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domingo, 12 de julio de 2015

TERMINATOR: GÉNESIS. "Hasta la vista, Baby!... Oh, espera, regresaste..."



TERMINATOR: GÉNESIS
Terminator: Genisys


Alan Taylor, 2015

“I´ll be back” dijo el cyborg exterminador modelo T-800 interpretado por Arnold Schwarzanegger en la película original de El exterminador, dirigida por James Cameron en 1984 ¡Y vaya si lo cumplió! A más de treinta años del estreno de la película original, sigue la mata dando.
    Lo bueno de tener una franquicia de películas cuyas tramas giran en torno al viaje en el tiempo y la manipulación de eventos en el pasado para evitar eventos futuros es que si le das al traste en algún punto, siempre puedes volver al inicio y empezar otra vez... Lo cual vuelve un poco ocioso el que James Cameron haya declarado que los eventos que se narran en Terminator 3: La revolución de las máquinas (Mostow, 2003) y en la serie de T.V. Las crónicas de Sarah Connor (2008-2009) nunca sucedieron y quedan fuera de la cronología oficial de la serie.


    De todos modos, en la humilde opinión de su servidor, las únicas películas de la serie que realmente deberían ser “inamovibles” son las primeras dos. Ya después de ellas, todo me ha parecido como spin-offs más que secuelas de verdad y después de la tercera parte, ya no espero demasiado de ellas… Hasta creo que el stunt show del parque de diversiones de Universal Studios en Orlando está más padre.
    En esta entrega de la saga por fin vemos la última batalla de la Resistencia liderada por John Connor (Jason Clarke, a quien quizá recuerden por su papel de Malcolm en El planeta de los simios: Confrontación [Reeves, 2014]) en contra de la computadora central de Skynet, cuando ésta decide enviar al primer exterminador (Arnold Schwarzenegger CGI) a 1984 para eliminar a Sarah Connor (Emilia Clarke); por lo que John envía a su mejor amigo y mano derecha, Kyle Reese (Jai Courtney) al pasado para protegerla.


    Sin embargo, cuando Reese llega a 1984 se encuentra con una línea temporal completamente distinta a la que había anticipado, en la que Sarah Connor no es tan fea como recordábamos y es protegida por el T-800 original reprogramado (Schwarzenegger sin CGI), quien la defenderá del T-800 enviado originalmente a matarla y del T-1000 (Byung-hun Lee) que busca matarla a ella y a Reese. Descubre también que Sarah y “Pops” (que es como ha bautizado cariñosamente a su T-800) han construido una máquina del tiempo para viajar a 1997 y destruir los cuarteles de la compañía CyberDyne y así evitar el ataque nuclear de Skynet —que, de hecho, es lo que sucede en la segunda película—; pero, gracias a un recuerdo implantado por él mismo en su yo del pasado, Reese convence a Sarah de viajar al 2017 para destruir CyberDyne y evitar que Genisys, el sistema operativo de moda que permite una interconexión total y que en realidad es un caballo de Troya de Skynet, se active a nivel global. Para lograrlo, deberán enfrentarse antes al exterminador más poderoso y más avanzado creado por Skynet: John Connor.
    Sí, es una historia rebuscada... ¿Pero acaso no lo son todas las de la saga? Bueno, quizá no. El argumento de la tercera parte era más bien ramplón y la cuarta parte sí era tal cual un spin-off en el que los viajes en el tiempo y las líneas temporales alternativas poco tenían que ver. Y en Las crónicas de Sarah Connor… Es chistoso, porque Cameron ya negó que los eventos de esta serie formaran parte del canon de la saga, pero su principal propósito fue sacar los eventos de la tercera película del canon de la saga.
    Tal vez James Cameron debería construir una máquina del tiempo y viajar a 2003 para evitar que Terminator 3 sea producida. O incluso, para estar seguro, podría viajar a 1961 para matar a los padres del director Jonathan Mostow y evitar que nazca… ¡Ah, tantas posibilidades!


    Como sea, se agradece que esta cinta intente regresar a la premisa original de la primera película y agregar nuevos elementos a la mitología, por no mencionar que actualiza el concepto de una manera que se siente bastante natural y orgánica. La película sigue explotando nuestro miedo a ser rebasados por la tecnología, pero lo presenta ahora en forma de software malicioso y nanotecnología.
    Y todas las “trademarks” de la franquicia están de vuelta: Escenas de balazos llenas de acción, elementos de Ciencia Ficción —mejor aprovechados en esta entrega que en las últimas dos, en mi opinión—, diálogos ingeniosos con gags autorreferenciales y larguísimas persecuciones de vehículos. Y, por supuesto, Arnold Schwarzenegger por primera vez enfrentándose a sí mismo en una escena bastante interesante lograda gracias a la magia del CGI al superponer la cara del austriaco en el cuerpo del fisicoculturista Brett Azar—aunque en muchas otras escenas se nota que el T-800 “joven” es un doble—.
    Están además los elementos del T-800 tratando de adaptarse a la sociedad humana que estaban presentes desde la primera cinta y que ya después se tomaron a guasa... como en esta película, de hecho.


