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martes, 8 de diciembre de 2015

STAR WARS EPISODIO II: EL ATAQUE DE LOS CLONES. Corregidos los errores del Episodio I... o eso creyeron...


STAR WARS EPISODIO II
Star Wars Episode II: Attack of the Clones

George Lucas, 2002

Tras el éxito financiero y el fracaso con el público que fue Star Wars Episodio I: La amenaza fantasma (Lucas, 1999), la secuela era esperada con ansias. ¿Volverían las soporíferas escenas de intriga política? ¿Volverían el guión pobre y las malas actuaciones? ¿Nuevamente tratarían de convencernos a punta de madrazos durante más de dos horas de que Jar Jar Binks (Ahmed Best) es gracioso? Pero, sobre todo, ¿Estaría esta nueva cinta al altura de por lo menos El regreso del Jedi (Marquand, 1983)?
    El título original de la Trilogía de Precuelas iba a ser tal cual Clone Wars, pero los realizadores decidieron mantener el de Star Wars para facilitar la asociación del público con la franquicia.


    La trama de esta película sucede diez años después de Episodio I. Anakin Skywalker (Hayden Christensen… sobre quien hablaré largo y tendido más adelante) es ya un adolescente impulsivo bajo la tutela de su maestro jedi, Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor). La República atraviesa una crisis ya que el exjedi conocido como conde Dooku (el inmortal Chrsitopher Lee haciendo un personaje que es una obvia referencia a Drácula, el papel que lo hiciera inmortal) se ha convertido en el caudillo de un movimiento separatista, liderado por la Federación de Comercio, que busca independizar varios sistemas planetarios del yugo del Senado Galáctico.


     La República planea defenderse de dicho movimiento al crear un gigantesco ejército; pero, sumida en la burocracia, necesita el apoyo del Senado Galáctico para lograrlo. El voto decisivo será el de la senadora Padmé Amidala (regresa Natalie Portman), quien sufre un atentado en contra de su vida ni bien llega a Coruscant —que en esta cinta luce una marcada influencia de Blade Runner (Scott, 1982)— para la votación. Para protegerla, el Consejo Jedi nombra a Anakin como su escolta. Los dos jóvenes obviamente se enamoran, mientras Obi-Wan lleva a cabo la investigación para dar con el autor intelectual del atentado contra Padmé y en el camino descubre al Ejército de la República, conformado por clones del cazarrecompensas Jango Fett (Temuera Robison) cultivados en secreto bajo presuntas órdenes de los Jedi.


    Esta película retoma, en mayor medida, un pasaje del guión original de The Star Wars que quedó fuera de la Trilogía Original[1]. En él, el renegado guerrero jedi Luke Skywalker encomienda el cuidado de la princesa Leia a su discípulo Anikin Skywalker, quien la oculta en el desértico planeta Gordon —agradecemos a Lucas evitar una referencia tan obvia— y, de manera bastante inexplicable, surge el amor entre ambos.
    Por cierto… se supone que en esta película los malos son los separatistas: un grupo de rebeldes azuzados por un viejo caballero jedi que se levantan en armas en contra de un gobierno corrupto e ineficiente… Un momento... ¿Qué no eso era lo que hacía la Alianza Rebelde en la Trilogóa Original? Me huele a doble moral.


     Recuerdo que en aquélla época la decisión de castear al prácticamente desconocido Hayden Christensen para interpretar al joven Anakin Skywalker generó mucha controversia —varios críticos del momento se refirieron a él como el “Backstreet Boy de Star wars”—. Las opiniones en contra argumentaban que Christensen no daba el ancho para el papel, que había sido elegido por su físico y no por sus capacidades histriónicas, y lo atacaban porque, según reveló en una entrevista, nunca había visto ninguna película de Star Wars.
    Y si bien creo que el no ser fanático de la franquicia no tendría por qué influir en su trabajo, estoy de acuerdo con todo lo demás. Porque es cierto. Porque si hay un solo elemento que mantuvo una férrea continuidad entre el Episodio I y el II fue precisamente el que Anakin es odioso en pantalla. Su actuación es acartonada y pueril, innecesariamente melodramática, y uno no puede evitar carcajearse hasta las lágrimas cuando el pobre lamenta la muerte de su madre y describe cómo asesinó a los tusken raiders.


