que se utilizó para los cañones láser de los AT-AT imperiales en El Imperio contraataca (Kershner, 1980).

SPOILER (Aunque dudo que a estas alturas del partido lo sea): En la escena post-créditos de esta cinta, podemos ver la versión femenina y mejorada del traje creado por Pym, conocido como Wasp. Se confirma entonces que Hope asumirá la identidad de Wasp... Y me pareció un poco absurdo que pusieran esta secuencia como escena post-créditos, porque encajaba perfectamente como epílogo de la película.


5 comentarios:

  1. ¿Entonces no viste la verdadera escena post créditos donde Falcon y El Capitán América encuentran al soldado del invierno? ¿Porque todo el mundo se la perdió? Además me gustó la referencia a Spider Man que tal vez aparezca en Avengers 3 y sobre todo la actuación de Michael Douglas, uno de mis actores favoritos desde que era joven Es una película muy bien lograda igual que Guardianes de la Galaxia, creo que Marvel si va a seguir sorprendiéndonos

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    1. ¿Pues pa' qué ponen dos? Que no mamen.

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    2. Ora la vuelves a ver y vuelves a escribir todo jajajajajajaja

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    3. Jajajaja, sí. Aunque seguramente el hecho de que haya dos escenas post-créditos es para seguir con la guasa de autoparodiar a Marvel.

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  2. El diseño de vestuario es de Sammy Sheldon, quien también participó en "V de Venganza", "Kick-Ass" y "X-Men: Primera generación".

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