    Al inicio la película parece un poco ociosa, pues da la impresión de que uno sólo está viendo recreaciones de escenas de la primera película, y unas cuantas de la segunda, pero interpretadas por otros actores. Sin embargo, esto sólo dura durante el primer acto de la peli…  Y la razón de ello es bastante curiosa, pero la comentaré en los datos de trivia.
    Me gustó cómo manejaron al personaje de John Connor. Siempre me pareció que Terminator 3 habría sido mil veces más interesante si la Terminatrix hubiera tomado la apariencia de Sarah Connor. Bien, pues en esta entrega los escritores pensaron algo similar convirtiendo al John Connor que regresa al pasado en un terminator construido con tecnología de punta y que ya no es tanto un cyborg, vamos, no es ni máquina ni humano, sino un organismo completamente diferente —¿Recuerdan que una idea similar a ésta ya había aparecido en Aliens vs Depredador vs Terminator?—, prácticamente indestructible y, por si fuera poco, megalómano.
    Y también agradecí la inclusión de J.K Simmons (J.J Jameson en la primera trilogía de Spider-Man [Raimi 2002-2007]) en el papel del detective O’Brien, un policía con problemas de alcoholismo y vis comica que ha estado investigando los viajes en el tiempo desde su fortuito encuentro con Kyle Reese en 1984, cuando aún era un patrullero. Y es que este hombre suele tener personajes entrañables siempre. Un poco como Stanley Tucci: siempre hacen papeles secundarios que parecen no ser tan importantes, pero que extrañarías si no estuvieran ahí... Digo, ¿qué sería de Juno sin su papá?


    Por último debo decir que fue plausible la justificación que dieron para tener a un Arnold de la tercera edad en pantalla. De cualquier modo, los realizadores supieron aprovechar al ex Mr. Universo sabiendo que si bien es un elemento fundamental de la franquicia, dejo de ser su atractivo principal hace tiempo.   
    Y aunque puedo decir que es una película decente, que no me pareció particularmente buena ni mala, sino sólo entretenida, me causa conflicto en algunas partes.
    Por principio de cuentas está el casting. Aunque en general me parece bastante adecuado y las caracterizaciones de todos son buenas, me desconcierta que se hayan molestado en conseguir a una actriz que se pareciera tanto a Linda Hamilton —pero en bonita— sólo para castear a un actor que nada tiene que ver con Michael Biehn para el papel de Reese. Jason Clarke tampoco tiene mucho que ver con el primer John Connor, Michael Edwards, pero ¿quién lo recuerda?


    En segunda instancia, está el conflicto que he tenido desde siempre con la franquicia de Terminator. No me malinterpreten, las primeras dos son de mis películas favoritas de toda la vida; pero siempre me he preguntado ¿Las máquinas construirían obreros? Digo, los exterminadores tienen la función específica de infiltrarse entre los humanos y por ello es indispensable que sean antropomorfos, pero ¿Por qué una máquina construiría máquinas para que operasen otras máquinas? En los primeros años de la guerra se entiende, pues tendrían que utilizar máquinas creadas por y para humanos, pero después ¿Por qué construir un robot que maneje una ametralladora en vez de construir un robot-ametralladora? ¿Por qué poner a los exterminadores a conducir un camión en vez de construir un camión que Skynet pueda guiar a distancia? Digo, están los Hunter-killers y esas madres que parecen cangrejos… y nada más. ¿Por qué la máquina del tiempo tendría una interfaz que le permitiera a los humanos interactuar con ella[1]?
    Y finalmente está el “desvelar” el misterio. Si bien me pareció agradable cómo se manejó todo el asunto de la máquina del tiempo y el viaje en el mismo, me pone un poco en conflicto el que se muestre en pantalla. Digo, en las primeras películas ése era el gran misterio y de pronto ¡Pum! Ahí está el generador de campo intrínseco, es más, Sarah Connor y el T-800 pudieron construir uno prácticamente con piezas de plomería, como si fueran McGyver. Es como si en The Big Bang Theory hubiera aparecido la mamá de Howard.


