300:
El Nacimiento de un imperio
300:
Rise Of an Empire
Noam Murro, 2014
A la lista cada vez más
nutrida de las secuelas tardías e innecesarias (Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal [Spielberg,
2008] y Psicosis II [Franlin, 1983],
las estoy viendo a ustedes) se suma esta nueva entrega de la saga de 300... A
la que deberían quitarle el 300, pues ya no se trata de los héroes de las
Termópilas, y deberían quitarle lo del “nacimiento de un imperio”, pues eso
tampoco se vio en la película.
No soy fanático de la primera parte, por no
decir que nunca terminó de convencerme; siempre me pareció que era pura forma y
nada de fondo (admito, eso sí, que la forma es excelsa), y la verdad nunca le
vi mérito a prácticamente calcar las vinñetas de la novela gráfica en la
pantalla. Menos mal que en esta “prediasecuela” está esa escena topless de Eva
Green, que si no la peli sería una verdadera pérdida de tiempo. Por cierto que
amenaza con no ser la última.
Así como en la trilogía original de
videojuegos de Resident Evil (Capcom,
1996-1999), el 3 sucedía antes, durante y después del 2 (entiéndase: ya se
agotó el argumento original), esta película sucede antes, durante y después de
la primera peli.
En esta nueva entrega se narra la presunta
historia del rey de Atenas, Temístocles (Sullivan Stapleton) héroe de la
Batalla de Maratón, quien años después de asesinar al rey persa Darío (Max
Decker), debe enfrentar la venganza de su hijo, Jerjes (Rodrigo Santoro), quien
invade Grecia con un poderoso ejército comandado por la sanguinaria Artemisia
(la hermosa Eva Green, a quien me gustaría ver en otro papel que no fuera el de
“la loca de la fiesta que coge ferozmente”). Y... ya, realmente no pasa más
nada en una hora y cuarenta minutos de película… además de la escena topless de
Eva Green.
Es obvio que el ánimo historicista de esta
película es nulo y mal haría un servidor en criticarla por ello. Pero es que
hay conceptos básicos que se manejan en ella de forma equivocada y que llegan a
fastidiar. Me refiero particularmente al concepto de “Nación Griega” ¡Que no
existía! Las polis griegas eran ciudades-estado; es decir, cada ciudad era un
país en sí mismo. Eso y que usen “Calisto” como nombre de hombre… entre tantas
otras cosas.
Es increíble que, a pesar de que el
presupuesto para esta película fue casi el doble que el de su predecesora, se
ve bastante más chafa. Incluso los efectos especiales se ven más falsos. Y, al
tratarse básicamente de una película sobre batallas navales, es desesperante que
en ningún momento logra uno dejar de notar que los barcos fueron grabados en un
tanque (porque se ve, en cada toma). ¿Lo más triste del asunto? ¡Ni siquiera
fue así! ¡Toda la película fue grabada en seco en estudios de sonido en
Bulgaria, el agua fue agregada digitalmente en postproducción!
En general toda la película hace gala de
una manufactura pobre, de hecho, mientras la veía no podía sacarme de la cabeza
a Invasión 2: Héroe de la Federación
(Tippett, 2004): una secuela salida directamente en video de una película
blockbuster. Vamos, hasta Stapleton le da un aire físicamente a Richard Burgi,
actor protagónico de la insufrible secuela de Starship Troopers (Verhoeven, 1997).
Así pues, los pobres valores de producción
distraen de todo lo demás... O quizá es sólo que todo lo demás es tan poco
interesante que uno termina notando que las rodelas, los yelmos y las espadas son de vil fibra de
vidrio; bueno, no, la verdad es que no hicieron mucho por ocultarlo. Por cierto
¿de qué material maravilloso están hechas las capas de los guerreros
atenienses? Lo pregunto porque aun después de una cruenta batalla, las capas
siguen completamente intactas… ¡Caray! Si eran indestructibles, tal vez los
soldados habrían corrido con mejor suerte si se hubieran rebujado en ellas.
Eso sí, tiene varias escenas sumamente
cómicas… aunque no estoy muy seguro de que ésa haya sido la intención de los
realizadores. Pero ¿qué le hace falta a una mala película para mejorar? ¡Explosiones,
claro! Y es que, perdón, pero un trirreme acorazado que explota haría sonrojar
al mismísimo Bob Esponja.
Cuando apareció la novela gráfica de 300, en 1998, una de las grandes
críticas (Alan Moore la destrozó) que le hicieron al guión de Frank Miller fue
que era demasiado pedestre. Los espartanos se expresaban de forma poco elegante
y vulgar (supongo que los críticos hicieron la inevitable comparación con las
epopeyas homéricas). De acuerdo, uno termina por aceptar que Leonidas de 300 y Marv de Sin City dicen más o menos las mismas obscenidades, se convirtió en
parte del estilo. Pero en el caso de esta cinta, que no contó con la
participación de Miller, los diálogos son toscos y pobres y se nota un esfuerzo
infructuoso de los guionistas por copiar los de la primera parte.
El diseño de arte es decente, eso sí. Por
desgracia, se siente completamente fuera de contexto. Y es que el vestuario y
los escenarios del ejército persa se ven muy padres; pero creo que hubieran
sido mucho más apropiados para una adaptación fílmica de Dune. Es más, en mi cabeza sustituiré los vestuarios de los
Harkonnen en la película de Dune
(Lynch, 1982) por éstos.
También recuerdo que me pareció que la
primera cinta funcionaba mejor como videoclip que como película. No es el caso
de esta secuela. La música es bastante poco memorable y apenas si realza la
acción en las escenas de batalla… que palidecen bastante en comparación con las
de la cinta original. Aunque hay una escena topless de Eva Green.
Por cierto, aunque en los créditos de esta
película se acredita como “Basada en el cómic de Frank Miller”, esto no es del
todo cierto. Así como sucedió con Kick
Ass, el cómic Xerxes de Miller,
en el que supuestamente se basó le peli, se escribió al mismo tiempo que el
guión de su contraparte cinematográfica, por lo que hay sendas diferencias
entre ambos. De hecho, la película originalmente se iba a titular Xerxes, pero luego decidieron cambiarlo
por 300: La batalla de Artemisia.
Finalmente, desecharon ambos títulos por considerarlos demasiado exóticos.
En fin, se trata de una secuela innecesaria
que se esfuerza demasiado por sacar más argumento de donde no hubo mucho para
empezar. Entretenida, eso sí, y por lo menos a mí sí me sacó unas buenas
carcajadas; pero no hay nada mucho más allá. No deja de parecer la secuela para
video de la película original, y si me la pasé mencionando lo de la escena
topless de Eva Green fue porque verdaderamente no le encontré nada más
interesante a todo el desmadrito ese.
PARA
LA TRIVIA: En los primeros tratamientos del guión, puesto que la
película estaría más apegada a la idea de Miller, la historia que se narraba
era la de Jerjes y cómo llegó a ser el Dios Emperador que aparece en pantalla.
El personaje de Temístocles fue añadido en borradores posteriores del guión
hasta que finalmente se convirtió en el protagonista de la cinta.
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