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lunes, 9 de junio de 2014

X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO. ¿Hasta dónde se podrá exprimir esta franquicia?


X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO
X-Men: Days Of The Future Past

Bryan Singer, 2014

Antes que nada, debo aclarar que tras la mentada de madre que fue X-Men Orígenes: Wolverine (Hood, 2009), no había vuelto a ver una película de estos superhéroes. Según me cuentan por ahí, Días del futuro pasado sigue más o menos la cronología de Primera Generación (Vaughn, 2011)... que dicen que está decente, pero me la perdí. Sea como fuere, leí los cómics y los huecos que tengo los lleno con los que recuerdo de la serie de dibujos animados.
    De hecho, si la memoria no me falla, la serie de dibujos animados empezó a decaer por ahí de la temporada 4 cuando los X-Men viajaban en el tiempo casi cada fin de semana.
    En esta cinta se narra la historia de un posible futuro en el que los mutantes son cazados hasta la extinción por un ejército de androides conocidos como Centinelas. Los últimos sobrevivientes forman un grupo de resistencia que utiliza los poderes de Kitty Pryde “Sprite” (de nuevo interpretada por Ellen Page) para enviar al mutante Bishop (Omar Sy, quien francamente luce menos espectacular que el personaje los cómics) a advertirles del ataque de los Centinelas. Haciendo equipo, el profesor Charles Xavier (Patrick Stewart en el papel que paga sus rentas) y su antiguo rival Erik Lehnsherr “Magneto” (vuelve el genial Ian McKellen… aunque en esta ocasión no actúa mucho...) descubren que la tecnología utilizada para construir a los Centinelas, misma que les permite contrarrestar los superpoderes de sus objetivos, fue diseñada a partir de la mutación de Raven Darkholme “Mystique” (la bella Jennifer Lawrence).
    Con esta información, Xavier y Magneto irán a pedir la ayuda de Sprite para viajar al año 1973, en el que son activados los primeros prototipos de los Centinelas aprovechando el pánico causado por el asesinato del científico armamentista, el Dr. Bolivar Trask (Peter Dinklage, de la serie Game Of Thrones [2011]) a manos de Myistique. El único mutante capaz de sobrevivir al viaje en el tiempo es Wolverine (según parece porque si no sale Hugh Jackman nadie ve estas madres), cuyo mayor reto al retroceder 50 años en el tiempo será lograr que el joven Xavier (James McAvoy) y el joven Magneto (Michael Fassbender, a quien recuerdo con admiración por su papel en Prometeo [Scott, 2012]) logren trabajar juntos para salvar el futuro de mutantes y humanos.


    Lo primero que debo decir sobre esta película es que, ciertamente, parece que quisieron enfocarla más como una secuela de Primera Generación y, por lo tanto, no está tan apegada al cómic en el cual se supone que está basada. En realidad se concentra mucho más en la relación Xavier/ Magneto... que ha sido la columna vertebral de esta saga, pues, ahora que lo menciono, las dos pelis de X-Men que no se han basado en ella han sido un fiasco (las de Wolverine, pues).
     Supongo que está bien que las películas basadas en algún otro medio no lo sigan de una manera literal, pues se convertirían simplemente en ilustración del texto original; pero me parece que algo importante se perdió en este caso: el discurso.
    Si algo era muy característico de la saga de cómics Días del futuro pasado (publicada en The Uncanny X-Men #141 y #142, correspondientes a Enero y Febrero de 1981) era su mensaje social. En la película apenas si se menciona de refilón, pero en los cómics se supone que los humanos han perseguido a los mutantes hasta el borde de la extinción; pero además los han encerrado en guetos. Los Centinelas no atacan humanos, mientras que en la peli se supone que por eso se vuelven una amenaza: comienzan a cazar también a los humanos miembros de la guerrilla pro-mutante. En los cómics Charles Xavier está muerto y quien planea el viaje en el tiempo es un viejo y minusválido Magneto en el año 2013. Se supone que hay 3 clases de ciudadanos: los humanos normales sin genes mutantes; los humanos anormales, cuyos genes tienen potencial de mutar y por lo tanto les está prohibido reproducirse, y los mutantes “puros” digamos,  que deben ser exterminados.


    Del mismo modo, no es Wolverine quien regresa al pasado, sino Sprite…  supongo que el cambio en la película se debió a que le vieron poco atractivo comercial a Ellen Page en la actualidad; y, de hecho, no es ella quien logra transferir la mente de una persona su cuerpo pasado, sino una mutante telépata de gran poder llamada Rachel, quien es la esposa de Franklin Richards (el hijo de Sue y Reed).
    Así las cosas, la película opta por un enfoque mucho más superficial, centrado en una intriga política bastante mediana —vamos, que casi ni intriga parece— que está muy por debajo del nivel de aquélla presentada en las historietas o, incluso, en películas similares como Capitán América y el Soldado del Invierno (Russo y Russo, 2014).
    Además, en el espíritu de presentar mutantes nuevos en cada entrega de la saga, los realizadores están forzando la cronología y la cohesión de los argumentos y los personajes hasta llevarlos a límites peligrosos. Por principio de cuentas, en los cómics (en estos dos números en particular) no aparece el Dr. Trask, sino el senador Robert Kelly a quien Mystique intenta asesinar con la ayuda de su Hermandad de Mutantes Diabólicos... Y si recuerdan ¡ésta es la trama de la primera película de X-Men! De hecho, la escena en la que Kelly da un discurso en contra de los mutantes en el Congreso de EE.UU. apareció originalmente en los cómics de Días del futuro pasado.