    Y si de por sí el chavo es maleta, la verdad es que Lucas no le da con qué trabajar. Es decir, nadie esperaba un Shakespeare, pero aparte de lo malito del guión, me encuentro con lo que más me choca de esta película: el planteamiento del personaje de Anakin Skywalker. A final de cuentas, resulta que Darth Vader, el villano número 2 en la lista de las 100 mejores villanos en la historia del cine según el AFI —el primero es Hannibal Lecter—, la encarnación del mal en la galaxia[2], es sólo un niño llorón que extraña a su mami y que se vuelve malo por berrinchudo y porque la niña que le gusta no lo pela.


    Así pues, Christensen roba cámara con su mala actuación; pero los demás no se quedan atrás. La Portman también es bastante malita, aunque eso sí, es superior a su compañero de escena y a como la vimos en el Episodio I. El que sorprende es Ewan McGregor, quien se ve mucho más comprometido con su labor que en la cinta anterior, quizá porque cayó en cuenta de que en esta cinta la responsabilidad de que por lo menos un actor efectivamente actuara en pantalla caía sobre él.


    De todos modos, es difícil concentrarse en ello cuando la película está llena de distractores. Creo que el argumento es innecesariamente complicado, quizá porque quisieron darle vueltas a lo que en su núcleo no es más que una historia de amor chafona, y además falla en momentos clave.
    Quiero decir, algunas resoluciones son increíblemente torpes. Siendo el mayor ejemplo la votación en el Senado Galáctico, que a final de cuentas resulta ser una escena casi idéntica a la del Episodio I en la que se destituye a Valorum (Terence Stamp) como Canciller Supremo. Y siempre me he preguntado... ¿Neta? ¿Quién chingados deja a Jar Jar Binks en un cargo diplomático? Porque entonces el estúpido no es él, sino Padmé.


    ¿Y qué me dicen de los retrocohetes de R2-D2? Digo... ¿Es en serio? De por sí toda la secuencia de la fábrica de droides parece más apropiada para un dibujo animado de Tom y Jerry que para una cinta de Star Wars, y después me salen con que prácticamente la mitad de las peripecias de R2 en las películas anteriores se pudieron evitar fácilmente. ¿Y por qué en el futuro (o sea, en la Trilogía Original) ya no los usa? ¿Se le olvidó que los tenía?
    Lo que sí es que la película está poblada por la que quizá es la más extensa variedad de personajes secundarios... todos desaprovechados. De verdad, esta cinta tiene varias líneas argumentales que no llevan a ningún lado y creo que metieron demasiados personajes secundarios que hubieran resultado interesantes por sí mismos, pero que al no ser bien desarrollados quedan superfluos y se siente que sobran.


    El que sí de plano lo metieron con calzador fue a Jango Fett. Digo, ahora resulta que los Stormtroopers, que cuando disparan no le atinan ni a un burro amarrado, son clones del más eficiente cazarrecompensas y asesino a sueldo de la galaxia. Y lo peor es que uno de nuestros villanos consentidos, Boba Fett (Daniel Logan), de quien uno de sus principales atractivos era el misterio alrededor de su persona, resulta tener un origen perfectamente definido que además lo plantea como un niñito mal actor con peinado chistoso.


    Y hablando de los Fett, ¿qué onda con su reparto de “escuela de la ONU”? En general, la Trilogía Original de Star Wars era percibida como una franquicia de blancos, todos caucásicos. En la Trilogía de Precuelas se nota que los realizadores se sintieron obligados a darle diversidad étnica al asunto, aunque francamente me parece innecesario. Y sí, te estoy hablando a ti, Mace Windu (Samuel L. Jackson). Aunque eso favoreció la aparición de la primera actriz mexicana en una película de Star Wars: Verónica Segura, quien interpreta el papel de Cordé... lo que es completamente irrelevante, porque la matan ni bien pasados los primeros cinco minutos de la película.
    En el apartado tecnológico, puede mencionarse el hecho de que ésta fue la primera cinta de la saga grabada enteramente de manera digital. Así, Lucasfilm se ahorró el proceso de revelado de la película y el ya un poco sinsentido de revelar la cinta para después digitalizarla y agregar el CGI.


