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jueves, 15 de enero de 2015

VAMP. Los vampiros se vuelven glam.


VAMP

Richard Wenk, 1986

¿Quién dijo que los vampiros no eran divertidos? Y no porque sus estupideces den risa involuntariamente, como en Crepúsculo, sino porque hay algunas películas en las que los vampiros son decididamente divertidos. En ésta, por ejemplo, las situaciones chuscas, el erotismo y el tono general de teen movie de los ochenta se conjugan para crear una deliciosa y ácida comedia que parece una mezcla entre La venganza de los nerds (Kanew, 1984) y Del crepúsculo al amanecer (Rodriguez, 1996)—de hecho, la trama de esta última es tan similar a la de Vamp que me huele a plagio—.
    AJ (Robert Rusler) y Keth (Chris Makepeace), son dos estudiantes universitarios que buscan entrar a la fraternidad más popular del campus. Para ello, deberán organizar la fiesta más alocada que la universidad haya visto jamás; pero, por supuesto, no lo lograrán sin contratar algunas strippers. Así pues, AJ y Keith, acompañados del adinerado pero socialmente incompetente Duncan (Gedde Watanabe), viajan al centro de la ciudad al exclusivo club de desnudistas After Dark, el cual abre sólo después de la media noche. Poco saben los atolondrados estudiantes que el club es en realidad la fachada de una guarida infestada de vampiros liderados por la sensual Katrina (Grace Jones).


    ¿Por qué todo lo que hace Grace Jones tiene que ser tan extraño? Quiero decir, no es que esté mal, sólo es… raro. Me refiero particularmente a la escena en la que se presenta al personaje de Katrina, que más parece un performance digno de ser exhibido en el MoMA que el número de striptease de un club para caballeros. La escena en sí es sexy, pero también es inquietante y perturbadora en cierto sentido; como lo son las vampiras de esta película o, para el caso, la misma Jones (quien, de hecho, fue Chica Bond).
    Toda la estética de la película es genial… ¡tan de los ochenta! La iluminación sobre todo deja a un lado el interés realista para centrarse más en el expresionismo y en una estética glam de colores chillantes y estridentes… eso, o las alcantarillas de la vida real sí tienen lámparas verdes y rosas, y yo he sido ingenuo.


    Sea como fuere, todo en esta película atiende a una estética fashionista de los ochenta. Los vestuarios, maquillajes, peinados y tocados de la Jones son excepcionales, deliciosamente kitsch. En realidad lo son los de todos los involucrados, sólo hay que ver el peinado y el atuendo de Allison (Deedee Pfeiffer, hermana menor de Michelle), pero los de Katrina saltan a la vista por su exotismo y complejidad.
    Y, ahora que lo pienso, en realidad para ser una película sobre un club de desnudistas, las escenas de desnudos son mínimas… de hecho, sólo puedo recordar una escena topless. Y es que el interés de la cinta no se encuentra en eso, sino en la comedia. Un timing impecable se conjuga con una química envidiable de los actores principales y un guión bien escrito con varios gags bastante efectivos para crear una película muy divertida en tono de comedia adolescente.


    Y como todas las buenas películas de horror y terror, ésta es una metáfora de otra cosa. Se refiere, de una forma bastante evidente, al miedo y la excitación que constituye el rito de transición de ir a un club de desnudistas. Caray, hace mil años cazábamos leones para demostrar que nos habíamos convertido en adultos, hoy día vamos a ver tetas; son los caminos de la vida.
    Por supuesto, se trata de la emoción de convertirse en un iniciado, y eso llega a causar temor también. Ahora bien, si eso además incluye adentrarse en el nido de un clan de vampiros sedientos de sangre dispuestos a convertirlo a uno en un muerto viviente para toda la eternidad, bueno, pues la cosa se complica. Y eso es lo que descubren los protagonistas de esta película.
    Algo que es muy disfrutable en esta cinta es la química entre los actores principales. Realmente parece que se trata de un grupo de amigos universitarios que andan de juerga. Las actuaciones son buenas y el guión es muy divertido, resultando así en interpretaciones de personajes simpáticos y carismáticos, ¡Rusler excelente!


    También los maquillajes son sobresalientes. Grace Jones convertida en un vampiro con cara de gárgola es una visión impactante, más cuando es resaltada por la iluminación expresionista. Se ve en ella a una criatura voraz y viciosa, toda una “come-hombres” en el sentido literal de tal epíteto.

    Una película poco valorada que fue la joya de muchos videoclubes, allá en los tiempos cuando existían, que si bien no es una obra de arte, si es una visión alternativa del mito vampíricio; por no repetir que es una comedia divertida muy en el mood de la época. 

viernes, 9 de enero de 2015

ESPECIAL DE DÍA DE REYES SEGUNDA PARTE. Las peores figuras de acción basadas en películas.

LOS PEORES JUGUETES BASADOS EN PELÍCULAS

Leí alguna vez en un artículo que las figuras de acción son la quintaescencia del kitsch: No tienen ningún valor inherente, son simplemente pedazos de plástico corriente que compramos a precios excesivos porque se parecen a algo o a alguien y parece que hacen algo. Esto es particularmente cierto en el caso de las figuras malas.
    En mi artículo anterior hablé muy extensamente sobre las líneas de figuras de acción basadas en películas que fueron un éxito rotundo, ya fuera por su jugabilidad, su nivel de detalle, sus acciones especiales ingeniosas o todas las anteriores.
    Pero ¿qué pasa cuando los elementos opuestos se conjugan? ¿Qué pasa cuando las casas productoras ven en las figuras de acción alusivas a las películas un instrumento de explotación en vez de una oportunidad de expansión mercantil? Malas esculturas, bajo nivel de detalle, mala calidad en los materiales y acciones de juego pobres —o francamente idiotas— han llevado a muchas de estas colecciones al fracaso.
    Es divertido, aunque poco sorprendente, que muchas de estas series de juguetes fallidas estén basadas en películas que fueron fracasos de taquilla y es que, al final, los fallos tanto de los muñecos como de las películas se pueden resumir en las mismas dos palabras: Malas ideas.
    La prueba de que estos juguetes fueron un fracaso es que, en muchos casos, aunque tienen veinte años o más de haber salido al mercado es más o menos fácil conseguirlos actualmente en excelentes condiciones e incluso dentro de sus empaques originales. ¿Por qué? Pues porque no se vendieron y nadie jugó con ellos, nadie les raspó la pintura o les perdió los accesorios, que era lo que pasaba con los muñecos que uno más usaba.
    Un caso más triste es el encontrar estas figuras en excelentes condiciones, dentro de sus empaques, los cuales están impecables, lustrosos y sin dobleces o abolladuras, y con sendas etiquetas de descuento encima... O sea que ni así se vendieron.


