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lunes, 17 de junio de 2013

PROMETEO.O lo que es lo mismo, "Alien 0"... Bueno, más bien es algo así como "Alien -2".


PROMETEO
Prometheus

Ridley Scott, 2012

A la fecha sólo existe una edición de esta película, la que se estrenó en cines con 124 minutos de duración; sin embargo, en la edición especial en Blu-Ray se incluyen alrededor de 36 minutos de escenas eliminadas, extendidas y alternativas. En general estas escenas extienden algunas líneas argumentales de la película o desarrollan más a profundidad el carácter de algunos personajes; otras vinculan esta cinta aún más estrechamente con la primera Alien. No me sorprendería que luego de unos años, Ridley Scott decidiera lanzar un corte definitivo de Prometeo como ya lo hizo anteriormente con Alien: el octavo pasajero (1979), Blade Runner (1982) y Cruzada (2005).
Recuerdo que tenía como siete años la primera vez que vi Alien: el octavo pasajero y me moría del susto. Desde entonces quedé fascinado con el universo planteado por la película, volviéndome no sólo un fanático, sino prácticamente un estudioso del tema. Hace como cuatro años se empezó a barajar la posibilidad de continuar con la franquicia; sin embargo, los intentos por crear una nueva franquicia con Alien vs Depredador tuvieron inmundos resultados y ninguno de los involucrados en la saga original, ni la mismísima Sigourney Weaver, quien fungió incluso como productora ejecutiva de las últimas dos entregas, tenía interés en filmar una nueva secuela. Así las cosas, la propuesta de Twentieth Century Fox, dueños de los derechos del personaje, fue hacer un remake.
    Ante el repudio general de los fans en cuanto se filtró el rumor del remake, la Fox decidió cambiar de planes. Así pues, ya que la historia difícilmente podía extenderse más a través de secuelas, se planeó la posibilidad de una precuela y la casa productora anunció que comenzaría a trabajar en el proyecto cuyo nombre clave fue Alien 0. Para dicha cinta, Fox quiso reunir a los productores y director originales de la primera cinta de Alien, pero Ridley Scott se negó. Durante casi un año las negociaciones se empantanaron pues ninguna de las partes quería ceder: Fox no quería producir Alien 0 sin Scott y Scott no quería hacer una precuela de Alien.
    Después de mucho negociar, el director británico accedió a dirigir la película con la condición de que le dejaran también producirla. Fox estuvo de acuerdo y Scott comenzó a trabajar en la película con un control creativo casi absoluto. Esta libertad le permitió transformar lo que pretendía ser Alien 0 en la primera entrega de toda una nueva saga, anterior a Alien y que, tarde o temprano, se enlazará con ella.

    En esta cinta, ubicada a finales del siglo XXI, un grupo de científicos descubre pinturas rupestres en Escocia que coinciden con otros varios jeroglíficos y estelas halladas en diversas épocas en diferentes lugares del mundo. Los científicos a cargo de la investigación, la Dra. Elizabeth Shaw (Noomi Rapace) y el Dr. Charlie Holloway (Logan Marshall Green) encuentran en estos jeroglíficos el mapa para llegar a un planeta desconocido en el que podría habitar vida inteligente estrechamente ligada a la raza humana. Con el patrocinio del difunto empresario Peter Weyland (Guy Pearce), Shaw y Holloway se embarcan en una expedición, a bordo de la nave Prometeo, que podría revelar el secreto de la creación del hombre… pero también, quizás, de su destrucción.
    En una primera instancia, parece que la pregunta que plantea esta película es “Si estuvieras frente a tu creador ¿qué le preguntarías?” Sin embargo, conforme la trama se va desarrollando y más y más información es revelada, la interrogante planteada termina siendo más bien “Si le preguntaras a tu creador sobre su objetivo al crearte ¿realmente querrías escuchar la respuesta?”
    Parece que cada vez que Ridley Scott mete las manos en la ciencia ficción, termina redefiniendo el género. Siendo responsable de obras maestras como la mencionada Alien o el “trhiller noir" Blade Runner (1982), dos de las películas más influyentes del género, Scott entrega en Prometeo una cinta que bien podría convertirse en un nuevo clásico; aunque, eso sí, se trata de una película mucho más condescendiente con el público que las dos anteriores.