    Fue una dura decisión para Lucas sustituir al Yoda (Frank Oz) tradicional por uno digital para esta película. Y el resultado se ve en pantalla... ¡no se parece en nada! Y lo peor es que le dieron en toda la madre al planteamiento del personaje. ¿Recuerdan a ese Yoda meditativo, sabio, estoico y bonachón pero firme? Bueno, pues olvídenlo por completo, que este nuevo Yoda es irascible, hiperactivo y pelea con un diminuto lightsaber contra el gigantón Christopher Lee (recordemos que medía casi 2m) en una de las escenas más ridículas de las que tenga memoria.
    Del mismo modo, a diferencia del Episodio I en el que el CGI se usó mayormente para retocar y expandir escenarios reales filmados en vivo, trabajo que en la Trilogía Original se logró con pintura mate, en Episodio II la gran mayoría de los escenarios fueron creados con tecnología digital[3]. Nunca existieron. Los actores simplemente se paraban en un estudio con pantallas verdes o azules y actuaban que se encontraban en tal o cual locación. Y se nota. Gracias a la poca pericia del director, con frecuencia, y esto por supuesto es más notorio en la edición en Blu-Ray, los actores tienen una notable cara de desconcierto en las escenas grabadas en escenarios digitales, como si la indicación de en dónde se encontraban hubiese sido poco clara...


    Y bien, si en Episodio I los personajes carecían completamente de objetivos, creo que en esta cinta ese mal se contagió a los realizadores. Ahora que volví a ver esta película sólo pude ver una cosa: Miedo. Puro y absoluto miedo. Y esta sensación sólo fue reforzada cuando volví a ver las escenas eliminadas incluidas en el material extra de la edición en DVD.
    Me refiero a que, temerosos de caer en las largas secuencias explicativas de la película anterior, los realizadores de ésta dejaron fuera casi toda la intriga política y las escenas demasiado dialogadas. El problema es que creo que se les pasó la mano. Así, fuera del corte final de la película quedaron las escenas en las que se desarrollaba el romance entre Padmé y Anakin; por lo que éste termina viéndose simplón, injustificado y sin fuerza en pantalla.


    Del mismo modo, la masacre de jedis en la arena de Geonosis se ve padre; pero me molesta un poco que rompe con la imagen que me había formado de los jedi gracias a la Trilogía Original e incluso a Episodio I: Que eran guerreros sabios y ecuánimes casi invencibles. Aquí son tan tontos como para meterse solitos en una ratonera y dejar que los acribille un ejército de Battle Droids.
    También pude notar una cierta desesperación por ponerle más acción a las escenas de acción. ¿O de qué otro modo se explica uno que se la pasen jugando con el zoom-in? Que por cierto, usar zooms rápidos para darle dinamismo a una secuencia es taaan de los setenta...


    La confrontación final entre el conde Dooku y Yoda resulta ridícula. Además, aunque probablemente Lee sea el actor que mayor número de peleas con espada ha representado frente a cámara, ésta no la realizó él; sino un doble debido a la avanzada edad de Lee. Así pues, la confrontación entre los dos poderosos jedis que se ve en pantalla es una coreografía entre un muchacho de la estatura de Lee y nada.
    Mucha gente opina que, de hecho, Episodio II: El ataque de los clones es la peor película de la saga; sin embargo, discrepo. Sí creo que esta cinta es superior a la anterior —o quizá convendría decir que es “no tan pinche”— y baso mi argumentación en dos puntos. Primero: Las apariciones en pantalla de Jar Jar Binks son reducidas drásticamente hasta el punto de que su participación es prácticamente irrelevante —vamos, su voto lo pudo emitir cualquier otro—. Y segundo: En general los vestuarios que le ponen a Padmé en esta ocasión son muchos más reveladores que en la peli anterior.


    Y ya. Por lo demás, sigue siendo pura basura.