1.- Congo (Kenner, 1995)

Gracias al éxito rotundo de Parque Jurásico (Spielberg, 1993) y a su influencia, la segunda mitad de los noventa estuvo plagada de melodramas de acción ambientados en la selva, muchos de ellos con elementos de fantasía o ciencia ficción. Como la secuela de Parque Jurásico nomás no salía, la productora de la cinta Kathleen Kennedy compró los derechos de una novela olvidada de Michael Chricton de finales de los setenta titulada Congo y trató de emular el éxito de su película de dinosaurios. El resultado fue uno de los más estrepitosos fracasos taquilleros de la época.
    Mucho del merchandising que se había planeado para promocionar la cinta fue cancelado, incluida la adaptación a videojuego de SuperNintendo por la compañía Ocean. Asimismo, la serie de figuras de acción producida por Kenner dejó aún más que desear que la película misma.


    La gran mayoría de las figuras de esta colección reciclaban piezas de figuras de otras series anteriores de Kenner, principalmente Aliens y Jurassic Park. Así pues, Peter Elliott tenía el cuerpo de Robert Muldoon, Karen Ross el de Ellen Ripley (e incluso al “lanzallamas de Ripley” le cambiaron los colores y algunas piezas y lo convirtieron en cañón láser) y Kahega el de Skinner. La que de plano sí era una burla era la figura de Monroe; personaje que en la película era interpretado por Ernie Hudson, quien también dio vida a Winston Zedmore en Loscazafantasmas (Reitman, 1984)¡Por lo que la gente de Kenner le puso la cabeza de uno de los muñecos de Winston a un cuerpo nuevo con las piernas del sargento “T.Rex” Turner de los Dino Trackers!
    Entonces uno piensa: “Bueno, eso eran los figuras de los humanos, seguro los gorilas están padres” ¡Pues no! Los gorilas son todavía peores porque no traen accesorios, no tienen ninguna acción especial y tanto su escultura como su pintura es espantosa... Es más, para acabar pronto, los gorilas ni siquiera tienen articulaciones en el cuello ni en las piernas.


    Probablemente al ser conscientes de las limitaciones de las figuras de los gorilas, la gente de Kenner decidió ponerles una “útil” articulación en la cintura, y ojos y colmillos fluorescentes. A lo que sólo puedo decir No-me-chingues ¿Por qué? ¿Quiénes carajos se supone que son? ¿El sabueso de los Baskerville?
    La serie además incluyó dos vehículos. En la película los personajes usan un avión, un globo aerostático y balsas inflables así que, por supuesto, los vehículos de las figuras de acción son... Un jeep y una cuatrimoto. Pero esperen un momento, el jeep llamado Net Trap y la cuatrimoto llamada Trail Hacker no son más que versiones repintadas del Capture Cruiser y el Jungle Runner (respectivamente) de la serie 2 de JurassicPark, sólo les cambiaron los colores y las calcomanías.


    Ya en serio, he sabido de gente que compra estos vehículos para completar su colección de Jurassic Park, pues es mucho más fácil conseguirlos en buenas condiciones e, incluso, dentro de su caja original.


    Honor a quien honor merece, en este desastre de línea de figuras de acción hay dos rescatables. No buenas, sólo rescatables: la gorila Amy, que no está bien hecha y padece de la falta de articulaciones de sus demás congéneres, pero se ve graciosa con su mochilita, y el gorila Bonecrusher (una de las dos figuras de lujo de la serie) que, a pesar de también carecer de articulaciones, por lo menos tenía una acción especial en la que, al apretar el botón en su espalda, abría los brazos y las fauces y levantaba el ceño como si estuviera rugiendo... ¿Por qué los demás gorilas no pudieron ser así?



 2.- Transformers y Transformers: Revenge Of the Fallen, Robot Replicas (Hasbro/Takara, 2007 y 2009)

“Transformers, más que un robot” anunciaba el jingle de los comerciales televisivos de los ochenta, cuando los japoneses seguían golpeando duro al mercado estadounidense; esta vez en la forma de ingeniosos juguetes que eran vehículos (u otros objetos cotidianos) y que se transformaban en robots. Para vender estos juguetes, se produjo una serie de anime que narraba las batallas entre los dos bandos de estos robots: Los Autobots (los buenos) y los Decepticons (los malos), inaugurando así, además, la moda de las series de dibujos animados que sólo eran comerciales de juguetes y que se convertirían en todo un fenómeno en aquellos tiempos en que Alf era la neta y Eddie Murphy, gracioso.
   En 2007, esta serie fue adaptada a la pantalla grande en una película de alto presupuesto dirigida por Michael Bay  que lanzó a la fama a Megan Fox y a Shia LaBeouf —me pregunto dónde estarán ahora—. Muy aparte de la calidad de la película, ésta inauguró una de las franquicias más exitosas de los últimos tiempos que ya va e su cuarta entrega.


    Ahora bien, en una especia de ouroboros del entretenimiento, Hasbro lanzó infinidad de juguetes basados en la película basada en los juguetes.  La avalancha de Transformers sacaba a la venta hasta tres series diferentes al año. Hasta que por fin sucedió.
    Insatisfechos con la apariencia de los Transformers tradicionales que no se veían tan elaborados como los que aparecían en pantalla, Hasbro encontró una solución ideal: Hacer Transformes que lucieran hasta el más mínimo detalle como los de la película... aunque no se transformaran.

    ¡Así es, niños! ¡La nueva serie de figuras de Transformers no se transforma! Debo concederles, eso sí, que estaban súper articuladas y que contaban con piezas intercambiables; pero… ¿Que no el chiste de los Transformers es que SE TRANSFORMAN? Son como los LEGO basados en películas... ¿Que no el chiste de los LEGO es que con ellos se puede construir cualquier cosa?



    En fin, los muñecos no son feos, tienen acciones especiales y armas interesantes… Pero no se transforman.




La adaptación fílmica de Los Picapiedra producida por Steven Spielberg ha generado, desde su estreno, opiniones encontradas. Hay quienes la consideraron un logro en términos de diseño de producción, hay a quienes les parece chafona y hay gente que la odia por comparación con los dibujos animados. Personalmente debo decir que la película me parece potable y que su mayor fuerte está en el casting —¿Quién más podía ser Pedro Picapiedra sino John Goodman?—… aunque ya siendo objetivos sí es malita.
    Ahora bien, las figuras de acción basadas en esta película son por completo otro cantar. Diré en corto que probablemente son las figuras de acción más horrorosas jamás creadas, pero quizá las palabras no sean suficiente para describirlas. ¿En qué estaba pensando Mattel? De verdad…


    El problema de estos muñecos viene desde su diseño, que es una cosa híbrida. Sí, se parecen a los actores que interpretan a los personajes en pantalla (John Goodman, Elizabeth Perkins, Rosie O’Donnell, Rick Moranis y Kyle McLachlan), pero en una versión caricaturizada con cabezas exageradamente grandes, miembros cortos y pechos de barril que en general les dan una apariencia bastante repulsiva.
    De hecho, si las figuras se parecieran a los actores y su físico estuviera proporcionado, no habría problema. Es más, la escultura está bien hecha y el nivel de detalle y pintura es bueno; pero el diseño es espantoso. Además, las articulaciones son pobres e incluso hay figuras que no están articuladas, como Bamm-Bamm y Pebbles (quien gracias al diseño de la figura se parece más bien al bebé del Gigante Comerrocas).


