STAR
WARS EPISODIO III
Star
Wars Episode III: Revenge of the Sith
George Lucas, 2005
Y así, toda una era llega a su fin. Y no me refiero
sólo al gobierno del Senado Galáctico, sino a la Trilogía de Precuelas de Star
Wars. En aquel lejano 2005, los cinéfilos nos sentíamos satisfechos y en cierto
modo completos, y algunos ingenuos hasta creyeron que no volverían a ver una
película de Star Wars en la pantalla grande, creencia que se incrementó cuando
George Lucas públicamente declaró que no filmaría los episodios VII, VIII y IX
porque “ya estaría demasiado viejo para entonces y no sería divertido”. Hay que
reconocer que el hombre cumplió con su palabra.
En esta
última película de la Trilogía, que según el canon original sucede tres años
después de Episodio II, se narra la
historia de cómo la Antigua República se encuentra devastada por la guerra
promovida por el conde Dooku (de nuevo el inmortal Christopher Lee) y el
general droide —bueno, en realidad es un cyborg— Grievous (voz de Matthew Wood).
El supremo canciller Palpatine (Ian McDiarmid) ha retenido el poder por
demasiado tiempo, lo que comienza a causar descontento entre el Consejo Jedi. El
joven jedi Anakin Skywalker está a punto de convertirse en padre; pero
terribles visiones del futuro lo sumen en la desesperación y la incertidumbre,
lo que lo lleva a acercarse al misterioso Lord del Sith Darth Sidious, cuyas
enseñanzas del Lado Oscuro podrían salvar la vida de Padme (regresa la
Portman), la esposa secreta de Anakin. Sin embargo, seguir las enseñanzas de
Sidious significaría traicionar a la Orden Jedi y destruir todo por lo que
Anakin y los jedi han luchado.
Siempre que
veo esta película me da la misma impresión: En mi mente veo a George Lucas como
un estudiante irresponsable que se pone a estudiar tratando de aprender todos
los contenidos del semestre la noche anterior al examen. Es como que de repente
dice: “¡Madres! ¡Llevamos dos películas haciéndonos tontos, tenemos un montón
de cosas que explicar y sólo nos queda una película de dos horas y cuarto!
Porque así es como se siente Episodio III”.
Principalmente me llama la atención el personaje del general Grievous.
Por muchas razones. Se supone que Grievous, cuyo diseño original corrió a cargo
del artista Warren Fu, fue creado para el Episodio
III por George Lucas; pero su primera aparición se dio en la serie de
cortometrajes animados Guerras Clónicas,
para ir calentando el ambiente antes del estreno de la cinta. Así pues, el
inicio de Episodio III se entiende
más como un cierre a la serie animada… y si uno no la ha visto, sí le da la
sensación de que se perdió de algo antes de la película.
Grievous funciona
como una especie de antecedente de Darth Vader: al igual que Vader, es un cyborg[1] con problemas de asma que
se embarca en una cruzada para cazar a los jedi, conservando sus lightsabers
como trofeos. Ahora bien, en este último visionado que hice de Episodio III me surgió la duda: Grievous
es un antecedente de Darth Vader… ¿O es su sustituto? En mi crítica del Episodio II, mencioné que las precuelas
desaprovecharon por completo los dos poderosos ejes argumentales que pudieron
usar: las Guerras Clónicas y la Cacería de los Jedi.; ahora me dio la impresión
de que Lucas llegó a un punto en el que aún le quedaban demasiados jedi vivos,
por eso utilizó el recurso de la Orden 66 y, claro, lo más lógico era que
tuviera un personaje que se dedicara a cazar jedis, sólo que, por desgracia,
Darth Vader aún no existía. Por eso tuvo que crear a Grievous.