GUERRAS CLÓNICAS (Star Wars: Clone Wars, Genndy Tartakovsky, 2003-2005… curiosamente, sin relación con la película Star Wars: Clone Wars [Filoni, 2008] ni la serie de televisión Star Wars: Clone Wars (2008])
Y, finalmente, hay un punto que siempre me llamó la atención. ¿Recuerdan en La guerra de las galaxias (Lucas, 1977) cuando el holograma de la princesa Leia mencionaba que Obi-Wan había servido a su padre durante las Guerras Clónicas? Y uno se preguntaba qué había sido eso que debió ser un evento tan grande e importante que a partir de él se extinguieron los jedi. Uno pensaría que la Trilogía de Precuelas iba a contar la historia de las Guerras Clónicas. Pero no.
    Había dos ejes perfectamente claros alrededor de los cuales podría haber girado el argumento de la Trilogía de Precuelas: Las Guerras Clónicas y la cacería de los jedi a manos de Darth Vader. Sin embargo, en su infinita sabiduría, Lucas y McCallum (productor de la Trilogía de Precuelas) decidieron no tomar ninguno de los dos.
    En vez de ello, optaron por narrar las Guerras Clónicas a través de una serie de cortometrajes animados para televisión. La serie fue producida por la cadena de TV por cable Cartoon Network y dirigida por el genio detrás de El laboratorio de Dexter (1997-2013 de forma interrumpida),Las Chicas Superpoderosas (1998-2005) y Samurai Jack (2001-2015 de forma interrumpida), Genndy Tartakovsky.
    La serie enlazaba el Episodio II con el III (de hecho, el inicio de Episodio III es tal cual el epílogo de Clone Wars) y en ella se veían eventos interesantes como la invasión del Ejército Separatista a Coruscant, la caza a Anakin Skywalker por parte de la aprendiz de Dooku, la misteriosa Asajj Ventress, el rito a través del cual Anakin deja de ser un padawan y se convierte en jedi o la prueba a través de la cual Barris Offee, padawan de Luminara Unduli, construye su lightsaber[4].    
    Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que a nivel argumental esta serie, cuya duración total es de un poco más de dos horas, es mucho más interesante que los Episodios I y II juntos. Asimismo, me parece que la calidad narrativa es muy superior a dichas películas —algunos capítulos carecen en absoluto de diálogos y aun así son más emocionantes que las pelis— y el drama en general está mucho mejor construido.
    De cualquier modo, nada de eso importa ya, porque con la compra de Lucasfilm por parte de Disney en 2014 la serie de dibujos animados de Clone Wars —y la película y serie de TV de animación digital que mandaban a la goma la serie de Tartakovsky y volvían a contar la misma historia, pero mal— quedó fuera del canon oficial de Star Wars.

PARA LA TRIVIA: Bueno, no sé si sea dato de trivia; pero igual es algo que siempre me ha llamado la atención. En la escena en la que Obi-Wan está en el archivo del Templo Jedi buscando el planeta Kamino, le menciona a la bibliotecaria que “debería estar aquí, justo al sur del Laberinto Ryshi”… Y yo me pregunto: ¿Cómo chingados un planeta puede estar “al sur” de… cualquier cosa?

    




[1] Baso todas mis referencias y afirmaciones sobre “el guión original” en RINZLER, J.W. y Mike Mayhew, The Star Wars, Dark Horse Books, United States, 2014. La adaptación en cómic del primer borrador de guión escrito por Lucas.
[2] Sí, el que acosaba a Debbie Harry en la versión europea del videoclip de The Tide is High, el que le hacía caballito a Freddie Mercury.
[3] Aunque algunas escenas sí fueron grabadas en locaciones reales en Italia, España y Australia.
[4] Me sigue intrigando que en toda la saga cinematográfica nunca se haya visto el momento en el que un jedi crea su lightsaber, excepto por cierta secuencia eliminada de El regreso del Jedi.

