BATMAN:
EL CABALLERO DE LA NOCHE
The Dark Knight
Christopher Nolan, 2008
Considerada una de las
mejores películas de la década pasada y probablemente la mejor película de
superhéroes jamás hecha, esta cinta vuelve a confrontar a los dos archienemigos
del Batiuniverso: Batman y El Guasón (The Joker, para los más puristas). Así
pues, el Hombre Murciélago y El Príncipe Payaso del Crimen representan dos
fuerzas opuestas y complementarias que corren el riesgo de, fatalmente,
encontrarse en un punto intermedio. En un momento dado, no es The Joker quien
se preocupa por ser eliminado por Batman, sino Batman quien teme convertirse en
The Joker.
Una vez que el teniente Jim Gordon (el
camaleónico Gary Oldman en uno de sus mejores papeles) ha depositado su confianza
en Batman (Christian Bale) y ha trabajado en conjunto con él para limpiar
Gotham City de criminales, las fuerzas del orden y el sistema judicial están
listos para dar el tiro de gracia a la mafia. Los gangsters de la ciudad,
desesperados, acuden a su último recurso: The Joker (Heath Ledger en el papel
que le valió un Oscar y que le costó la vida), un misterioso criminal psicópata
que se ofrece a eliminar a Batman… o a ellos, realmente no importa. En este
enemigo no sólo Batman, sino toda Gotham City, encontrará una fuerza
destructiva que la hará cimbrarse hasta sus cimientos.
Creerán que escribo esto sólo para crear
controversia, pero no es así… al menos no de forma consciente, jaja: No me
parece la mejor película de la trilogía. Sí, es genial y sí, tiene algunos de
las mejores escenas de todas las películas de superhéroes, es sólo que ya en
todo su conjunto, y no por sus elementos por separado, me parece que es
inferior a la tercera entrega. En mi particular punto de vista, en este caso,
las partes son superiores a la suma del todo.
Me refiero a que toda la película está al
servicio del personaje, y todos los demás elementos en el guión son apenas
engranajes de la máquina que sustenta al monstruo que es The Joker. Esto es
mucho más notorio hacia la última media hora de la película (que es bastante
extensa con 153 minutos de duración), con la inserción tardía y casi sobrante
del villano Two-Face... aunque no puede haber peor Two-Face que el de Tommy Lee
Jones.
Quizá Nolan sintió que en la película
anterior se dedicó ya bastante tiempo a desarrollar al personaje de
Batman/Bruce Wayne y decidió que en esta cinta quería desarrollar a The Joker.
Aunque, con un personaje como éste, no hay desarrollo posible, pues se trata de
un ente fuera de toda lógica ordinaria, y ésa es su particularidad. The Joker
no avanza, ni retrocede, ni progresa, ni tiene múltiples capas pues, como él
mismo lo dice: “simplemente actúa” y si construye es simplemente porque sabe
que esa construcción llevará a una destrucción mayor.
Este Guasón, que está más basado en el
planteamiento que del personaje hace el genio de los cómics independientes,
Alan Moore, en su novela gráfica The
Killing Joke y que está bien lejos del payaso con bigote maquillado de César
Romero, es en sí mismo un agente del caos. Y es que si la primera cinta de de
Nolan era un tratado sobre la dicotomía miedo-valor; la segunda es un estudio
sobre la oposición orden-caos.
Durante toda la película se maneja dicha
confrontación, pues el caos se apodera tanto del microcosmos como del
macrocosmos de los personajes. Por ejemplo, la vida amorosa de Bruce Wayne se
vuelve caótica al rivalizar con él Harvey Dent (Aaron Eckhart, que ni mandado
hacer pues su mandíbula parece de la serie animada de Batman de los 90); Jim
Gordon ve su vida familiar convertida en un caos por su compromiso con el deber
y, finalmente, la misma Gotham City se ha convertido en un caos con la guerra
de mafias desatada tras la desaparición de Carmine Falcone y el surgimiento de
vigilantes enmascarados imitadores de Batman.
Otra de las fallas que encuentro en esta
cinta está en el personaje de Rachel Dawes, interés romántico de Bruce Wayne y
Harvey Dent. Katie Holmes, quien interpretó al personaje en la primera película,
por prohibición de su entonces esposo Tom Cruise, tuvo que rechazar participar
en este proyecto. En esta ocasión la tenaz fiscal es interpretada por Maggie
Gylenhaall y, si bien es cierto que su nivel actoral sobrepasa por mucho al de
Holmes (aun así, me sigue pareciendo el eslabón más débil de la cadena),
también lo es el hecho de que físicamente no sea tan atractiva. Llámenme
superficial, pero de repente sí es un tanto inverosímil el hecho de que dos
galanes de la talla de Christian Bale y Aaron Eckhart se quieran sacar los ojos
el uno al otro por esta chica.
A gusto de un servidor, Michael Cane y Gary
Oldman, en ese orden, ofrecieron las actuaciones más sobresalientes de la
primera película. Sobre todo Cane se robó la película en su papel del sabio
consejero de Bruce Wayne, el mayordomo Alfred Pennyworth. Quizá este hecho fue
demasiado notorio, y por eso el tiempo de Cane en pantalla fue drásticamente
reducido para esta entrega; sin embargo, sí se echa de menos en lagunas partes
de la película.
Los efectos especiales mejoraron en
comparación con la peli anterior pues, de hecho, se redujo el uso del CGI. En
esta cinta casi todo son efectos físicos ya que prácticamente todo lo que se ve
en pantalla se grabó en vivo en el set y eso, por supuesto, le da un sabor
diferente a la cinta. Incluso la capa del Cruzado de ciudad Gótica en las
escenas en que montaba su moto (ahora elegantemente llamada Batpod) era la capa
real del vestuario.