En resumen:
creo que se perdió tanto tiempo narrando las comiquísimas aventuras de Jar Jar
Binks (Ahmed Best) y el romance estudiantil/chafón de Anakin y Padme en los
Episodios I y II, que la historia en Episodio
III se comprime al punto de necesitar un personaje que, según su propio
planteamiento, ni siquiera existe aún.
Por
supuesto, el plato fuerte de esta película es el origen de Darth Vader, el
cual, por cierto, permaneció prácticamente igual a como lo narra el espíritu de
Obi-Wan Kenobi en la novelización de Elregreso del Jedi:
… Cuando vi lo que había llegado a ser, intenté disuadirlo, atraerlo de
nuevo a la luz. Luchamos... y tu padre cayó en un crisol de fundición. Cuando
tu padre salió arrastrándose de ese terrible estanque, el cambio en él había
sido impreso con fuego para siempre. Se convirtió en Darth Vader, sin el más
leve asomo de Anakin Skywalker. Irremediablemente maligno. Surcado por
cicatrices y mantenido con vida sólo por su maquinaria y su propia y negra
voluntad…[2]
Y en ese sentido, la película cumple. La
esperada pelea entre Obi-Wan y Anakin es espectacular, y la subsecuente derrota
y destrucción de Anakin están de antología. Lo único que no me encanta es el
epílogo. Francamente creo que la película dura más de lo que debería; por mí,
pudieron haber metido los créditos finales justo cuando terminan de ponerle la
máscara a Vader. Así se habrían evitado el legendariamente ridículo grito de
“¡No!”, además de que ésta sería la única película de la saga en terminar con
un primer plano.
La que sí me
pareció un tanto ociosa fue la pelea entre Yoda y Darth Sidious en el Senado
Galáctico. Tampoco creo que aporte nada a la historia y para lo único que sirve
es para ver lo poco que se parece el Emperador del Episodio III al de El regreso
del Jedi (Marquand, 1983), a pesar de haber sido interpretados por el mismo
actor.
Al respecto
de la transformación de Palpatine en pantalla, también quisiera hacer notar que
me pareció decepcionante. Quiero decir, en el aspecto de que fue inmediata. Uno
entendía que la apariencia de Palpatine en El
regreso del Jedi se debía a que sí era muy viejo, pero además había sido
consumido por el Lado Oscuro a lo largo de los años. Nuevamente, como perdieron
tiempo con otras cosas en los episodios anteriores, tuvieron que acelerar la
degradación del personaje... Y ahora que me fijo, ¿por qué Palpatine ruge?
A pesar de
la duración de la cinta, creo que el montaje y la edición son más que
eficientes. Aun cuando es la película más larga de la Trilogía de Precuelas, es
la que mejor fluye. Esto sin duda se debe a la edición, pero también,
seguramente tiene que ver con que es la única en la que de verdad pasan cosas
interesantes.
Del mismo
modo, parece que Lucas y su equipo por fin se pusieron a hacer la tarea, porque
de las tres precuelas ésta es la única que más o menos se acerca al tono de las
películas originales. Y eso sí, es la más oscura después de El Imperio contraataca (Kershner, 1980).
Aunque no
por eso está exenta de cada mamada... como... ¿Qué onda con Kashyyk y los
wookies? Está más metido a la fuerza que Jango Fett en el Episodio II y peor lograda, porque en este caso ni siquiera
contribuye a la historia, de verdad, hagan el intento: Saquen las secuencias de
Kashyyk y la película sigue siendo la misma. Ni siquiera hace falta explicar
por qué Yoda no fue muerto en el ataque al Templo Jedi —digo, uno entiende que
Yoda es demasiado chingón como para morir a manos de los clone troopers—. Por
no mencionar que la navecita del Maestro Jedi se parece muy sospechosamente a
la nave de E.T. El extraterrestre
(Spielberg, 1982) y, sobre todo... ¿Están tratando de decirme que Chewbacca
(Peter Mayhew) conoció a Yoda mucho antes que Luke? ¿Y no le dijo nada? ¿Aun
cuando lo vio esforzarse en su entrenamiento para ser jedi? ¡No mamen!