2 comentarios:

  1. Me recordaste esa escena de Los Simpsons donde están peleando Lenny y Karl con unas barras de uranio discutiendo si La Amenaza Fantasma o el Ataque de los Clones era peor. A mi de hecho me gustó más que el Episodio I, me gusta el planteamiento que hace del personaje de Anakin (creo que en el papel se veía mejor) lo que sucede es que está pésimamente actuado, todo lo contrario con el Guasón de Ledger que era un personaje muy plano pero maravillosamente interpretado. Es decir, aquí en esta película se entiende que Anakin es un tipo trastornado que sufre el síndrome de la dependencia hacia los demás, no puede ser feliz ni estar bien sino tiene a su lado a una persona que lo comprenda, lo quiera y lo apoye, está desesperado por obtener la aprobación de los demás y le es imposible lidiar con los sentimientos de pérdida y con su incapacidad de dejar ir y vivir un duelo sano por la gente que ha perdido, tiene la idea de que todo el mundo está en su contra y lucha por controlarlo todo y nunca acepta sus errores echándole la culpa a los demás de sus propios errores. Esa era la razón por la que el consejo Jedi no quería entrenarlo, porque ya estaba demasiado grande y no podia ser adoctrinado en la filosofia Jedi ni iba a ser capaz de asimilar sus enseñanzas. Todos esos sentimientos son los que finalmente lo llevan irremediablemente al lado oscuro como se verá en el Episodio III En cuanto al personaje de Padme aqui se establece que tambien ella cae en el juego manipulador y chantajista de Anakin y cree enamorarse de él aunque en realidad lo que siente es una enorme compasión y una gran lástima volviéndose a su vez dependiente de él Es un planteamiento interesante si lo ves desde esa perspectiva Por cierto que aqui si se ve a Corusant como una verdadera ciudad y los escenarios digitales se ven más reales, no envejeció tanto el CGI. La serie animada de Genndy Tartakovsky es excelente, recupera un poco el carácter épico de la saga y deja a un lado ese tono infantil y soso de las precuelas, de hecho yo creía que la serie animada por CGI iba a ser hecha por él mismo asi como la película pero al final acaba siendo una tarugada aunque tenía sus momentos y de hecho creo que si está un poquito mejor que la serie animada actual que transmite Disney Star Wars Rebels. Por otro lado veo que tu también caes en el error de creer que los storm troopers son clones, algo que ya se aclaró en un comic: Según el canon de Lucas, cuando el imperio galáctico dominó a la galaxia seguía usando soldados clon, pero 8 años después del Episodio III se dió una rebelión en el planeta Kamino por parte de unos clones rebeldes que intentaron derrocar al gobierno de ese planeta, misma que fue sofocada por la Legion 501 lidereados por Boba Fett provocando con ello que el Imperio dejara de usar clones y fundara la Academia Imperial para reclutar simpatizantes del Imperio para que fueran soldados leales y no corre el riesgo de una nueva rebelión, hasta la fecha no sé si esa explicación siga siendo parte del canon Espero con ansias la critica al Episodio III Muchas gracias!

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    1. Gracias a ti por leerme y comentarme, siempre es muy interesante lo que pones. La cosa con el planteamiento de Vader es que pasa lo mismo que lo que pasa con la peli de "Hannibal Rising": Si explicas al monstruo, deja de ser monstruo; es el proceso inverso a Batman, están convirtiendo al símbolo en humano y así pierde toda su fuerza.Al único que creo que le ha salido bien ese jueguito ha sido a Rob Zombie con su explicación de Mihcael Myers (aunque en realidad no lo explica, el chavito nació psicópata).
      Precisamente ahí es donde triunfa el Guasón de Nolan, en que nunca lo explican, y por lo tanto, mantiene su nivel cuasi-mitológico.
      En mi crítica del Episodio IV aclaré que personalmente sólo tomo como "canon" lo que se ve en pantalla en las películas. En mi defensa diré que no es error mío, es un hueco argumental de la saga, jojo.
      Mencioné en su momento Sombras del Imperio y ahora Clone Wars porque me pareció importante; pero la postura oficial de Disney es que todo el canon de Lucas se fue a la goma.
      La idea original de los stormtroopers era la de la Academia Imperial (que creo que de ahí expulsaron a Han Solo cuando era chavo, según lo narra otro cómic del canon pre-Disney, me parece); fue hasta la Trilogía de Precuelas cuando salieron con que los stormtroopers eran clones.

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