Translate

viernes, 7 de noviembre de 2014

LA SAGA DE FREDDY PARTE III. Especial de Halloween 2014

LA SAGA DE FREDDY PARTE III: La venganza del Cinéfilo Incurable.

La última película de la saga original de Pesadilla en la calle del Infierno fue una especie de tiro de gracia. No un broche de oro para cerrar una saga, sino más bien una estaca en el corazón para que no se volviera a levantar nunca más. Y sin embargo, lo hizo.
    Aun después de que Freddy Krueger había muerto oficialmente, la serie todavía se aventó un spin-off y un remake... que se rumora que tendrá una secuela próximamente. ¿Será éste el inicio de una nueva Saga de Freddy?



LA MUERTE DE FREDDY: LA PESADILLA FINAL
Freddy’s Dead: The Final Nightmare
Rachel Talalay, 1991

Aunque la quinta parte de la saga no superó en taquilla a su predecesora, las ganancias que generó fueron suficientes como para que Robert Shaye decidiera filmar una nueva entrega. Esta vez, se trataría de la conclusión de toda la franquicia.
    Para ello, los productores se pusieron guapos y echaron toda la carne al asador tomando como pilares del proyecto dos cosas que ya para esta época estaban bastante pasadas de moda: El cine en 3D y las películas de Pesadilla en la calle del Infierno.
    Esta cinta se ubica en un futuro no muy lejano (2001) en el que todos los niños y jóvenes de Springwood, el pueblo atacado en las primeras películas de la saga, han muerto víctimas de Freddy Krueger (Englund en su penúltima encarnación del personaje). De tal suerte, Freddy utiliza a Maggie Burroughs (Lisa Zane), la trabajadora social de un reformatorio para que, a través de un chico perturbado que logró escapar de Springwood, le ayude a salir del pueblo y conseguir nuevas víctimas. Por supuesto, Maggie se dará cuenta de los planes de Krueger y tratará de impedirlo.
    Por cierto, Maggie no lo sabe, pero ella es en realidad la hija perdida de Krueger —de quien nadie sabíamos nada y jamás se había hecho mención antes—.


    Las últimas entregas de franquicias slasher que se han alargado demasiado suelen sacarse de la manga elementos babosos como un origen sobrenatural —como Michael Myers que resultó ser una especie deAnticristo “creado” por una secta de brujos, o como Jason que ya había muerto en la cuarta película, pero que posee a una de sus víctimas en la quinta parte— o parientes más fuera de lugar que los tíos de Samantha (Elizabeth Montgomery) en Hechizada (1964-1972).
    Así pues, el recurso de último minuto de la hija nunca antes mencionada de Freddy resulta inverosímil y bastante burdo... Como resulta siendo toda esta película, ahora que lo pienso.


    Esta cinta es la primera en la que se nos presenta el origen de los poderes de Fred Krueger: En un flashback en glorioso 3D verde y rojo se muestra la escena en la que el asesino serial es sitiado en su casa y quemado vivo por los vecinos de la calle Elm y cómo, para consumar su venganza, Krueger hace un pacto con los antiguos demonios (sumerios, creo) de las pesadillas, quienes lo nombran su emisario.
    Fuera de ese otro recurso de último momento, la peli tiene pocos puntos sobresalientes, además de que toda ella está bastante mal actuada —Lisa Zane es terrible—. Llama la atención la participación como personaje secundario de Yaphet Kotto, a quien quizá recuerden por su papel de Parker en Alien:El octavo pasajero (Scott, 1979).


    Y quizá lo que más me ha llamado la atención de esta cinta desde que la vi por primera vez, y que se quedó marcado con tinta indeleble en mi memoria, es la escena de la muerte de Spencer (Breckin Meyer) quien, después de fumar marihuana, sueña que es un personaje de videojuego en una de las secuencias más lamentables de toda la saga.
    Es curioso que esta película desde su concepción fue planeada como una comedia y quizá por eso los realizadores vieron justificados los cameos de Tom Arnold, Roseanne Barr, Alice Cooper (¿Quién más podría ser el padre de Freddy?) y Johnny Depp... Pero no son graciosos.


SPOLIER: Por cierto que en esta película, el ingenioso plan de Maggie para derrotar a Krueger es traerlo al mundo real y ahí atacarlo, pero… ¿No fue ése el plan de Nancy Thompson en la primera película? ¿No vieron lo “bien” que resultó la primera vez?

PARA LA TRIVIA: Las secuencias en 3D que aparecen en la película fueron filmadas en este formato de origen; sin embargo, para prácticamente todas las versiones de la cinta en formato casero el efecto fue removido y se convirtió a formato estándar. Excepciones fueron la versión para renta en VHS que se distribuyó en el Reino Unido, la edición en Laserdisc y la edición especial que se incluyó en la Nightmare on Elm Street Collection para DVD. Estas dos últimas ediciones incluían la peli en formatos 3D y 2D.

PARA LA TRIVIA GEEK: Una vez que la directora desechó el primer borrador del guión, Peter Jackson fue contratado para escribir una segunda versión. En su tratamiento, Freddy había envejecido dentro del mundo de los sueños, por lo que buscaba nuevas víctimas para robarles su energía vital. Los adolescentes de Springwood usarían poderosas drogas inductoras del sueño para entrar a dicho mundo y enfrentarse a Freddy.




