TERMINATOR:
GÉNESIS
Terminator:
Genisys
Alan Taylor, 2015
“I´ll be back” dijo el cyborg
exterminador modelo T-800 interpretado por Arnold Schwarzanegger en la película
original de El exterminador, dirigida
por James Cameron en 1984 ¡Y vaya si lo cumplió! A más de treinta años del
estreno de la película original, sigue la mata dando.
Lo bueno de tener una franquicia de
películas cuyas tramas giran en torno al viaje en el tiempo y la manipulación
de eventos en el pasado para evitar eventos futuros es que si le das al traste
en algún punto, siempre puedes volver al inicio y empezar otra vez... Lo cual
vuelve un poco ocioso el que James Cameron haya declarado que los eventos que
se narran en Terminator 3: La revolución
de las máquinas (Mostow, 2003) y en la serie de T.V. Las crónicas de Sarah Connor (2008-2009) nunca sucedieron y quedan
fuera de la cronología oficial de la serie.
De todos modos, en la humilde opinión de su
servidor, las únicas películas de la serie que realmente deberían ser
“inamovibles” son las primeras dos. Ya después de ellas, todo me ha parecido
como spin-offs más que secuelas de
verdad y después de la tercera parte, ya no espero demasiado de ellas… Hasta
creo que el stunt show del parque de diversiones de Universal Studios en
Orlando está más padre.
En esta entrega de la saga por fin vemos la
última batalla de la Resistencia liderada por John Connor (Jason Clarke, a
quien quizá recuerden por su papel de Malcolm en El planeta de los simios: Confrontación [Reeves, 2014]) en contra
de la computadora central de Skynet, cuando ésta decide enviar al primer
exterminador (Arnold Schwarzenegger CGI) a 1984 para eliminar a Sarah Connor (Emilia
Clarke); por lo que John envía a su mejor amigo y mano derecha, Kyle Reese (Jai
Courtney) al pasado para protegerla.
Sin embargo, cuando Reese llega a 1984 se
encuentra con una línea temporal completamente distinta a la que había
anticipado, en la que Sarah Connor no es tan fea como recordábamos y es
protegida por el T-800 original reprogramado (Schwarzenegger sin CGI), quien la
defenderá del T-800 enviado originalmente a matarla y del T-1000 (Byung-hun
Lee) que busca matarla a ella y a Reese. Descubre también que Sarah y “Pops”
(que es como ha bautizado cariñosamente a su T-800) han construido una máquina
del tiempo para viajar a 1997 y destruir los cuarteles de la compañía CyberDyne
y así evitar el ataque nuclear de Skynet —que, de hecho, es lo que sucede en la
segunda película—; pero, gracias a un recuerdo implantado por él mismo en su yo
del pasado, Reese convence a Sarah de viajar al 2017 para destruir CyberDyne y
evitar que Genisys, el sistema operativo de moda que permite una interconexión
total y que en realidad es un caballo de Troya de Skynet, se active a nivel
global. Para lograrlo, deberán enfrentarse antes al exterminador más poderoso y
más avanzado creado por Skynet: John Connor.
Sí, es una historia rebuscada... ¿Pero
acaso no lo son todas las de la saga? Bueno, quizá no. El argumento de la
tercera parte era más bien ramplón y la cuarta parte sí era tal cual un spin-off en el que los viajes en el
tiempo y las líneas temporales alternativas poco tenían que ver. Y en Las crónicas de Sarah Connor… Es
chistoso, porque Cameron ya negó que los eventos de esta serie formaran parte
del canon de la saga, pero su principal propósito fue sacar los eventos de la
tercera película del canon de la saga.
Tal vez James Cameron debería construir una
máquina del tiempo y viajar a 2003 para evitar que Terminator 3 sea producida. O incluso, para estar seguro, podría
viajar a 1961 para matar a los padres del director Jonathan Mostow y evitar que
nazca… ¡Ah, tantas posibilidades!
Como sea, se agradece que esta cinta
intente regresar a la premisa original de la primera película y agregar nuevos
elementos a la mitología, por no mencionar que actualiza el concepto de una
manera que se siente bastante natural y orgánica. La película sigue explotando
nuestro miedo a ser rebasados por la tecnología, pero lo presenta ahora en
forma de software malicioso y nanotecnología.
Y todas las “trademarks” de la franquicia
están de vuelta: Escenas de balazos llenas de acción, elementos de Ciencia
Ficción —mejor aprovechados en esta entrega que en las últimas dos, en mi
opinión—, diálogos ingeniosos con gags autorreferenciales y larguísimas
persecuciones de vehículos. Y, por supuesto, Arnold Schwarzenegger por primera
vez enfrentándose a sí mismo en una escena bastante interesante lograda gracias
a la magia del CGI al superponer la cara del austriaco en el cuerpo del
fisicoculturista Brett Azar—aunque en muchas otras escenas se nota que el T-800
“joven” es un doble—.
