LAS TORTUGAS NINJA II
Teenage Mutant Ninja Turtles II:
The Secret of the Ooze
Michael Pressman, 1991
Ante el éxito avasallador de
la primera película de las Tortugas Ninja —ya había comentado en la entrada
anterior que, multiplicando por diez su presupuesto en recaudación de taquilla,
se le consideraba la película independiente más exitosa de todos los tiempos—
una secuela no podía hacerse esperar... y cuando digo esto, casi es literal,
pues la segunda parte de la franquicia fílmica apareció apenas un año después
que la primera.
Ha pasado algún tiempo (no queda claro
cuánto debido a lo mal hecho del guión) desde que Leonardo, Miguel Ángel,
Donatello y Rafael, las cuatro tortugas humanoides parlantes con habilidades en
artes marciales, derrotaron al líder del clan ninja de El Pie, Shredder (François
Chau). Sin embargo, el maestro criminal no murió —a pesar de haber sido
triturado por un camión compactador de basura— sino que sólo quedó
terriblemente (maquillado) desfigurado.
Shredder recurre al profesor Jordon Perry
(David Warner, y por favor levantemos la mano todos los que creímos que era
Baxter Stockman la primera vez que vimos la peli), científico de la empresa
Tecno Global Research Industries, que hace quince años, por error, produjo el líquido mutágeno que creó a las tortugas y a Splinter. Con la ayuda del
mutágeno, Shredder crea a dos formidables mutantes, Tokka (una tortuga caimán,
interpretado por Kurt Bryant) y Rahzar (un lobo, interpretado por Mark Ginther)
quienes serán su instrumento para cobrar venganza sobre las Tortugas.
Por suerte, los quelonios contarán con la
ayuda de su fiel amiga, la reportera April O’Neil (Paige Turco, pues Judith
Hoag rechazó repetir el papel), el repartidor de pizzas y artista marcial
(WTF?) Keno (Ernie Reyes, Jr), y Vanilla Ice (no, en serio) para hacer frente a
Shredder y sus mutantes.
Esta segunda entrega de las Tortugas Ninja
sí tiene un tono mucho más infantil que la primera parte pues los productores
se aseguraron de que fuera más accesible para los pequeños espectadores que su
predecesora. La violencia es mucho menor y se incluyeron varios gags ramplones
al estilo de “dibujo animado”, además de que las Tortugas ya no maldicen (en la
primera peli sí gritaban varios “Damn!”). Lo cual, por supuesto, no excusa su
pobre manufactura.
De hecho, un elemento que se ve
completamente tomado en la serie de dibujos animados es precisamente la
aparición de Rahzar y Tokka, inspirados claramente en los esbirros de Shredder
en las caricaturas de los 80: Bebop (un jabalí) y Rocksteady (un rinoceronte).
¿Por qué no usar a los personajes originales?
Playmates Toys, a diferencia de la primera
cinta de las Tortugas Ninja, sí quiso producir figuras de acción basadas en la
secuela y encargó a Eastman y al artista de cómics Stephen R. Bissette que
desarrollaran dos mutantes nuevos para la película para poder explotarlos a
través de las figuras. La línea, conocida como “Movie Star Ninja Turtles”
constó de las 4 tortugas (muy difíciles de conseguir, actualmente son artículos
de verdadera colección), un Foot Soldier, Super Shredder (de niño siempre me
frustró un poco que no hubiera una figura del Shredder normal basada en el
diseño de la peli), Splinter, Tokka y Rahzar (para explotarlos como se debe, de
estos dos últimos personajes se produjo mayor cantidad de figuras).
Aunque ni Tokka ni Rahzar (ni Bebop o
Rocksteady, para el caso) fueron incluidos nunca en las serie canónica de
cómics de las Tortugas, sí fueron personajes populares y aparecieron como jefes
en los videojuegos Teenage Mutant Ninja
Turtles III: The Manhattan Project (Konami, 1992) y Teenage Mutant Ninja Turtles IV: Turtles In Time (Konami, 1992).
Además, aparecieron como “invitados especiales” en un episodio de la serie de
dibujos animados (Temporada 7, 1993) y, aunque no se mencionan sus nombres,
hacen un cameo en la película de dibujos animados Tortugas para siempre (Burdine y Goldfine, 2009).