LA ÚLTIMA PESADILLA
Oficialmente llamada New Nightmare, popularmente es conocida como Wes Craven’s New Nightmare.
Wes Craven, 1994

Como una especie de homenaje por el décimo aniversario del estreno de la película original, y a pesar de que la sexta película marcaba el final definitivo de la saga, Craven quiso regresar a la silla de director en este proyecto que, más que una secuela, es una reinterpretación de la figura de Fred Krueger en una propuesta metafílmica.
    Una década después de su participación en la cinta que inauguró la franquicia de Pesadilla en la calle del Infierno, la actriz Heather Langenkamp (interpretándose a sí misma) empieza a ser hostigada por un misterioso acosador cuya voz suena idéntica a la de Fred Krueger. La sanidad mental de Langenkamp se encuentra pendiendo de un hilo y en sus sueños comienza a aparecer una nueva versión de Krueger: Más malvada, terrible e implacable que comienza a asesinar a las personas cercanas a la actriz, interesándose particularmente en su pequeño hijo. Pronto, a través de revivir su personaje de Nancy Thompson, Langenkamp descubrirá que éste no es el Fred Krueger que todos conocemos y amamos, sino una fuerza demoniaca primigenia que ha escogido al icono de la pantalla de plata como avatar para materializarse en nuestro mundo.


    Me atrevo a decir que si alguna película de Pesadilla… en algún momento logró igualar a la primera en calidad, seguramente fue ésta. Craven logra retomar los elementos que originalmente construyeron la franquicia y reconfigurarlos en esta “variación sobre el mismo tema” para crear una cinta que se siente novedosa pero familiar a la vez.
    La génesis del proyecto vino cuando Craven quiso hacer esta película por el décimo aniversario de la original. Según lo comentó en algún momento, se puso a ver toda la saga de Pesadilla… y después de mucha deliberación, llegó a la conclusión de que era imposible seguir esa línea argumental, así que decidió enchular el guión que había escrito originalmente para Pesadillaen la calle del Infierno 3: Guerreros de sueños (Russell, 1987) y que fue rechazado por la compañía productora.


    Craven además incorporó a su guión un hecho de la vida real. Heather Langenkamp sí fue acosada por un admirador desequilibrado que la llamaba por teléfono a su casa, lo que le generó un alto nivel de stress. La actriz llamó a Craven, con quien mantuvo una estrecha amistad después de la filmación de la Pesadilla… original, para contarle lo sucedido. Pocos días después, el director le mostró a Langenkamp el guión de la película, en el cual había integrado la experiencia con el stalker.
    El avatar Fred Krueger en esta película se ve mucho más amenazador y más maligno. Embozado en una gabardina negra y usando un sweater de colores más estridentes que el original (que era rojo y verde olivo, esta nueva versión es violeta y verde limón), el diseño de este nuevo Krueger incluye una garra que nace de sus dedos —como en Pesadilla... 2 (Sholder, 1985), pero bien hecha— y un maquillaje con facciones más afiladas. Esta imagen se supone que es mucho más cercana a la concepción original del personaje que tuvo Craven una década antes.


    Por cierto que, a pesar de que esta fue la última ocasión en la que Robert Englund interpretó al asesino del sweater rayado —o bueno, a una manifestación demoníaca con dicha forma— en los créditos finales aparece “Fred Krueger como él mismo”.
    En general esta entrega es muy interesante y redime a la saga del mal sabor de boca que nos dejaron las películas anteriores. Está repleta de referencias a las demás películas de Freddy (particularmente a la primera trilogía) y resulta interesante ver a Langenkamp, Englund y Craven interpretarse a sí mismos.
    Y es precisamente en este juego del metacine en el que esta cinta tiene su mayor fortaleza, una que me parece que la pone a la altura de la primera parte y hace que, ya vista a veinte años de distancia, se pueda entender La última pesadilla como un preludio a Scream: grita antes de morir (Craven, 1996); la siguiente saga de Craven que lo pondría de nuevo en un sitio de honor en el Salón de la Fama del Horror.

PARA LA TRIVIA: Craven tenía la intención de pedirle a Johnny Depp que hiciera un cameo en la película (específicamente para la escena del funeral) pero, por pena, nunca se atrevió a hacerlo. Después de que la película se estrenó, ambos artistas retomaron el contacto y Craven le preguntó a Depp si hubiera aparecido en la cinta a lo que Johnny le contestó que le hubiera encantado, pero que nunca se lo pidió.



PESADILLA EN LA CALLE ELM
A Nightmare on Elm Street
Samuel Bayer, 2010

Durante varios años el rumor sobre un remake de la primera parte de la saga rondó en el aire como un presagio ominoso. Y vuelvo a citar al director John Waters cuando dijo que “¿Por qué hacen refritos de las buenas películas? Deberían volver a hacer las malas a ver si ahora sí les salen bien” pues eso se aplica perfectamente a esta cinta.
    La crisis que vive la industria cinematográfica en EE.UU. en la actualidad es el resultado de una serie de factores entre los que se encuentran la recesión económica de dicho país, la desaparición del mercado casero en formato físico y otras tantas cuyo análisis dejo para mejor ocasión. Sin embargo, de todos estos factores me interesa destacar uno en particular por ser el más frívolo, el que más estrechamente relacionado está con el público estadounidense y el que dio origen a esta película: La Alta Definición.