    De verdad, creo que hubo papás que amenazaban así a sus hijos: “Si no pasas la materia te voy a regalar un muñeco de Los Picapiedra.” Actualmente es muy fácil conseguir estos muñecos en excelentes condiciones y dentro de sus empaque originales, incluso la colección completa se vende como lote a precios más o menos razonables —Bueno, más de cien pesos por toda la colección ya parece irracional, pero qué le va uno a hacer—  y si no, en los mercados de pulgas suelen aparecer con inusitada frecuencia para permanecer adornando los puestos durante años.
    ¿Y recuerdan que en los dibujos animados de Los Picapiedra había animales prehistóricos que decían frases irónicas sobre lo dura que es la vida y cosas así? ¿Y recuerdan que en la película recrearon a dichos animales gracias a los efectos especiales por computadora y los animatrónicos? ¿Y no sería obvio que en los juguetes de Los Picapiedra hubiera dinosaurios, particularmente después de la fiebre por Jurassic Park? Pues no, por alguna extraña razón la gente de Mattel consideró que no era necesario que la línea de juguetes de Los Picapiedra incluyera dinosaurios, excepto por la figura de Dino y algunos accesorios de las otras figuras.



    WTF???




LJN es uno de esos nombres malditos en el medio. Fundada en 1970, fue una de las primeras compañías jugueteras que se aventuró a producir videojuegos en el continente americano. Sin embargo, la mala calidad de los mismos la llevó a su inevitable quiebra en 1995. Y prácticamente todo lo que produjo era bastante malo, a excepción del videojuego de Alien 3 para SuperNintendo (que sólo distribuyeron, no lo programaron), algunas figuras de acción de los Thundercats y, honor a quien honor merece, la serie de figuras de acción basadas en el anime Voltron que sí estaban padres.
    En este caso, Dune (Lynch, 1984, conocida en nuestro país como Dunas), la adaptación fílmica de la novela de Ciencia Ficción de Frank Herbert, fue uno de los más terribles fracasos taquilleros de la década —siempre que la veo me pregunto si los realizadores y yo leímos el mismo libro—, y la línea de figuras de acción alusivas, fabricadas por LJN es también una de las peores no sólo de la década, sino de la historia.


    Debo concederles, eso sí, que para su época eran figuras muy articuladas, pues incluían articulaciones “de bolita” en los hombros y “de pivote” en los muslos, y algunas figuras tenían articulación en la cintura y articulaciones de bisagra en los codos. Además, la verdad es que los muñecos más o menos se parecían a los actores y los accesorios trataban de reproducir la utilería de la película (Feyd Rautha incluso venía con su jaula y su gato).
    Donde falla esta colección es en la pésima calidad de la escultura. Creerán que tengo alguna especie de fijación renacentista con las proporciones humanas, pero es que de verdad estos muñecos se ven mal. Entiendo (o más bien, recuerdo) que en aquella época la tecnología no estaba tan avanzada como para construir los mecanismos diminutos que tenemos hoy día, por lo que las acciones especiales de estos muñecos influían en su apariencia. Las figuras de Feyd Rautha y Paul Atreides (interpretado por Kyle McLachlan… pobre hombre, tiene dos figuras de acción horrendas con su imagen... o lo que parece ser su imagen) daban una “cuchillada” al presionar un botón en sus costados; sin embargo, el mecanismo que hacía posible esta acción era tan grande que los muñecos tenían torsos como de jugador de hockey.

    Y sí, la tecnología no era tan avanzada, pero para esos años ya habían aparecido las figuras de He-Man y los Amos del Universo o las de Los verdaderos Cazafantasmas, y la diferencia salta a la vista.
    Además de las figuras básicas, esta serie incluyó tres vehículos… que eran espantosos los tres, pero si uno se fija en el diseño de los vehículos que aparecen en la película se dará cuenta de que había poco material con el cual trabajar. También se produjo una “figura secreta” cuya identidad no se revelaba en las fotos de la colección que aparecían en catálogos y empaques, pero que resultó ser un gusano de arena de 14 pulgadas de largo fabricado en hule flexible, pobremente esculpido y aún peor pintado que no le hacía ninguna justicia al Shai Hulud.


    Según los catálogos, la serie incluiría además las figuras de Jessica Atreides y Gurney Halleck, y el vehículo tóptero de los Harkonnen; pero fueron cancelados. Empero, se sabe que se produjeron prototipos de las dos figuras (del vehículo Harkonnen, no) que actualmente se encuentran en manos de coleccionistas particulares.
    A diferencia de la mayoría de las figuras de estas lista, las de Dune sí son muy apreciadas por los coleccionistas y, de hecho, no es difícil encontrar colecciones completas en buenas condiciones en subastas por Internet por precios razonables.




Sin duda, una de las películas más polémicas de la década... en discusiones recientes; en su momento fue incomprendida y significó el fracaso taquillero que marcaría el inicio del fin para la carrera del cineasta holandés Paul Verhoeven (RoboCop, el defensor del futuro, 1987). A pesar de ello, tuvo un merchandising más o menos variado que incluyó cómics, un videojuego bastante decente para PC y la línea de figuras de acción producida por Galoob.
    Galoob fue una de las grandes compañías jugueteras de los 80 y 90 (a finales de esta década se fusionó con Kenner y fue absorbida por Hasbro Toy Group), creadora de los muy populares Micro Machines. Si bien esta compañía produjo muchas otras series de figuras de acción tanto originales como los Moto-Ratones de Marte (eran una de tantas copias chafonas de las Tortugas ninja, pero tenían sus momentos), como de licencias como los de Los magníficos (The A-Team); realmente nunca fueron sobresalientes. Lo suyo eran las miniaturas.


    Y vaya si lo demostraron con las figuras de acción de Starship Troopers (conocida en México como Invasión). Para empezar, como bien lo demostró Kenner con su primer alien, no es buena idea lanzar productos para niños basados en películas con clasificación para adultos... De hecho,  por eso fue que Kenner canceló su serie de Depredador (McTiernan) en 1987.
    Ahora bien, la línea de miniaturas de esta cinta es bastante buena —para quienes les gusten, yo siempre he preferido las figuras de acción—, y tiene una gran variedad de figuras y naves... de humanos no mucho, ésos a nadie le importan; pero sacaron a los principales monstruos de la película que tienen una escultura no muy detallada pero decente y pintura interesante. Mis favoritos serían el Plasma Bug y el Hopper Bug… Aunque ninguno está a escala.
    Pero si la colección de miniaturas era más o menos buena, la de figuras de acción de 5” era un completo fiasco. Seis figuras humanas, tres de ellas con el mismo cuerpo pero diferentes colores, y una figura electrónica de un guerrero arácnido son toda la serie. Es decir, está bien, el Hopper Bug de lujo que salió en la serie de miniaturas se puede usar con ésta; pero no mamen.