Están además los elementos del T-800
tratando de adaptarse a la sociedad humana que estaban presentes desde la
primera cinta y que ya después se tomaron a guasa... como en esta película, de
hecho.
Al inicio la película parece un poco
ociosa, pues da la impresión de que uno sólo está viendo recreaciones de escenas
de la primera película, y unas cuantas de la segunda, pero interpretadas por
otros actores. Sin embargo, esto sólo dura durante el primer acto de la
peli… Y la razón de ello es bastante
curiosa, pero la comentaré en los datos de trivia.
Me gustó cómo manejaron al personaje de
John Connor. Siempre me pareció que Terminator
3 habría sido mil veces más interesante si la Terminatrix hubiera tomado la
apariencia de Sarah Connor. Bien, pues en esta entrega los escritores pensaron
algo similar convirtiendo al John Connor que regresa al pasado en un terminator
construido con tecnología de punta y que ya no es tanto un cyborg, vamos, no es
ni máquina ni humano, sino un organismo completamente diferente —¿Recuerdan que
una idea similar a ésta ya había aparecido en Aliens vs Depredador vs Terminator?—, prácticamente indestructible
y, por si fuera poco, megalómano.
Y también agradecí la inclusión de J.K
Simmons (J.J Jameson en la primera trilogía de Spider-Man [Raimi 2002-2007]) en el papel del detective O’Brien, un
policía con problemas de alcoholismo y vis
comica que ha estado investigando los viajes en el tiempo desde su fortuito
encuentro con Kyle Reese en 1984, cuando aún era un patrullero. Y es que este
hombre suele tener personajes entrañables siempre. Un poco como Stanley Tucci:
siempre hacen papeles secundarios que parecen no ser tan importantes, pero que
extrañarías si no estuvieran ahí... Digo, ¿qué sería de Juno sin su papá?
Por último debo decir que fue plausible la justificación
que dieron para tener a un Arnold de la tercera edad en pantalla. De cualquier
modo, los realizadores supieron aprovechar al ex Mr. Universo sabiendo que si
bien es un elemento fundamental de la franquicia, dejo de ser su atractivo
principal hace tiempo.
Y aunque puedo decir que es una película
decente, que no me pareció particularmente buena ni mala, sino sólo
entretenida, me causa conflicto en algunas partes.
Por principio de cuentas está el casting.
Aunque en general me parece bastante adecuado y las caracterizaciones de todos
son buenas, me desconcierta que se hayan molestado en conseguir a una actriz
que se pareciera tanto a Linda Hamilton —pero en bonita— sólo para castear a un
actor que nada tiene que ver con Michael Biehn para el papel de Reese. Jason
Clarke tampoco tiene mucho que ver con el primer John Connor, Michael Edwards,
pero ¿quién lo recuerda?
En segunda instancia, está el conflicto que
he tenido desde siempre con la franquicia de Terminator. No me malinterpreten,
las primeras dos son de mis películas favoritas de toda la vida; pero siempre
me he preguntado ¿Las máquinas construirían obreros? Digo, los exterminadores
tienen la función específica de infiltrarse entre los humanos y por ello es
indispensable que sean antropomorfos, pero ¿Por qué una máquina construiría
máquinas para que operasen otras máquinas? En los primeros años de la guerra se
entiende, pues tendrían que utilizar máquinas creadas por y para humanos, pero
después ¿Por qué construir un robot que maneje una ametralladora en vez de
construir un robot-ametralladora? ¿Por qué poner a los exterminadores a
conducir un camión en vez de construir un camión que Skynet pueda guiar a
distancia? Digo, están los Hunter-killers y esas madres que parecen cangrejos…
y nada más. ¿Por qué la máquina del tiempo tendría una interfaz que le
permitiera a los humanos interactuar con ella[1]?
Y finalmente está el “desvelar” el
misterio. Si bien me pareció agradable cómo se manejó todo el asunto de la
máquina del tiempo y el viaje en el mismo, me pone un poco en conflicto el que
se muestre en pantalla. Digo, en las primeras películas ése era el gran
misterio y de pronto ¡Pum! Ahí está el generador de campo intrínseco, es más,
Sarah Connor y el T-800 pudieron construir uno prácticamente con piezas de
plomería, como si fueran McGyver. Es como si en The Big Bang Theory hubiera aparecido la mamá de Howard.