    La principal queja del público joven al ver las cintas clásicas es “¿Por qué se ven tan mal?”. Por lo que esa sarta de sinvergüenzas llamados productores de Hollywood vieron la oportunidad de venderles la misma gata pero revolcada: Nuevas versiones de las películas clásicas de Hollywood, pero ahora grabadas desde su origen en HD.
    Muchas de estas nuevas películas no aportan absolutamente nada a los conceptos originales y se limitan a ser prácticamente copias al carbón... Pero en Alta Definición. Pesadilla en la calle Elm es uno de esos casos. En otros casos, como el de Invasión de los usurpadores decuerpos, la historia ya lleva cuatro versiones diferentes y, aunque la última versión es inmunda, todavía se le pueden dar giros interesantes a la historia. El remake de El día en que paralizaron la Tierra (Wise, 1951, remake de Derrickson, 2008) es insufrible, pero por lo menos se atrevieron a llevar la película en una dirección diferente.


    Sin embargo, en el caso de Pesadilla… no fue así. Prácticamente toda la cinta es una calca de la original, pero con efectos digitales y filtros de ésos que se usan ahora en las pelis de terror para que dé la impresión de que todo está sucio. ¡Ah, y por supuesto! Sin Robert Englund.
    En el papel de Freddy Krueger tenemos al genial Jackie Earle Haley quien parece no cansarse de su papel de “ese pequeño cabrón” que tan bien le salió en Watchmen: los vigilantes (Snyder, 2009) y que tanto los productores como él parecen empecinados en que no abandone nunca.
    Por el otro lado, el papel de Nancy —ahora de apellido— Holbrook  es ahora interpretado por la guapa Rooney Mara, a quien tal vez recuerden como Lisbeth Salander en La chica del dragón tatuado (Fincher, 2011), y quien saltó a la fama gracias a su interpretación en Pesadilla...


    Creo que el único elemento sustancialmente diferente de esta cinta es que, en su afán de mostrar escenas más crudas y violentas que la original, resulta mucho más “barata”. Me refiero a que muchos elementos que en la versión de 1984 eran dejados a la imaginación del espectador, en ésta se muestran con lujo de detalle, como el asesinato de Krueger después de que fue declarado inocente por el cargo de abuso de menores gracias a un tecnicismo (esta escena en la saga original se mostró hasta La muerte de Freddy) o como el hecho mismo de que Fred Krueger haya sido un asesino pedófilo.
    En esta versión, los chicos de la calle Elm descubren la guarida donde Fred, el conserje de la escuela, los llevaba para torturarlos y violarlos, además de su colección particular de fotografías.
    Fuera de eso, la película es prácticamente igual pues incluso recrea las escenas icónicas de la película clásica, como el asesinato de Kris (Katie Cassidy)—Tina (Amanda Wyss) en la original— o las escaleras que se licuan. Y como diría Smithers “¡Pero el sombrero es nuevo!”


    Y, tan acostumbrado como estoy al característico perfil de la nariz de Englund, no puedo dejar de pensar que el Fred Krueger de Haley se ve “chato”.

PARA LA TRIVIA: Originalmente en 1983, fue Haley quien audicionó para Pesadilla en la calle del Infierno y fue acompañado a la audición por su amigo Johnny Depp. Haley, quien en ese entonces sólo había hecho un par de series de TV (incluida una aparición como personaje secundario en la serie El planeta de lossimios [1974]), fue rechazado para el papel del novio de Nancy Thompson a favor de Depp.


PARA LA TRIVIA DE TODA LA SAGA:
1.- El sweater de Freddy lleva líneas horizontales de color rojo escarlata y verde olivo porque, según leyó Craven en un artículo, estudios psicológicos encontraron que son los dos colores que al cerebro le cuesta más trabajo ver juntos. Esto le daría a Krueger un aspecto irreal.

2.- Pesadilla en la calle del Infierno 2: la venganza de Freddy (Sholder, 1985) es la única película de la saga cuyo protagonista es un hombre.

3.- El sweater de Freddy fue tejido a mano por Judy Graham, la misma vestuarista a quien se le pidió que tejiera un nuevo sweater para la versión de 2010.

4.- Robert Englund hizo audición para el papel de uno de los adolescentes en Apocalipsis (Coppola, 1979), pero le dijeron que era demasiado viejo para el papel; sin embargo, el director de esta película, Francis Ford Coppola tenía un amigo, George Lucas, que estaba haciendo audiciones para una cinta de ciencia ficción llamada Star Wars. Englund audicionó para el papel de Han Solo, pero le dijeron que era demasiado joven, así que probó con el protagónico, Luke Skywalker, sin éxito. Cuando Englund regresó a casa, le comentó de las audiciones a un joven amigo actor  de TV, prácticamente desconocido en ese entonces, que vivía con Englund por falta de dinero llamado Mark Hamill.

5.- La última pesadilla (Craven, 1994) es la única película de la saga cuyos créditos finales son acompañados de música instrumental en vez de una canción.

6.- El videojuego A Nightmare on Elm Street, para el Nintendo Entertainment System, fue desarrollado por Rare y distribuido por la extinta LJN en 1989. Aunque no está basado en ninguna película de la franquicia en particular, retoma elementos de la tercera y cuarta cintas, y en general es espantoso. El mismo game engine utilizado para este juego fue reciclado por LJN para el también espantoso videojuego de la misma consola basado en Beetlejuice (Burton, 1988; videojuego de 1991).

7.- Robert Englund dio su bendición a Jackie Earle Haley cuando éste le comentó que interpretaría a Krueger en el remake de Pesadilla... Por el contrario, Wes Craven ha hablado en contra de la cinta en varias ocasiones.