    Los humanos están muy pobremente articulados y, aunque sí tienen accesorios individualizados con acciones especiales, la mayoría de sus armas son genéricas. Éstas, por cierto, parecen una versión aplastada de las armas que aparecen en la película. Como mencioné, también los cuerpos de los muñecos son genéricos; pero para que uno no se sintiera estafado porque le vendieron la misma figura tres veces, la gente de Galoob tuvo la amabilidad de pintarlos con horrendos colores fosforecentes.
    Además, la variedad en los personajes es poca. No sé por qué prefirieron hacer dos figuras de Ace Levy y dos de Johnny Rico, cuando bien pudieron incluir otros personajes interesantes de la cinta como Dizzy Flores o Jean Rasczack (¡El tipo tenía un brazo biónico y cara de rompemadres, por favor!). ¿O qué tal si hubieran hecho más condenadas figuras de arácnidos?


    De cualquier modo, eso no importa, porque la escultura de todas las figuras es inmunda. No sé en qué estaban pensando, sólo recuerdo que a la figura de Johnny Rico (Mega Marauder) parece que le va a explotar la cabeza dentro del casco y la figura de Carmencita Ibañez (BugThrasher) no tiene articulación en el cuello, porque esculpieron su torso y su cabellera como una sola pieza.
    La única figura que más o menos se salva es la del guerrero arácnido (“Warrior Bug”… si esta raza extraterrestre se llama Araknid desde la novela, ¿por qué en los juguetes se empeñaron en denominar a todos sus miembros sólo como “Bug”?). Sin embargo, es tan pobre en detalles y articulaciones que francamente desmerece. Quiero decir, uno pensaría que en una figura “de lujo” de 22cm de alto por 25cm de envergadura, particularmente una que representa a un insecto, estaría llena de articulaciones y detalles, pero no. Cada una de las patas de esta bestia es una sola pieza (pudieron poner por lo menos dos) y la articulación de su mandíbula apenas si se mueve, ya no digamos que logra aprisionar a las figuras humanas... De hecho, parece que la única función de esta articulación es activar un sonido electrónico de crujido. ¿Recuerdan la escena con la que empieza la película, el ataque nocturno al planeta Klendathu, esa batalla mal planeada en la que miles de soldados son despedazados en pantalla? Bueno, pues este arácnido parece bastante incapaz de hacer algo así. Mi hermano siempre dijo que le recordaba una cazuela de paella (?).


    Esta película es una de mis favoritas de toda la vida, por eso me sentí profundamente herido cuando vi en el anaquel estas figuras de acción tan piñatas. Y eso que, quizá afortunadamente, ni siquiera se comercializaron de manera oficial en México.

LA QUE NUNCA FUE: CONAN, EL BÁRBARO (Milius, 1982). En 1981 la compañía juguetera Mattel se acercó a Universal Pictures para comprar la licencia de su película Conan, el bárbaro, que en aquel entonces se encontraba en proceso de preproducción. La película sufrió varios retrasos para empezar su filmación, por lo que Mattel tuvo que pausar el proyecto de las figuras de acción por falta de materiales de referencia.
    Sin embargo, faltando un par de meses para su estreno, la película recibió la temida clasificación R (para mayores de 18 años), lo que afectó el ya de por sí retrasado proyecto de la serie de figuras de acción basadas en ella. Mattel decidió no caer en el mismo error que Kenner con su alien de 18” y renunció a la licencia de la película. Sin embargo, el gasto ya se había hecho y la compañía californiana ya había producido el prototipo de la figura de Conan, a la que le habían incluido un novedoso (y poderoso) mecanismo de espadazo.
    Para no dar por perdido el dinero que ya habían invertido y explotar la patente del mecanismo de espadazo, Mattel decidió crear una línea de figuras de acción en la que todos los personajes tuvieran el cuerpo de Conan, sólo cambiarían las cabezas, los accesorios y los colores. Para asegurarse de que la serie se vendiera, los accesorios de las figuras se complementaban unos a otros y cada una incluía un cómic narrando sus aventuras... El cual, obviamente, siempre quedaba inconcluso, por lo que había que coleccionarlos todos para conocer la historia completa.
    En cuanto a Conan, simplemente le cambiaron los accesorios y el color del cabello de moreno a rubio. Y así fue como nació He-Man y los Amos del Universo que ha sido, probablemente después de Barbie, la línea de juguetes más exitosa en la historia de Mattel.

Pasé un buen rato decidiendo qué figuras de acción formarían parte de esta lista, francamente, hacer la lista de las mejores figuras fue mucho más fácil. Así que, en este conteo de las más lamentables adaptaciones de la pantalla grande al PVC barato hay importantes omisiones. A ella deben agregarse la infame línea de figuras de acción de lapelícula de Super Mario Bros. (Jankel y Morton, 1993)… Bueno, creo que todo lo relacionado con esa peli es infame; las figuras de Furia de Titanes (Davis, 1981) fabricadas en 1981 por Mattel y esculpidas por la misma gente que hizo las de Star Wars (Lucas, 1977), fueron un fiasco aún peor que la película misma… Y me sigue pareciendo increíble que Pegaso no tuviera ni una sola articulación y que no se les ocurriera fabricar una figura de Medusa; las decepcionantes figuras de Stargate (Emmerich, 1994) de Hasbro que no son malas malas, pero daban para mucho más.


FUENTES (De la primera y segunda partes)
BELLOMO, Mark, Warman’s Action Figures Field Guide, Krause Publications, EUA, 2006.

Alex Bickmore’s Super Toy Archive (www.toyarchive.com)
www.collectorsofdune.com
Xenopedia (avp.wikia.com)


martes, 6 de enero de 2015

ESPECIAL DE DÍA DE REYES PRIMERA PARTE: Los mejores juguetes basados en películas.

ESPECIAL DE DÍA DE REYES. Primera Parte.