Y ya hacia el final de la peli resulta que
con tal de destruir a los Héroes en Caparazón, Shredder se bebe un frasco de
mutágeno para convertirse en Super Shredder (quien también se convirtió en el
jefe final de los videojuegos arriba mencionados). Sí, se ve padre, lástima que
su aparición sea tan breve... y más lástima aún que, si uno se pone a pensarlo,
el mero planteamiento de este personaje resulta estúpido. Quiero decir, ¿por
qué Shredder se convertiría en un gigantón lleno de picos? ¿¿Por qué un pico de
metal mutaría?? ¿¿¿Por qué el metal tendría ADN???
A pesar de que en general esta cinta es
bastante inferior a la primera parte en prácticamente todos los aspectos y se
ve que fue hecha a las carreras, ése es el que más salta a la vista: el guión.
Está lleno de inconsistencias y omisiones. La mayoría de los diálogos de los
personajes son burdos y hay un montón de cosas que parece que se les escaparon
a quienes lo escribieron; como ¿si el Prof. Perry había destruido todos los
frascos de mutágeno, excepto aquél que se usó para crear a Tokka y a Rahzar,
por qué en la disco Shredder aparece con un frasco lleno? ¿Por qué Tokka y
Rahzar aparecen por primera vez en pantalla ya vestidos, si acaban de mutar?
¿Por qué todas las rebanadas de pizza en Nueva York son exactamente iguales? Si
las Tortugas congelaron el retromutágeno para meterlo en la rosca, ¿cómo
siguieron enteros los cubitos después de hornearla? ¡Bah! Ya me puse de
cascarrabias, mejor dejarlo por la paz.
Sólo mencionaré que en el segundo
enfrentamiento de las Tortugas contra las bestias mutantes a la botarga de
Leonardo se le desabrocha el brazo izquierdo cuando lo levanta para desenvainar
su katana, dejando a la vista el brazo del actor.
Eso sí, quizá utilizaron las mismas
botargas de la primera película, pero las máscaras son nuevas. Tienen más
articulaciones, lo que les permite una mayor expresividad y los rasgos de los
cuatro hermanos se notan más definidos. Desde la primera cinta los artistas de
efectos especiales se preocuparon por dotar a cada tortuga de facciones únicas
(el rostro de Donatello es más alargado, Rafael tiene los ojos más pequeños,
Miguel Ángel tiene ojos más saltones y boca más grande, etc.); pero en esta
película lograron acentuarlas más.
El soundtrack de esta cinta también estuvo
conformado por canciones de los artistas del momento, aunque nada demasiado
memorable además del Ninja Rap, tema de la peli interpretado por el infame
Vanilla Ice (bueno, quizá me ensaño con el pobre hombre… después de todo, pidió
perdón por lo que hizo). Me gustan Awesome de Ya Kid-K y Creatures Of Habbit de
Spunkadelic. Y por M.C. Hammer no se preocupen, que este mismo año cantó el
tema de la película de Los locos Addams (Sonnenfeld, 1991).
En conclusión, se trata de una secuela
bastante inferior a su predecesora. Tiene algunas cosas interesantes,
particularmente en el apartado del diseño y a los avances tecnológicos en
relación con la primera parte. Lo único que sí me molesta un poco es que los
diseños de los villanos mutantes fueron hechos más para ser graciosos que para
verse temibles. Digo, incluso en las figuras de acción le cambiaron el color de
los ojos a Rahzar para que se viera más feroz.
Cuando era niño hubo una temporada en la
que preferí esta parte a la primera, supongo que por la novedad de los mutantes
y el Super Shredder; pero la verdad pasó pronto. Sin embargo, por muy malita
que sea esta peli, es muy preferible a la tercera parte...
PARA
LA TRIVIA: En 1987, tras el éxito de los cómics y de la incipiente
serie de dibujos animados de las Tortugas Ninja, Kevin Eastman y Peter Laird,
creadores de los personajes, fueron personalmente a las oficinas de Playmates
Toys para negociar una línea de figuras de acción basadas en los reptiles. Los
ejecutivos de la compañía juguetera se mostraron muy interesados en dicha
licencia, pero dentro de las negociaciones, pidieron a Eastman y Laird que
diseñaran más personajes mutantes, pues eran más comerciales que los
extraterrestres (en los primeros años de los cómics, las Tortugas se
enfrentaron a seres de otras dimensiones y planetas como los Kraang —en el
cómics son toda una raza— y los Triceraton mucho antes de enfrentarse a otro
animal mutante).
Así pues, de manera casi improvisada, los
artistas bocetearon un rinoceronte humanoide vestido de militar y un jabalí
humanoide vestido de punk. Y ya. Ni siquiera les pusieron nombre. El encargado
de bautizar a los personajes, de plantear una historia para ellos y dotarlos de
personalidad fue David Wise, guionista de la serie de dibujos animados.
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