    Creo que no es la película que va a rescatar la franquicia, pero tampoco será la que todos negarán cuando les pregunten por ella. A su favor tiene que es mucho mejor que la tercera parte y que es completamente distinta a la cuarta —que no es mala, sólo es demasiado diferente—, además de que la verdad sí le echaron ganitas a la historia. Entretenida, divertida, con un poco menos de violencia de lo que me hubiera gustado y sin desnudos —tal vez no lo recuerden, pero en la primera peli hubo escenas topless de Linda Hamilton—; pero en general es buena y creo que depende menos del factor nostalgia que MundoJurásico (Trevorrow, 2015), por ejemplo, lo que me parece bien. Como sea, Paramount Pictures planeó esta película como la primera parte de una nueva trilogía y, gracias a sus resultados en taquilla, ya le dieron luz verde a la segunda parte.  
    Con todo, me sigo quedando con las dos primeras —porque de hecho, el final de la segunda película niega la posibilidad de que la historia se extienda más—; me gustaría ver una película donde el T-800 vuelva a ser el malo y creo que Clarke ha sido el mejor John Connor desde Edward Furlong.

PARA LA TRIVIA: La razón por la que Paramount Pictures recreó las escenas de la primera película en vez de utilizar pietaje original es porque no poseen los derechos de esta cinta —aunque tampoco me parece que se vea mal el resultado—. De hecho, los derechos de cada película de Terminator los tiene una compañía distinta: la primera cinta fue distribuida por Orion Pictures, la segunda, por TriStar; la tercera por Warner Bros. la cuarta por Columbia/Warner Bros. Y esta quinta, por Paramount. Después de sus estrenos originales, algunas de estas compañías se han fusionado como Columbia/TriStar y después han sido absorbidas, otras fueron absorbidas por completo como Orion y algunas como Carolco, de plano desaparecieron, por lo que los derechos de sus catálogos han cambiado de dueños muchas veces.
PARA LA TRIVIA GEEK: Según lo declaró James Cameron, Terminator: Génesis sería en realidad la tercera entrada de la franquicia, por eso su línea argumental se conecta directamente con los eventos de Terminator 2: El juicio final (Cameron, 1991). De hecho, el presidente de CyberDyne, Danny Dyson (Dayo Okeniyi), es el mismo personaje que aparece como niño en la segunda película.




[1] SPOILER: Ya en esta película vemos que por lo menos la base de lo que se convertiría en el generador de campo intrínseco que permite viajar en el tiempo fue creado por humanos y para humanos; pero aún así.


6 comentarios:

  1. Como siempre, excelente reseña y crítica.

    Ya hasta me dieron ganas de ver la película, que honestamente no me había interesado en absoluto. De hecho, me quedé en la tercera. La cuarta ya no la vi.

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    1. Será que te espantó la tercera, jaja. La cuarta no es tan mala.

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  2. De hecho no es tan mala No sufre tanto el mal de "secuelitis" y como siempre Arnold muchasletras se autoparodia de manera genial, tiene un ritmo muy dinámico y si logra conectar con los fans Lo único que no me gustó es el hecho de que Skynet siempre mandé robots al pasado cuando es obvio que el plan no funciona Es decir, manda un robot a matar a Sarah Connor, manda otro a matar a Jhon Connor de niño, mandan otro a matar a Sarah Connor de niña, en la siguiente va a mandar un robot a matar a los padres de Sarah Connor y asi infinitamente Siendo Skynet una super inteligenica superior a la humana ya deberia de conocer la teoría de las paradojas: Utiliza una máquina del tiempo para mandar un asesino al pasado para evitar que John Connor nazca, si ese objetivo se lograra entonces en el futuro ya para que construir una maquina del tiempo y usarla para evitar que nazca una persona que no existe, es decir, la existencia de la máquina del tiempo y de Skynet depende enteramente de que John Connor exista No cabe duda que la mejor película que maneja las paradojas de manera convincente es Volver al Futuro, las demás si cojean un poco

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    1. Así es. Del mismo modo que la causante de que exista John Connor es Skynet. Lo que me sigue molestando un poco fue que nunca se explicó por fin quién mandó a Pops. Y sí, Arnoldo Sánchez-Pérez es genial autoparodiándose... quizá sea por eso que lleva dos terceras partes de lo que ha durado su carrera como "actor" haciéndolo.

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    2. Por cierto, si quieres ver a esta preciosa actriz como Dios la trajo al mundo te recomiendo la primera temporada de Juego de Tronos, es Daenerys Targaryen

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