Aunque desde principios del siglo XX hubo juguetes basados en licencias de películas y tiras cómicas, como los producidos por la legendaria Louis Marx Toy Company inspirados en Tarzán (Edgar Rice Burroughs fue la primera persona en enriquecerse vendiendo licencias de merchandisng), Buck Rogers, Flash Gordon y otros, es un hecho que eran los menos en comparación con otros juguetes.
    Hacia la década de los 60, esta misma compaña produjo figuras estáticas de cinco pulgadas, en un solo color, basadas en súper héroes de Marvel comics, los monstruos de Universal Pictures (¿Quién no tuvo uno de éstos y lo pintó de colores?) y las películas de James Bond.
    Sin embargo, la que considero que fue la primera verdadera línea de figuras de acción basadas en una película fue la de El planeta de los simios, producida hacia  mediados de la década de los setenta por la extinta compañía Mezgo, y que combinaba personajes de las películas con personajes de la serie de TV con vehículos y accesorios inventados para vender más.
    La estrategia de Mezgo era brillante: Todas las figuras tenían el mismo cuerpo (bueno, había cuerpos masculinos y femeninos) muy bien articulado pero sin detalle alguno. Las únicas piezas que cambiaban eran las cabezas, en algunas ocasiones las manos y, lo que le dio a esta colección su identidad: La ropa, fabricada en tela de verdad.
    Ahora bien, quien realmente convirtió la industria de las figuras de acción licenciadas en lo que conocemos actualmente fue George Lucas. El director californiano, con tal de conseguir fondos para producir su Guerra de las galaxias (1977), llegó a un acuerdo con la Twentieth Century Fox en el que él no cobraría un centavo por escribir, dirigir y producir la cinta, a cambio de que le permitieran cobrar las regalías de los juguetes basados en la película.
     En aquel entonces, cuando el merchandising no era un negocio, los ejecutivos de Fox se carcajearon de Lucas en su propia cara y accedieron a su propuesta.
     La Navidad de 1977 llegó y las figuras de acción de Star wars, pedidas por prácticamente todos los niños, no habían aparecido en los estantes de las tiendas. Lucas no tenía dinero aún para producirlas, así que, en una estrategia de mercadotecnia única en la historia, el director se alió con la empresa juguetera Kenner (en ese entonces parte de Tonka Corporation, absorbida por Hasbro Toy Group a finales de los 90) para vender cupones en las jugueterías, mismos que serían canjeados en cuanto las figuras fueran producidas… ¡Y funcionó!  
    El resto, como dicen, es historia.
    Desde entonces, es prácticamente imposible que una película de alto presupuesto sea estrenada sin el acompañamiento de montones de merchandising y, en la mayoría de los casos, una línea de figuras de acción, muchas veces pensadas para los niños, pero que acaban siendo compradas por los coleccionistas.
    Siendo coleccionista de figuras de acción y cinéfilo desde que tengo uso de razón, me di a la tarea de escribir este artículo en el cual hice una lista de las cinco mejores líneas de figuras de acción basadas en películas y otra de las cinco peores.
    Para elaborar ambas listas seguí los siguientes parámetros: (1) Dejé fuera “La única colección tan grande como el Universo” (O sea, la de Star Wars) porque tiene tantas figuras que se han producido a lo largo de tanto tiempo que en realidad merecería un artículo exclusivamente dedicado a ella... De hecho, ni siquiera eso, porque hay varios libros al respecto, siendo el más recomendable Star Wars: The Ultimate Action Figure Collection, de Stephen J. Sansweet. (2) También quedaron fuera las figuras que fueron producidas años después de que se estrenaran las películas (digo, el Leatherface de 18” producido por McFarlane Toys en 2001 es una obra de arte, pero salió casi treinta años después del estreno original de la película y eso le da ventaja); con la excepción de Aliens de Kenner por las razones que se expondrán en su momento. Y (3) di prioridad a las figuras de acción que fueron hechas para jugar, en vez de aquéllas que son producidas sólo para adornar las salas de los coleccionistas y que tienen pocas articulaciones y/o ninguna acción de juego especial (como disparar proyectiles o lanzar chorros de agua o cosas así).

LOS MEJORES JUGUETES BASADOS EN PELÍCULAS



En 1979, tras el arrollador éxito de la colección de figuras de acción basada en Star Wars, la Twentieth Century Fox encargó a Kenner la producción de una serie de figuras basadas en su reciente película Alien: el octavo pasajero (Scott).
    La colección se produciría en tres etapas, siendo la primera el lanzamiento al mercado de una figura del xenomorfo en formatode 18”. Por desgracia, la figura tuvo una pésima aceptación debido a que asociaciones de padres de familia y grupos religiosos protestaron en contra de ella debido a su aspecto extraño, su incitación a la violencia y su cabeza fálica. La figura fue retirada del mercado por Kenner y la producción de la segunda y tercera etapas —figuras de acción de Ripley y Dallas de 12” , y figuras de acción del xenomorfo, Ripley, Dallas, Ash, Kane y un playset de la nave Nostromo en formato de 3 ¾” (el mismo usado para Star Wars)— fue cancelada. Los prototipos de estas figuras fueron recientemente comprados por la compañía Re-Action, quienes lanzaron al mercado una serie de figuras de acción estilo vintage altamente coleccionable.
    Para 1992, cuando Alien 3 (Fincher) se estrenó en los cines, Kenner ya había aprendido de sus errores y los tiempos eran otros, por lo que la compañía de Ohio produjo la primera línea de figuras de acción de Aliens.
    Ahora bien, la película de Fincher no era material suficiente para una línea de figuras de acción, por lo que la compañía juguetera retomó el concepto mostrado en la película de un xenomorfo que adquiría las características de su animal huésped y lo mezcló con el concepto de los Marines Coloniales mostrado en la segunda cinta. El resultado fue una de las colecciones de figuras de acción más exitosas en la historia de la juguetera en la que los Space Marines se enfrentaban a diferentes especies de xenomorfos, incluyendo en cada figura un mini comic que relataba sus aventuras.


    Las primeras dos series (1992-1993) sólo incluyeron Space Marines y sus vehículos y xenomorfos. De estas series mi marine favorito fue Vasquez (1993) y mi alien favorito, el Alien Gorila (1992). Todas las figuras, además de tener las articulaciones básicas (cuello, hombros y muslos y, en el caso de los humanos, la cintura), contaban con alguna acción especial.
    En Invierno de 1993, en gran medida gracias a la popularidad de los videojuegos de Aliens vs Predator, Kenner utilizó los moldes de figuras de acción basadas en la película Depredador (McTiernan, 1987), pero que nunca se produjeron, para llevar el enfrentamiento de las dos razas alienígenas a los juguetes. Esta serie perduró hasta 1994, cuando concluyó la serie “clásica” de Aliens. De estas series mi depredador favorito sería el Líder o el Renegado (que venía en un paquete doble con el alien guerrero) y, del lado de los xenomorfos, sería el jabalí alien o el playset del alien reina connido.
    En 1996, para celebrar el décimo aniversario de la cinta de Cameron, la juguetería estadounidense K-B Toys lanzó a la venta la colección Aliens vs Marines, que constaba de paquetes dobles con versiones repintadas de figuras de las primeras series. La particularidad de estas figuras era que los Marines sólo tenían ropa de colores verde olivo o camuflada y los aliens eran completamente negros con algunos brillos plateados. Paralelamente, K-B Toys sacó individualmente versiones repintadas de casi todos los aliens.