    Y en cuanto a la selección de mutantes... Hombre, pues los miembros más destacados de la Hermandad de Mutantes Diabólicos son Mystique (que ya ha salido en 5 películas), Pyro (que apareció en la trilogía original de X-Men y, por lo tanto, en la cronología de las películas aún no nacía) y Blob (que ya tuvo sus cinco minutos de fama en X-Men Orígenes: Wolverine).
    Eso sí, la aparición del cínico Peter Maximoff “Quicksilver” (Peter Evans) es bastante refrescante, además de que el muchacho parece tener más personalidad que todos los demás personajes de la peli juntos... bueno, excepto Magneto y Xavier. Algo que es curioso es que, en los cómics, Quicksilver es hijo de Magneto (y hermano de la Bruja Escarlata) y en la película se hace una referencia bastante velada a este hecho; sin embargo, en el epílogo de Capitán América y el Soldado del Invierno aparecen quien después se convertirá en la Bruja Escarlata y su mencionado hermano, pero no es Quicksilver... ¿Quién será ese niño entonces?
    En el rubro de las actuaciones la película apenas cumple. Es decir, no propone nada nuevo sobre los personajes que ya habíamos visto: Hugh Jackman nació para interpretar a Wolverine y no para cantar, Ian McKellen de repente se ve demasiado cómodo como Magneto y cosas por el estilo. Los únicos que me parecieron sobresalientes fueron McAvoy como el joven Xavier y Nicholas Hault como una versión estudiantil del Dr. Hank McCoy “Beast”.


    La que sí queda a deber en algunas escenas es la Lawrence… aunque bueno, uno no va a ver sus películas para verla actuar. Pero, por otro lado, si uno recuerda a la hermosa Rebecca Romijn haciendo el papel de Myistique, la Lawrence también queda a deber. Y por si eso fuera poco... ¿Es eso un unitardo? ¡No mamen! Sólo maquillaron a Lawrence en los primeros planos —con maquillaje a base de aceite, en vez del maquillaje a base de agua que usaban siempre— y para las tomas abiertas usó un unitardo azul con aplicaciones; mientras que a la Romjin sí la maquillaban completamente pegándole aplique por aplique. Serán los gajes de grabar en HD.
    Mi última queja sobre esta película va en contra del departamento de diseño de arte. Los vestuarios están bien, sí se ven como de los setenta. Aparecen algunos aparatos y tecnologías que ni de chiste estarían disponibles en esa década; pero vamos a concederles eso, finalmente es una obra de Ciencia Ficción. Empero, el diseño de los Centinelas es horrible. Apenas si guarda alguna similitud con el diseño clásico de los cómics —que se adaptó bastante bien a la serie animada, las figuras de acción y hasta los videojuegos—  y, por si esto fuera poco, tampoco parece nada diseñado en los setenta. Digo, no se trata de que le pusieran paneles de chapa de madera (en aquella época parecía que todas las cosas los tenían, hasta los automóviles), pero en realidad parecen una mala copia del diseño de Iron Man (Favreau, 2008).
    Y en sentido completamente opuesto, pero igualmente fallido está la base subterránea de los X-Men. ¿Por qué se ve completamente idéntica a la de la primera peli? ¿En treinta años no hubo avances tecnológicos? Por lo menos se tomaron la molestia de diseñar un Cerebro con tecnología analógica; pero el resto de la base se ve como si el tiempo no pasara por ella ¡Por favor! ¡Hasta la Mansión Playboy ha sido remodelada varias veces desde los setenta!


    Puedo concluir que esta entrega de la saga de X-Men está en un nivel aceptable. No es la obra maestra que fue X-Men 2 (Singer, 2003); pero tampoco es la aberración que fue X-Men Orígenes: Wolverine. Disfrutable, pero quizá demasiado larga para el asunto del que trata y francamente creo que faltaron más escenas del futuro —una de las influencias más claras que legó el cómic fue, por supuesto, El exterminador (Cameron, 1984) —. Da gusto que Bryan Singer haya regresado a dirigir la serie que lo llevó a la fama; pero sí se nota que ésta se está estancando y comienza a pisar peligrosamente el terreno de la mediocridad.

PARA LA TRIVIA: Con la aparición de Anna Paquin, Famke Janssen, James Mardsen y Kelsey Grammer, ésta es la primera cinta desde el final de la primera trilogía en reunir de nuevo a todos los actores del elenco original que pertenecían a los X-Men.


SPOILER: Como pueden notar de mis críticas anteriores de películas de Marvel, disfruto de spoilear los epílogos de las mismas. Ese epílogo ya tradicional en las películas de esta compañía que nos muestra qué es lo que vendrá en futuras cintas. En el caso de ésta, al final de los créditos se puede ver una escena ambientada en el antiguo Egipto en la que aparece el villano Apocalipsis acompañado por sus cuatro jinetes.


4 comentarios:

  1. El niño que aparece en el epílogo sí es Quicksilver. Por asuntos legales, ya que Avengers y X-men pertenecen a distintos estudios, llegaron a un acuerdo en donde permitieron a la franquicia de X-Men el uso de Quicksilver, pero no podían hacer referencia a que es mutante.

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    1. Pero los dos son de Marvel Studios (o sea Disney)... y no recuerdo a Quicksilver en "Avengers"...

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    2. No, tienes razón, ya me acordé que Fox las películas de X-Men.

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  2. En la siguiente de Avengers va a salir Quicksilver :-)

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