8.- Wes Craven y Sam Raimi, director de películas como la trilogía de El despertar del Diablo (1981-1992) y la trilogía de Spider-Man (2002-2007), mantienen una relación de jovial camaradería bromista y siempre están haciendo referencias el uno al otro en sus películas: En El despertar del Diablo (Raimi, 1981) puede verse pegado en una de las paredes un póster de La colina de los ojos malditos (Craven, 1977), en Pesadilla en la calle del Infierno (Craven, 1984) Nancy (Heather Langenkamp) se mantiene despierta viendo El despertar del Diablo en televisión y en El despertar del Diablo II (Raimi, 1987) el guante de Freddy Krueger puede verse colgando de la pared del cobertizo de herramientas. Este guante, de hecho, fue robado por Raimi (aunque el director lo sustrajo a escondidas de la bodega de utilería como una broma, lo devolvió después) de la producción de Pesadilla… 3, pues ambas películas se filmaban al mismo tiempo.     

lunes, 3 de noviembre de 2014

LA SAGA DE FREDDY PARTE II. Especial de Halloween 2014

LA SAGA DE FREDDY PARTE II: El regreso del Cinéfilo Incurable.

La saga de Pesadilla en la calle del Infierno puede dividirse, argumentalmente, en dos trilogías: La primera, que comprende las partes 1, 2 y 3, cuya protagonista es Nancy Thompson (Heather Langenkamp); y la segunda, que comprende las partes 4, 5 y La muerte de Freddy (Talalay, 1991). Si bien las primeras dos entregas de la segunda trilogía siguen la historia de Alice Johnson (Lisa Wilcox)  está mucho más enfocada en Fred Krueger.
    Ahora bien, muchos fans lo han hecho notar y es cierto, esta saga sufre de la maldición de los pares: Las películas con número non son las buenas y las que tienen número par, las malas… Bueno, siendo honestos todas después de la primera y hasta la séptima fueron malonas, pero algunas tienen momentos o elementos rescatables.
   Así las cosas, continuemos con la segunda parte de este especial de Halloween/30 aniversario de la Saga de Freddy.


 PESADILLA EN LA CALLE DEL INFIERNO 3: GUERREROS DE SUEÑOS
A Nightmare on Elm Street 3: The Dream Warriors
Chuck Russell, 1987

La primera parte de la saga recibió muy buenas críticas e hinchó de billetes a los dueños de videoclubes. La segunda parte tuvo excelentes entradas de taquilla, duplicando las de la primera, pero fue abucheada por fanáticos y crítica por igual, y no tuvo tan buena recepción en video.
    A pesar de todo, el éxito económico de Pesadilla… 2 (Sholder, 1995) motivó a Wes Craven a regresar a la saga bajo la producción de Robert Shaye. Craven originalmente no creyó que Pesadilla… fuera material para una franquicia y, de hecho, quería que la primera película tuviera un final feliz. El final que se utilizó en la cinta fue idea de Shaye, como lo fue también pedir a Craven que escribiera la tercera parte.


    Originalmente, Wes había escrito un argumento en el que Freddy llegaba al mundo real y comenzaba a cazar a los actores involucrados en la primera película; pero el estudio rechazó la idea. Sea como fuere, como ya todos los fans sabemos, esta idea fue retomada siete años después en el spin-off La últimapesadilla (Craven, 1994) que, a gusto de su servidor, es la única película de la saga que puede echarse un tete-a-tete con la primera parte.
    Así pues, la tercera película retoma la historia de Nancy Thompson (de nuevo interpretada por Heather Langenkamp), quien se ha convertido en una psiquiatra especialista en trastornos del sueño. Nancy empieza a trabajar con un grupo de adolescentes trastornados en un hospital psiquiátrico, sólo para descubrir que detrás de las pesadillas que estos chicos sufren se encuentra Fred Krueger (Robert Englund).


    Nancy ayudará a los chicos a controlar sus sueños y a utilizarlos en su favor para derrotar a Krueger de una vez por todas. Para lograrlo, según lo revelará la hermana Mary Helena (Nan Martin), los restos de Freddy deben ser puestos a descansar. En su misión, Nancy recibirá la ayuda de Kristen (interpretada por Patricia Arquette, hermana de David y Rossana, y uno de mis crushes prepubescentes, en su papel debut), una chica con poderes psíquicos que tiene la habilidad de transportar a las personas al mundo de los sueños.
    Siempre me ha gustado esta película que además, cuando se le compara con la segunda parte, parece una obra maestra. Aparte, creo que parte de su encanto recae en el hecho de que mezcla el género de horror con el de aventuras (a Bram Stoker parece haberle funcionado bastante bien) y que los chicos dejan de ser carne corriendo a la espera de ser diezmados por Freddy para convertirse en una especie de superhéroes oníricos… Y quizá estaba yo muy morro, pero seguro no soy el único que piensa que Taryn (Jennifer Rubin) era chida.
    Las actuaciones no son particularmente buenas y los efectos especiales son bastante disparejos. Mientras que la escena del suicidio y la de Freddy saliendo de la televisión son bastante decentes, la muerte de Will (Ira Heiden) como un mago de juegos de rol se ve de lo más chafa... Quizá quien editó la película debió cortar la toma en la que se ven los cables de los que colgaron al actor.    