    En 1997 Kenner, ahora parte de Hasbro Toy Group, produjo una serie de figuras de acción bastante chafonas basadas en la cinta Alien: Resurrection (Jeunet, 1997).
    Para 1998, la colección se convirtió en Aliens: Hive Wars. La serie constaba de 2 figuras humanas (Hicks, Integer 3), 2 xenomorfos (Acid Alien y Hive Warrior Alien) y 2 depredadores (Predator Warrior y el muy extraño Night Recon Predator). Esta serie toma inspiración de diversas fuentes, mayormente los cómics de Aliens, para presentar personajes de una especie de realidad alterna a la de las cintas. Empero, la falta de creatividad y baja calidad de las figuras se tradujo en malas ventas y marcó el final de la producción de Aliens de Kenner.


    Hasbro planeaba producir una serie 2 de Hive Wars, en la que lanzaría la figura del Heavy Infantry Predator, que había sido desechada de la serie original de Predator en 1994, así como la figura del Amber Alien (nombre dado por los fans al prototipo de una figura que era una especie de Transformer en forma de huevo de alien del que salía un xenomorfo); pero las bajas ventas de la primera serie obligaron a la compañía a cancelar la segunda. 
    Quizá el artículo que más se extrañó en esta serie fue la réplica de la Dropship de la película, que estaba planeada para ser un playset de gran tamaño que podría albergar figuras y vehículos. Las ventas de la serie bajaron hacia fines de 1993 lo que, aunado a los altos costos de producción del juguete obligaron a Kenner a cancelarlo. Durante mucho tiempo, esta nave fue una especie de leyenda urbana, hasta que hace algunos años se supo que se fabricó un prototipo del que existen sólo fotografías para el mercado japonés. 



Otra obra maestra de Kenner y, al igual que con Aliens, no sé si haya habido alguna persona que haya sido niño en los 90 que no tuviera o, por lo menos conociera, una de estas figuras. Por desgracia, cayó en los mismos errores de falta de creatividad y sobreexplotación de la marca que Aliens y, además, cometió el error de introducir conceptos inverosímiles al universo de Jurassic Park… ¡Aún para las figuras de acción!
    La ola de merchandising para promocionar la película de Spielberg obviamente no podía dejar fuera el mercado de los juguetes, por lo que Universal Pictures vendió la licencia a Kenner para producir la serie de figuras de acción alusivas. El equipo encargado de diseñarlas y esculpirlas fue el mismo equipo de creativos que Aliens, por lo que las similitudes entre ambas líneas son más que evidentes.


    La primera serie de Jurassic Park apareció en el mercado en primavera de 1993. Constaba de cinco figuras humanas, cada una acompañada de una cría de dinosaurio —a la fecha, la figura de Robert Muldoon sigue siendo una de las mejores figuras de acción jamás hechas— y cinco dinosaurios, además de figuras electrónicas, tres vehículos y un playset —de igual modo, el Jurassic Park Command Compound sigue siendo considerado por los expertos el playset más impresionante jamás hecho, seguido muy de cerca por el Castillo de Grayskull—, todos tenían acciones especiales, algunos electrónicas, y venían acompañados por una tarjeta coleccionable.
    Sin embargo, las verdaderas estrellas de esta colección fueron los dinosaurios de lujo. Estas bestias estaban más o menos a escala con las figuras humanas y fueron fabricadas en fibra de polyester suave, lo que les daba una textura de piel real —también hay que señalarlo, los coleccionistas consideramos el Stegosaurus de esta serie como una de las peores figuras de acción jamás producidas—, además de que contaban con acciones especiales y el que se volvería una especie de firma de los juguetes de Jurassic Park: El Saurio-Daño (Dino-Damage en inglés), un pedazo de “carne” que se les podía remover a los dinosaurios para simular el ataque de algún depredador.



    Entre estos dinosaurios de mayor tamaño, sobresalía el Tyrannosaurus Rex electrónico (apodado Rojo por los cuates) que sí estaba a escala con las figuras de acción humanas... Aunque lo esculpieron en una posición semierguida para que se viera más alto. Por cierto, quienes tuvieron estos muñecos, recordarán que en la parte posterior de los empaques el T. Rex electrónico se veía muy diferente, pues parecía una réplica del de la película —también la figura de Dennis Nedry aparecía con pantalones color kaki en vez de los negros que tuvo finalmente, pero a nadie pareció molestarle eso—. Esto tiene una explicación muy curiosa: El equipo de escultura estaba trabajando a marchas forzadas modelando al mismo tiempo la serie 2 de Aliens, por lo que no tuvieron el prototipo del T. Rex a tiempo para la sesión de fotos. De tal suerte, el departamento de Diseño Gráfico recurrió al Stan Winston Studio y pidió prestada la maqueta del T.Rex que habían utilizado para crear al dinosaurio digital en pantalla. Así pues, el T.Rex de los primeros empaques se veía idéntico al de la película ¡porque era el que utilizaron en la película!  
    La serie 2 de esta colección es muy extensa y algunas figuras se produjeron en cantidades sumamente limitadas, por lo que son objetos de verdadera colección. El lanzamiento de esta serie se dividió en 3 etapas, la primera de las cuales fue la producción de versiones repintadas de las figuras humanas que ya habían salido, solo que esta vez les cambiaron las cabezas por unas que sí se parecían a las de los actores de la película, así como los pequeños dinosaurios que las acompañaban. Se produjeron dos figuras nuevas: Alan Grant con boleadoras y la legendaria figura del Dr. Ian Malcolm.


    La segunda etapa de la serie 2 apareció entre invierno de 1993 y primavera de 1994, y consistió en el lanzamiento de tres nuevas figuras humanas: los Dino Trackers. Según la historia inventada por los fabricantes de juguetes, estos tipos rudos eran mercenarios contratados por la compañía InGen para recapturar a los dinosaurios del parque. Los Dino Trackers contaban con dos vehículos completamente nuevos —Sólo en los 90 una cuatrimoto podía ser el vehículo de un tipo rudo—. Asimismo, se relanzaron algunos dinosaurios que ya habían salido antes junto con otros nuevos como el Pachycephalosaurus y el Lycaenops (aunque este último no era un dinosaurio, sino un reptil mamiferoide... lo que igual no importó porque la mayoría de la gente lo tomó por un gato dientes de sable), todos con un nuevo empaque, nuevas tarjetas y equipo de captura (grilletes, bozales, etc.)
    La tercera y última etapa, lanzada en 1994, consistió en el lanzamiento de nuevos dinosaurios de lujo que incluían al Utahraptor y al Carnotaurus que, si bien no estaban en la escala correcta y eran inexactos  paleontológicamente, eran una chingonería. Algo muy interesante de esta última etapa, fueron las últimas figuras humanas de la serie, llamados Evil Raiders.
    Así como los Dino Trackers eran mercenarios contratados por InGen, los Evil Raiders eran cazadores furtivos que habían viajado a Isla Nublar para cazar a los dinosaurios y hacer trofeos de ellos. Aunque sólo hubo dos figuras, El Dr. Snare y Skinner, contaban con un vehículo —una moto tipo chopper adornada con huesos de dinosaurio— y son de las figuras mejor hechas de toda la colección, además de ser muy buscadas por los coleccionistas. Por cierto que, aparte de Dennis Nedry, fueron las únicas figuras humanas en contar con Saurio-Daño.