    Mezclando elementos de ciencia ficción dura, de horror, terror y thriller, Prometeo explora el controvertido tema de la exogénesis aderezándolo con elementos de la saga de Alien y sutilmente integrándolo a ella. A este respecto, dos opiniones que han rondado los círculos de críticos y fanáticos alrededor del mundo desde que se estrenó la cinta original en 1979 hallan su respuesta en esta película.
    Por principio de cuentas, está la morfología humanoide del Linguofeda acheronsis (nombre científico ficticio de la criatura); controvertida tomando en cuenta el hecho de que la evolución es un proceso caótico, por lo tanto, las probabilidades de que una forma de vida extraterrestre sea físicamente parecida al Homo sapiens son prácticamente ridículas.
    Siguiendo este mismo orden de ideas, el Linguofeda acheronsis parece evolutivamente adaptado específicamente para ser un eficiente depredador de la raza humana; sin embargo, se suponía que ambas especies jamás habían estado en contacto.
    Como bien dije, estas cuestiones encuentran una satisfactoria respuesta, que en realidad es aún más oscura y perturbadora de lo que cabría esperar inicialmente, en Prometeo.
    Desde la primera vez que vi esta cinta en la sala de cine la disfruté de principio a fin (excepto por un par de detalles que mencionaré en su momento) y espero con ansias la secuela, misma que ya fue anunciada pues, siguiendo el modo de producción actual de las películas de alto presupuesto (y de las tragedias en la Grecia Clásica hace 2500 años), este proyecto se planeó casi desde el principio como una trilogía.

    Las actuaciones de todos los involucrados son de primer nivel. Destacan particularmente la interpretación de Michael Fassbender como el androide David y la ya mencionada Noomi Rapace (a quien, discúlpenme ustedes, sigo sin verle lo guapa) como la Elizabeth Shaw. Fassbender logra dotar a su personaje de una rica complejidad a través de acciones sutiles y mesuradas. Todo lo que hace David es completamente medido, exacto y preciso, pues es una máquina.
    Por su parte, Shaw representa un ideal romántico del científico que llega hasta las últimas consecuencias, sacrificándose incluso él y a sus seres queridos, en aras del conocimiento. De hecho, el personaje de Elizabeth Shaw fue uno de los más problemáticos pues había distintas propuestas para darle vida. Originalmente, se trataba de una persona más visceral y explosiva que ve convertido su idealismo científico en un desencantado nihilismo. Sin embargo, después de varias consideraciones, Scott decidió volver a filmar algunas de sus escenas para convertir al personaje en uno más comprensivo y concesivo.
    En el rubro de los efectos especiales, la película está muy bien cuidada. Los efectos son impresionantes y sumamente realistas, además de que en general se nota que Scott prefirió el uso de efectos físicos y maquillaje protésico a la usanza de la vieja escuela por sobre los efectos digitales. De hecho, hubo un par de escenas que se filmaron con ambas técnicas, y el director eligió utilizar finalmente aquéllas tomas sin CGI.