    Y hablando de los efectos, ¿cómo dejar de mencionar la escena de la Freddy Snake? Krueger se transforma en una especie de anaconda para devorar a Kristen. Sin embargo, después de filmar la escena, el equipo de efectos especiales notó que el aspecto final del monstruo era demasiado fálico, por lo que decidieron cambiarle el color. Como no tenían tiempo para volver a pintar el puppet, simplemente lo cubrieron con una babaza de color verde.
    En el Reino Unido apareció un poster preventivo con la escena de la serpiente antes de que le cambiaran el color, lo que causó protestas de grupos feministas que obligaron a los cines a retirarlo.
    Creo que el principal fuerte de esta peli es precisamente el guión tan bien armado que logran sacar. A pesar de todas las deficiencias de la cinta, el resultado final es interesante y atractivo y, ahora sí, sienta las bases y reglas de lo que será el universo de Pesadilla… en las cintas posteriores. 


    Mención aparte merece el soundtrack de esta película, cuyo tema principal fue la canción Dream Warriors, compuesta e interpretada por la banda de metal Dokken.

PARA LA TRIVIA: La película fue prohibida en Australia por sus escenas de adolescentes consumiendo drogas. La prohibición se retiró en 1990.
   


PESADILLA EN LA CALLE DEL INFIERNO 4: EL SUEÑO MAESTRO
A Nightmare on Elm Street 4: The Dream Master
Renny Harlin, 1988

Verdaderamente odio cuando al inicio de una secuela me salen con que los personajes que sobrevivieron en la peli anterior se mueren de las formas más estúpidas. Sí, vete al diablo, Viernes 13 parte 2 (Miner, 1981).
    La idea original de Craven para esta película era un argumento en el que los personajes podían viajar en el tiempo a través de los sueños. El productor Robert Shaye rápidamente desestimó la propuestaa por considerarla demasiado… un poco… ¡Hombre, era una mamada!


    Así pues, la tarea de escribir el guión para esta cinta recayó en el guionista novel Brian Helgeland. Helgeland había escrito anteriormente 976-El teléfono del Infierno (1988), la primera cinta dirigida por Robert Englund, y fue recomendado por éste a la producción. Al momento de su entrada al proyecto, la película tenía fecha de estreno; pero no tenía director ni guión, por lo que Shaye contrató a Helgeland con la condición de que terminara el guión en siete días. Helgeland así lo hizo. Y se nota.
    Freddy (Englund) logra resucitar después en el deshuesadero donde sus restos fueron bendecidos en la cinta anterior (¿Se acuerdan de la escena del perro meando fuego? Jajajaja) y mata a los chicos sobrevivientes de Elm Street. Kristen (en esta ocasión interpretada por Tuesday Knight, pues Patricia Arquette estaba embarazada al momento de la filmación), antes de morir, le cede su don psíquico a su amiga de la escuela, Alice (Lisa Wilcox). Pero esto será un arma de dos filos, ya que Krueger utiliza el recién adquirido poder de Alice para traer más víctimas al mundo de los sueños.   


    A decir de muchos fans, y me cuento entre ellos, esta película representa el punto de quiebre de la saga. La poca seriedad que aún le quedaba a la franquicia se perdió y Freddy se convirtió de un demonio de los sueños y un maniático con poderes sobrenaturales en un bufón sádico y no tan gracioso. A partir de esta cinta es que Freddy termina prácticamente todos sus parlamentos con la palabra “Bitch!”.
    De hecho, cada vez más y más, las escenas de asesinato de las víctimas de Freddy dejan de parecer eso para empezar a verse como un dibujo animado de Tom y Jerry o los Looney Tunes. Y si alguien tiene dudas al respecto, tan sólo hay que recordar la muerte de Debbie (Brooke Theiss), convertida en cucaracha y al ritmo de una canción de Sinead O’Connor (Sí, es pegajosa, pero por qué I want your hands on me  es el tema de esta cinta siempre ha sido un misterio para mí), o la muerte de Sheila (Toy Newkirk), chupada hasta quedar como tubo de pasta de dientes usado.


    También es en esta cinta en la que las confrontaciones finales con Freddy comienzan a volverse más absurdas. De todos modos, pase lo que pase y en virtud de todos los billetes que Shaye y compañía se estaban embolsando con estas películas, siempre hay un guiño ambiguo al final que nos sugiere que Fred Krueger regresará.
    A pesar de ser una de las entregas más débiles de la franquicia, esta película ostenta el título de la película de horror más taquillera de la década. Y de hecho, fue la película de horror con mayor recaudación en taquilla hasta 2003, cuando fue desbancada por Freddy vs Jason (Yu) —por supuesto, cabe la duda sobre si Freddy vs Jason es una película de horror—.


PARA LA TRIVIA: Robert Shaye hace un cameo como un profesor de Filosofía.



PESADILLA EN LA CALLE DEL INFIERNO 5
Aunque yo recuerdo perfectamente que en los videoclubes mexicanos esta película se llamó EL HIJO DE FREDDY.
Como sea, originalmente se llama A Nightmare on Elm Street 5: The Dream Child (aunque en el título que aparece en pantalla le quitaron el número).
Stephen Kopkins, 1989

Originalmente los productores de esta cinta le ofrecieron a Stephen King que la escribiera y dirigiera, pero no quiso. Cuando King rechazó la oferta, le pidieron a Frank Miller que lo hiciera, pero tampoco quiso. Finalmente, la tarea de dirigir esta secuela cayó en el joven Stephen Hopkins, quien apenas tenía una cinta en su haber. De todos modos ¿qué importaba? Saliera bien o saliera mal, la gente iba a ir a ver esta película.
    Robert Shaye seguía produciendo la franquicia, pero ya había llegado al punto en el que sabía que su producto se iba a vender y no quería gastar demasiado en él por lo cual, para reducir costos, redujo los tiempos de producción. Así, Hopkins se vio en el desafío de filmar la película en sólo cuatro semanas teniendo otras cuatro para editarla.