    Kenner tenía planes para sacar una serie 3, que incluiría nuevas bestias como el Estemnosuchus, el Ornithosuchus o el Scutosaurus —ninguno de ellos dinosaurio, todos eran reptiles mamiferoides—, todos con equipo de captura y sauriodaño, y un nuevo Evil Raider llamado Scrap Davis que sería la figura más extraña de toda la colección, pues se trataba de un redneck cazador con implantes biónicos. También se planeaba sacar un nuevo T. Rex de gran tamaño que pudiera “comerse” a las otras figuras llamado Gulper T.Rex (para la serie de figuras de acción de El mundo perdido se repintó esta figura y se le llamó Bull T.Rex).
    De cualquier modo, Kenner recuperó la cordura y canceló la producción de la serie 3 de Jurassic Park, aunque algunas figuras llegaron a fabricarse y fueron robadas de las líneas de producción por obreros chinos. Actualmente se encuentran en colecciones particulares. De cualquier modo, la mayoría de estas figuras serían lanzadas en siguientes líneas de juguetes de JP. Por cierto, en el reverso de los empaques de las figuras de la serie 2 se anunciaban versiones repintadas de los vehículos de la serie 1 con “New Jungle Colors”; empero, estos vehículos jamás fueron producidos.


No es un secreto para nadie que durante casi tres décadas, TRON (LIsberger, 1982) fue considerada el mayor fracaso taquillero de Disney. Como parte del merchandising de la película, la extinta compañía juguetera Tomy (en América, en su natal Japón fue absorbida por Takara) lanzó al mercado una seriede figuras de acción, bastante chafonas, fabricadas en 1981. El desplome de la cinta en taquilla, aunado al poco atractivo de las figuras y la limitada distribución de Tomy, condenaron estos juguetes al olvido.
    Para 2010, Disney pidió la revancha lanzando una tardía aunque muy buena secuela de Tron, llamada TRON: Legacy (Kosinski). Asimismo, la compañía juguetera SpinMaster produjo una colección de figuras de acción que incluía figuras en 3 diferentes tamaños: 12”, la de lujo de 8” y, la más coleccionable, la estándar de 3 ¾”.


    Así como la segunda cinta de la saga se vio enormemente beneficiada por los adelantos de la tecnología, lo mismo sucedió con las figuras de acción. Ahora, los muñecos eran idénticos a los actores que representaban los personajes en pantalla, estaban completamente articulados (mi sobrino de 7 años se ríe cuando le digo que en mis tiempos los muñecos no doblaban las rodillas), incluían accesorios que eran réplicas exactas de los artefactos usados en pantalla y, por primera vez en la historia y de una forma asombrosa, las figuras se iluminaban.


    ¡Sí! Gracias a la tecnología actual, las figuras TRON: Legacy tenían un LED central de color y plástico transparente recorriendo varias partes de su cuerpo, lo que permitía que se iluminaran con luces de vistosos colores, como en la película (La figura del Black Guard de la serie 2 está a toda madre).
    ¿Y cómo podrían faltar los vehículos? Como parte de la colección original de TRON de 1981, Tomy lanzó las dos motos de la película, que eran de cuerda y tenían un trabajo de pintura bastante soso, aún para los estándares de la época. Para la peli de 2010, SpinMaster produjo varios vehículos para las figuras de 3 ¾”, incluyendo naves y las LightCycles que ahora sí se iluminaban mientras corrían (la de Kevin Flynn se ve increíble de noche).


    Por cierto que esta línea de figuras de acción voló de los anaqueles.  



El hitazo de taquilla de JamesCameron, Avatar (2009), no podía sino engendrar una serie de figuras de acción que estuviera a la altura. Y es sin duda una de las mejores líneas de figuras de acción (que cumple con los criterios anteriormente establecidos) de la década pasada… Excepto por tres detalles.
    El primero de ellos consiste en que cometieron el mismo error que la serie de figuras de acción de Star Wars Episodio I: La amenaza Fantasma (Lucas, 1999). Es decir, sacaron demasiadas figuras al mismo tiempo. Sólo hubo dos series, una de figuras básicas de 3 ¾” y otra de 5” que salieron al mercado de manera simultánea.
    Mientras las figuras de 5” eran apenas cinco personajes, la colección de 3 ¾” superaba la treintena incluyendo vehículos y bestias, además de figuras variantes (Jake Sully con cabello corto, Jake Sullycon cabello largo…). La gran mayoría de las figuras contaba con acciones especiales, en general tienen esculpidos muchos detalles y están espléndidamente pintados; además, las figuras de los Na’vi y otras creaturas de Pandora tienen pintura fluorescente, por lo que brillan en la oscuridad para simular la bioluminiscencia que presentan en la película.


        El segundo detalle fue un error que también cometió la mencionada serie de Star Wars: Cada figura venía acompañada de una tarjeta de Realidad Aumentada, lo cual era tecnología muy avanzada para su época y, por consiguiente, elevaba el precio de las figuras a niveles estratosféricos —¿Recuerdan el CommTech Chip incluido con las figuras de Episodio I? ¿Y que había que comprar un aparato aparte para hacerlo funcionar? ¿A quién coño se le ocurren estas cosas?— No me malinterpreten, la tarjetita de Realidad Aumentada era genial: Se descargaba un software del sitio de Internet (con conexión de alta velocidad únicamente) y se ponía la tarjeta en algún lugar frente a una WebCam. La cámara detectaba la tarjeta y recreaba un modelo tridimensional en CGI de los personajes de la película, o los vehículos o paisajes de Pandora, que además interactuaban entre ellos. Siendo justos, era impresionante... Tan impresionante que en realidad bien pudieron vender las tarjetas por separado, como un juego aparte, ¡en vez de encarecer las ya de por sí costosas figuras de acción!


    El tercer detalle es que, aún ahora, las figuras son prácticamente inconseguibles. A través de diversos mecanismos, Mattel abrió una preventa de figuras de acción de Avatar que fue una especie de buffet para los coleccionistas. Muchas figuras de acción (como la de la Dra. Grace Agustine, interpretada por Sigourney Weaver) nunca llegaron a las jugueterías, pues se agotaron en la preventa. En nuestro país yo recuerdo haber visto sólo un embarque, que se vendió durante un mes, en esa tienda departamental con el nombre de un puerto británico y eso fue todo.