    En el aspecto del maquillaje, sin embargo, sí me quedó a deber la caracterización de Guy Pearce como el vetusto Peter Weyland que no hay un minuto en el que no se vea falsa… Y pensar que pudieron arreglarlo fácilmente con un par de pupilentes.
    Otro gran acierto de la cinta es la música compuesta por Marc Streitenfield. El soundtrack logra crear atmósferas con la ayuda de melodías que van desde lo más romántico e intimista hasta temas grandilocuentes y épicos; pero en general, la música es inquietante y angustiante. Algo tiene esta partitura que ayuda a crear el suspenso necesario para la cinta y lo mantiene a uno atento durante las dos horas que dura.
    Sin duda, gran parte del éxito de la primera Alien recayó en el apartado del diseño. Ciertamente era una tarea difícil lograr algo equiparable a los geniales diseños que H.R. Giger, Ron Cobb y Moebius desarrollaron para la cinta original, y sin embargo, el equipo de Prometeo lo logró.
    Si bien la mayoría de los artefactos y construcciones alienígenas (construidas por los llamados “Ingenieros”, suerte de raza primigenia) conservan el estilo biomecanoide que tan popular hizo a la criatura de la primera cinta, los diseñadores de Prometeo se las ingeniaron para crear un entorno que se nota es producto de una civilización avanzada. Aunque se desconozca cuál es, todos los artefactos y construcciones de los Ingenieros denotan haber sido creados para una función específica.

    Algo que me encantó también fue el diseño de la nave Prometeo pues fue hecho a partir del diseño de la Nostromo original Incluso se puede percibir que los diferentes espacios de la nave están acomodados casi de la misma forma. Sin embargo, la Nostromo era una especie de tráiler espacial, una nave de carga de la flota de la Corporación Weyland-Yutani; mientras la Prometeo es una nave particular para pasajeros propiedad de Peter Weyland. Digamos que la Prometeo viene siendo la versión de lujo de la Nostromo.
    El diseño que más me gustó fue el de los Ingenieros. Dado que supuestamente esta raza alienígena fue la inspiración para los dioses de las mitologías antiguas, sus rasgos fueron diseñados a partir de las esculturas clásicas grecolatinas; incluso el color de su piel es el del mármol. El resultado son seres de una belleza ominosa por la perfección hercúlea de sus proporciones.
    Prometeo, cuyo planteamiento parece apuntar hacia una especie de Ragnarök en el espacio,  tiene todos los elementos para convertirse en un nuevo clásico de la ciencia ficción. Ridley Scott y su equipo lograron lo que pocas secuelas/precuelas tardías han podido conseguir: satisfacer a los seguidores de la entrega original y cautivar al público de nuevas generaciones. Eso sí hay que decirlo, para conseguir esto, Scott tuvo que sacrificar un poco de la narrativa que originalmente planeó para esta cinta, optando por una menos críptica y esotérica, y más accesible y complaciente para el público general.


PARA LA TRIVIA: El título original que Ridley Scott había escogido para esta película era Paradise. Cuando David le pregunta a uno de los Ingenieros de dónde vienen, la respuesta que éste le da es “Paraíso”. Sin embargo, este diálogo junto con todas las alusiones que había a este concepto fue eliminado de la versión final de la película. Tentativamente, la secuela de Prometeo planeada para estrenarse en 2014 sí llevará por título Paraíso.

A PARTIR DE AQUÍ EL TEXTO CONTIENE SPOILERS

    Hubo dos elementos que sí debo decir que no me gustaron nada, porque a mi parecer dan un poco al traste con el misterio detrás de dos de las figuras más desconcertantes de Alien.
    Por principio de cuentas está el hecho de que se revele que el tan misterioso organismo fosilizado que aparece en el planeta LV-426 (posteriormente rebautizado como Acheron) es simplemente un traje espacial. Durante muchos años no sólo los fans, sino otros creativos del universo expandido de Alien conjeturamos sobre cómo se vería esta criatura cuando estaba viva. Ahora resulta que es simplemente un traje de piloto.
    La otra escena que me pareció completamente ociosa fue el epílogo. Desde que inició la película me intrigaba descubrir si Scott habría sucumbido ante la tentación de incluir un alien dentro de la cinta. Cuando finalmente vi aparecer a la criatura en el epílogo de la peli me sentí contrariado. Quiero decir, la escena es innecesaria y sobre-explicativa: Los fans que íbamos a ver la precuela de Alien ya sabíamos a lo que íbamos y no necesitábamos que se nos recordara; y por su parte, el público nuevo que no sabía que esta peli sería la precuela de Alien tampoco necesitaba saberlo pues la película es lo suficientemente buena como para sostenerse por sus propios méritos.


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