    Hopkins salió airoso de esta proeza gracias a la utilización de dos sets y a una planeación cronométrica. Mientras él filmaba con los actores en un set, el equipo de producción vestía el otro; Hopkins y el elenco se trasladaban entonces al segundo set mientras producción volvía a vestir el primero y así sucesivamente. Esta estrategia le permitió al director filmar de manera prácticamente ininterrumpida durante cuatro semanas y dejó tan impresionados a los productores que de inmediato le ofrecieron dirigir Depredador 2 (1990).
    La película retoma la historia de Alice (de nuevo Wilcox), quien ahora estudia la universidad y vive con su novio Dan (de nuevo Danny Hassel). Alice queda embarazada de Dan y comienza a tener pesadillas con Freddy Krueger (obvio, Englund) de nuevo y sus amigos empiezan a ser asesinados. Pronto, Alice descubre que Krueger está induciéndole pesadillas a su bebé con el propósito de poseer su cuerpo y reencarnar en él.


    Además, en esta película nos es revelado el origen de Freddy, quien es el hijo de la hermana Amanda Krueger (Beatrice Boepple), una monja que ayudaba a cuidar a los enfermos de un hospital psiquiátrico. Un día, Amanda quedó atrapada en el ala reservada para criminales dementes y no fue rescatada sino hasta días después. Así, Freddy es el resultado de la violación de mil criminales insanos... ¡Y yo pensé que sólo era un asesino pedófilo!


    Esta película no es mala, de hecho, es bastante decente. Aunque eso sí, es mucho mejor considerarla una comedia negra que una película de horror. De hecho, para cuando se estrenó esta cinta, las pelis de Freddy Krueger habían dejado de dar miedo hacía tiempo —para esas fechas ya daba más miedo Eddie Cougar, la parodia que salía en los Tiny Toons (1989-1995)—. Y creo que ése es el principal falo de esta película: salió cuando ya a nadie le importaba.
    Además está por supuesto, que creo que es la cinta de Pesadilla… con las muertes más estúpidas… Bueno, no, ahí se va con La muerte de Freddy. Pero es que esa escena de los cómics y de Super Freddy es poquito menos que una mentada de madre. El argumento en general es bueno, pero con esas idioteces desmerece por completo.
    Lo que sí está muy padre: El tráiler con la carriola.



PARA LA TRIVIA: Al final de la cinta y justo antes de que comiencen los créditos se escucha una risa malévola. Se trata de la risa de Vincent Price que suena al final de la canción de Mihcael Jackson Thriller... ¿Por qué carajos hicieron eso?


sábado, 1 de noviembre de 2014

LA SAGA DE FREDDY 1a PARTE. Especial de Halloween 2014

LA SAGA DE FREDDY

A mediados de la década de los ochenta, películas horribles como Halloween III: El imperio de las brujas (Wallace, 1982) o Viernes 13: El capítulo final (Zito, 1984) nos confirmaban que la moda de las películas slasher inaugurada por la quintaescencial Lamasacre de Texas (Hooper, 1984) había dado todo lo que tenía que dar. Sin embargo, una película independiente y de bajísimo presupuesto —como la obra de Hooper misma— vino a darle nueva vida al género; una que le duraría prácticamente otro lustro.
    Wes Craven, escritor y director de la cinta, había comenzado su carrera fílmica como editor para, años después, probar suerte como director. El horror no fue su primera elección, pero demostró tener gran talento y sensibilidad para este género con el estreno de su primera película: La última casa a la izquierda (1972).
    La trama de esta polémica película gira en torno a una banda de delincuentes que torturan, violan y asesinan a dos jóvenes inocentes para después, de manera fortuita, refugiarse en la casa de los padres de una de ellas. La cinta se volvió un éxito inmediato en los círculos de cine de serie B, y la controversia causada por su violencia explícita y su apología de la venganza  contribuyeron a elevarla al estatus de obra de culto.
    La siguiente película dirigida por Craven fue otra de horror (bueno, hubo una entre estas dos, pero por ser prácticamente pornografía la firmó con pseudónimo). La colina de los ojos malditos (1977) —oficialmente, así se titula The Hills Have Eyes en México, me vengo enterando— es, de hecho, una variación sobre el mismo tema. Me refiero a que las tres primeras películas de horror del director hablan sobre la familia.
    En La colina de los ojos malditos una familia de vacacionistas se pierde en una zona del desierto de Nuevo México donde el Ejército probó armas nucleares y donde la radiación ha causado que los habitantes de la zona muten en caníbales deformes. Que son una familia. Finalmente, el subtexto de esta cinta gira en torno a la contraposición de los valores inculcados entre ambas familias.
   


PESADILLA EN LA CALLE DEL INFIERNO
A Nightmare on Elm Street
Wes Craven, 1984

Finalmente, la tercera cinta dirigida por Craven es, en cierto sentido, más oscura.
    En esta peli nos cuentan la historia de Nancy Thompson (Heather Langenkamp) y sus amigos del vecindario (y de la escuela, incluyendo a un Johnny Depp de 20 años que nos demuestra que hasta él tuvo que tomar clases de actuación), quienes empiezan a ser atacados en sus sueños por un misterioso personaje que los asesina mientras duermen.
    Uno a uno, los chicos de la calle Elm van cayendo presas del avatar onírico de Fred Krueger, un violador y asesino de niños que fue quemado vivo por los padres de familia de la calle Elm años atrás, y que ahora ha vuelto para vengarse de ellos atacando a sus hijos en el único sitio donde no pueden protegerlos: sus sueños.