    Con todos sus fallos —como las cajas de vehículos y bestias que tenían forma de ataúd y no se podían acomodar en ningún lado, me parece que fue el peor enpaque desde el blíster en forma de ojiva de las figuras de Star Wars Episodio III: La venganza de los Sith (Lucas, 2005)—, esta serie de figuras de acción es una de las mejores que jamás se han producido. Los muñecos en verdad incluyen una serie de elementos de gran calidad en cada uno de ellos y combinan detalle con jugabilidad con un gran valor coleccionable.



En aquellos años era yo un adolescente teto que poco se enteraba de esas cosas y, si bien desde que se publicó el número 0 de Spawn en México hasta estos días he sido un fan del personaje, es hasta ahora que lo veo a la distancia que me doy cuenta de lo que significó en su momento. Ahora, sin titubeos me atrevo a decir que Todd McFarlane fue un genio que revoluicionó primero el medio de los cómics y después el mundo del entretenimiento. Ya después el señor se durmió en sus laureles, pero en su momento fue un visionario que definiría la industria del entretenimiento, y particularmente la de las figuras de acción, en las décadas por venir. Creo que este hombre puede fácilmente compararse con otros genios de la industria como George Lucas o Jenna Jameson.
    En 1997 Todd McFarlane Entertainment, con la distribución de New Line Cinema (en aquel entonces ya una subsidiaria de Warner Bros./America OnLine... Jaja ¿Se acuerdan de America OnLine?), estrenó la adaptación fílmica de los cómics de Spawn (Dippé). Esta película contó con una de las peores actuaciones de Martin Sheen, un insoportable John Leguizamo, la breve aparición de la guapa Melinda Clarke y efectos digitales de pena ajena.

    Pero no todo fue malo, si bien la cinta es despreciable y camp hasta para ser de súper héroes, la línea de figuras de acción basada en ella es bastante atractiva.
     Ante las insatisfactorias propuestas que McFarlane recibió de las principales compañías jugueteras a principios de los 90 para producir figuras de acción basadas en sus cómics, el artista canadiense decidió fundar su propia marca de juguetes en 1994, llamada Todd Toys (después se convirtió en McFarlane Toys por problemas legales con Mattel). Los principales atractivos de estas figuras de acción eran su alto nivel de detalle, su prodigiosa calidad de pintura y sus múltiples articulaciones (las primeras series de juguetes de Spawn se anunciaban como “Ultra-Action Figures” porque, como ya dije, en ese entonces los muñecos que tenían articulaciones en codos y rodillas era inusuales).


    Así pues, para 1997 McFarlane ya tenía experiencia produciendo figuras de acción y se había posicionado en el mercado como una de las compañías líderes en el ramo. Cuando la película de Spawn se estrenó, la producción de una línea de figuras de acción alusivas fue un movimiento más que obvio.
    Se produjeron dos series: Una de figuras de acción en formato de 6”, con múltiples articulaciones y un asombroso nivel de detalle y realismo, que además incluía tres figuras de lujo: Malebolgia, AttackSpawn y Violator (por mucho, mi favorito de toda la serie, mide 12” de alto completamente erguido, tiene 13 puntos de articulación y varias acciones especiales, incluyendo ojos que se iluminan de color rojo). Además, se produjo una serie de playsets con figuras de acción de 3 ¾” que recreaban escenas específicas de la película.


    Quise incluir esta serie como una de las mejores, nostalgia aparte, porque en verdad considero que fue un parteaguas. Hasta donde recuerdo, fue la primera línea de figuras de acción que combinó jugabilidad (los muñecos estaban completamente articulados y tenían acciones de juego que recreaban momentos de la película, como Jessica Priest que incluía un lanzamisiles y un rifle que disparaba agua), realismo (por primera vez en la historia las figuras de acción basadas en una película éstas se veían exactamente como los actores en la pantalla, y sus vestuarios y accesorios eran exactamente los de la película) y detalle (hasta el más mínimo detalle en las figuras de acción estaba esculpido y pintado.
    Así pues, puedo decir que esta serie fue la principal influencia de colecciones de figuras de acción basadas en películas de gran detalle y realismo que vinieron después, como las de Spider-Man y Spider-Man 2, la muy extensa colección de la Trilogía de El Señor de los Anillos, la del remake de El planeta de los simios (lapelícula es horrible, pero los juguetes estaban bien hechos) o las figuras de Movie Masters de El Caballero de la Noche asciende (por alguna extraña razón, no comercializada de forma oficial en nuestro país).  

LA QUE FALTÓ:
DRACULA, DE BRAM STOKER (Coppola, 1992). Siendo una de las películas más populares de la década de los 90 es interesante que se haya producido tan poco merchandising basado en ella. La adaptación en cómic dibujada por el autor de Hellboy, Mike Mignola, es una obra de arte y un artículo de verdadera colección; pero es un ítem más bien raro.
    Tras el fracaso de su serie Movie Maniacs 7 (2003), McFarlane Toys entró en su periodo d decadencia y anunció en 2005 una línea de figuras dedicada exclusivamente a esta cinta. Sin embargo, sólo produjo dos figuras, más o menos estáticas, que venían en un paquete doble: Drácula transformado en murciélago y Drácula transformado en lobo.
    Estoy seguro de no ser el único coleccionista que se sintió profundamente decepcionado. Es decir, con la alta calidad de los juguetes de McFarlane en aquellos tiempos me hubiera gustado ver una figura de Van Helsing cargando las cabezas cercenadas de las novias de Drácula, o un muñeco de Renfield en un arrebato de furia... ¿O qué tal Mina Murray con su vestido de gala, con todos los detalles esculpidos y pintados?... ¡Vamos! Drácula con su bata roja y su peinado “de a mis nalgas” hubiera sido una figura de acción genial.
    Pero no. McFarlane se conformó este par de figuras que, si bien no son malas, distan mucho de lo que los coleccionistas esperábamos... Quizá porque no tuvieron que pagarle regalías a ninguno de los actores de la película por la utilización de su imagen —de hecho, ésta es una de las razones por las que a veces los muñecos de la película no se parecen a los actores—, y ninguna otra compañía ha mostrado interés en retomar esta película para otra serie de figuras de acción o coleccionables.

    ¿Y por qué nunca hubo figuras de acción de El quinto elemento (Besson, 1997)? ¡Esos juguetes se diseñaban solos! Ni siquiera hacían falta una colección extensa, una serie que incluyera a Leloo, Korben Dallas, Emmanuel Zorg, Ruby Rhod, el padre Vito Cornellius y un guerrero mangalore es más que suficiente. Bueno, y añadiendo la figura de Plavalaguna como especial o algo así.