¿Y qué tal
su explicación tardía, forzada y no solicitada sobre por qué los jedis de la
Trilogía Original se desvanecían y los de la Trilogía de Precuelas sí dejan sus
cadáveres ahí tirados? En el corte original de la película había una secuencia
donde Qui-Gon lo explicaba a fondo; pero la dejaron fuera desde la primera
edición.
Y R2-D2 (Kenny
Baker) sigue teniendo retrocohetes. ¿O es que debo suponer que cuando le borran
la memoria a los droides se le olvida que los tiene? No, pero esperen, sólo
borraron la memoria de 3PO (Anthony Daniels), la de R2 se mantuvo intacta... Además,
en la Trilogía Original, R2 podía comunicarse con Luke a través de la interfaz
de la computadora del X-Wing. ¿Y no pudo decirle nada sobre Vader? ¿O sobre
Obi-Wan? O sobre... ¡Cualquier cosa!
Hablando de
droides ¿se fijaron que en los trece años que pasaron entre Episodio I y III la
tecnología de la Federación de Comercio apenas si se desarrolló? O sea,
empezaron siendo unos buenazos que tenían naves caza autómatas y, más de una
década después, siguen teniendo el mismo modelo de naves caza autómatas, sólo
que pintado de otro color y con un lanzamisiles integrado…
¿Y qué onda
con la muerte de Mace Windu? Desde antes de que saliera la película supuse que
Anakin sería el encargado de darle muerte. Digo, finalmente, fue Windu más que
cualquier otro quien se oponía a que Anakin fuera entrenado como jedi…
curiosamente, ni siquiera Yoda puso tantos peros hasta este episodio. Y a final
de cuentas no lo mata —no directamente, quiero decir— y el pobre Windu perece
en circunstancias que harían sonrojar al Equipo Rocket.
Las
actuaciones siguen siendo malas. Afortunadamente, Christensen como que se metió
a clases o algo, porque la verdad es que sí mejora un poco en esta película;
pero Portman está perdida. Completamente. Sin ánimo de exagerar puedo decir que
la de esta cinta es la peor actuación que le he visto en la vida. Incluso en
esa película en la que la abandonan en el Wal-Mart se ve mejor... ¡Hasta en la
soporífera Thor (Brannagh, 2011) actúa
mejor! Y si la lamentación de Anakin en el Episodio
II estaba de risa loca, sin duda se echa un Tète-a-tète con el “Anakin, you’re breaking my heart!” de Padme en
esta cinta. Mmhhh... quizá no es tanto que Christensen haya mejorado, es sólo que
Portman se ve peor.
Así pues, de
todos, de absolutamente todos los que aparecen en esta película, al único que
le creo que se convertirá en el personaje que vimos en la Trilogía Original es
a Ewan McGregor como Obi-Wan Kenobi. Y eso excluye a Vader, Yoda, Chewbacca,
C-3PO, R2-D2 y a Palpatine, con todo y que casi todos ellos son interpretados
por los actores originales y que las transformaciones de Vader y Palpatine
incluso suceden en pantalla.
Oh, bueno y el
(en este momento apenas) gobernador Tarkin (Wayne Pygram) también es bastante
convincente. Quizá porque se le ve de lejos y no se escucha ninguno de sus
parlamentos.
Al respecto
de esa escena: sólo logra reforzar lo que ya había mencionado sobre por qué no
me encanta El regreso del jedi. Se
supone que Episodio III sucede casi
veinte años antes que La guerra de lasgalaxias (Lucas, 1977), ¿no? Y ya aparece por lo menos la estructura de lo
que será la Estrella de la Muerte; es decir, que se tardaron más de veinte años
en su construcción ¿y me salen con la mamada de que en el Episodio VI construyeron otra, que además es diez veces más grande
que la primera?