    Como lo he dicho siempre: las buenas películas de horror (o terror, según el caso) son en realidad metáforas de otra cosa. Pesadilla en la calle del Infierno habla de un tema muy particular que comúnmente llega en la adolescencia —bueno, a unos antes y a otros después—: el momento en el que descubres que tus papás te mienten. Y es por esto que digo que esta cinta es más oscura que sus predecesoras en una lectura más profunda.
    A final de cuentas, Nancy y sus amigos no estarían muriendo si sus padres les hubieran contado la verdad sobre Krueger; pero en vez de ello, intentaron ocultarlo todo y fingir que nunca pasó. Asimismo, son los niños quienes están pagando por los crímenes de los padres.
    La génesis de la película viene desde años antes, cuando Wes Craven comenzaba a escribir guiones de horror y, mientras se documentaba, se encontró con un artículo que hablaba sobre el caso de un niño que evitaba dormir porque, según le dijo a sus padres, alguien en sus sueños lo perseguía. Después de un tiempo, los padres sedaron al niño para que pudiese dormir y evitar que sufriera un colapso nervioso; pero a la mañana siguiente, el chico amaneció muerto, según reveló la necropsia, debido a un paro cardiaco ocasionado por un profundo e intenso terror.


    De inmediato Craven supo que en esta historia había potencial para una gran película de terror y no se equivocó. El director hizo suya la idea y la convirtió en algo personal, nombrando a su villano Fred Krueger, que era el nombre del niño que lo buleaba en la escuela (de hecho, este elemento se encuentra también presente en La última casa a la izquierda, donde el nombre del líder de la banda de criminales es Krug y el de su hijo, Fred).
    Por desgracia, una cosa es tener una gran idea para una película y otra, muy diferente, vender esa idea. El guión de Craven fue rechazado por prácticamente todos los grandes estudios por considerarlo demasiado extraño y confuso.
    El único productor interesado en realizar el guión era Robert Shaye, quien representaba a la productora independiente New Line Cinema (en ese momento Craven no lo sabía, pero la compañía eran en realidad Shaye y su esposa trabajando desde la oficina montada en su garage). Y por desgracia, aunque el productor estaba muy interesado en el proyecto, no tenía el dinero para financiarlo; así que se pasó más de un año dándole largas a Craven en lo que lograba reunir fondos.
    La preocupación de Shaye no era para menos, pues la cinta contaba con casi una escena de efectos especiales por página del guión que, a la postre, acabaron con el presupuesto. Para el momento de terminar el rodaje Shaye afirma que se despedía de todo el crew pensando para sus adentros: “Dios mío, que por favor no se enteren de que no tengo dinero para pagarles mañana.” Los últimos días de filmación fueron pagados gracias al dinero que Shaye le pidió prestado a un amigo suyo (quien, por cierto, jamás creyó que recuperaría dicho dinero).


    Por supuesto, gran parte del éxito de la película se debe a la actuación de Robert Englund como Fred Krugger. El actor llevaba más de diez años de carrera frente a las cámaras cuando hizo esta película, y sus créditos incluían la película de horror de Tobee Hooper Trampa mortal (1977, el redneck dueño de un hotel en las carreteras de Texas es en realidad un asesino serial que tiene de mascota un cocodrilo al que alimenta con los restos de sus víctimas… ¡Eso es cine, chingá!) y la serie de televisión V: Invasión extraterrestre (1983-1984), con la que había ganado cierta fama. Sin embargo, fue su trabajo en Pesadilla… lo que lo elevó al Olimpo del cine.
    Y precisamente fue el trabajo de Englund el que supo sacar provecho de dos elementos que caracterizarían a Kueger y que lo convirtieron en el icono del cine de horror que es ahora.
    Por principio de cuentas está el maquillaje creado por David H. Miller. El artista se documentó exhaustivamente revisando fotos de víctimas reales de quemaduras e ideó un maquillaje innovador compuesto por más de una decena de prostéticos que se aplicaban en dos capas. La primera representaba los músculos expuestos de la cara del actor y la segunda, que se colocaba sobre la primera, representaba la piel chamuscada; así, ambas capas se movían de forma independiente, dando un efecto único al rostro de Freddy.
    El segundo elemento es la terrorífica garra de acero que Freddy utiliza en la mano derecha. Este prop se diseñó para que realmente pareciera algo que un asesino serial fabricaría en su cochera y se convirtió en el símbolo del personaje desde el poster de la película.



    La producción fabricó tres garras diferentes: una de plástico para las escenas de acción, una de metal sin filo para las tomas abiertas y una más, de acero afilado, para los primeros planos. Sin embargo, como lo relata Langenkamp, con frecuencia se les olvidaba hacer los cambios y justo al terminar de filmar una escena se daban cuenta que todo el tiempo Englund trajo puesta la garra afilada.[1]
    La película se convirtió rápidamente en un éxito y en todo un referente de la cultura popular. Generó cinco secuelas, un spin-off, un crossover con la saga de Viernes 13 y un remake (aunque ninguna de estas películas alcanzó la calidad de la primera), dos videojuegos (uno para arcadia bastante decente y otro para NES, muy malo), cinco series de cómics y una serie de televisión de 3 temporadas, además de toneladas y toneladas de merchandising.    