El apartado del diseño nuevamente es
espectacular… por no ser espectacular. Todos los diseños de los personajes,
particularmente de los villanos, dejan fuera las modas estrafalarias y las
mallas ajustadas para explotar al máximo el uso de colores y texturas que evocan
un maltrato. La apariencia de los “trajes de batalla” de The Joker y Two Face
es más casera y hechiza, y sí se ve más cercana a la selección de un desequilibrado
mental que a la de una prima ballerina
(¿Se acuerdan del espantoso vestuario de The Riddler en Batman Eternamente [Schumacher, 1995]?).
Mención aparte merece la sensacional
partitura compuesta por Hans Zimmer para esta película. La música es
simplemente mágica, en un humor sutil y minimalista, con acentos metálicos en
los momentos de acción y cuerdas en los momentos de suspenso. En general,
Zimmer trató de crear un score que
exteriorizara la perturbada psicología de The Joker. La música es la clave para
que muchas escenas tengan la tensión que tienen.
Retomando lo que había mencionado en la
crítica de la película anterior, ¿se fijaron cómo fue difícil insertar a Two-Face
en el universo hiperrealista del Batman de Chris Nolan? El diseño del personaje
está muy padre y de verdad se preocuparon por construirlo de forma verosímil,
pero apenas lo consiguen. Hay escenas en las que la existencia de este villano
sí llega a volverse cuestionable de acuerdo a todo lo que se había planteado
tanto en la cinta anterior como en ésta.
Irónicamente, Two Face, cuya psicología
está muy basada en lo planteado en la novela gráfica The Long Halloween, se vuelve un personaje mucho más simple cuando
se convierte en villano. Todos los matices y conflictos logrados con el
personaje de Harvey Dent se vienen para abajo cuando éste se convierte en
Two-Face. Claro que es justificable por el hecho de que el sistema de valores
de Dent se desmorona después de “accidente”, pero Nolan ya nos había mal
acostumbrado a los villanos complejos… De hecho, a nivel dramático, esta cinta
es la que tiene los villanos más simples de toda la trilogía; lo que hace
memorable a The Joker es que está brillantemente interpretado.
A este respecto sólo me queda agregar que
Heath Ledger desaparece en The Joker. En muchas ocasiones, cuando un actor
trabaja con un maquillaje tan cargado como éste, uno aún puede reconocerlo
debajo de prostéticos y pintura, y como ejemplo me remito al Hellboy de Ron
Perlman (Del Toro, 2004); pero no en este caso. Aun esforzándose, uno no puede
reconocer a Ledger debajo del maquillaje.
Como último comentario quiero resaltar lo
que esta película, que probablemente sí sea la mejor de superhéroes jamás hecha
(al respecto de Watchmen [Snyder,
2009] aún estaría por verse si es en verdad una peli de superhéroes), le debe a
sus predecesores. La misma película lo sabe y, si uno pone atención, notará que
hay muchas escenas en esta cinta que son muy parecidas a escenas de la Batman (Burton, 1989) original, como
aquélla en la que The Joker está de pie a media calle retando a Batman a
atropellarlo, que es sumamente parecida a la escena en la que The Joker (en
aquella ocasión encarnado por Jack Nicholson) está de pie a media calle y
dispara un revólver ridículamente grande contra la Batwing.
Asimismo, mucho del carácter de este The
Joker está influido por el personaje escrito por Paul Dini y Bruce Timm para la
que, a mi gusto, es la mejor adaptación de Batman a los medios audiovisuales: Batman, la serie animada (1992-1995).
PARA
LA TRIVIA: El actor Heath Ledger falleció repentinamente víctima de
una sobredosis luego de terminar la filmación de esta película, cuya actuación
le valió el Oscar póstumo. Luego del trágico evento Mattel, la compañía
juguetera encargada de producir las figuras de acción de la película, tuvo que
cambiar el diseño de la cabeza en las figuras de The Joker, de manera que no se
parecieran físicamente a Ledger.
PARA
LA TRIVIA MUY GEEK: ¿Qué tienen en común Batman y Star Wars? En la mencionada serie
animada de Batman, la voz de The Joker era interpretada, magistralmente por
cierto, por el actor Mark Hamill, quien diera vida a Luke Skywalker en la
trilogía de películas de George Lucas. A gusto de un servidor, Hamill ha sido
el mejor Joker de todos, pues logró crear un personaje verdaderamente
escalofriante con una gama increíblemente rica de risas y carcajadas.
Actualmente, Hamill interpreta la voz del villano casi en cualquier aparición
que tenga, incluidos los videojuegos Arkham
Asylum y Arkham City.
Por si esto fuera poco, ¿qué más tienen en
común Batman y Star Wars? En la primera
película de Batman, dirigida por Tim Burton en 1989, el fiscal de distrito de
ciudad Gótica, Harvey Dent, hacía una breve aparición (de un solo parlamento si
mal no recuerdo). En aquella ocasión, el personaje fue interpretado por el
actor Billy Dee Williams, quien interpretó al personaje de Lando Calrissian en
los (ahora convenientemente así llamados) episodios V y VI de la saga de Star Wars.
Jajajaja. Es cierto... debería contratar mejor seguridad.
ResponderBorrar!oh si! lo recuerdo perfectamente es una buena película y el comentario al respecto es muy atinado
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