Y en esta
película no hay trajecitos sexys de Padme, pero lo compensan con las escenas de
Ayla Secura (Amy Allen, quien de hecho no es actriz, sino asistente de
producción en Industrial Light and Magic).
En general,
el guión es mejor que en las entregas anteriores. Tiene mayor cohesión y se
atreve a explorar un poco de la psicología de los personajes. Digo, a pesar de
sus deficientes actuaciones, podemos ver el conflicto de Anakin y la decepción
de la política que siente Padme, y me hubiera encantado que la relación entre
Obi-Wan y su discípulo se hubiera planteado mejor en las cintas anteriores para
que en ésta de verdad le doliera a uno que se resquebrajara.
En parte, la
mejoría en el guión se debe a que el guionista Tom Stoppard, responsable por
los guiones de películas como Brasil
(Gilliam, 1984), El Imperio del Sol
(Spielberg, 1987) y Shakespeare enamorado
(Madden, 1988), le dio “una pulidita” al guión original que había escrito
Lucas.
A pesar de todo, me gusta esta película. Ésta
sí. Creo que es realmente superior a los episodios anteriores y sí le anda
llegando al nivel de El regreso del jedi...
aunque no salen Jabba y su corte de muppets, y eso le quita puntos. Ésta es la
precuela que los fans esperábamos, y que nos merecíamos, desde 1999. ¿Era tan
difícil hacer esto desde el principio?
Una vez que he concluido mi visionado de la Trilogía de Precuelas, puedo
decir que hay algo que me incomoda, pero no lo había notado hasta ahora. El
hecho de que todo se explique y de que resulte que todos los personajes están
relacionados y todo mundo conocía a todo mundo me deja con la desagradable
sensación de que la galaxia es mucho más pequeña y mucho menos vasta de lo que
habían planteado las películas originales.
No puedo
terminar este artículo sin decir que hay algo que siempre me ha llamado la
atención de la saga. Si era tan tremendamente importante que Darth Vader no
descubriera que tenía un hijo, es decir, el futuro de la galaxia dependía de
ello, ¿por qué a nadie se le ocurrió cambiarle el apellido a Luke SKYWALKER?
PARA LA TRIVIA: Para concluir este artículo, les dejo algunos datos
de trivia interesantes sobre esta cinta y un par del resto de la saga, así nos
entretenemos mientras esperamos El
despertar de la Fuerza.
·
Episodio III es la única película de la saga en la que aparece un
signo de exclamación en el intro.
·
El Imperio contraataca es la única película de la saga en la que no aparece
el planeta Tatooine. Irónicamente, es la primera en la que se menciona su
nombre.
·
Episodio III es la única película con un cameo de George Lucas
(aparecen él y sus hijas a la entrada de la ópera).
·
En
cada una de las películas de la saga, por lo menos una vez, suena el efecto de
sonido conocido como Wilhelm Scream.
·
En Episodio III se insertaron escenas
reales de la erupción del Monte Etna, que ocurrió en las mismas fechas que la
filmación, para ambientar el planeta Mustafar.
·
La tos
del general Grievous es la tos real de George Lucas, quien se enfermó de
bronquitis durante la filmación.
·
Originalmente,
Gary Oldman interpretaría la voz de Grievous; pero se vio forzado a abandonar
el proyecto debido al veto que los sindicatos de actores le impusieron a George
Lucas desde la década de los 80.
·
La
frase más repetida en toda la saga es “I have a bad feeling about this” (“Tengo
un mal presentimiento sobre esto”), que básicamente terminó convirtiéndose en
un chiste local.
[1] Originalmente se suponía que
le habían implantado prótesis biónicas para curar las heridas sufridas en
batalla. En la espantosa serie de animación CGI The Clone Wars, la historia cambia y ahora se plantea que Grievous,
por su propia voluntad, sacrifica su cuerpo orgánico para obtener las
habilidades que le permitan combatir a los jedi.
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