PARA LA TRIVIA: La primera vez que Robert Englund se probó el guante de Freddy se hizo una profunda cortada en un dedo.



PESADILLA EN LA CALLE DEL INFIERNO 2: LA VENGANZA DE FREDDY
A Nightmare on Elm Street 2: Freddy’s Revenge
Jack Sholder, 1985

Una amiga mía decía que en tu colección de Pesadilla en la calle del infierno podías tener Freddy contra Jason (Yu, 2003), quizá podías tener Lamuerte de Freddy: La pesadilla final(Talalay, 1991)... Pero no había justificación para tener Pesadilla… 2. Y es que si de películas malas hablamos, ésta seguro perdería la competencia ¡Por mala!
    El éxito avasallador de la primera parte generó prácticamente de inmediato esta continuación hecha al vapor que fue ofrecida originalmente a Wes Craven, quien la rechazó por dos razones: primera, no le gusta hacer secuelas —y si uno ve La colina de los ojos malditos parte 2 (1985) se dará cuenta de que además, en ese entonces, no le salían— y segunda, leyó el guión y le pareció una porquería.


    Así pues, la tarea de dirigir esta madre fue de Jack Sholder quien antes de esta cinta había dirigido solo una más, también de terror, titulada Solos en la oscuridad (1982). La películita es bastante mala y su único mérito, atractivo o gancho de venta es juntar a tres actores consagrados en el género: Donald Pleasence, Martin Landau y Jack Palance.
    Así las cosas, ni siquiera el mismo Sholder tuvo fe en este proyecto que parece haber estado muerto desde el inicio y al que consideró  apenas una chambita para hacer sus pininos en el estudio. Alguna vez en entrevista el director dijo que “Hay directores que se pueden expresar a través de una película de terror, como Wes [Craven] y hay otros, como yo, que pueden expresarse a pesar de una película de terror.” [2]


    La película cuenta —o eso intenta— la historia de Jesse Walsh (Mark Patton, aunque se sabe que los productores querían a Michael J. Fox para el papel y que Brad Pitt y Chsristian Slater audicionaron para él), un adolescente que se muda junto con su familia a la antigua casa de Nancy Thompson. Ahí, leyendo el diario de la chica, se enterará de su terrible historia y comenzará a tener horribles pesadillas con Fred Krueger, mismas que traerán al asesino onírico de vuelta. Empero, esta vez Freddy no se quedará sólo en el mundo de los sueños, sino que poseerá el cuerpo de Jesse para llegar a nuestro mundo y satisfacer su sed de sangre.
    De entrada el argumento no suena tan mal —y hago énfasis en el “tan”— pero la construcción de esta cinta es francamente estúpida. Dice Sholder que “cuando hicimos la segunda parte no sabíamos que estas películas iban a crear un universo propio con reglas propias”[3]


    ¡No mames, Sholder! ¡No se trata de reglas, se trata de sentido común! Es como el programa de TV de Jackson Galaxy, que no debería llamarse Mi gato endemoniado, sino Mis humanos estúpidos. Es obvio que si pones a Freddy a perseguir chavos musculosos  que miden veinte centímetros de altura más que él no va a dar miedo, va a dar risa.
    Y ya que toqué el tema… La escena de la piscina. ¡Oh, por Cthulhu! La escena de la piscina. ¿Por qué Freddy ataca en una pool party? Con hielo seco y estrobos en el agua, como no podía ser de otro modo. Y farolitos chinos, y Barbies y Kens en ceñidos trajes de baño. Ya de por sí esta escena es el clímax de una película que iba cuesta abajo; pero si eso no fuera suficiente, está la toma del zarpazo. Esa toma que me hizo odiar esta cinta desde la primera vez que la vi.


    Freddy está matando muchachitos —de esos prepos treintones de las películas gringas— y logra acorralar a uno de ellos contra una reja. Krugger tira un zarpazo con su mano derecha al muchacho que está frente a él; en la siguiente toma, el chico cae muerto al suelo con una herida sangrante ¡en el lado derecho del rostro!
    Y hablando de eso, la genial garra de acero que Freddy usa en la primera parte, desaparece en esta segunda. En vez de eso, las navajas salen directamente de los dedos de Krugger y el maquillaje de éste es bastante inferior al de la película anterior.
    A todos estos fallos deben sumársele las pésimas actuaciones de los dos protagonistas y un elemento vital que Craven notó desde que leyó el guión por vez primera: ¿Por qué hay tantas escenas diurnas de Freddy? Gran parte del chiste de la primera parte es que nunca se ve claramente al asesino, quizá sólo hasta el final de la cinta; pero en esta segunda parece que Krugger fue embelesado por la magia de los reflectores.


    Por desgracia, sí hay una razón por la cual uno tendría esta porquería en su colección de Freddy, y peor aún, es ineludible: generalmente la venden en paquete con la primera o tercera partes, o con toda la saga, para que no haya pierde.

PARA LA TRIVIA: La película mexicana Dimensiones ocultas (Galindo, 1988) cuyo reparto incluye a figuras como Gaby Hassell, Helena Rojo, Jorge Luke y Roberto Palazuelos es un plagio de Pesadilla… 2 que buscó aprovecharse de la fama de esta saga.




[1] Cf. Never Sleep Again: The Elm Street Legacy, Daniel Farrands y Andrew Kasch, 2010.
[2] Idem.