Creo que no es la película que va a
rescatar la franquicia, pero tampoco será la que todos negarán cuando les
pregunten por ella. A su favor tiene que es mucho mejor que la tercera parte y
que es completamente distinta a la cuarta —que no es mala, sólo es demasiado
diferente—, además de que la verdad sí le echaron ganitas a la historia.
Entretenida, divertida, con un poco menos de violencia de lo que me hubiera
gustado y sin desnudos —tal vez no lo recuerden, pero en la primera peli hubo
escenas topless de Linda Hamilton—; pero en general es buena y creo que depende
menos del factor nostalgia que MundoJurásico (Trevorrow, 2015), por ejemplo, lo que me parece bien. Como sea,
Paramount Pictures planeó esta película como la primera parte de una nueva
trilogía y, gracias a sus resultados en taquilla, ya le dieron luz verde a la
segunda parte.
Con todo, me sigo quedando con las dos
primeras —porque de hecho, el final de la segunda película niega la posibilidad
de que la historia se extienda más—; me gustaría ver una película donde el
T-800 vuelva a ser el malo y creo que Clarke ha sido el mejor John Connor desde
Edward Furlong.
PARA
LA TRIVIA: La razón por la que Paramount Pictures recreó las escenas
de la primera película en vez de utilizar pietaje original es porque no poseen
los derechos de esta cinta —aunque tampoco me parece que se vea mal el
resultado—. De hecho, los derechos de cada película de Terminator los tiene una
compañía distinta: la primera cinta fue distribuida por Orion Pictures, la
segunda, por TriStar; la tercera por Warner Bros. la cuarta por Columbia/Warner
Bros. Y esta quinta, por Paramount. Después de sus estrenos originales, algunas
de estas compañías se han fusionado como Columbia/TriStar y después han sido
absorbidas, otras fueron absorbidas por completo como Orion y algunas como
Carolco, de plano desaparecieron, por lo que los derechos de sus catálogos han
cambiado de dueños muchas veces.
PARA
LA TRIVIA GEEK: Según lo declaró James Cameron, Terminator: Génesis sería en realidad la
tercera entrada de la franquicia, por eso su línea argumental se conecta
directamente con los eventos de Terminator
2: El juicio final (Cameron, 1991). De hecho, el presidente de CyberDyne,
Danny Dyson (Dayo Okeniyi), es el mismo personaje que aparece como niño en la
segunda película.
[1] SPOILER: Ya en esta película vemos que
por lo menos la base de lo que se convertiría en el generador de campo
intrínseco que permite viajar en el tiempo fue creado por humanos y para
humanos; pero aún así.
Como siempre, excelente reseña y crítica.
ResponderBorrarYa hasta me dieron ganas de ver la película, que honestamente no me había interesado en absoluto. De hecho, me quedé en la tercera. La cuarta ya no la vi.
Será que te espantó la tercera, jaja. La cuarta no es tan mala.
BorrarDe hecho no es tan mala No sufre tanto el mal de "secuelitis" y como siempre Arnold muchasletras se autoparodia de manera genial, tiene un ritmo muy dinámico y si logra conectar con los fans Lo único que no me gustó es el hecho de que Skynet siempre mandé robots al pasado cuando es obvio que el plan no funciona Es decir, manda un robot a matar a Sarah Connor, manda otro a matar a Jhon Connor de niño, mandan otro a matar a Sarah Connor de niña, en la siguiente va a mandar un robot a matar a los padres de Sarah Connor y asi infinitamente Siendo Skynet una super inteligenica superior a la humana ya deberia de conocer la teoría de las paradojas: Utiliza una máquina del tiempo para mandar un asesino al pasado para evitar que John Connor nazca, si ese objetivo se lograra entonces en el futuro ya para que construir una maquina del tiempo y usarla para evitar que nazca una persona que no existe, es decir, la existencia de la máquina del tiempo y de Skynet depende enteramente de que John Connor exista No cabe duda que la mejor película que maneja las paradojas de manera convincente es Volver al Futuro, las demás si cojean un poco
ResponderBorrarAsí es. Del mismo modo que la causante de que exista John Connor es Skynet. Lo que me sigue molestando un poco fue que nunca se explicó por fin quién mandó a Pops. Y sí, Arnoldo Sánchez-Pérez es genial autoparodiándose... quizá sea por eso que lleva dos terceras partes de lo que ha durado su carrera como "actor" haciéndolo.
BorrarPor cierto, si quieres ver a esta preciosa actriz como Dios la trajo al mundo te recomiendo la primera temporada de Juego de Tronos, es Daenerys Targaryen
Borrar¡Gracias! : D
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